La llamada que fulminó la libertad de prensa en Grecia
La intervención en directo en una tertulia televisiva del dueño del canal, Dimitris Kontominas, ilustra el enorme poder que mantienen los grandes medios
Helena Vázquez Atenas , 24/08/2016
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Tras tres años en antena, Happy Day ston Alfa (Buenos días en Alfa) despertaba el 6 de junio a sus espectadores con su mezcla de actualidad, ocio, salsa rosa, cocina y moda. Una llamada imprevista haría, sin embargo, que la emisión de esa mañana rompiera con la normalidad del programa matinal de televisión, emitido a diario en Alfa, una de las cadenas privadas más grandes de Grecia.
Ese lunes los diarios griegos informaban, como lo hacen ya casi a diario, de los deberes pendientes del país para poder recibir los diversos desembolsos pendientes de los rescates, sin los que corre el riesgo de quedarse sin dinero líquido para pagar salarios, vencimientos de deuda y atrasos. Aquel 6 de junio las autoridades europeas comunicaban que Grecia había hecho el 95% de los cambios necesarios para recibir otro subtramo del rescate: reformular el sistema de pensiones, recortes presupuestarios, crear un nuevo fondo de privatización para manejar casi todos los bienes del Estado, etc. Para recibir una primera transferencia de 7.500 millones de euros, buena parte de los cuales se destinaría a pagar vencimientos de deuda y atrasos, Atenas necesitaba desarrollar unas cuantas reformas en cuestión de horas. Entre otras, tenía que vender in extremis el antiguo aeropuerto de Atenas, Elliniko.
Una venta más en la lista de patrimonio público que Grecia está transfiriendo al capital privado para satisfacer los deseos de sus acreedores internacionales. Estas numerosas privatizaciones muestran el cada vez mayor protagonismo del mercado frente a una inversión pública cada vez más dañada. “Primero tenemos que pensar en la gente y después en los grandes negocios, afirmó Dimitris Papanotas, uno de los periodistas protagonistas de Happy Day ston Alfa al hablar de Elliniko.
Su opinión encolerizó a otro de los tertulianos presentes, el famoso locutor de Radio Alfa Dimos Verikios, conductor de los informativos del fin de semana. Éste, que minutos antes se había posicionado a favor de una reforma laboral que contemplase reducciones salariales y mayor flexibilidad en los despidos colectivos, sacó capa y espada para defender el papel del gran capital en Grecia.
Después de criticar duramente a Papanotas, por haber puesto en cuestión las privatizaciones, Verikios dio paso a un reportaje sobre la tarea social de las grandes corporaciones. La empresa Atenas Medical Group iba a encargarse de la atención sanitaria a los niños de la isla Fournos Ikaria. Imágenes de niños con sonrisas de oreja a oreja.
“¿Esto nos enorgullece ahora como país? ¿Desde cuándo la salud de los niños de una isla griega depende de la caridad de un hombre de negocios? En este país todo iría perfecto si tuviéramos la cantidad de dinero que ha sido robada”, interpeló Papanotas al tertuliano tras el vídeo. Su oponente, cada vez más exaltado, le replicó: “Estoy contento de que si el Estado no puede y Europa no nos apoya, haya algunos empresarios que ayuden”.
Pero no sólo son los niños insulares los que no disponen de atención sanitaria pública. La reducción de las contribuciones a la Seguridad Social, el aumento del desempleo y los recortes presupuestarios han dejado a muchos griegos sin cobertura sanitaria: en 2014, el 14% de la población no recibió la asistencia sanitaria que necesitaba porque no podía pagarla; el 11.3% de la población no podía comprar las medicinas prescritas; el 9,4% no fue tratado por falta de profesionales especializados, según revela una reciente encuesta realizada por el servicio nacional de estadística griego ELSTAT.
La temperatura del debate fue en aumento hasta que Verikios perdió finalmente el control, lanzó sus auriculares al suelo, se levantó de su silla al grito de “no te aguanto más, Dimitris”, y abandonó el estudio. La presentadora entonces dio paso a los anuncios.
A la vuelta de la publicad, una llamada irrumpió en directo. “Por favor, ¡dejadme un minuto para hablar!”. Estas fueron las primeras palabras del propietario de la cadena, Dimitris Kontominas. “Qué vergüenza, lo que he oído hoy de los griegos que trabajan en un canal [de televisión] que hace todo lo posible para ayudar al mundo. ¡Me ha dado una vergüenza que no había sentido nunca en mi vida!”, continuó.
“El Estado no puede estar en todas partes. En lugar de enviar felicitaciones a estos empresarios que dan dinero a cada pareja casada en la isla, a cada mujer para que dé a luz y se ocupe de sus hijos hasta la edad de catorce años, ¿lo condenamos?”, cuestionó con un tono de voz cada vez más alto. Asimismo, aprovechó para recordar que los empresarios ayudan a reparar la imagen de las islas griegas, dañada, a su parecer, por la prostitución, los robos y los refugiados.
Estaba claro que al patrón no le había gustado nada que se cuestionara la caridad que presta Atenas Medical Group. “Los hospitales [públicos] han muerto”, recordó, por lo que, según él, necesitan inversores privados. También aprovechó la llamada para aplaudir la privatización del aeropuerto.
Kontominas, uno de los empresarios más importantes de Grecia, posee un elenco de empresas a través del grupo DEMCO, dedicado a una amplia gama de sectores, desde los medios de comunicación hasta servicios financieros. Durante muchos años ha sido un accionista de peso en los bancos Interbank o NovaBank, entre otros. Pero la carrera de este empresario está manchada por un reciente escándalo por el que incluso llegó a ser encarcelado preventivamente en enero de 2014. Se le acusaba de haber participado en la obtención de 500 millones a través de la concesión de préstamos irregulares. Aún está a la espera de juicio.
“Sois una familia aquí dentro, ¡os cuidamos! ¡Tenéis un salario y decís mierdas!”, insistió. Su bronca por no secundar la línea editorial de la cadena se retransmitió a todas las casas griegas. Como alumnos castigados, los periodistas en la escena escuchaban sumisos la amonestación de Kontominas. Los mismos que minutos antes habían alabado el recorte de derechos laborales, ahora empezaban a temer por su trabajo. Había uno que disimulaba una sonrisa inquietante. Verikios había vuelto al plató después de la pausa y había dado paso a la llamada del jefe.
En las redes sociales, el episodio rápidamente se convirtió en trending topic. En muchos comentarios se comparaba la figura de Kontominas con la de un tirano. El sindicato nacional de periodistas, ESIEA, publicó un comunicado en el que consideraba esta llamada como una muestra de que el contenido de la información viene determinado por los propietarios de los medios.
Seis años de crisis económica han dejado a miles de periodistas en la calle (entre 4.000 y 7.000, según las fuentes que se empleen). Los efectos de la crisis en el sector, junto con la necesidad de ofrecer más pluralidad, han conllevado que a lo largo de los últimos años hayan nacido varios medios independientes comprometidos en no representar los intereses económicos y políticos del gran capital, como The Press Project. Efsyn, por ejemplo, conocido por ser ahora un diario de izquierdas, nació como un periódico autogestionado después de que cerrara el diario Eletheritopia. Aunque se han cerrado medios que habían jugado en su día un papel importante, como es el caso de Alter TV, y se producen impagos y despidos entre los que sobreviven, como es el caso actual de Mega TV, el poder mediático de los grandes monstruos de la comunicación sigue siendo enorme.
La intervención del copropietario de la cadena permite entrever la actual situación de los medios de comunicación griegos. El marco legislativo y regulatorio de los medios de comunicación de Grecia “ha contribuido a la concentración de la propiedad de los medios de prensa, radio y televisión”, destaca un estudio de la Fundación Open Society de George Soros. En ello ha influido, concluye la investigación, la existencia de unos “poderosos intereses” capaces de imponer el marco de discusión sobre las cuestiones de actualidad. Los propietarios de los grandes medios poseen además otras grandes empresas con mucho peso en el país. El ejemplo más claro de ello es Yiannis Alafouzos. Este empresario influyente en la industria naviera y presidente del equipo de fútbol Panathinaikos es además propietario, entre otras radios y periódicos de menor alcance, de Skai TV, Skai Radio y el diario Kathimerini, uno de los de mayor tirada.
Tras tres años en antena, Happy Day ston Alfa (Buenos días en Alfa) despertaba el 6 de junio a sus espectadores con su mezcla de actualidad, ocio, salsa rosa, cocina y moda. Una llamada imprevista haría, sin embargo, que la emisión de esa mañana rompiera con la normalidad del programa matinal de...
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