EL HACHA
El genuino 'Hombre G'
Gabi, que nunca ha sido uno de los jugadores más mediáticos del Atlético, que nunca reclama la atención que su rendimiento y trayectoria merecen, es el futbolista más importante del equipo
Rubén Uría 4/10/2016
El centrocampista del Atlético de Madrid, Gabi Fernández.
WikipediaEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
CTXT ha acreditado a cuatro periodistas --Raquel Agueros, Esteban Ordóñez, Willy Veleta y Rubén Juste-- en los juicios Gürtel y Black. ¿Nos ayudas a financiar este despliegue?
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Gabriel Fernández Arenas ha vestido la camiseta del Atlético de Madrid tantas veces como José Eulogio Gárate, uno de los mayores mitos de la historia rojiblanca. Fácil de decir, difícil de hacer. Lo ha logrado siendo fiel a su estilo: poco ruido, muchas nueces. Pocos tributos, muchos méritos. Gabi, que nunca ha sido uno de los jugadores más mediáticos del Atlético, que siempre suele pasar desapercibido y que nunca reclama la atención que su rendimiento y trayectoria merecen, es el futbolista más importante del equipo. En el equipo de la fuerza G, no hay letra más trascendente para la máquina de competir de Simeone: ni Griezmann como principito del gol, ni Gameiro con sus cohetes a la contra, ni Giménez con su potencia, ni Gaitán con su visión de juego, ni siquiera Godín con su rol de infatigable cacique del área. Gabi es el Hombre G con más ascendiente del Atlético. Es la letra más determinante del comando G, tan de moda en círculos periodísticos, y también la consonante con más influencia y peso específico en el resto del alfabeto colchonero. Es el genuino Hombre G.
Valores de equipo, no de figuritas de mazapán. Su historia, como la de todo atlético, nunca fue fácil. Todo le costó el doble que a los demás
Al más atlético de todos los atléticos le adornan virtudes poco estéticas, pero muy éticas: regularidad, resiliencia, liderazgo, entusiasmo, esfuerzo y ardor guerrero. Gabi muere en cada balón dividido y resucita en cada latido del Calderón. Es el hombre por delante del nombre, el referente del compañero, el capitán necesario, el tipo que consigue que una afición sienta orgullo al verse representada por él. El Manzanares, experto en haber visto muchos cuerpos y pocas almas, sabe que la del 14 no tiene precio. Su estampa es la fotografía de cabecera de todo cholista que se precie de querer serlo: entrega, esfuerzo y sacrificio. Valores de equipo, no de figuritas de mazapán. Su historia, como la de todo atlético, nunca fue fácil. Todo le costó el doble que a los demás. Tuvo que rebelarse contra la opinión de quienes creían que no valía para el primer equipo, necesitó crecer en un exilio forzoso para reivindicarse, desechó ofertas para volver a casa y cuando regresó para derribar la puerta grande, mostró que vive enamorado de la camiseta que defiende.
El capitán está donde quiere estar y pertenece al lugar al que siempre soñó pertenecer. Nadie le habría reprochado buscar un último gran contrato en otro país, con menos exigencia y mejor sueldo, pero él no quiso porque, como Ulises, es feliz en Ítaca. Su piel está en el sur de la ciudad, a la orilla del río y pegado al cinturón de la M-30. Así que reforzó su compromiso con el Atlético, se quedó en casa y apretó los dientes para superarse. Misión cumplida: su armadura, una mentalidad ganadora; su carrocería, una preparación física espartana; su escudo, una obstinación envidiable; y su espada, un amor incondicional por el Atlético. No hay título más preciado que la fidelidad y el compromiso. En el vestuario, eso cala hasta el tuétano. En el banquillo, potencia a cualquier proyecto. Gabi es la resultante de una ecuación no escrita: retroceder nunca, rendirse jamás.
En un Atlético cuya mejor virtud es moverse como si fuera un solo hombre, Gabi es el único órgano que no tiene reemplazo: es el corazón
No hay temporada en la que no tenga que escuchar lenguas viperinas que dudan de su capacidad, ni año en el que no tenga que leer que está demasiado viejo, ni época en la que no tenga que ver cómo se le ningunea en alguna tertulia de televisión. Qué decir de la injusticia que está cometiendo la selección. Lejos de ampararse en historias para no dormir y en refugiarse en cualquier tipo de excusa, Gabi sigue haciendo lo que mejor sabe hacer. Ha vuelto a reinventarse. Ha canalizado toda la rabia que le producen los profetas de todo a cien, toda su fruslería y toda esa injusticia y la ha convertido en su particular gasolina. Sus críticos golpean con palabras. Él responde con hechos. Como todos los grandes, Gabi es jubilador de jubiladores. Es el mariscal de campo de Simeone. En un Atlético cuya mejor virtud es moverse por el campo como si fuera un solo hombre, Gabi es el único órgano colchonero que no tiene reemplazo: es el corazón del equipo.
Explora sus límites, distribuye, presiona, roba, hace coberturas, impulsa al equipo, dispara desde media distancia y por supuesto, si la ocasión lo requiere, pega patadas. Fútbol. El de toda la vida, ese en el que la gente pega y también recibe, aunque unos tengan la fama y otros carden la lana. Gabi, al que sus fiscales siempre quieren relegar cuando empieza la temporada, ha vuelto. Entre otras cosas, porque nunca se fue. Siempre estuvo y siempre está. No es imprescindible pero sí necesario. Es el arquetipo perfecto del himno del Atlético, porque entiende su equipo como una misión en la que todos luchan como hermanos, defendiendo sus colores, derrochando coraje y corazón. Gabi no es perfecto, pero se acerca a lo que cualquier jugador del Atlético simplemente soñó.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
CTXT ha acreditado a cuatro periodistas --Raquel Agueros, Esteban Ordóñez, Willy Veleta y Rubén Juste-- en los juicios Gürtel y Black. ¿Nos ayudas...
Autor >
Rubén Uría
Periodista. Articulista de CTXT y Eurosport, colaborador en BeIN Sports y contertulio en TVE, Teledeporte y Canal 24 Horas. Autor de los libros 'Hombres que pudieron reinar' y 'Atlético: de muerto a campeón'. Su perfil en Twitter alcanza los 100.000 seguidores.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí