Madrid, 1 de enero 2017

Querid@ amig@:

Los periodistas podemos ser razonablemente buenos en contar el presente. A veces, incluso, en analizarlo, atando cabos con el pasado o con otros acontecimientos del momento. De lo que no sabemos nada es del futuro. No hagas mucho caso, ni a nosotros ni a casi nadie, cuando te empiecen a contar lo que inevitablemente pasará. Seguramente ni pasará ni será inevitable.

Siguiendo mi propio consejo, no debería emplear esta primera carta, el estupendo sistema que propone CTXT para mantenernos unidos y en contacto, en hablar de 2017. La tentación es, sin embargo, insuperable porque este año que empieza hoy es el colmo de la incertidumbre y la perplejidad: una reciente encuesta norteamericana muestra que hasta los optimistas son pesimistas respecto al 2017.

Las dudas, dicen, nacen del asombro y la sorpresa y hacía mucho tiempo que no acumulábamos tanto de uno y otro: Donald Trump, el Brexit, un México desangrado día a día, Putin y Ucrania, rearme de China y Japón, un presidente de Filipinas que confiesa matar con sus manos a pretendidos camellos de droga, previsiones tenebrosas sobre elecciones francesas, debilidad de la Unión Europea, incierta recuperación económica mundial.... Y eso por no hablar de cómo terminó el largo periodo electoral español, con mandato renovado para Mariano Rajoy, crisis formidable del PSOE, confusión todavía muy presente en Podemos y el soberanismo catalán en plena vigencia.

Quiero recordarte, amig@, que la experiencia demuestra que siempre que pasa algo así, hay gente poderosa interesada en distraer la atención. De la incertidumbre nace el miedo, pero también el descubrimiento y el cambio, y esos poderes siempre se han sentido más cómodos con el miedo ajeno que con la innovación ajena. Así que, sea como sea, hay que procurar estar atentos para que no conviertan nuestra perplejidad en temor. Para que no nos distraigan, nos cambien la dirección de la mirada y dejemos de ver las dudas donde realmente están: en su propio mundo. Piensa que cuanto más miedo se tiene y más se cree en el desastre, más próximo se está a aceptarlo.

Se me ha ocurrido que en esta primera carta amistosa podía copiarte una pequeña lista de temas a los que creo que deberíamos prestar atención en 2017 y que he colocado encima de mi mesa de trabajo:

- Examinar con cuidado los cambios legislativos en materia social y de libertades que el gobierno del PP dice que va a introducir para modificar su pesada herencia de cuatro años de mayoría absoluta. Asegurarse de que no se trata de cambios puramente cosméticos, como ha ocurrido con la nueva legislación sobre pobreza energética, que deja fuera a una parte significativa de los damnificados.

- ¿Cuánto va a tardar el gobierno en cumplir su compromiso de acoger a 17.000 refugiados? ¿Conseguirán los partidos de oposición ampliar ese número, dado que la opinión pública española demuestra una actitud más solidaria? Exigir que se sepa cuánto dinero envía la Unión Europea para atender a esos refugiados y cuánto acaba en otros destinos.

- Prestar atención al debate sobre las pensiones públicas y exigir el cálculo al céntimo de sus posibles recortes, previstos de inmediato o aprobados para futuros pensionistas. Atentos a la maniobra de echar a los pensionistas la culpa del empleo precario de los jóvenes.

- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado una política de “expansión nuclear”: ¿augura una nueva Guerra Fría? ¿Cómo afecta eso a las bases norteamericanas en España? Trump exige que la OTAN aumente su gasto militar, ¿subirá el presupuesto español de Defensa?

- Los gobiernos de Hungría y de Polonia han iniciado una deriva autoritaria muy preocupante. ¿Qué hará la UE? ¿Consentirá que se vulneren en su seno principios democráticos básicos? En los dos países existen también numerosas denuncias de persecución de gitanos. ¿Se hará algo para protegerles?

- El Eurogrupo, que controla aspectos fundamentales de la economía de los países con moneda única, sigue sin autorizar políticas de expansión que relancen el crecimiento europeo. ¿Qué hará el gobierno español si los países que más necesitan ese cambio de política intentan actuar conjuntamente? ¿Hará prevalecer intereses ideológicos sobre cualquier otro planteamiento?

Podíamos seguir con la lista pero estoy pensando que hoy es domingo y primero de enero y que sería mejor irse a un cine o salir de paseo con amigos o familia. Me gustaría saber un poco qué piensas de este tipo de carta. Se admiten, y agradecen, tus sugerencias y propuestas (email: soledad@ctxt.es).

Un abrazo, Feliz Año y hasta la próxima.

Soledad

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