Cuando llega el sábado
China pide la pelota
Tenaces, detallistas, agotadores... y empujados a invertir en fútbol por su propio presidente. La inversión china en el fútbol tienta a los mejores futbolistas del mundo sin que nadie, ni siquiera en los clubes, vea su irrupción con malos ojos
Luis Martín 21/01/2017
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Oscar, centrocampista brasileño del Chelsea, dejó hace unas semanas Londres y se fue a China para fichar por el Shanghai SIPG. El Chelsea ganó 60 millones de euros y él, a los 25 años, se llevará 10 limpios al año. "No creo que sea un paso atrás", declaró al llegar a la Chinese Super League. "Creo que está haciendo un gran proyecto para todos los jugadores que vengan a la liga. Estoy convencido de que en el futuro la liga china será una de las mejores en el mundo”, aseguró. Podría haber fichado por cualquier club de cuantos están compitiendo en los dieciseisavos de final de la Champions. Ninguno le hubiera pagado tanto dinero, ni al club ni a él. Vivirá a cuerpo de rey en Shanghái, por supuesto. Como Carlos Tévez, que jugará en el Shanghai Shenhua: 40 millones de dólares le convierten en el futbolista mejor pagado del mundo. "Sólo necesitan un sí, pagan lo que se les pida”, admite un alto cargo del Manchester City, club participado en un 13 por ciento de capital chino.
Uno de los futbolistas del equipo de Guardiola, Yaya Touré, podría haberse ido este verano. Alexis Sánchez no ha renovado su contrato con Arsenal, el cual expira en 2018, debido a que estaría exigiendo una mejora en sus remuneraciones. Actualmente rondan los 130.000 euros semanales, pero sabe que en China le pagarán el doble. Diego Costa, del Chelsea, tiene una oferta increíble para dejar Londres. Manuel Pellegrini, el último inquilino del banquillo del Manchester City antes de la llegada del entrenador catalán, dudó entre irse a Rusia o a China y ha terminado entrenando al Beijing Guoan que ha pagado 20 millones de euros por recuperar a Zhang Chengdong. Dudú, así le llaman, es el jugador nativo más caro de la historia de la Superliga china.
Xi Jinping, el presidente del país y aficionado al fútbol, ha puesto contra la espada y la pared a muchos multimillonarios chinos: o invierten en el fútbol o les investiga sus cuentas y los acribilla a impuestos.
“Una sinrazón. Pero ellos pueden pagarlo y Dudú es un ídolo en su país”, admite un conocido empresario futbolístico que ha atendido la llamada para este reportaje con una condición: “No me cites. Son tremendamente discretos, no les gusta nada que se hable de estas operaciones. Y menos si, como la de Dudú, es un disparate”. Después de haber cerrado operaciones que superan los cien millones de euros con diferentes empresarios y grupos de capital chino, y atendiendo la llamada desde Frankfurt, camino de China, el interlocutor describe a los empresarios chinos con los que ha trabajado como “muy transparentes, en seguida sabes si están interesados o no en algo. Son tenaces y puede que paguen por encima de mercado, pero son agotadores y tremendamente detallistas en el redactado de los contratos, obsesivos. Con ellos nada queda al azar”. Pero tienen un punto débil. Están condicionados por la voluntad de Xi Jinping, el presidente del país, que, tremendamente aficionado al fútbol, ha puesto contra la espada y la pared a muchos multimillonarios chinos: o invierten en el fútbol o les investiga sus cuentas y los acribilla a impuestos. “Por eso hay tantos inversores llegando al fútbol europeo”, justifican desde un despacho de la City, desde donde se realizan estudios para varios equipos de la Premier League.
Pero, a diferencia de lo que sucede en España, los clubes ingleses son un negocio al alza, no balances en bancarrota. De acuerdo con Deloitte, la creciente fortaleza financiera de la Premier League no muestra signos de disminución y está basada mayormente en esa facilidad para cerrar acuerdos televisivos. "La Liga del Dinero continúa demostrando la fortaleza financiera de la Premier League en profundidad", dijo Tim Bridge, gerente la auditora financiera Deloitte al presentar los balances de un estudio que demuestra que el Manchester United ha desplazado al Real Madrid del ranking de los clubes de fútbol más ricos del mundo. Los ingresos del club inglés suman 689 millones de euros. Los últimos 11 años fue el Real Madrid (620,1 millones) el club que gobernó esa clasificación económica, pero ha caído a la tercera posición por detrás del Barcelona (620,2 millones). El United logró el récord de facturación gracias a su crecimiento en las tres categorías: día del partido, retransmisión y comercialización. “La habilidad del United en los últimos años para cerrar acuerdos comerciales con valor superior al de sus competidores ha sido el factor crucial para que el club recuperara su lugar en la cima de la Liga del Dinero", explicó Dan Jones, socio del Grupo de Negocios Deportivos de Deloitte. En total, la facturación de los 20 clubes más poderosos del mundo se incrementó un 12 por ciento, hasta un récord de 7.400 millones.
Un club de la Premier está en manos de capital chino y tres en lo que sería la segunda división inglesa. "El año que viene serán al menos el doble", admite un ejecutivo que ayuda a cerrar esas ventas
Ya hay un club de la Premier League, el West Bromwich Albion, en manos de capital chino, de la empresa Guo Chuan Lai, y tres en lo que sería la segunda división inglesa: Aston Villa, Wolverhampton y Birmingham. “El año que viene serán el doble, al menos”, asegura el ejecutivo desde el corazón financiero de Londres, donde está ayudando a cerrar algunas de esas ventas. Fue en un despacho de Canary Place donde se gestó la venta de los derechos de la Premier a la plataforma de vídeo online China PPTV Suning. Se firmó por tres temporadas pero entrará en vigor a partir de la campaña 2018/20. Según The Associated Press, la cantidad rondaría los 700 millones de dólares, por lo que las ganancias rondarían los 200 millones de euros por temporada.
Los aficionados hace años que se han resignado. En la Premier, seis equipos están en manos de magnates estadounidenses, dos son rusos, uno de un fondo de capital con sede en Suiza; el Watford, tan arraigado en el norte de Londres, es de la familia Pozzo, italiana; uno pertenece a un jeque de los Emiratos Árabes, otro es de un rico egipcio; el Leicester, actual campeón, de un tailandés, y también hay un equipo en manos iraníes. El City, propiedad del sheik Sulaiman Al-Fahim, de Abu Dabi, está capitalizado en un 13 por ciento por el grupo inversor China Media Capital desde el pasado verano.
Desde las oficinas del norte de Manchester se advierte de que la relación con los chinos es de lo más cordial y que son absolutamente respetuosos en la gestión. Para las fuentes del City consultadas, el poder económico chino no debe asustar a los clubes: el dinero “siempre es bienvenido en el mercado”. “El jugador que se quiera ir a jugar a China se irá, sencillamente porque nosotros vamos a competir con los clubes europeos, no con los chinos, Nunca les vamos a pagar lo que les pagarán ellos y no nos importa que jueguen allí, no nos perjudica”, admiten coherentemente desde el City.
Su poder financiero no debe asustar a los clubes: ni son competidores directos ni tampoco pueden evitar que la marcha de un futbolista. "Nunca vamos a pagar lo que le pagarán ellos", razonan
La inversión China no es exclusiva en el fútbol inglés. Son varios los clubes europeos que han sido comprados por chinos. El presidente de la plataforma PPTV Suning adquirió en propiedad el Inter de Milán por 270 millones de euros, aunque el presidente sigue siendo un indonesio multimillonario, Erick Thohir, dueño del 30 por ciento del club. "La popularidad de este deporte, particularmente en Asia y en China, está pasando por un periodo de crecimiento masivo. Este acuerdo con Suning nos permitirá estar más cerca de nuestra enorme base de seguidores en China y en la región Asia-Pacífico", explicó Thohir. La compra del Inter ha sido, hasta la fecha, la mayor inversión de una empresa china en el fútbol europeo. Equipos como el Sochaux, Slavia Prague o el Den Haag, por ejemplo, son también enteramente propiedad de capital chino. Y en España el Atlético de Madrid y el Espanyol, donde, dicen, es muy fácil trabajar con ellos: “Imponen sus criterios financieros, pero se adaptan mucho a la filosofía de club que les transmites”, reconoce un empleado del club españolista, en manos de la empresa china Rastar Group. La inversión de Wang Jianlin, el segundo hombre más rico de China, sirvió para adquirir, primero, el 20% del Atlético de Madrid por 45 millones de euros en 2015 a través de su empresa, Wanda. El acuerdo ha dado pie a que el nuevo estadio del conjunto colchonero lleve su nombre: Wanda Metropolitano. Su objetivo es conseguir en breve la mayoría del accionariado.
Zhang Dazhong, director ejecutivo de Alisports, una rama del gigante del comercio electrónico Alibaba, ha declarado no hace mucho: “El consumo del deporte está a punto de estallar en China”. De hecho, invierten en clubes, pero también el negocio que envuelve el fútbol. Así, Alisports no solamente participa del Girona y es propietario del Granada, sino que compró la empresa de gestión deportiva Media Base Sports (MBS), propiedad de Jaume Roures y Pere Guardiola, por 50 millones de libras, aunque el hermano del entrenador del City está obligado a dirigirla durante los próximos cinco años.
Aunque los chinos son muy reacios a expresarse públicamente y las fuentes consultadas prefieren mantener el anonimato --“nos va el dinero”, dicen--, es común escuchar que “a Xi Jinping, el presidente chino, le gusta el deporte y en especial el fútbol”. De hecho, es público que ha convertido en asignatura oficial el fútbol en las escuelas y se sabe que su objetivo es acoger la Copa Mundial de 2026. Solo la contaminación ambiental parece impedírselo. Pero al final nadie duda de que la FIFA claudicará, como en su día lo hizo el COI, que en 2008 llevó a Beijing los Juegos Olímpicos. Mientras, las manos chinas llegan al fútbol. No parece que para mal.
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Luis Martín
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