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Verdaderamente lamentable la reacción de los corifeos del PP ante la citación, por el Tribunal correspondiente, de su presidente para declarar en el caso Gürtel. No se les ha ocurrido otra manera de expresar su malestar y de manifestar su protesta que calificar la legítima decisión del Tribunal de “Abuso de Derecho”. A ellos, que siempre se han escudado, para defenderse de las acusaciones de corrupción, en el respeto a la justicia, en espera de sus sentencias, ahora les duele esta citación, completamente lógica, al sr. Rajoy para declarar sobre una trama, de extensas ramificaciones, que afectaba a la financiación ilegal de su partido, y que nadie en su sano juicio se cree que fuera ignorada por su presidente. No se lo cree ni Dios, como exponente de la máxima credulidad, de la infinita bondad, del sumun de la buena intención y de la generosa aceptación de los errores humanos. Tanto alboroto para denunciar un hecho que merece la gozosa aquiescencia colectiva. Porque yo creía, aunque a lo mejor estaba equivocado, que el Derecho era una entidad positiva, adquisición de la racionalidad humana, para regular la convivencia social, algo bueno, para enorgullecerse, algo loable, algo digno de la dimensión moral del hombre, y, por tanto, su exceso en ningún caso puede calificarse negativamente. Nunca de lo bueno hay bastante. Es como decir abuso de generosidad, abuso de belleza, abuso de bondad, abuso de comprensión, abuso de alegría. Nunca el abuso de algo positivo puede ser malo. Siempre el Derecho es poco. Otra cosa es hablar del abuso de estupidez y pasarse de la raya. Casi de juzgado de guardia.