Desigualdad en el cuidado de los hijos
Tras la puesta en marcha en 2007 de la baja de paternidad, el 75% de los padres se han acogido a ella. Los hombres, sin embargo, siguen usando mucho menos las medidas sin remuneración económica
CTXT / Observatorio Social La Caixa 20/05/2017
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Armonizar la crianza de los hijos y el trabajo remunerado constituye todavía un reto de primer orden en España. La responsabilidad sigue recayendo en gran medida sobre las mujeres, en un contexto en que la tasa de empleo de las madres con hijos menores de 3 años ha pasado del 45% en 2000 al 63% en 2015.
En sus orígenes, los permisos de maternidad en España tenían como fin facilitar la recuperación física de las mujeres tras el parto y preservar la salud del bebé. Posteriormente, se han ido ampliando a los hombres de manera muy gradual.
De esta forma, primero se extendió a los trabajadores de ambos sexos el derecho a excedencia y reducción de jornada (sin retribución), pero como un derecho familiar, por lo que solo uno de los miembros de la pareja podía acogerse a ello. Más tarde pasó a concebirse como un derecho individual, y se extendió a los hombres la posibilidad de utilizar el permiso de lactancia y parte del permiso de maternidad si este es cedido por la madre.
En 2007, con la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, se creó el permiso de paternidad, una medida que perseguía explícitamente fomentar la implicación de los hombres en el cuidado.
La experiencia de los países escandinavos, pioneros en este tipo de iniciativas, había demostrado que la mera extensión a los padres del derecho a los permisos no se traducía en un mayor uso por su parte. Por ello, se decidió introducir incentivos como la “cuota para el padre” (father´s quota): un período de permiso con un salario de sustitución elevado, intransferible a la madre y que se pierde si no se utiliza. Tras ponerla en marcha, se vio como la implicación de los padres creció exponencialmente.
Uso de los permisos para el cuidado de niños en España
El sistema español se caracteriza por reconocer un elevado grado de protección jurídica frente al despido, un alto nivel de flexibilidad en las posibilidades de uso, una buena protección económica durante las primeras semanas de vida del bebé, pero una escasa compensación económica de los permisos de más larga duración.
La mayoría de padres y madres utiliza permisos para cuidar a sus hijos durante sus primeros meses de vida, según la Encuesta sobre el uso social de permisos parentales 2012, la más reciente, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad.
De la misma forma que sucede en otros países europeos, la gran mayoría de trabajadores utiliza aquellos permisos que compensan la totalidad o parte del salario durante su disfrute (paternidad y maternidad). Tienen, sin embargo un uso minoritarios aquellos sin remuneración (excedencias y reducciones de jornada).
Antes de 2007 los hombres solo podían disfrutar de un permiso remunerado si las mujeres les cedían una parte de su baja, algo que ocurría aproximadamente en el 7% de los casos. Tras la puesta en marcha del permiso de paternidad, tres de cada cuatro padres han disfrutado de al menos dos semanas. Un cambio que muestra la importancia del diseño de las políticas públicas para avanzar hacia la corresponsabilidad.
Antes de 2007 los hombres solo podían disfrutar de un permiso remunerado si las mujeres les cedían una parte de su baja, algo que ocurría aproximadamente en el 7% de los casos
A pesar de los avances, las mujeres siguen utilizando en mayor medida cualquier tipo de permiso. Además, hacen uso de aquellos significativamente más largos. A esto se añade la gran distancia con los hombres en cuanto al uso de aquellos derechos no retribuidos: un 10% de las mujeres disfrutan de una excedencias frente a un 1% de los hombres; un 20% reducen sus jornadas frente al 2% de los hombres. Estos datos parecen demostrar que cuando no hay salario de sustitución la participación masculina se reduce drásticamente.
Las condiciones laborales son determinantes. Como se puede ver en el siguiente gráfico, la inestabilidad en el empleo reduce la probabilidad de utilizar permisos, tanto remunerados como no remunerados.
Así, por ejemplo, cuando las mujeres tienen empleo indefinido, el recurso a una excedencia o reducción de jornada para conciliar vida familiar y laboral es 4,4 veces más probable que cuando su empleo es temporal o son autónomas; los hombres con empleo indefinido tienen 2,9 veces más probabilidades de usar permisos parentales. También se ha observado que trabajar en el sector público promueve el uso de permisos no remunerados entre los hombres.
Estos datos parecen indicar que los trabajadores temporales son conscientes de que pueden sufrir penalizaciones laborales si se acogen a este tipo de medidas, como la no renovación de su contrato o la pérdida de posibilidades de estabilización o promoción.
En el caso de los autónomos, el riesgo a perder clientes y la pérdida de ingresos llevan a que muy pocos reduzcan o supriman temporalmente su actividad.
El uso de permisos parentales también está ligado al nivel de estudios de los padres y madres, como se puede observar en el siguiente gráfico.
Las mayores diferencias entre quienes tienen altos y bajos niveles de estudios se encuentran en los permisos no remunerados. Los progenitores con niveles de estudios elevados suelen conseguir puestos de trabajo estables y con mejores salarios, lo que les permite hacer frente más fácilmente a la pérdida de ingresos que supone disfrutar de un permiso sin remuneración a tiempo completo o parcial. Además, suelen disponer de mayor información y conocimiento sobre la existencia de estos recursos y sobre cómo solicitarlos.
los trabajadores temporales son conscientes de que pueden sufrir penalizaciones laborales si se acogen a este tipo de medidas, como la no renovación de su contrato o la pérdida de posibilidades de estabilización o promoción
Influencia del uso de permisos parentales en la dedicación de los hombres al cuidado
Si bien los permisos de paternidad parecen contribuir a una mayor implicación de los padres en el cuidado de sus hijos, esta varía dependiendo del tipo de permiso utilizado.
Así, los hombres que utilizan el permiso de paternidad dedican en promedio 28 minutos diarios más que los que no han utilizado el permiso. Por su parte, quienes han utilizado una parte del permiso de maternidad (hasta 10 semanas) dedican como media diariamente 1 hora y 12 minutos más de tiempo.
La utilización de la reducción de jornada por parte de los hombres también conlleva un aumento de la involucración hombres en el cuidado de niños. Aquellos que han utilizado una reducción de jornada dedican un promedio de 54 minutos diarios más que los que no han utilizado ningún permiso.
La utilización de excedencias parece ser la que más favorece la mayor implicación de los hombres en el cuidado de los niños: en promedio, quienes las usaron superan en más de 2 horas diarias de cuidado a quienes no utilizaron permisos.
Los permisos paternos que se usan cuando la madre ha retornado al trabajo parecen relacionarse con una mayor implicación a largo plazo en las tareas de cuidado y un desarrollo de vínculos más profundos entre padres e hijos.
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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto Los permisos parentales como instrumentos para la igualdad de género, de Gerardo Meil, catedrático de Sociología, Jesús Rogero-García, profesor de Sociología, y Pedro Romero-Balsas, profesor de Sociología, en la Universidad Autónoma de Madrid, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.