1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

EL CINE DE LA CRISIS

Niños sonrientes y otros símbolos del cine subversivo

Desde el comienzo de la crisis, numerosas y exitosas películas están desarrollando un relato crítico acerca de variados aspectos del sistema político y económico

Diego González Cadenas 14/06/2017

Pixabay

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Al Presidente del Comité de Actividades Antiestadounidenses John Parnell Thomas, posteriormente declarado culpable y encarcelado por un delito de corrupción en la misma cárcel en la que se encontraban dos guionistas de los 10 de Hollywood, le preocupaba enormemente el efecto del cine en la cosmovisión de los ciudadanos estadounidenses. “Todos sabemos que lo que un ciudadano ve y oye en el cine de su barrio conlleva un fuerte impacto en sus ideas y comportamientos. Con un poder de influencia tal sobre la vida de los ciudadanos americanos como el que ejerce la industria del cine, no es antinatural –de hecho, es muy lógico-- que fuerzas subversivas y antidemocráticas traten de usar este medio con fines antiestadounidenses”.  

Entre los múltiples testimonios que se dieron en las audiencias del Comité, interesa aquí recordar el de la célebre escritora y por aquel entonces también contratada como guionista en Hollywood Ayn Rand. A Rand le preguntaron acerca de la película Song of Russia, en la que se relata la historia de amor durante el ataque nazi a la Unión Soviética entre un director de orquesta estadounidense y una joven pianista soviética. Rand vio símbolos inequívocos de propaganda soviética a lo largo de toda la película: Moscú es representada como una ciudad limpia y cuidada; un pequeño pueblo es un lugar agradable en el que hay un teléfono de larga distancia y todos sus habitantes tienen una radio, símbolo de prosperidad; la película no aclara que los campesinos no pueden poseer tractores dando así una imagen distorsionada a la ciudadanía estadounidense de su sistema jurídico y económico; y, sobre todo, lo que más preocupaba a Rand y llamó la atención del Comité, se muestra a niños y adultos sonriendo. “Es uno de los trucos propagandísticos comunistas, enseñar a gente sonriendo. […] Los ciudadanos soviéticos no sonríen. Si lo hacen es privada y accidentalmente. Desde luego, no se trata de algo social. Lo único que hacen es hablar sobre la escasez de comida”.

Hoy día, uno cree sufrir de los mismos delirios que Rand y ver signos anticapitalistas por todas partes. Desde el comienzo de la crisis económica, múltiples y exitosas películas están desarrollando un relato crítico acerca de variados aspectos del sistema político y económico. El cine negro, que tan útil fue en el pasado para mostrar los bajos fondos de la sociedad escapando a la persecución macartista, ha vuelto con fuerza en los últimos años. En True Detective vimos unos Estados Unidos muy alejados del de las comedias románticas de millonarios que viven en Park Avenue. En España, tres excelentes películas han retomado el género para contribuir a desmitificar la transición a la democracia, enseñarnos las cloacas del Estado a través de los ojos de Paesa y el Madrid decadente de comienzos de década.

El cine negro, que tan útil fue en el pasado para mostrar los bajos fondos de la sociedad escapando a la persecución macartista, ha vuelto con fuerza en los últimos años

De forma similar al cine negro, un género igualmente popular como el thriller ha retomado la crítica social. Cien años de perdón, El desconocido y Comanchería denuncian la corrupción política y la estafa bancaria. Nightcrawler se centra en la mercantilización de la información periodística, pilar de las sociedades democráticas. En La sombra del poder se apunta directamente a las relaciones entre el poder político y los medios de comunicación. Snowden desmenuza el espionaje de la NSA.  El escritor ataca directamente a Tony Blair por sus actuaciones durante la Guerra de Iraq y Red de mentiras evidencia las actuaciones de la CIA en Oriente Medio.

La crisis ecológica ha ocupado también gran parte de los esfuerzos de los cineastas, especialmente de los documentalistas, como es el caso de Before the Flood. Desde la ciencia ficción, Interstellar plantea un futuro cercano en el que la humanidad está sumida en una fuerte crisis ambiental que amenaza con destruirla.

La crisis económica ha sido explicada detalladamente en películas como Inside Job, Margin Call y La gran apuesta. La vida diaria de algunos de sus ganadores, altos ejecutivos, la hemos podido ver en algunas películas de gran éxito de taquilla como El lobo de Wall Street y Blue Jasmine y otras menos triunfantes pero igualmente recomendables como El capital.

La contrapartida a esa vida de lujo y excesos ganada a través del fraude nos la han mostrado aquellas películas que se han centrado en la cotidianeidad de los que sufren la crisis. Tenemos aquí un buen número de ejemplos de cine social que han puesto en evidencia el empeoramiento y las duras condiciones de vida de las clases populares en diversos países. En España, Techo y comida y Los fenómenos tratan el problema de la vivienda y la precariedad laboral. Out of the Furnace se centra en las duras condiciones de vida de la clase trabajadora en una zona pauperizada de los Estados Unidos, Dos días, una noche en Francia, y Yo, Daniel Blake, en Inglaterra. Las condiciones de vida en la periferia del sistema-mundo quedan perfectamente retratadas en películas tan duras como Metro Manila y Beasts of No Nation, en la que nos sumergimos en las guerrillas africanas que utilizan niños soldado y se financian vendiendo minerales manchados de sangre a los países desarrollados.  

El cine de denuncia, en muchos casos, tiene por función señalar un aspecto concreto del sistema que funciona incorrectamente, sin que ello suponga una enmienda a la totalidad. De hecho, un número nada desdeñable de películas que podríamos enmarcar como de denuncia acaban teniendo una función legitimadora del sistema al presentar únicamente fallos parciales del mismo. Un buen ejemplo son los casos de Veredicto Final y El Dilema. El esquema de este tipo de películas es el siguiente: una persona o un grupo de personas denuncia una situación y, tras luchar arduamente, se acaba reconociendo y reparando, generalmente en los tribunales o a través de otras instituciones públicas, el daño causado. De esta forma, se termina demostrando que el sistema en su globalidad funciona bien al ser capaz de solventar los problemas que tiene en su interior, por muy graves que estos sean.

Hoy, sin embargo, los ataques aislados a determinados aspectos del sistema son más proclives a ser percibidos como una crítica de conjunto. Esto es: el efecto que muchas películas causan sobre el espectador no es el de la necesidad de replanteamiento de un aspecto aislado del sistema, sino la necesidad de cambiarlo en su totalidad. Este efecto, es claro, ha sido potenciado por los propios realizadores. En El Lobo de Wall Street, descrita por su director como una película acerca de la mafia, ya no se reproduce el esquema del happy end. En El caso Sloane, la protagonista lo deja claro en su alegato final: el sistema está podrido.

Hay un buen número de ejemplos de cine social que han puesto en evidencia el empeoramiento y las duras condiciones de vida de las clases populares en diversos países

Otras películas se han centrado en recordar luchas exitosas. Este es un elemento de máxima importancia, puesto que no sólo se denuncia un aspecto del sistema, sino que se demuestra también que es posible combatirlo con éxito. Es el caso de Pride y También la lluvia. Otras, como La llegada, se han atrevido a proponer el internacionalismo como única forma de resolución de conflictos globales.

Todas ellas, sin embargo, se han quedado ahí, sin enseñar cómo se consolidaron sus éxitos y plantear modelos de convivencia diferentes a los que priman en nuestra sociedad. No me refiero a la, por otra parte necesaria, capacidad de imaginar mundos utópicos y alejados de la realidad del común de los mortales, como puede ser el caso de Avatar, sino en plasmar la cotidianidad de un sistema diferente en tanto intensificación realista de los rasgos positivos del actual. Es sumamente llamativo que en plena crisis del capitalismo no haya cine que muestre la cotidianeidad de una sociedad regida por un modo de producción económico diferente.

Žižek, en su último libro, The courage of hopelessness, da en el clavo poniendo como ejemplo V de Vendetta. Lo realmente interesante sería ver una segunda parte en la que se explique qué ocurre tras la toma del poder, cómo se organiza la vida diaria, cómo se traducirá este momento emancipatorio en un nuevo orden social. La verdadera importancia del acontecimiento revolucionario es lo que ocurrirá al día siguiente, al comprobar cómo ha cambiado o cambiará nuestra vida cotidiana.

Recientemente se han perdido varias oportunidades de oro en este sentido. Que yo tenga conocimiento, únicamente se ha planteado en los últimos años cómo sería el día después tras el acontecimiento revolucionario en El caballero oscuro: La leyenda renace, si bien desde un prisma reaccionario. En El amanecer del planeta de los simios, los guionistas podían haber diseñado una sociedad basada en valores opuestos a los imperantes en la humana. En Star Wars: El despertar de la Fuerza nos hemos quedado sin saber cómo podía haber sido la consolidación del sistema democrático por el que tanto habían luchado los rebeldes. En Mad Max: Furia en la carretera, no sabemos cómo será el sistema que surge de la rebelión contra la dictadura.

Llama doblemente la atención esa falta de capacidad de imaginar otra cotidianidad cuando la realidad lo está poniendo en bandeja de plata. Nos encontramos, aparentemente, a las puertas de una nueva revolución industrial que podría dejar abierta la puerta a una disminución notable del tiempo de trabajo, un aumento del tiempo libre y a la posibilidad de que los humanos nos desprendamos de las labores más duras y menos gratificantes intelectualmente. Cuando esa posibilidad se ha planteado en el cine, ha sido en su vertiente distópica, como en el caso de la película de animación de Pixar Wall-E, donde se viene a sostener que, si el ser humano erradica una parte importante de los puestos de trabajo sustituyéndolos por robots, nos encontraremos ante una existencia carente de sentido, dedicándonos a quehaceres aparentemente insustanciales. En esencia, a lo que se han dedicado siempre las clases adineradas: tener capacidad para disponer del tiempo a su antojo.

Llama doblemente la atención esa falta de capacidad de imaginar otra cotidianidad cuando la realidad lo está poniendo en bandeja de plata

Sorprende también que no se lleve a cabo ese ejercicio de imaginación política en un momento en el que se está potenciando nuestra imaginación mediante el constante descubrimiento de exoplanetas. Somos capaces de imaginar extrañas civilizaciones con una capacidad tecnológica ultradesarrollada, pero no de concebir la cotidianeidad de unas sociedades regidas por la solidaridad en lugar del egoísmo y en las que, como decía Kevin Spacey en K-Pax, la guerra y la miseria sean inexistentes.

El arquitecto Douglas Murphy, en Last Futures, plantea que esta incapacidad para imaginar otros mundos es consecuencia directa del proceso neoliberal. Un proceso ideológico por el que hemos llegado a aceptar ampliamente que de nada vale imaginar una transformación política que nunca va a llegar.  En el terreno de la arquitectura, como sostiene Murphy, el rechazo a las visiones igualitarias del futuro, compaginado con el auge del individualismo, conllevó una reacción estética y política que tuvo por fin obliterar el potencial de la arquitectura para ser percibida como una herramienta de cambio.   

Esta negación del cambio y de la posibilidad de imaginar queda perfectamente retratada en La gran apuesta, cuyo oscarizado director y guionista ha mostrado públicamente simpatía por Bernie Sanders. Durante escasos 20 segundos se plantea una salida alternativa a la crisis económica para rápidamente ridiculizarla y tacharla de imposible. El “no hay alternativa” ha calado profundamente, incluso entre los intelectuales progresistas.

Para pensar el día después parece que tenemos, esencialmente, dos estrategias. La primera consiste en apelar al imaginario socialdemócrata de los estados sociales de la segunda posguerra mundial y, especialmente, del norte de Europa. Películas como We Are the Best! han optado por ello retratando amablemente la cotidianidad en la Suecia de Olof Palme. Esta apelación a los modelos del norte de Europa o al estado social de la segunda posguerra mundial puede ser sumamente útil en tanto remite a una imagen fácilmente reconocible de una alternativa económica más igualitaria y a un pasado reciente de bienestar compartido en gran parte de los estados occidentales. No obstante,  esta apelación a los modelos sociales del norte de Europa tiene un efecto negativo, al transmitirse, en primer lugar, que los proyectos sociales de la segunda posguerra mundial son un horizonte insuperable, y, segundo lugar, al apelarse a una suerte de pasado idílico al que, por otra parte, es imposible volver debido a que está basado en la explotación de la periferia del sistema-mundo y el crecimiento económico constante.

La segunda estrategia pasa por pensar en la creación de nuevos imaginarios que apelen directamente al futuro. Necesariamente, ese nuevo imaginario tendrá que remitirse a aspectos reconocibles de nuestro pasado cercano y a una intensificación del presente. Requiere una combinación de aspectos novedosos con la conservación y ensanchamiento de los logros del pasado.

Es importante que nuestros cineastas tomen buena nota  de las palabras del Presidente del Comité de Actividades Antiestadounidenses y utilicen el cine como una herramienta de transformación social. Ya tenemos un buen número de blockbusters destituyentes. Ahora necesitamos blockbusters constituyentes.  Esperamos poder ver en el futuro a héroes como el villano de El caballero oscuro devolviendo el poder al pueblo y construyendo una democracia en escenarios tan reconocibles como Manhattan. Pocas cosas son más emocionantes en la gran pantalla que ver proyectos colectivos de lucha contra la opresión y de consolidación de un nuevo sistema que rija nuestras vidas.


Diego González Cadenas  es investigador en Derecho Constitucional.

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Diego González Cadenas

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí