El impacto negativo de la expansión educativa en las Humanidades y las Ciencias Sociales
El mayor acceso a la formación a partir de los 60 en España supuso una merma en la obtención de empleo para las titulaciones generales. Las técnicas apenas sufrieron deterioro laboral
CTXT / Observatorio Social “la Caixa” 5/07/2017
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El aumento del número de titulados universitarios supuso una pérdida del logro laboral a partir de los años 60 en España, según una investigación que intenta reconstruir las trayectorias educativas y ocupacionales de las generaciones que accedieron al mercado de trabajo durante el periodo crítico de la expansión educativa.
El análisis, que parte de las Encuestas Europeas de Población Activa (EULFS), concluye que pérdida fue mayor en las Humanidades y Ciencias Sociales. En los estudios aplicados o técnicos la merma fue menor y en los títulos universitarios técnicos no se produjo.
La expansión educativa experimentada por muchos países de la OCDE desde 1960 supuso que los ciudadanos de orígenes menos favorecidos tuvieran mayores oportunidades de movilidad social. Los estudios internacionales que existen sobre este asunto --no incluyen a España-- coinciden en que a partir de entonces aumenta la igualdad de logro educativo por origen social. Es decir, las oportunidades reales de dos jóvenes de distintos ámbitos sociales se acercaron.
Sin embargo, la igualdad de oportunidades educativas por origen social podría conllevar un riesgo: al multiplicarse los títulos superiores perderían parte del valor que tienen. De esta forma otros asuntos como los contactos o el nivel cultural de la familia llegarían a ser decisivos en el logro de un empleo.
A continuación se analiza el caso de España, uno de los países que ha realizado mayores esfuerzos en términos de expansión educativa. Nuestro país ha pasado de tasas de analfabetismo del 50,1% en 1960 al 2,5% en 2004. En la década de los 60, la población mayor de 15 años estudiaba de media algo más de 3 años; en 2010, la media de años académicos era de 10.
Para avanzar en la investigación se introducen dos valores posibles de las credenciales educativas: el absoluto, que se refiere a las habilidades concretas por formación, y el posicional, que depende de cuánta gente comparta la misma habilidad por titulación.
La Teoría del Capital Humano niega que el aumento del porcentaje de individuos con niveles educativos altos suponga una desventaja de cara al acceso al mercado laboral. La teoría del Credencialismo considera posible que los individuos con educación más elevada se beneficien de las recompensas que disfrutan los miembros del club selecto de los mejor educados.
En este punto se analiza la Encuesta Europea de Población Activa (EULFS) para los años 2003 y 2004. Según estos datos, España es el país en el que el promedio de años de educación de los mayores de 15 años creció más marcadamente desde 1960 (promedio más bajo) hasta 2010 (segundo promedio más alto).
Posteriormente se intenta medir los rendimientos ocupacionales de los títulos educativos con el objetivo de establecer en qué medida el estatus socio-económico es una consecuencia del valor que tiene un título. Para ello se consideran tres grandes campos de estudio: el primero engloba los de carácter más general (Humanidades, Ciencias Sociales, Pedagogía, Magisterio, Educación y Servicios); el segundo, buena parte de los estudios técnicos y científicos, incluidos Informática, Ciencias y Matemáticas; y el tercero a las Ciencias de la Salud. En este punto se realizan análisis multivariados en los que se tienen en cuenta factores individuales --el género, el origen étnico, la experiencia laboral...-- y contextuales --la tasa de empleo en un sector, fundamentalmente--.
Fuente: Observatorio Social 'la Caixa'
La expansión educativa trajo consigo un aumento del porcentaje de titulados con niveles intermedios y superiores, aunque el incremento fue más notable en la educación secundaria superior. Los cambios en la consecución de un empleo de los cuatro niveles educativos analizados entre 1960 y 2004, medidos por el promedio del estatus socio-económico de las ocupaciones a las que accedieron, muestran un suave declive en todos los niveles, pero especialmente en la secundaria superior y en la universidad.
Fuente: Observatorio Social 'la Caixa'
Llegados a este punto falta por explicar si la relación entre pérdida de valor posicional y pérdida de rendimiento ocupacional que resulta de observar los gráficos 2 y 3 no oculta el efecto de alguna de las variables individuales o contextuales. Además de confirmar que el nivel educativo está asociado con el tipo de trabajo, el análisis multivariado demuestra una asociación estadísticamente significativa entre la pérdida de valor posicional de los títulos y la pérdida en los empleos que generan. Ello confirmaría la devaluación de las credenciales educativas por causa de la expansión educativa.
Frente a la tendencia de los estudios generales, se observa que los estudios técnico-científicos son bastante inmunes a la pérdida de valor posicional de sus titulaciones, que apenas se vieron afectados por el mayor acceso de la población.
En los estudios sanitarios, sin embargo, el acceso al empleo por una pérdida en el valor posicional de estos títulos fue considerable a nivel universitario. Puede haber dos explicaciones de ello: por un lado, una institucional, privativa del caso español. En nuestro país, algunas ocupaciones asociadas a profesiones liberales han conseguido imponer una fuerte regulación de acceso al trabajo. Además de esta explicación, el resultado obtenido podría deberse al hecho de que la fuente de datos escogida (EUFLS) aúna en una sola categoría estudios estrictamente sanitarios con otros más relacionados con servicios sociales, que encajan más con el perfil de estudios generales considerados aquí.
La investigación concluye que tanto en los estudios técnicos --en los sólo parece importar el valor intrínseco--, como en los estudios más generales y los sanitarios --en los que el valor posicional sí habría sido relevante--, ha habido entre 1960 y 2004 una pérdida de prestigio socioeconómico proporcional a la pérdida de valor posicional de los títulos universitarios; en el caso de los estudios generales, también en la enseñanza secundaria.
Esta pérdida encaja con cierto deterioro del rendimiento de los títulos que se está advirtiendo en la actualidad, y del que han alertado diversos organismos internacionales. Aunque otros países han experimentado una expansión educativa similar, no han sufrido el mismo subempleo, por lo que el fenómeno debe atribuirse en cierta medida a la elevada tasa de temporalidad de nuestro mercado de trabajo.
Los resultados de este trabajo animan a preguntarse si la pérdida en el rendimiento ocupacional de la educación se distribuyó homogéneamente por origen social. Si no hubiera sido así, la devaluación de las titulaciones superiores podría haberse convertido en un resquicio a través del cual el origen social podría haber reforzado su papel en la reproducción de las desigualdades sociales.
De esta investigación también se desprenden implicaciones prácticas. Un acceso más abierto a los niveles de estudio más altos no parece haber garantizado por sí mismo una mayor igualdad de oportunidades para subir en la jerarquía social. Para aumentar la igualdad efectiva de oportunidades habría que combinar políticas redistributivas que posibilitaran a los buenos estudiantes de origen humilde competir en igualdad de condiciones con sus compañeros.
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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto Expansión educativa y devaluación parcial de los títulos, de Luis Ortiz, profesor Agregado, Dpto. de Ciencias Políticas y Sociales Jorge Rodríguez Menés, profesor Agregado, Dpto. de Ciencias Políticas y Sociales Universitat Pompeu Fabra, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.