1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Las banderas ardientes de Kris Kristofferson

El cantante, que actuó en el festival Jardines de Pedralbes el pasado mes de junio, abandonó la carrera militar como capitán en 1965 para comenzar en Nashville una exitosa trayectoria en la música country

Alberto Manzano 5/07/2017

<p>Kris Kristofferson</p>

Kris Kristofferson

Magna Artists

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Kris Kristofferson nació el 22 de junio de 1936 en Brownsville (Texas). ¿Brownsville? ¿Conoces la canción “Brownsville Girl” de Bob Dylan, coescrita junto al escritor/actor Sam Shepard para el disco “Knocked Out Loaded”, sin duda una de las obras discográficas del libertador judío más despreciada por la crítica musical? No quisiera equivocarme, pero creo que tras “Sad-Eyed Lady Of The Lowlands” -tema incluido en el magistral álbum “Blonde On Blonde” (1966)-, “Brownsville Girl” es la crónica literaria hecha canción más larga grabada nunca por Bobby: “Una vez vi una película / Sobre un tipo que cabalgaba por el desierto / Protagonizada por Gregory Peck / Se lo cargaba un chico / Con hambre por hacerse un nombre //… // Es curioso cómo las personas que sufren juntas tienen una relación más fuerte / Que aquellas que viven felices / Yo no me arrepiento de nada / Pueden decir lo que quieran de mí cuando me haya ido / Tú siempre decías que la gente no practica lo que cree / Hacen lo que les conviene y luego se arrepienten… //… // Había una película que vi una vez / Creo que la vi dos veces / No recuerdo quién era yo / Ni adónde iba / Solo recuerdo que estaba protagonizada por Gregory Peck / Llevaba una pistola y le disparaban por la espalda / Parece todo tan lejano / Mucho antes de que arrancaran las estrellas del cielo.”

No puedo resistir la influencia de la invisible buena estrella esta noche. He de coger aquel viejo disco de Kris, “A Moment Of Forever” (1996), pinchar la canción “New Mister Me” y escuchar: “De pronto el silencio de la gélida sala saltó por los aires / Cuando un chaval le disparó antes de gritar su nombre ... / Miró a su asesino desde el suelo y le dijo: / ‘Mira lo que me has hecho / Hijo, creo que la has cagado / Pero espero que te aproveche / Ahora ya puedes ser el Nuevo Señor Yo / ¿No es eso lo que quisiste siempre?’ //.... // Yo estaba allí el día en que dicen que Bobby Dylan murió / Pero tú y yo sabemos que escapó / Está por ahí robando caballos / Bueno, en realidad, está aprendiendo a montar / Y él es la razón de que yo sea libre.”

La emoción me embarga. No puedo salir de “Knocked Out Loaded”. He de hablaros de la magistral versión que Bobby hizo del tema “They Killed Him”, escrito por ‘Kristo-fferson’: “Había un hombre llamado Mahatma Gandhi / Un hombre llamado Martin Luther King / El hijo único de Dios Todopoderoso / El hombre santo llamado Jesucristo //…// En el camino a la gloria / Donde nunca acaba la historia / Dios mío, lo mataron”. Kris mencionó esta versión en el concierto que dio en el festival Jardines de Pedralbes (Barcelona) el pasado lunes 26 de junio, a pelo, sin banda que lo arropara, desaliñado, un viejo raído arrastrando su flaco cuerpo y sus pesadas botas vaqueras, le pesaba la guitarra, los dedos flácidamente torpes en los trastes, la voz gutural, cavernosa, monocorde, pidiendo misericordia: “¡Dios Todopoderoso, ayúdame!” exclamó levantando la vista hacia el cielo nocturno.

Una leyenda viva

Antes de ser leyenda, Kris alternó canción y cine: “Cisco Pike” (Norton, 1972), “Pat Garret And Billy The Kid” -con banda sonora de Dylan (“Knockin’ On Heaven’s Door”) y un pequeño papel para ‘Elias-Bobby-tendero-lanzador de cuchillos’ que cuelga su delantal para seguir a Billy el Niño- (Peckinpah, 1973), “Alice Doesn’t Live Here Anymore” (Scorsese, 1975), “A Star Is Born” (Pierson, 1976) -junto a Barbra Streisand (Kris ganó un Globo de Oro)-, “Convoy” (Peckinpah, 1978), “Heaven’s Gate” (Cimino, 1980), “Songwriter” (Rudolph, 1984), “Trouble In Mind” (Rudolph, 1985) -para cuyo soundtrack Kris escribió la maravillosa canción “The Hawk”: «Has de hacer tus propias reglas / Has de romper tus propias cadenas / Los sueños que te poseen / Pueden florecer y bendecirte / O volverte loco //…// El momento es tuyo / Para darlo todo / El pasado no importa / El futuro da igual / No te merezco / Solo soy un ser humano / Pero te juro que te amaré / Tanto como pueda /.../ Tormenta en la montaña / Estrellas en el cielo / Buscando la gloria / Libertad para volar / ¿Recordarás en el camino / Que alguien te ama más de lo que crees?

Hijo de un comandante del ejército norteamericano, Kris abandonó la carrera militar con el grado de capitán en 1965 -coincidiendo con la plenitud de poderes que obtuvo el presidente Lyndon B. Johnson para recrudecer la intervención norteamericana en la guerra en Vietnam-. Kris había estudiado Literatura en Oxford -como becario de la prestigiosa Rhodes Scholarship (organización fundada por el magnate y político sudafricano Cecil John Rhodes en 1902- y pilotado helicópteros en Alemania, pero acabó como catedrático de Literatura Inglesa en la Academia Militar de West Point -donde Dylan quiso ingresar y no pudo permitírselo-.

Todo eso fue abandonado por Nashville y el country a finales de los años 60. Dicen que Hank Williams tuvo la culpa. En 1969 Kris trabajaba como portero nocturno en el edificio de Columbia Records en Nashville -Dylan acababa de sacar su disco country “Nashville Skyline”, haciendo un magnífico dúo con su admirado Johnny Cash en la canción “Girl From The North Country”, repescada del álbum “The Freewheelin’” (1963), y Leonard Cohen estaba ultimando su disco “Songs From A Room”, donde incluía el tema “Bird On The Wire”. Kris se colaba en los estudios de grabación a deshoras para ver lo que se cocía: “Kris Kristofferson me informó que había robado parte de la melodía a otro compositor de Nashville” -recuerda Cohen-. “También me dijo que iba a poner las dos primeras líneas de la canción en su lápida: ‘Como un pájaro en un cable, he intentado a mi manera ser libre’, y me dolerá si no lo hace”.

Un día, Kris aterrizó su helicóptero particular en el jardín de la mansión de Johnny Cash para darle una maqueta de la canción “Sunday Morning Coming Down”, que el tosco cantante bajo-barítono de Arkansas grabó inmediatamente y convirtió en ‘la canción country’ de 1970: “Me desperté un domingo por la mañana / Sin saber cómo levantar la cabeza sin que me doliera / Y la cerveza que me tomé como desayuno no estaba mal / Así que me tomé otra como postre / Después hurgué en el armario buscando algo de ropa / Y me puse la camisa sucia más limpia que encontré / Me lavé la cara, me peiné / Y bajé por la escalera tropezando para enfrentarme al día  // Un domingo por la mañana en la calle / Deseando, Señor, estar borracho / Porque hay algo en un domingo / Que hace que un tipo se sienta solo / Y no hay nada más próximo a la muerte / Que sea la mitad de solitario que el sonido / De la adormecida calle de la ciudad / Un domingo por la mañana hundiéndome”.

Janis Joplin

Kris canta en la legendaria sala Troubadour de Los Ángeles -donde James Taylor, Jackson Browne, Randy Newman, Tim Buckley y Gordon Lightoot cimentarían sus carreras-, participa en el festival de Newport y la portentosa Janis Joplin se despide de este mundo con el álbum “Pearl” (1970), donde incluye la celebérrima versión de “Me And Bobby McGhee”, escrita por Kris. Ambos, Janis y el cantante tejano, estaban alojados en el Chelsea Hotel neoyorquino para ser amantes. Una noche, Leonard Cohen se encuentra con Janis en el ascensor del hotel: “Me encontré con Janis a las tres de la madrugada en el ascensor, por pura casualidad. No había nadie más despierto. Ella no me buscaba a mí, sino a Kris Kristofferson. ‘Reposa tu cabeza sobre mi almohada’, le canturreé -verso de la canción “Help Me Make It Through The Night” de Kris-. ‘Yo soy Kris Kristofferson’. En realidad, yo estaba buscando a Brigitte Bardot. El ascensor estaba buscando a Omar Sharif. El hotel estaba buscando a Aristóteles Onassis. Las habitaciones buscaban a otra persona. De cualquier manera, caímos uno en brazos del otro a través de un proceso de eliminación, que es el proceso en que la mayoría de cosas ocurren… Pero lo que yo más admiraba de Janis era su actitud hacia el público, hacia su trabajo, su música. No había ninguna ambigüedad sobre cómo se sentía cantando. Pero los cantantes de hoy tienen una actitud muy curiosa hacia su público. Si lees los textos de sus canciones, verás que están llenos de lamentaciones sobre lo duro que es ser una estrella pop, lo difícil que es encontrar criados, la ordalía que representa salir a comprar joyas, y la carga que significa ser amado por todo el mundo, todas las penosas cargas de la fama y la gloria. Estos son los serios problemas que ocupan las mentes de nuestros cerebros más creativos. Pero en esta mujer no había ninguna ambigüedad, amaba a su público, y en su vida y su trabajo se entregó completamente, y cuando se fue, se fue de verdad, se fue para siempre… La última vez que la vi fue en la Calle 23, me dijo: ‘¿Qué hay, tío? ¿Has venido a la ciudad para leer poesía a las viejas?’. Tenía una visión muy exacta de mi raída carrera. Pero la recuerdo perfectamente en el backstage de una sala de conciertos en San Francisco, tocando para los ‘Ángeles del Infierno’ con una botella de Southern Comfort en los brazos. Y después de que se fuera, después de que muriera, escribí esta canción para ella, para Janis”: Sus amigos íntimos se reunieron / Señor, ¿no es una pena? / Doliéndose juntos / Compartiendo la culpa / Pero cuando se estaba muriendo / Señor, le fallamos / De nada sirve llorar / Ya no podemos ayudarla / La fiesta se ha acabado / Termina tu copa y vete a casa / Es demasiado tarde para amarla / Y dejarla sola / Puedes decir que fue alguien / Señor, tan lejos de casa / Cuya vida era tan solitaria / Que murió sola / Que soñó hermosos sueños / Que jamás se hicieron realidad / Señor, ¿por qué nació / Tan azul y negra?

La Isla de Wight

En agosto de 1970, Kris participa en el Festival de la Isla de Wight, pero es abucheado y debe salir del escenario bajo una lluvia de botellas. A continuación, sale Jimi Hendrix y un objeto incendiario cae sobre el escenario. Las 700.000 personas allí reunidas -que se dice pronto- llevaban cinco días hundidas en un barrizal bajo la lluvia, los promotores habían decidido levantar una valla para impedir que la gente se colara, y la irritación reinante estaba a punto de sabotear el festival cuando Leonard Cohen aparece en escena a las cuatro de la madrugada: “Lo único que le preocupaba a Leonard era que no hubiera un piano y un órgano disponible para Bob Johnston,” recuerda Kris -que era uno de los organizadores del evento-. Así que dijo: ‘Estaré durmiendo por ahí, junto al fuego. Venid a buscarme cuando hayáis encontrado un piano y un órgano’. Eran las dos de la madrugada cuando fueron a despertar a Leonard para decirle que ya estaba todo a punto. Salió en pijama al escenario para hacer la prueba de sonido, impertérrito, ante un público ávido por escuchar ‘el mayor concierto de rock del mundo’. Tranquilamente, se tomó su tiempo, y luego regresó a su caravana para cambiarse de ropa. Se puso una especie de traje de safari de color caqui y tomó el escenario. Eran las cuatro de la mañana. Mucha gente llevaba varios días sin dormir. Entonces empezó ‘Like…. a…. bird….’, tan lentamente que todo el mundo se contagió de su parsimonia, cayó embelesado. Fue la cosa más asombrosa que he visto nunca. Eso fue lo que salvó el concierto, y lo que salvó el festival. Leonard hizo lo inimaginable: encantó a la bestia. Una afligida voz solitaria consiguió lo que algunos de los mejores rockeros del mundo habían estado intentando hacer durante cinco días sin éxito”.

La honradez de los márgenes

En las postrimerías de los años de las flores, junto a Willie Nelson, Waylon Jennings, Johnny Cash y Bob Dylan, Kris trató de que las flores conocieran sus raíces y que las raíces se enamorasen de sus flores. Los límites eran borrosos, los trasvases imperceptibles, la fusión gloriosa: country-rock, folk-rock, blues-rock, era un paraíso musical donde las canciones fluían libremente y lavaban las almas. “Help Me Make It Through The Night”, “For The Good Times”, “Why Me”, “The Taker” y “The Pilgrim” consiguieron que Kris fuera elegido el mejor autor de country en 1970.

Cuatro décadas después, yo sigo escuchando eternamente sus canciones: “Jody And The Kid”, “Jesus Was A Capricorn”, “Silver Tongued Devil And I” fueron canciones que Kris avivó en los corazones de los peregrinos que nos habíamos congregado la noche del 26 de junio en los Jardines de Pedralbes. Se equivocaba, pedía disculpas, volvía a empezar, terminaba las canciones antes de que hubieran acabado, y nos contó anécdotas. Aquella en que estando tocando “Silver Tongued Devil And I” para su hijo de cinco años, éste le dijo: “Papá, ¿por qué haces a otro responsable de tus pecados?”

En 1985, Kris se reunió con Cash, Nelson y Jennings para grabar el álbum “Highwayman”, y en 1987 compuso una de las mejores obras de country de todos los tiempos, “Repossesed”. En 1992 John Trudell le dio las gracias por “dar sin preguntar” en “AKA Graffity Man” -‘el mejor disco del año’, fue considerado por Bob Dylan-. Trudell, indio santee dakota, que había sido portavoz de las Tribus Indias Americanas en la toma de la prisión de Alcatraz en 1969 y durante toda la década de los 70 su presidente, tenía el mayor expediente en los archivos del FBI. En 1979, tras quemar una bandera norteamericana frente al Capitolio, su casa fue arrasada por un ‘accidental incendio’, falleciendo sus tres hijos, esposa y suegra. Kris lo explicó así en su canción “Johnny Lobo”: “(Esta es una historia real) / En una polvorienta reserva /     En algún lugar del territorio de Toro Sentado / Johnny Lobo jugaba con fuego y soñaba con espacios abiertos / Encerrado en un cielo convertido en infierno / Los sueños se habían perdido pero no olvidado / Asesinados como el búfalo sagrado / Pero Johnny Lobo conocía las leyes y se hizo guerrero / Para luchar por su pueblo y su alma // Cargado de lecciones que trajo a casa / De Vietnam a Wounded Knee / Johnny Lobo quemó una bandera que había sido deshonrada / Y pagó el precio por pensar que era libre / Alguien pegó fuego a su casa, quemada hasta los cimientos / Con su mujer y sus hijos dentro / Más tarde, cuando las lágrimas caían sobre las cenizas / Algo bueno murió en Johnny Lobo // En un oscuro rincón de una taberna / Quemando sus viejos recuerdos / Johnny Lobo observa el humo y las nubes ensoñadoras / Que corren como caballos salvajes al viento / El Sagrado Fénix resurge de las cenizas / Hacia el círculo del sol / Las brasas bruñeron el corazón guerrero de Johnny Lobo / Y la batalla no ha hecho más que empezar.”

Trudell fue rodeado por corpóreos amigos: Jackson Browne le produjo el disco “Blue Indians” en 1999, la actriz Angelina Jolie -cuya madre, Marcheline Bertrand, fue compañera de Trudell en sus últimos años de vida- produjo “Bone Days” en 2001, y Trudell siguió escribiendo poemarios: “Stickman”, “Lines From A Mined Mind”. Trudell giró por España en el año 2000 –Huesca, Gijón, Madrid, Badalona y Santiago de Compostela (donde el ex consejero de cultura socialista del ayuntamiento de esta ciudad, Chicho Losa -Auriol Producciones-, dejó a deberle un millón de pesetas después de haberse fotografiado con él y colgado sus medallas).       

Un momento de eternidad

En 1993 Kris participó en el concierto que celebraba el 30 aniversario del inicio de la carrera meteórica de Bob Dylan. Interpretó magistralmente «I’ll Be Your Baby Tonight» y rescató a Sinéad O’Connor de las garras de la locura por haber roto una foto del Papa ante el público. En 1996, volvió a regalarnos una obra magistral, “A Moment Of Forever”, donde sensibilidad e inteligencia se funden en un abrazo musical y poético que detiene el tiempo. Fue de la mano de Don Was -productor también de su siguiente disco, “This Old Road” (2006), y del menospreciado y exquisito “Under The Red Sky” de Dylan, y colíder de la banda Was (Not Was)-. Don dijo: “Efímeramente, Kris parece estar en paz con el mundo y, de alguna manera, algo resignado a mantener una actitud más dulce. Sin embargo, bajo la superficie de sus letras sabias y cultas, hay capas de ironía, dobles significados y un espíritu rebelde y fiero… Poéticamente, Kris ha encontrado un camino para que ambas perspectivas coexistan”: “Luchas como un demonio / Para mantener la cabeza a flote / Encadenado a todo lo que tienes / Y no quieres tirar / Y bajas como una bala / Por el camino de la vida / En un remolino que te succiona / Más profundamente cada día // Así que acudes a tu fiel pareja / Para compartir tus sentimientos / Y te quedas de piedra / Al ver que tu fiel compañera se ha ido (Hasta luego) / Y la verdad asoma lentamente / Estás perdido y solo en alta mar / Y ni siquiera sabes / Cuánto tiempo te queda // Como una vieja Biblia a la que te has agarrado / Durante tantas estaciones / Con las reglas de la supervivencia en palabras / Que aún puedes entender / De pronto te vuelves loco / Cuando te demuestran que aquello en lo que creías / Está mal / Y estás a punto de abandonar la partida // Cantando, Santo Toledo, ya no veo la luz / Todos los horizontes que antes me guiaban han desaparecido / Y la oscuridad me aleja cada vez más de la orilla / Dame alguna rima para que siga adelante.”

Esta fue la canción, “Shipwrecked In The Eighties”, con la que Kris empezó su concierto en Barcelona. Fragilidad por los poros. Voz atonal. Incredulidad. Fe. Cuidado, Kris tiene un by-pass desde 1999, ocho hijos y tres matrimonios -Fran Beer (¡cuidado con el apellido!) fue su novia en el instituto, Rita Coolidge, una hermosa mujer-actriz-cantante cool con la que grabó maravillosos discos en los años 70, y Lisa Meyers, su actual esposa, ex peluquera de Hollywood. Pero en “The Best Of Possible Worlds” -‘el mejor de los mundos posibles’-, Kris se quedó en blanco: “Demasiados golpes cuando era joven”, argumentó. En “Casey’s Last Ride”, se entorpeció: “Creo que tendré que dejar de tocar la guitarra”, advirtió. Un Kris compungido, hace un amago de querer abandonar el escenario, pero, de pronto, la sangre vuelve a subir a la cabeza. El concierto se convierte en un ejercicio de autoafirmación. Estamos ante un hombre moralmente desnudo, espiritualmente armado con las cenizas de sus canciones como puños al aire. “Feeling Mortal”, “Why Me”, “The Pilgrim”. Respeto. Animosidad. Solidarios vítores. Kris se despide con “Please Don’t Tell Me How The Story Ends”: “Esta podría ser nuestra última gran noche juntos… Sólo déjame disfrutar de ella hasta que acabe, o para siempre.”

Necesitamos tu ayuda para realizar las obras en la Redacción que nos permitan seguir creciendo. Puedes hacer una donación libre aquí

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Alberto Manzano

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. isabel

    Mil gracias por avivar la nostalgia y darnos el disfrute de historias y palabras que nos recuerdan que lo importante es vivir.

    Hace 6 años 9 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí