Cerezo, el comunicador de serie B
La imagen que da el presidente del Atlético de Madrid en los medios no se corresponde con la que debería tener un club que aspira a mantenerse entre los más importantes a nivel internacional
Ricardo Uribarri Madrid , 10/07/2017
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Agarrado a la locomotora que ha comandado Simeone en los últimos años, el Atleti ha conseguido escalar hasta la cuarta posición del ranking UEFA y, gracias a esa progresión deportiva, también avanzar puestos en la lista de los equipos más valiosos a nivel económico en el mundo, hasta situarse en el decimocuarto lugar, según la revista Forbes. Sin embargo, hay una importante faceta, la comunicación, en la que el club continúa muy lejos de lo que se espera en una entidad que aspira a estar en la primera línea internacional. En ese ámbito, aún sigue en el vagón de cola.
Un déficit que se agudiza más en la época de vacaciones de la plantilla, cuando los seguidores atléticos se quedan sin la posibilidad de escuchar cada tres días al Cholo, ya que, sin ser su función, sabe mandar los mensajes oportunos en cada momento. Su figura se echa de menos ante las carencias de la otra persona que desde hace ya 14 años ejerce como nexo oficial del club con la masa social y que no es otra que el presidente, Enrique Cerezo.
Cuando Gil Marín se quedó a cargo del club, encontró la fórmula perfecta. Utilizar al campechano Cerezo para que diera la cara ante los medios utilizando la fórmula de hablar sin decir nada
Cualquiera que tenga la responsabilidad de ejercer de portavoz de un colectivo al que diariamente siguen miles de aficionados en todo el mundo debe reunir dos premisas básicas: una es saberse expresar, tener facilidad para comunicar lo que hay que decir. Y la segunda es conocer la materia sobre la que le van a preguntar. Ejemplos hay más que de sobra para afirmar que de ninguna de ellas anda sobrado el dirigente.
Siendo accesible (eso hay que reconocérselo) y gracias a su carácter espontáneo y dicharachero, se ha ganado un trato benevolente en buena parte de los medios de comunicación que sólo se explica desde la displicencia con la que muchos tratan la información del Atleti. Pero a un dirigente que ocupa el lugar que ocupa hay que pedirle en sus comparecencias mucho más que bromas, chascarrillos y respuestas vacías a cualquier cuestión que se le pregunte sobre el club.
En ese puesto, en el que está representando a un club de los más importantes de España y de Europa, se debería exigir otro perfil, mucho más profesional, para que cuando le hagan una pregunta sea capaz de dar respuestas más allá de frases como “de eso no sé nada”, “no he oído ni he leído nada”, “supongo que estarán haciendo algo sobre ese tema”… ¿Se imaginan al presidente de una gran empresa dando esas contestaciones sobre los asuntos de interés de su negocio?
Cerezo está imputado desde el año pasado por su relación con la adquisición de un ático en Estepona por parte del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González
Siendo negativa la imagen que ofrece cuando no dice nada, aún es peor cuando intenta transmitir algo más o recurre a frases hechas. No es de recibo que al presidente del Atlético de Madrid se le recuerden “perlas” como. “¿Puede ser el Atlético campeón de Liga? Peores cosas se han visto”; “Se nos da bien jugar partidos en el extranjero; hoy en Mónaco, la otra vez en Hamburgo, la final en Barcelona…”; “Ser del Atleti tiene una ventaja, da pocas satisfacciones, pero muchas alegrías”; “Esto empieza a ser el vaso que colma la gota de agua”; “Somos un equipo con la cabeza en el suelo”; “¿El nuevo fichaje?, no recuerdo cómo se llama, pero si llega al Atlético de Madrid será por algo”; “Buenos días y buenas tardes a todos”…
Si la vacuidad de sus declaraciones es una pose para no revelar nada, no le favorece. Y si, como muchos se temen, es producto del desconocimiento de lo que pasa en el club, peor aún. Es la consecuencia de ocupar el cargo de presidente pero de no ser la persona que toma las decisiones importantes y que lleva el día a día. Ese es Miguel Ángel Gil Marín, alguien poco amigo de dar la cara en los medios. En su momento, cuando se quedó a cargo de la entidad en 2003, encontró la fórmula perfecta. Utilizar al campechano Cerezo para que diera la cara ante los medios utilizando la fórmula de hablar sin decir nada. ¿La imagen del club? Un tema secundario. ¿Sus meteduras de pata? Daños aceptables.
Si la práctica nos ha desvelado a lo largo de todos estos años su incapacidad para estar a la altura de lo que debe ser un portavoz del Atleti, no conviene olvidar además que estamos hablando de alguien que se ha visto envuelto en diversos problemas con la justicia. Junto a Gil padre y a Gil Marín fue acusado de apropiación indebida de las acciones de la sociedad anónima, un delito que quedó sin castigo al estar prescrito cuando se presentó la demanda. El fiscal anticorrupción del caso Atlético, Carlos Castresana, siempre ha defendido que “Jesús Gil y Enrique Cerezo no pusieron ni una peseta durante el proceso de adquisición del club”. El actual presidente rojiblanco, por el contrario, ha señalado en alguna ocasión que ha llegado a tener 120 millones avalados en la entidad.
Más allá de ese capítulo, Cerezo está imputado desde el año pasado por su relación con la adquisición de un ático en Estepona por parte del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, siendo investigado por los delitos de cohecho y blanqueo de capitales. Llamativas fueron las conversaciones mantenidas por el presidente del Atlético con González, desveladas por el diario El Mundo, que le involucran en diversas gestiones para intentar tapar el caso. A pesar de que sea uno de los accionistas mayoritarios, es otro motivo de peso más para que, al menos, renunciara a ser la imagen del club a la hora de hablar con los medios. Por cosas parecidas han tenido que dimitir ministros.
En cierto modo se entiende que Cerezo no esté enterado del minuto a minuto del equipo ni de lo que genera su entorno. Él, a diferencia de Miguel Ángel Gil Marín, tiene otra actividad profesional que le quita unas cuantas horas al día, la de productor cinematográfico. A través de sus empresas, Video Mercury y Enrique Cerezo Producciones Cinematográficas, se ha convertido en un referente del sector, controlando el 80% de los títulos del cine español, y teniendo en propiedad “para siempre”, como le gusta puntualizar, un catálogo de 7.000 películas. Desde 1998 es además presidente de EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales).
Si la vacuidad de sus declaraciones es una pose para no revelar nada, no le favorece. Y si, como muchos se temen, es producto del desconocimiento de lo que pasa en el club, peor aún
Teniendo en cuenta que empezó como meritorio en el cine en 1966, ¿cómo consiguió labrarse su porvenir? Ejemplo de persona hecha a sí misma y buen negociante, empezó a vender el negativo sobrante de los rollos de las cintas. Después de ascender categorías en el mundo del cine, el momento clave llegaría a principios de los años ochenta, cuando ve en el incipiente negocio de los vídeos una oportunidad y crea una compañía de distribución. Poco a poco fue adquiriendo derechos, lo que le hace ganar dinero muy rápido en poco tiempo y le permitió quedarse con productoras españolas que atravesaban malos momentos. Las malas lenguas aseguran que Cerezo avanzó en los negocios comprando barato al aprovecharse de situaciones económicas críticas.
Para sacar rentabilidad a los archivos de cine español que acumuló, no encontró mejor salida que las televisiones públicas. Así logró que a mitad de la década de los noventa, TVE les comprara a él y a José Frade dos paquetes de películas, operación sometida posteriormente a una auditoría, por una cantidad que, según algunas informaciones, llegó a los 30 millones de euros, aunque él niega que fuera esa suma. Además, durante la presidencia de Esperanza Aguirre obtuvo la concesión para poder tener su propio canal, 8Madrid TV. Curiosamente, le otorgaron licencias en todas las demarcaciones en las que se presentó. Sus buenas relaciones políticas están, para muchos, detrás de otros contratos firmados con Telemadrid por empresas en las que era accionista, como Boomerang TV, Video Mercury o Enrique Cerezo P.C.
Desde hace dos años y hasta 2018, TVE emite Historia de nuestro cine, espacio donde se van a proyectar 690 películas nacionales de las que 556 corresponden al presidente atlético. Como anteriormente ya tenía contratado otro paquete de 183 cintas y teniendo en cuenta que de cada proyección obtiene 15.000 euros, logrará por esos contratos más de 11 millones de euros.
Curiosamente, su relación con el cine fue la llave que le abrió la puerta del fútbol. Y ahí aparece un personaje clave, Pepe Navarro, el que fuera guardameta rojiblanco entre 1978 y 1982. “Yo conocí a Enrique Cerezo porque le iba a comprar unas cintas de vídeo y nos terminamos haciendo amigos. Le presente a Calderón e incluso le dejaba mis abonos para que fuera al campo a ver los partidos. De hecho llegué a ser socio con él de un videoclub. Invertí 250.000 pesetas pensando que las iba a perder, pero la realidad es que gané dos millones”.
En 1987, Cerezo acuerda ir en la candidatura de Calderón, “que buscaba gente joven y con sentimiento atlético para renovar la directiva” --recuerda Navarro-- de cara a las elecciones que se iban a celebrar ese año, pero en marzo falleció el entonces presidente. “Enrique toma la decisión de alinearse, como era lógico, en la candidatura que era la heredera de Calderón, la que presidía Santos Campano, muchos años vicepresidente del Atleti. Yo, junto a Rubén Cano, fuimos los únicos futbolistas que apoyamos a Gil porque creíamos que era el idóneo para solventar las deudas que había con los futbolistas”.
“Gil –explica Pepe Navarro-- llevaba una candidatura algo ‘folclórica’ y tras su victoria necesitaba incorporar a personas con otro perfil, que le ayudaran con el tema económico. Yo le había hablado a Jesús con anterioridad de Enrique y después de las elecciones les presenté. En pocos minutos se pusieron de acuerdo y Cerezo se incorporó al club”.
Ahí empezó una historia que le ha llevado a ser ya el segundo presidente más longevo en la historia de una institución tan importante, que no puede seguir convirtiendo su imagen y su comunicación en una mala película de serie B. El Atleti se merece otra cosa.
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Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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