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Allá por los años 60 del siglo pasado, se descubrió en nuestra península un enorme tesoro. El hallazgo vino a equilibrar lo que por aquel entonces llamaban “balanza de pagos” (término obsoleto: la economía también se rige por modas) y a rebautizar la vieja piel de toro como Spain (is different). De pronto, en un país en blanco y negro, apareció el color de la modernidad y también del dinero fácil. Aquel tesoro era el turismo.

La gallina de los huevos de oro fue alimentada (pitas, pitas) por los más inteligentes del Régimen, gente educada, abierta y razonable, en contra de la opinión de los individuos más trabucaires y de, por supuesto, la Iglesia Católica, siempre temerosa de la contaminación de los espíritus patrios que traerían los extranjeros y, sobre todo, extranjeras, con sus bikinis demócratas.

Esos, los abiertos y razonables --y bienquistos del Régimen--, hicieron grandes negocios invirtiendo en aquel tesoro. Alcaldes-constructores cambiaron la fisionomía de las costas y las bañaron a su vez en ladrillo, precursores del pelotazo y la burbuja inmobiliaria que, como un tsunami, anegaría España muchos años después.

“José Banús (Tarragona, 1906 - Madrid, 1984), empresario, constructor y promotor inmobiliario.

Hijo y nieto de constructores. (…) Banús, junto con su hermano Juan, formó una empresa que levantó el Valle de los Caídos, para lo cual se sirvió de presos políticos en régimen de trabajos forzados que puso a su disposición el régimen franquista. En concreto, su empresa se dedicó a construir la carretera de acceso al complejo monumental del Valle de los Caídos. Era, según Nicolás Sánchez Albornoz, el de "peor trato y fama" de entre los tres destacamentos penitenciarios de Cuelgamuros. A partir de entonces el volumen de sus negocios aumentó de una manera impresionante. En 1962 se trasladó a la Costa del Sol con la idea de crear un complejo turístico de fama internacional y construyó la urbanización Nueva Andalucía en la que se encuentra su joya de la corona, Puerto Banús. También fue el propietario y promotor en una serie de barrios populares de Madrid, como el Del Pilar. Recibió numerosas condecoraciones, entre ellas, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, la Gran Cruz del Mérito Civil y la Gran Cruz al Mérito Turístico” (Wikipedia).

Pioneros, verdaderos visionarios. Como el personaje de Martínez Soria en El turismo es un gran invento (Lazaga, 1967). Harto de que los jóvenes del pueblo lo abandonen para emigrar a las ciudades y a Alemania, el visionario alcalde de Valdemorillo del Moncayo (Paco Martínez Soria) pretende convertir su pueblo en una ciudad turística inspirándose en las de la Costa del Sol, adonde acude para “documentarse”. Pero él y sus compañeros descubren la buena vida, se arrojan de cabeza al vicio y a la francachela (la Santa Madre Iglesia tenía razón) y dilapidan el presupuesto del ayuntamiento, olvidando por completo el objetivo del viaje.

Motor de la comedia “desarrollista”, Pedro Lazaga consiguió entonces un éxito de taquilla muy parecido al actual de Ocho apellidos vascos: la tradición del costumbrismo en el cine español conecta con el clásico término “españolada”, desautorizando la supuesta modernidad conseguida en los 80-90.  El machito ibérico, el rodríguez, el paleto, el timador, los toros, la paella, el sol y la playa… Tópicos del discurso ideológico tardofranquista que sobreviven aún hoy en varias generaciones de españoles y, por supuesto, de extranjeros. ¿Estamos ante el origen de la verdadera Marca España?

En el año en que se rodó El turismo es un gran invento, el ministro de Información y Turismo era Manuel Fraga Iribarne, fundador de Alianza Popular, presidente del PP y primigenio explotador de la gallina mágica: sus herederos han practicado un continuismo de la política turística –y no solo turística-- del Fundador para sacar más huevos del bicho. Pero no solo ellos. Herederos de los herederos, la supuesta oposición pretende ir más allá:

“La cultura según Susana Díaz”

“La "propuesta de futuro" en cultura de la aspirante a la Secretaría General del PSOE consta de 5 breves párrafos, en los que se centra en… la economía. Al punto de que no cesa de hablar de turistas, en realidad. El desarrollo económico que propugna con –una lejana percha en la cultura– viene vinculado fundamentalmente al turismo. Y por un curioso razonamiento: "La mayor creación de clases medias se está produciendo en Asia. Asia tiene excelentes playas por lo que los turistas asiáticos que vienen a España y Europa buscan cultura". La redacción es de este cariz de principio a fin. Digna de un ejercicio de "vuelta al cole" tras el verano, en Primaria. Susana Díaz además hace suya la Marca España, seña de identidad del PP. Quiere mejorarla. El resto de las actividades culturales están en la tarea, "haciendo más atractivo (en singular en el texto) la llegada de turistas y nutren de contenidos la estancia de los turistas". (Rosa María Artal, eldiario.es, 19-5-2017).

Todo gira en torno al turismo: ¿investigación? ¿Emprendimiento? Este es un país sin otra vocación que la de la precariedad del trabajo estacional, insisten desde las alturas, una y otra vez.

“España, incapaz de aprovechar el auge del turismo para crear empleo de calidad” (Eleconomista.es, 22-5-2017)

Y quienes se atrevan a tocar los huevos --de oro-- se arrepentirán. Como ciertos huelguistas, que no respetan nada.

Según una gran parte de la prensa, la gallina dorada está rodeada de amenazas: algunos ayuntamientos son incluso “turismófobos”

“No sé cuándo podré volver a casa”

“Los ciudadanos y los turistas asisten resignados a un nuevo día de huelga mientras se ponen manos a la obra en la busca de opciones para llegar a su destino. “A mí me parece bien que hagan huelga, pero van a arruinar la gallina de los huevos de oro que es el turismo”, comenta enfadado un pasajero al que ni tiempo le da de decir su nombre”. (ABC, 12-7-2017).

Según una gran parte de la prensa, la gallina dorada está rodeada de amenazas: algunos ayuntamientos son incluso “turismófobos”.

“Colau congela el negocio turístico en el centro de Barcelona”

“Ada Colau continúa su cruzada contra el negocio turístico. La alcaldesa de Barcelona decretó ayer la prohibición de nuevas aperturas de establecimientos comerciales vinculados al turismo y el ocio en el centro de la ciudad, concretamente en el distrito de Ciutat Vella. La medida, que se tomó de forma unilateral y sin previo aviso, podrá extenderse hasta los dos años, plazo máximo que se concede el Consistorio para elaborar un plan que permita “limitar las actividades que causan externalidades negativas en los barrios” que más sufren la afluencia masiva de visitantes: hasta 27 millones de personas escogen Barcelona como destino cada año”. (El Mundo, 14-10-2106).

“Ada Colau coloca Barcelona en el ranking mundial de 'turismofobia'. Barcelona se cuela en la lista de los lugares que "más odian" a los turistas.  (Libremercado-Libertad Digital, 25-5-2017)

Que una publicación llamada “Libremercado” abogue por menos controles al negocio en general no es de extrañar. Cuando se trata de las páginas económicas de Libertad Digital, ya sabemos que se le supone un interés particular.

“Agentes de la UDEF dicen que la compra de acciones de Libertad Digital se hizo con la 'caja B' del PP” (InfoLibre, 11-7-2017)

Pero entre los turistas también hay clases: nadie quiere recibir al Magalufero ebrio –como si fuera uno de los apestados no-refugiados del ministro Zoido-- sino a la crème de la crème de los visitantes, el de lujo, el que no hace balconing sino shopping. Y si sabe de arte, mejor.

“La cultura, un gran motor de dinamización en España”

“No solo de sol y playa vive el turismo en nuestro país. La proliferación de museos y centros de arte por toda España es un reclamo muy atractivo” (ABC, 9-7-2017).

“Monumento a la incoherencia”

“La Xunta lleva invertidos en la Ciudad de la Cultura 400 millones, el triple de lo previsto. Solo se han construido cuatro edificios de los seis proyectados. Las obras estarán paralizadas al menos durante tres años.” (El País, 12-11-2011).

“La cultura se queda congelada en los Presupuestos 2017”

“La recuperación anunciada por el Gobierno no se refleja en la partida para las artes. Las aportaciones públicas se reducen un 0,7%, hasta 801 millones” (El País, 4-4-2017).

Mientras medio mundo se vacía, España engorda con millones de turistas gracias a un aliado inesperado: el terrorismo yihadista.

“El terrorismo y la geopolítica cambian el mapa de destinos turísticos”

“Los países que han sufrido ataques sufren caídas de visitantes mientras otros Estados como España se benefician” (El Periódico, 23-8-2016).

“El turismo chino se hunde en Europa por el terrorismo y se refugia en España” (Eleconomista.es, 6-4-2017) 

A las olas migratorias causadas por la guerra, el hambre y la violencia se les pone coto con leyes, mares y concertinas: los refugiados son turistas indeseados. Pero, cuidado: cualquier ola  turística a la busca frenética de un paraíso puede convertirse en un problema de consecuencias imprevisibles.

“Venecia pone en marcha medidas para frenar el turismo”

“Ciudadanos y autoridades temen ‘morir de éxito’. Presionado por la opinión pública, el Ayuntamiento se ha comprometido a impulsar medidas encaminadas a reducir el impacto que supone la visita de 40 millones de turistas al año, en una urbe que ya no supera los 50.0000 habitantes”. (La Vanguardia, 4-5-2017).

Ciertos fondos de inversión han visto su propia granja avícola en la compra de inmuebles en los centros turísticos de las ciudades

“Los pisos turísticos devoran la ciudad: consecuencias del 'efecto Airbnb”

“La proliferación de pisos destinados al alquiler turístico se ha convertido en el caballo de batalla de ciudades como Madrid o Barcelona, donde el precio del alquiler ha batido récords en 2016 y seguirá subiendo, según los expertos”. (Público, 10-4-2017).

Ciertos fondos de inversión han visto su propia granja avícola en la compra de inmuebles en los centros turísticos de las ciudades. Como todos sabemos, estas empresas solo buscan el bien común cuando vacían de empobrecidos ciudadanos las ciudades para reemplazarlos por rollizos turistas. Sabemos también de sus buenas intenciones porque suelen estar radicadas en paraísos fiscales.

“Una tarraconense de 34 años apuntala Goldman Sachs en España”

“Figura al frente del entramado societario montado por el fondo estadounidense para comprar, en Madrid y Barcelona, miles de viviendas protegidas”.

“Lavapiés se manifiesta con ironía por los derechos de los turistas”

“El colectivo Lavapiés ¿dónde vas?, preocupado por la turistización del emblemático barrio madrileño, convoca a los vecinos a una protesta contra los "negocios que priman el beneficio económico propio por encima del equilibrio social" y que expulsan a los residentes del lugar para llenarlo de turistas” (Público, 5-4-2017).

Todos somos turistas: nos convertimos en uno de ellos en el momento en que ponemos un pie fuera de nuestra ciudad, de nuestro pueblo. Es inevitable. Lo que no está tan claro es que al volver podamos ser ciudadanos.