Desde 1987, un año antes de aprbarse la Ley de Costas, la  superficie artificial en el litoral español ha crecido un 57%. Son datos del informe Protección a toda costa, elaborado por Greenpeace y el Observatorio de la Sostenibilidad.

El estudio pone el foco de atención sobre 52 zonas de alta presión urbanizadora que no están protegidas y que se encuentran cerca de áreas ya urbanizadas y bien comunicadas o espacios naturales como la costa de Águilas y Cabo de Cope (en la Región de Murcia); las áreas adyacentes al delta del Ebro (Tarragona), Barreiros (Lugo), el Cap de Creus (Girona); la costa oriental de Fuerteventura, la costa norte de Gran Canaria, Formentera, Finisterre o el tramo entre Zumaia y Zarautz (Guipúzcoa).

durante el boom del ladrillo de 2007, tan solo en el litoral se estaban construyendo (o se habían planificado) 3.000.000 de viviendas

Además, según Greenpeace, “algunas de las políticas ejecutadas en los últimos 4 años (la reforma de la Ley de Costas, la propuesta de reforma de Ley de Suelo de Canarias, la reforma de la Ley de Evaluación Ambiental, la propuesta de reforma de la Ley de Patrimonio y Diversidad…), son viejas conocidas que funcionan como catalizadores de políticas destructoras de suelo y de promoción inmobiliaria”. Esto, sumado a la recuperación inmobiliaria y a las buenas previsiones de crecimiento económico del país, podría dar lugar a otra burbuja del sector en las zonas de costa. En el informe se recuerda que, durante el boom del ladrillo de 2007, tan solo en el litoral se estaban construyendo (o se habían planificado) 3.000.000 de viviendas.

El documento recoge los datos de visados de obra nueva publicados por el Ministerio de Fomento, según los cuales los municipios costeros de más de 10.000 habitantes con mayor número de licencias de obra autorizadas en 2016 (excluyendo las capitales de provincia) fueron Orihuela (1.038 visados), Torrevieja (620 viviendas), Elche (372) y Benidorm (328), todos ellos en la provincia de Alicante.

Existen, sin embargo, diferencias entre los tres grandes tramos costeros de nuestro país en cuanto a superficie artificial: en la costa norte es de un 45%, un 62% en la costa sur y un 48% en Canarias. Por provincias, se puede observar como las tres catalanas han frenado bruscamente su crecimiento urbano en la costa desde 1987, mientras que los valores más altos de crecimiento corresponden a provincias de la costa cálida, destacando provincias como Castellón y Granada.

En cuanto a la protección de nuestras costas, la organización ecologista alerta además de que solo un 27% de la costa española está protegida. Teniendo en cuenta este factor, las 10 primeras provincias con más espacio costero protegido son: Huelva con un 61% debido a la presencia del entorno del Parque Nacional de Doñana; Tenerife con un 59,7%; de Las Palmas (51,6%); Baleares (48,8%); Girona (42,7%); Barcelona (30,8%); Región de Murcia (26,3%); Cádiz (26,2%); Tarragona (23,5%) y Alicante (19,3%).

En el análisis se tienen en cuenta también los llamados “elefantes blancos”: infraestructuras en desuso, fallidas o de impacto ambiental inaceptable de cada una de las provincias. El caso de Málaga es uno de los peores ejemplos de urbanismo descontrolado e insostenible. Según recoge el informe, en el municipio de Marbella hay 20.000 viviendas ilegales resultado de una gestión a espaldas de la Ley.

Entre las soluciones propuestas por Greenpeace para preservar nuestras costas está detener la construcción en espacios protegidos y salvar las zonas que aún se mantienen intactas, llevar a cabo un aumento de áreas protegidas o incluir el cambio climático dentro de la política del litoral de manera transversal.

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Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”.