El hacha
Atleti, sé tú mismo
El partido contra el Real Madrid no será una final, no será un título, pero sí será una ocasión de oro para recuperar la identidad de un equipo que siempre ha sido reconocible
Rubén Uría 15/11/2017
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Seamos honestos. El Atleti está en apuros. No tiene gol y su defensa impenetrable, antaño una roca, sufre un tormento en cada centro lateral. Curtido en mil cicatrices, al Atleti le duele la Champions y le pesa la Liga. Algunos atléticos que presumían de creer, abandonaron su fe en Milán. Otros, feligreses convencidos del catecismo cholista, dudan sobre si el equipo sacará el manual de supervivencia para llegar, intacto, a enero, mes de refuerzos. Y una silenciosa mayoría, para disgusto de los que desean ver cómo se despeña el Atleti, siguen convencidos de que Simeone, contra viento y marea, separará, una vez más, las aguas del Mar Rojo, como Moisés, llevando al pueblo atlético a la tierra prometida. En ese escenario se viene el Madrid, la némesis atlética, la prueba de estrés definitiva. El momento ideal para salir por la puerta grande o por la enfermería. Gloria o cornada en la femoral. No será una final, no será un título, pero sí será una ocasión de oro para recuperar la identidad de un equipo que, en estos siete años con Cholo, ha ganado y también perdido, pero siempre ha sido reconocible.
Durante un lustro, el Atleti de Simeone, a años luz del talento del Barça de Messi y del potencial ofensivo del Madrid de CR7, se ha atrevido a competir con ambas superpotencias, con una identidad marcadísimo
Durante un lustro, el Atleti de Simeone, a años luz del talento del Barça de Messi y del potencial ofensivo del Madrid de CR7, se ha atrevido a competir con ambas superpotencias, discutiendo cada título, con una identidad marcadísima. Un grupo unido, comprometido, convencido y programado para defenderse y resistir los golpes sin dejar de avanzar. A lo Rocky Balboa. El Atleti ha sido un equipo molesto, más duro que los clavos de un ataúd, una migraña para el rival, un equipo al que, para ganarle, tenías que sudar sangre. La coreografía diseñada por Simeone, repudiada por los puristas y desdeñada por los estetas, es sencilla: ardor guerrero, intensidad y trabajo a destajo. Valores poco estéticos, pero más que éticos. Una elección inteligente. Si no tienes la clase del Barça, ten las tripas a las que él no suele recurrir. Si no tienes el martillo pilón del Madrid, ten la agresividad que a él no le hace falta. El estilo del Atleti es pelear. Su táctica, presionar. Su sistema, la intensidad. Y su talento, insistir. Esa ha sido, desde que llegó el Cholo a este equipo, la marca de la casa, la identidad del Atleti. El mal momento de los delanteros, que están bloqueados, puede ser pasajero y puede que, algún día, lleguen los goles. La falta de concentración de la defensa, en algunos momentos, puede ser algo que mejore con un par de partidos sólidos. Y la falta de imaginación en el centro del campo, con confianza, puede progresar adecuadamente. Lo que no puede faltar es la voluntad del grupo de demostrar, de aquí hasta junio, la identidad del Atleti. Ante el Madrid, que es superior, no será relevante ganar, ni empatar, ni perder. Los tiempos en los que el partido ante el vecino rico valía para toda la temporada, afortunadamente, ya forman parte de la prehistoria. Al Atleti, a este Atleti, que es grande, ya no le vale con eso. Entre otras cosas, porque con el Cholo, el club ha escrito su propio relato. Uno de camiseta y sudor. Ganar al Madrid será una anécdota. Perder, también. Ni tres puntos darán para visitar Neptuno, ni cero serán para quemar el Metropolitano.
Lo realmente importante será cómo se compita. Porque, queridos amigos, competir no tiene nada que ver con jugar. El Madrid juega, el Atleti compite. Y debe hacerlo siendo fiel a sí mismo. Demostrando que el esfuerzo no se negocia; que ser campeón no es una meta, sino una actitud; y que, si se trabaja y se cree, se puede. Nada mejor que un derbi para reforzar las convicciones, apretar los puños y demostrar que el Atleti, gane o pierda, va a competir con el alma. La tribu atlética, dude o no, sólo le va a exigir a su equipo una cosa: que, gane o pierda, salga al campo como reza su himno, derrochando coraje y corazón. Atleti, no te quieren por lo que ganas, sino por lo que eres: un monumento al sudor. Sal y pon tu vida ahí fuera. En la derrota, orgullo; y en la victoria, humildad; pero sé tú mismo.
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Rubén Uría
Periodista. Articulista de CTXT y Eurosport, colaborador en BeIN Sports y contertulio en TVE, Teledeporte y Canal 24 Horas. Autor de los libros 'Hombres que pudieron reinar' y 'Atlético: de muerto a campeón'. Su perfil en Twitter alcanza los 100.000 seguidores.
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