1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

CTXT necesita 3.000 suscriptores más para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

La Rusia de Putin, imperio de la violencia machista

Los ultraconservadores y la Iglesia intentan despenalizar los crímenes de género en un país que registra 14.000 feminicidios al año y 36.000 maltratadas por día. Ahora, las mujeres empiezan a entrar en política

Agustín Fontenla Moscú , 17/01/2018

<p>Kseniya Sobchak, durante las protestas masivas contra el Gobierno de 2012 en Moscú. </p>

Kseniya Sobchak, durante las protestas masivas contra el Gobierno de 2012 en Moscú. 

Evgeniy Isaev

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito, la web exclusiva de la comunidad CTXT. Puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí. 

En 1980, el escritor estadounidense Raymond Carver escribió Principiantes, uno de sus cuentos más conocidos. Allí, dos parejas de amigos reflexionaban acaloradamente sobre el amor. Terri, una de las mujeres, decía que su exnovio la amaba tanto que había intentado matarla, y, para probarlo, relataba lo que le había sucedido antes de separarse: “Una noche me dio una paliza, la última que vivimos juntos. Me arrastró por los tobillos por todo el salón, y no paraba de decirme: “Te quiero. ¿No lo ves? Te quiero, zorra”.

Cuesta creer que después de décadas de lucha contra la violencia machista, esta versión enfermiza del amor aún sobreviva en ciertos países. Sin embargo, más increíble resulta que algunos la toleren o, incluso, la estimulen. Uno de esos países es Rusia, donde las estadísticas policiales indican que 36.000 mujeres son golpeadas cada día, y ONG locales como Anna Center sitúan en la escalofriante cifra de 14.000 los asesinatos anuales de mujeres a manos de hombres. 

En este contexto, la Duma Estatal (el parlamento ruso) aprobó en 2017 una ley que despenaliza las palizas de los hombres a las mujeres, siempre y cuando se trate de una sola al año y no le rompa los huesos. La impulsora de la norma, la ultraconservadora Elena Mizúlina, lo explicó con estas palabras: “Se trata de ataques físicos que no requieren un reporte médico puesto que no resultan en lesiones, sino que son disputas familiares con consecuencias menores”. 

La Duma Estatal (el parlamento ruso) aprobó en 2017 una ley que despenaliza las palizas de los hombres a las mujeres, siempre y cuando se trate de una sola al año y no le rompa los huesos

Mizúlina no está sola en su cruzada para descriminalizar la violencia machista. El Kremlin aprobó el año pasado la norma impulsada y votada favorablemente por la Duma, y la iglesia ortodoxa rusa enmarca esta legislación en una disputa mayor para defender los valores tradicionales de la familia. En una comunicación oficial del 2016, la principal institución religiosa del país afirmó que “si es razonable y realizado con amor, el castigo corporal es un derecho esencial que entregó Dios a los padres”. Paradójicamente, la cita parece ser la fuente de donde Terri, el personaje femenino en el cuento de Carver, se nutrió para justificar que su novio intentara matarla a golpes.

A pesar de esta situación, la realidad rusa en relación a la violencia doméstica y la lucha por la igualdad de género es diversa y compleja. No toda la sociedad consume y adopta sin reparos el discurso oficial. Existen focos de resistencia, y en ciertas asignaturas Rusia está por delante de otros países que se jactan de haber avanzado en esta materia. 

Un ejemplo de esto último lo constituye la despenalización del aborto. La URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) fue el primer estado en despenalizarlo, en 1920, y aunque Stalin lo limitó durante poco más de dos décadas, se mantiene en la actualidad como un derecho social adquirido. 

Otro ejemplo más reciente es que el grupo musical y activista ruso Pussy Riot, que enarbola la bandera del feminismo, se haya convertido en el colectivo nacional más conocido dentro y fuera de Rusia. Aunque su discurso, muchas veces superficial, puede quedar diluido en el fluido informativo de las redes sociales, es indiscutible que sus acciones pusieron de relieve la desigualdad entre hombres y mujeres y la discriminación que sufren estas últimas en todos los ámbitos del Estado. 

Otro caso que expresa la complejidad de la lucha contra el patriarcado se observa en el ámbito político. Aunque los avances que promueve pueden ser involuntarios y no cohesionados, son más efectivos que los que pueden conseguir por sí solos el arte y el activismo. Las propias Pussy Riot, por ejemplo, que desafiaron la autoridad política y religiosa (con el popular concierto en la Catedral Cristo Salvador de Moscú, que les valió la cárcel), concentran sus presentaciones fuera del país, pero dentro han fallado a la hora de conectar con un amplio público que las observa con sospecha.  

Las organizaciones no gubernamentales, por su parte, realizan una tarea de hormiga que, aunque salva diariamente a un incontable número de mujeres, se enfrenta a un discurso oficial respaldado por dos aparatos de enorme poder: el Estado y la Iglesia. Su tarea es siempre posterior, pero difícilmente logran prevenir la violencia contra la mujer o concienciar a la sociedad sobre ella.

En 2017, tres mujeres rusas han logrado tanto protagonismo como las principales autoridades del país. El caso más sobresaliente es el de Margarita Simonian, directora de la cadena de televisión estatal Russia Today. Incluida entre las 50 mujeres más poderosas del mundo según la revista Forbes, ha debido responder a cientos de acusaciones por la supuesta cooperación de Rusia con Donald Trump o la injerencia en procesos electorales de otros países. En la actualidad, al estar al frente del principal aparato de difusión oficial ruso en el mundo, es un actor central del Kremlin.

Otro caso es el de María Zajárova. Además de emitir partes de guerra sobre el conflicto sirio, la joven portavoz del Ministerio de Exteriores ruso es una de las principales encargadas de responder a las acusaciones occidentales sobre injerencia y propaganda rusa, como sucedió con el caso de Cataluña. 

Menos conocido es el rol de Elvira Nabiullina, presidenta del Banco Central desde 2013, cuya labor fue fundamental para pilotar la crisis financiera que sufrió el país por la caída del precio del petróleo y las sanciones de Occidente contra entidades bancarias nacionales.

Las primeras candidatas a la presidencia desde el año 2000 

El mayor impacto en el debate por la igualdad de género se produjo el año pasado a raíz de la candidatura a las presidenciales del próximo 18 de marzo de la periodista Ksenia Sobchak, y las subsiguientes que anunciaron otras cinco mujeres. La última vez que una mujer luchó por la presidencia de Rusia fue en el año 2000, cuando se presentó la dirigente Ella Panfilova, que hoy es directora de la Comisión Electoral Nacional. 

La intervención de Sobchak durante la conferencia de prensa de final de año (transmitida a todo el país por la televisión oficial rusa) de Vladímir Putin fue sonada. La joven periodista y estrella de Instagram realizó la pregunta más osada. Preguntó por qué en Rusia las personas que competían en política temían represalias que podían acabar con su vida, y señaló el caso de Alexei Navalni, que se enfrenta a una condena en suspenso, sufre la prisión de su hermano menor y no está autorizado a competir en las elecciones. 

En el contexto patriarcal, la imagen que proyectó Sobchak desafiando a Putin en la televisión nacional puede ser más efectiva que las denuncias de Navalni o las intervenciones de políticos opositores

En el contexto patriarcal, la imagen que proyectó Sobchak desafiando al presidente y hombre fuerte de Rusia en la televisión nacional puede ser más efectiva que las denuncias de Navalni en Youtube o las intervenciones de políticos opositores que, sin acceso a un debate electoral, se conforman con alguna entrevista aislada en los pocos medios independientes del país.

El intento de Sobchak de competir por la presidencia es el acicate más potente en favor de la discusión sobre el rol de la mujer en la sociedad rusa.

En 2012, a los 31 años, Sobchak, cuyo padre fue alcalde de San Petersburgo y mentor de Putin, participó en las marchas de protesta de la plaza Bolotnaya (las más multitudinarias en la era Putin) para reclamar comicios transparentes. Una participación que, además de constituir un claro desafío al viejo aliado de su familia, fue más que simbólica: Sobchak se subió a un escenario improvisado y se animó a tomar el micrófono ante una legión de dirigentes masculinos. 

Meses después, cuando el Kremlin reprimió las protestas y la oposición perdió margen de acción, se dedicó a su vida profesional. A pesar del vacío que le hicieron los medios oficialistas, logró consolidar su carrera mediática, entró en distintos negocios (de perfumes y diseño de indumentaria a activos en empresas de telefonía) y, sobre todo, ganó mucho dinero. Un hecho que en Rusia lleva implícito un mensaje libertador: no dependo de un hombre para mantenerme.

En octubre pasado, anunció su deseo de competir con Putin por la presidencia y presentó un esbozo de un programa electoral que no incide en los problemas de género –más allá de la brecha salarial y la ausencia de mujeres en cargos políticos. Su contribución, sin embargo, deriva de la imagen que proyecta entre las millones de mujeres que siguen sus perfiles en las redes sociales, del acceso que ha logrado a los canales oficiales (la principal fuente de información de los rusos) y de la interpelación constante que hace de ellas para sumarlas a un proyecto político en el que, afirma, la mujer estará a la par del hombre. 

Después del anuncio de Sobchak se postuló la mediática Ekaterina Gordon, cuyo caso es más controvertido, pero no deja de ser inspirador para sus compatriotas. En un país con esa brutal cifra de asesinatos de mujeres, se animó a denunciar a su marido por violencia de género, se divorció en tres ocasiones (dos del mismo hombre que la golpeó) y fundó una ONG para dar apoyo a otras víctimas del mismo flagelo. 

Ekaterina Gordon, durante un concierto en 2014.

En su lanzamiento electoral, Gordon señaló que conoce “de primera mano cómo funciona el sistema judicial en la práctica y cómo las mujeres trabajan duro para criar a sus hijos mientras los hombres esquivan la responsabilidad”. Su propuesta apunta a combatir uno de los principales obstáculos que enfrentan las víctimas de la violencia de género en Rusia: la justicia.

En tercer lugar, y completamente invisibilizada por los medios oficialistas, se presentó la activista Tatiana Sújareva. Durante años en contra de la corriente, es una de las pocas voces del país que reivindica el feminismo en profundidad. Desde su blog en la radio independiente Eco de Moscú, ha analizado y difundido los principales desafíos de las mujeres rusas. Después de competir en las últimas elecciones para alcaldesa de Moscú, se postuló para las presidenciales con un programa cuyo objetivo primordial es combatir la fabricación de casos criminales contra mujeres, que “han alcanzado la escala de catástrofe nacional”.  

Tatiana Sújareva, en un mitin por los derechos civiles en Moscú. 2013.

Otras tres mujeres han prometido sumarse a la contienda electoral. Se trata de Elena Semerikova, de Diálogo por las Mujeres, una organización de corte conservador que defiende el rol tradicional de la mujer; la presentadora y empresaria Larisa Renar, cuyo objetivo es lograr “el derecho a la felicidad” de los ciudadanos; y Aina Gamzatova, una periodista, escritora y figura saliente del mundo musulmán que reside en Daguestán, una región del Cáucaso conocida por ser la cuna del terrorismo islámico en Rusia.

Aunque no es seguro que todas cumplan los requisitos del Comité Electoral, el número y diversidad de candidatas muestran el avance de las mujeres en el campo político –de llegar todas a la carrera final, sería la primera vez que se presentaran casi tantas mujeres como hombres en unas presidenciales. Sin embargo, los expertos no son unánimes respecto al impacto que puede lograr en la lucha por la igualdad de género. 

“Sobchak y Gordon son las representantes típicas de un pequeño grupo de mujeres hechas a ellas mismas, que no se tomarán los tres años de permiso por maternidad ni están en su casa cocinando borsch (la sopa tradicional rusa)”, dice Valeria Kasamara, analista de la Escuela Superior de Economía de Moscú. A su juicio, “la mayor participación de las mujeres en política no afectará de ninguna manera. En Rusia, los estereotipos patriarcales son muy fuertes”.

Tatiana Stanovaya, experta del Centro Carnegie de Moscú, mantiene una opinión más optimista sobre el ingreso de la mujer en la esfera política: “La gente no está lista para elegir a una mujer como presidenta, pero puede imaginar fácilmente a una mujer como primera ministra”.

Para argumentarlo, Stanovaya señala el caso de Nabiullina, “que antes de convertirse en presidenta del Banco Central era una deslucida ministra de Desarrollo Económico. Ahora es una persona extremadamente influyente”. Por otra parte, reconoce que las mujeres fuertes de la política nacional como Valentina Matviyenko, presidenta del Consejo de la Federación de Rusia (la Cámara alta del Parlamento), Olga Golodets, viceministra de Asuntos Sociales, y María Zajárova, portavoz de Exteriores, conservan un “enorme poder” pero siempre mantienen “un estatus técnico, no político”, y no representan una amenaza para Putin. 

cuando se trata del cargo de presidente, solo un 34% de los rusos está dispuesto a que una mujer ocupe ese puesto en los próximos diez o quince años

Tatiana Sújareva, activista y dirigente política, cree que “la promoción de las mujeres a lo más alto del poder afecta positivamente a la situación de las mujeres”. De todas maneras, precisa, “la igualdad de género en Rusia existe solo sobre el papel. Las mujeres no son realmente admitidas en las empresas y en la política”. 

Las últimas encuestas reflejan la misma disparidad que manifiestan los expertos. Un trabajo realizado por el Centro Levada en septiembre de 2017 señala que un 60% de los rusos desea ver a las mujeres ocupando posiciones altas dentro de la esfera política. Sin embargo, cuando se trata del cargo de presidente, solo un 34% de los rusos está dispuesto a que una mujer ocupe ese puesto en los próximos diez o quince años.

El 18 de marzo, los rusos podrán optar entre varias candidatas mujeres en las elecciones presidenciales. En un país que, desde la caída de la URSS, ha demostrado una capacidad de adaptación tan veloz como traumática a ciertos avances políticos occidentales, los comicios serán un test para determinar cuál es la expectativa sobre el rol de la mujer en la política durante los próximos años y qué grado de protagonismo o marginalidad tendrá el debate contra la violencia patriarcal.

Mientras tanto, la realidad más terrenal seguirá imponiéndose cruda y rotundamente, con cientos de mujeres muriendo por la violencia machista cada día, y con el liderazgo indiscutible de un político que gusta de presentarse a sí mismo como el “hombre fuerte”.

CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito, la web exclusiva de la comunidad CTXT.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Agustín Fontenla

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

8 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. jose

    Tranquilos, que las que sean feas fracasadas y no tengan hijos ya vendrán a europa a predicar las bondades del feminismo y a degenerar mś todavía si cabe la sociedad occidental ... al final tenemos lo que nos merecemos por tanto marica y panoli pagafantas

    Hace 4 años 8 meses

  2. Anónimo

    Hace 100 años En Rusia la mujer podía optar por puestos honorarios, cosa que ustedes en su país progre no tenían, o no han oído sobre Liudmila Pavlichenko? La francotiradora que ganó la medalla de la gloria?, en fin, los rusos celebran con sus novias o esposas regalando Flores, llevándola a pasear o llevándola a un restaurante, mientras que ustedes, bola de descerebrados, marchan enseñando las tetas y los pelos arcoiris de sus sobacos

    Hace 4 años 8 meses

  3. javiera

    Muy completo muchas gracias, lo encontre con valores claro, apoyando al valor de las mujeres, como iguales, y a rusia tambien, sin prejuicios politicos. Me encanto el nexo del cuento del comienzo, para destruir el argumento super nacionalista religioso de la violencia como un "derecho" divino y tradicional.

    Hace 6 años 3 meses

  4. VENDIDOS

    ¿Para qué necesitáis suscriptores en CTXT? Con estos artículos anti-rusos está claro que os financia Soros... Así que dejad de pedir limosna y proclamad para quién trabajáis, vendidos!!

    Hace 6 años 7 meses

  5. Fran

    "La Duma Estatal (el parlamento ruso) aprobó en 2017 una ley que despenaliza las palizas de los hombres a las mujeres, siempre y cuando se trate de una sola al año y no le rompa los huesos" Con tal de criticar a Rusia ... a ver, yo lo que leí, y que se puede deducir del mismo texto que escribe este senyor (esto es lo más divertido, no creeis), es que daba igual quien golpeara a quien. Simplemente por dar un tortazo, sea quien sea el que lo dé, no se podía iniciar ningún trámite judicial. El mismo autor lo pone en boca de la facha esa rusa: “Se trata de ataques físicos que no requieren un reporte médico puesto que no resultan en lesiones, sino que son disputas familiares con consecuencias menores”. El autor "interpreta" el cambio de norma, lo circunscribe a que solo se despenalizan las palizas de hombres a mujeres. Me parece que en un país en el que mueren tantísimas mujeres a manos de sus parejas, no hace falta tergiversar un cambio de ley, no? La situación ya es bastante jodida, como para que manipulemos un cambio de ley.

    Hace 6 años 7 meses

  6. jaimito

    Pero qué ateos ni qué ateos, CRISTIANOS ORTODOXOS!!

    Hace 6 años 7 meses

  7. CrudaRealidad

    Si Lenin levantara la cabeza lo primero que haria seria fusilaros a todos vosotros troskos! (pero de guen rollo ;-D)

    Hace 6 años 7 meses

  8. manuel

    Y HABLAMOS DE LOS MUSULMANES, PERO ESTOS RUSOS QUE SON ATEOS Y HACEN LO MISMO CON LAS MUJERES. SI LENIN LEVANTARA LA CABEZA...

    Hace 6 años 7 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí