Una vez alcanzada la edad de jubilación, la participación e inclusión de las personas mayores en la sociedad es unos de los factores más importantes en términos de bienestar para este grupo de población. De la misma forma, esto influye de forma positiva en el resto de la sociedad, que se ve beneficiada de esta implicación y que puede ir desde actividades sociales a la permanencia en el mercado laboral remunerado. En España, el Índice de Envejecimiento Activo –la inclusión saludable y activa de las personas mayores– tiene una puntuación de 32,6 puntos, más de un punto inferior a la media de la Unión Europea.

Los datos de este índice, publicados por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa, agrupan más de veinte indicadores condensados en cuatro dimensiones relacionadas con la inclusión de las personas mayores: empleo, participación social, vida independiente y segura, y capacidad para un envejecimiento saludable.

Los resultados, que pueden variar de 0 a 100, muestran que en Europa se aprovecha apenas un tercio del potencial contributivo de los grupos de población más mayores. España se sitúa por debajo de la media, mientras que otros países del entorno mejoran los resultados pero sin acercarse a los cincuenta puntos: Alemania arroja un índice del 35,4, Reino Unido del 39,7, y Suecia del 44,9.

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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el infodato Índice de Envejecimiento Activo, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.