1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

La cruzada moral del neofascista Bolsonaro contra los derechos de las mujeres y LGTBI

El nuevo presidente de Brasil defiende el orden patriarcal colonial y dice luchar contra la “ideología de género”

Nuria Alabao 5/11/2018

<p>Jair Bolsonaro (PP-RJ).</p>

Jair Bolsonaro (PP-RJ).

BETO BARATA

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT organiza las I Jornadas Feministas en Zaragoza el 8 y 9 noviembre. Durante dos días, más de 40 ponentes debatirán para cambiar el mundo desde el feminismo. Puedes mandar tu idea a jornadasctxt@gmail.com. Si quieres contribuir a nuestra libertad y nuestra salud, dona aquí:

En Brasil –más de 200 millones de habitantes– acaba de ganar Jair Bolsonaro, un neofascista peligroso para la democracia y los derechos humanos. Ha sido un mazazo. Un paso más –dramático– en lo que constituye este fin de ciclo de los gobiernos progresistas latinoamericanos.

La campaña del exmilitar Bolsonaro –con su acuchillamiento incluido– ha sido durísima y violenta. El estilo del candidato y sus apoyos así lo han querido y estimulado. Las agresiones y los crímenes de odio se dispararon esos días contra opositoras, habitantes de las favelas, afrodescendientes y aquellos que condensan la inquina del nuevo presidente: una mujer transexual fue asesinada durante la campaña al grito de “¡Bolsonaro presidente!” Grupos de hombres blancos, de clase media con camisetas de su líder exhibían sus ganas de defender a golpes los valores “cristianos” del candidato. El odio es el aceite que ha engrasado esta victoria en unas elecciones que Bolsonaro ha reducido a tres ejes: corrupción política, valores morales –“defensa de la familia”, en sus propios términos– y seguridad o lucha contra el crimen. Bolsonaro ha conseguido aunar estos tres elementos en una suerte de cruzada donde la izquierda –y sobre todo el PT– es la culpable de la decadencia moral de Brasil, el enemigo a batir, incluso de forma violenta si hace falta: “los rojos marginales serán eliminados de la patria”, dijo en un mitin.

Para Bolsonaro, los subsidios para los pobres, las leyes de discriminación positiva para los negros, la protección de las áreas indígenas en la Amazonía y las tierras para los campesinos que las reclaman son las políticas del PT que han generado un clima de “ruptura social” que hay que contrarrestar con valores cristianos y mano dura.

Esos valores son compartidos y funcionales a las iglesias evangelistas más ultras, los militares, los fabricantes de armas, los terratenientes y algunos sectores empresariales y financieros que están detrás del apoyo a Bolsonaro –cuyo programa económico es extremadamente neoliberal–. En esta amalgama discursiva, recuperar la grandeza de Brasil pasa por oponerse firmemente a la “ideología de género”, ese fantasma creado por la jerarquía católica hace poco más de una década que tan grato es a las poderosas iglesias evangélicas pentecostales y que sirve para aglutinar a las derechas más extremas del continente en torno a un frente común. Luchar contra la “ideología de género” –y el “marxismo cultural” no olvidemos que va en un mismo pack– implica la oposición radical a los derechos sexuales reproductivos –sobre todo al aborto–, a los derechos LGTBI –leyes de identidad de género, matrimonio igualitario y adopción de parejas del mismo sexo– y a la educación igualitaria en las escuelas a la que acusan de querer “sexualizar a los niños”. De hecho, Bolsonaro se apuntaba como victoria propia el conseguir parar un proyecto que pretendía luchar contra la homofobia en las escuelas promovido por el actual candidato del PT, Fernando Haddad, mientras fue ministro de educación. “Si un chico tiene un desvío de conducta cuando es joven, hay que volverlo a poner en el buen camino, aunque sea con unos bofetones”, dijo Bolsonaro en 2010 refiriéndose a la homosexualidad.

Iglesias pentecostales en el frente de batalla

Se ha resaltado la importancia de las distintas confesiones evangélicas –fundamentalmente las iglesias pentecostales– en estas elecciones por su apoyo incondicional a Bolsonaro. Se estima que estas iglesias tienen 42,3 millones de fieles en Brasil –un 22% de la población– y su importancia continúa creciendo. Organizan el voto, pero también son capaces de estructurar socialmente a los más pobres y están vinculadas con las movilizaciones sociales que se oponen al avance del derecho al aborto en Brasil –ahora solo es legal si corre peligro la vida la madre o si es fruto de una violación–; al matrimonio igualitario –instituido a partir de una decisión del Supremo Tribunal Federal en 2013– y a otros muchos derechos. Así como son capaces de organizar protestas tan chocantes como las que acompañaron a la filósofa feminista Judith Butler en su visita al país donde se llegaron a quemar muñecos con su imagen.

Estas iglesias tienen un enorme poder social y mediático. La Iglesia Universal del Reino de Deus, por ejemplo, controla más de 20 canales de televisión, 40 radios, además de varias discográficas y editoriales y tiene beneficios multimillonarios. Pero no se confirman con las mentes –y el dinero– de sus fieles, también van avanzando en lo institucional. En Brasil existe una “bancada evangélica” que aglutina a 91 congresistas y posiciones estratégicas como la alcaldía de Río de Janeiro. Ese avance institucional se constata además en toda América Latina. Guatemala tiene un mandatario evangélico, Jimmy Morales. En Colombia, la derrota del referéndum sobre el acuerdo de paz con las FARC, estuvo muy vinculada a la campaña en contra que hicieron estas iglesias precisamente con el argumento de que promovía la “ideología de género”.

Para compensar el apoyo a Bolsonaro de estas Iglesias, durante la campaña, Haddad se reunió con la jerarquía católica, supuestamente para prometerles que no habría avances en el derecho al aborto, una componenda que ya se le había recriminado a Dilma Rousseff. En realidad, esta cuestión es el talón de Aquiles de los que fueron los gobiernos progresistas latinoamericanos, donde en general se prefirió pactar con católicos y protestantes y no concitar su oposición, antes que garantizar un derecho que impediría las miles de muertes por abortos clandestinos mal realizados que suceden en toda latinoamérica –más de 4 diarias en Brasil–. 

De hecho en este país, en el 2015, se produjeron una serie de protestas masivas contra el proyecto de ley evangélico que pretendía endurecer todavía más la ley del aborto. En Brasil se produce un fenómeno que se repite en toda la región donde se producen movilizaciones masivas de la sociedad civil para expandir derechos, en contraste con poderes legislativos cada vez más conservadores. El feminismo ha ido cobrando presencia pública en la calle y relevancia política. De hecho, las mujeres han liderado las manifestaciones más masivas contra Bolsonaro durante la campaña –las de #EleNão (Él No)–. Se repite de país en país: el feminismo constituye uno de los mayores frentes contra el avance del neofascismo tanto en el voto, como en la calle. Un 10% menos de mujeres votó al exmilitar y el grupo social en el que menos apoyo tuvo de todos fue entre las mujeres pobres –solo le votaron un 14%–. Aunque no fue suficiente, esperemos que esta fuerza feminista consiga articularse en un frente de lucha más amplio capaz quizás de frenar la involución de derechos –y el clima de violencia– que sin duda va a implicar la elección de Bolsonaro.

CTXT organiza las I Jornadas Feministas en Zaragoza el 8 y 9 noviembre. Durante dos días, más de 40 ponentes debatirán para cambiar el mundo desde el feminismo. Puedes mandar tu idea a jornadasctxt@gmail.com. Si...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Nuria Alabao

Es periodista y doctora en Antropología Social. Investigadora especializada en el tratamiento de las cuestiones de género en las nuevas extremas derechas.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

1 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. cayetano

    La igualdad de género y el feminismo de hoy no son los de ayer, especialmente en algunas regiones del Mundo. Siendo los valores éticos y morales los mismos que portaban, hoy se fundan en una reivindicación institucional de una realidad efectiva, la independencia –igualdad- que han alcanzado las mujeres gracias a su incorporación masiva al mundo laboral y su formación. Incorporación que ha venido acompañada de una cultura de la independencia –igualdad- también en lo cultural, recreativo… Ésta nueva situación material y efectiva da una dimensión y alcance nuevos a la lucha feminista, ya no se centra en aspectos parciales sino al conjunto de los comportamientos, relaciones y cultura. La Crisis Económica abrió un proceso de catarsis social y cultural que dio bríos al conflicto entre la igualdad de género y patriarcado, contexto sinérgico que ha impulsado y visibilizado aún más las reivindicaciones antidiscriminatorias de las orientaciones sexuales. Ahora estamos viviendo un proceso de resistencia institucional de una cultura patriarcal ya desbordada. Desbordamiento material que es diferencial respecto a qué regiones geoeconómicas, donde algunas todavía están lejos de desbordar. De forma que la cultura globalizada, provoca mayores resistencias donde la realidad material o efectiva de las mujeres no acompañan al discurso liberador. En cualquier caso, la catarsis cultural que aceleró la crisis económica ha puesto de manifiesto la nueva hegemonía cultural y las resistencias institucionales de la precedente. Los miedos que este nuevo paradigma generan en el mundo de seguridades morales anteriores, y que supone este fenómeno cultural por méritos propios en lo económico y social, son ascuas que arrimar al fuego del odio y la confrontación social que auspician y aúpan al neofascismo. Las religiones suelen ser creencias conservadoras culturalmente y organizadas institucionalmente, convirtiéndose en la némesis instrumental del cambio social. Pues niegan la realidad que sustenta una cultura ya rebasada hegemónicamente en la cultura social, y pertenecen al rango institucional de relaciones organizadas que se resisten al mismo. Sin embargo, a diferencia de otras ocasiones y luchas feministas esta abarca toda la realidad social, precisamente por fundarse en la misma realidad social. Es la primera vez en la Historia que la realidad social acompaña armoniosamente la lucha por la igualdad de género, al menos, en los llamados países desarrollados. De ahí que en esta ocasión, la religión no vaya a ser un factor decisivo, y las iglesias se verán obligadas a mutar sus interpretaciones dogmáticas hasta transmutarlas en metáforas alegóricas como han hecho tantas veces. La lucha feminista en los países desarrollados será un gran frente de oposición al neofascismo, pero dicho fenómeno no responde fundamentalmente a la resistencia de género. Por ello, siendo la igualdad de género una catalizadora de las sinergias que representan una cultura armonizada a nuestra realidad social –en el mundo desarrollado capitalista-. Se utilizará por parte del neofascismo como elemento generador de inseguridad y miedo, pero no será el elemento fundamental de su campaña, aunque sus exabruptos respecto al tema escandalicen más, precisamente en función a la normalización hegemónica de la nueva cultura. El neofacismo y las ultraderechas se asientan sobre resistencias al cambio ya producido culturalmente, de ahí la instrumentalización de la llamada “ideología de género” y las religiones. Pero fundamentalmente no responden a inseguridades de orden identitario cultural, sino a la angustia de la inseguridad material, laboral… . Este último elemento es el que da la victoria a Bolsonaro, no la contraposición de religión e igualdad de género o identidades. Terreno en el que el PT no ha sabido responder y presentar alternativa, o que no ha sabido transmitirla en la campaña, reduciéndola en su comunicación a los exabruptos de género, homófobos y racistas de Bolsonaro. Bolsonaro matendrá una cruzada en dicho frente, pero será uno de los elementos de mayor desgaste que sufra. Depende de la izquierda someterlo también al test de la presión social por la mejora de las condiciones laborales y sociales. Un cordial saludo.

    Hace 5 años 8 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí