1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

TRIBUNA

Perplejidad y desconcierto

Si se quiere reducir el elevado abstencionismo entre las izquierdas, necesitamos impulsar políticas que reduzcan la desigualdad social y ofrecer un proyecto político de Estado desde una cultura federal de cooperación

Joan Coscubiela 15/12/2018

<p>Banderazo</p>

Banderazo

La Boca del Logo

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT es un medio pequeño pero sus luchas son grandes. Necesitamos tu ayuda para seguir avanzando. Puedes suscribirte en agora.ctxt.es o hacer una donación aquí:

Así, perplejos y desconcertados nos hemos quedado al conocer unos resultados electorales en Andalucía que nadie, absolutamente nadie, fue capaz de anticipar. Y ese desconcierto me parece el dato más determinante de todos, porque amenaza con instalarse entre nosotros. 

La ciudadanía de Andalucía ha expresado de diferentes formas su malestar e indignación, en ocasiones incluso la ira que sienten y que comparten con otras muchas personas en todo el mundo, ante la gran dislocación de todas las estructuras sociales provocada por una globalización económica, social, cultural que genera desigualdad, inseguridad y desarraigo.  

Y nuestro desconcierto aumenta al tratar de interpretar lo que ha sucedido. Obsesionados con Vox pasamos por alto que la intensidad del impacto de los resultados electorales tiene que ver con los 400.000 votos a ese partido, pero también y mucho con un aumento de la abstención, que ha ampliado el espectro sociológico del “precariado político”, y con la desmovilización del electorado de izquierdas que ha supuesto una pérdida de 700.000 votos en relación a las anteriores autonómicas.  

Obsesionados pasamos por alto que la intensidad del impacto de los resultados electorales tiene que ver mucho con la abstención, que ha ampliado el espectro sociológico del “precariado político”

Son efectos distintos, pero a mi entender tienen un mismo hilo conductor, compartido además con reacciones muy parecidas en otros lugares del mundo. Mientras unos sectores sociales –en general los más acomodados o los que tienen una mayor percepción de riesgo– lo han canalizado participando activamente en las elecciones y expresando su indignación con el voto a Vox, al que han considerado el partido que mejor representa el combate contra todo lo que temen o aborrecen, otros –especialmente los de rentas más bajas y más afectados por la desigualdad social– lo han expresado desentendiéndose de las elecciones. Es en esa combinación de activismo electoral de unos e inhibición de otros donde reside la clave del gran impacto político de estas elecciones, que no se puede explicar solo con el desembarco de Vox.  

Si desde las izquierdas se quiere acertar en la respuesta es importante entender toda la complejidad que expresan los resultados de las elecciones andaluzas, salvo que queramos conformarnos con la consigna fácil que solo sirve para eludir responsabilidades propias, cohesionarse en la derrota, consolarse con la épica y poca cosa más. 

Nuestra dificultad para entender se explica por la tendencia a buscar respuestas simples a realidades complejas. Una tentación que aumenta cuanto mayor es el desconcierto. Quizás por eso estamos atrapados, discutiendo sobre si en Andalucía hay o no 400.000 fascistas o intentando buscar una sola explicación –contraponiendo unas a las otras– o debatiendo sobre la importancia de los factores económicos y los culturales-identitarios. Por supuesto, con el conflicto catalán como gran protagonista de muchas explicaciones.

El desconcierto es aún mayor cuando se trata de decidir sobre la respuesta más adecuada. Desde el frente antifascista, el cordón sanitario o la normalización de Vox, todas estas respuestas cometen el mismo error, giran únicamente alrededor de este partido, con lo que pueden contribuir involuntariamente a su consolidación. Y se ignoran otros datos muy importantes, entre ellos las causas de la gran desmovilización del electorado de izquierdas.  

Para acercarnos a un buen diagnóstico deberíamos asumir la complejidad de la situación y rehuir respuestas únicas, fáciles y simples. Y para conseguirlo quizás, solo quizás, nos sirva el símil de los incendios forestales y debamos distinguir entre las causas, los detonantes y los aceleradores de este “incendio” político. 

En la aparición de una fuerza nacional populista de extrema derecha como Vox encontramos algunas causas que también están en el origen de la elevada abstención del electorado de izquierdas y que compartimos con procesos similares en muchos otros países. La globalización sin gobernanza política está generando inseguridad y miedo en amplios sectores de nuestras sociedades. Por sus consecuencias económicas, en forma de desigualdad social o simplemente de perdida de perspectivas de bienestar. Por las consecuencias sociales, en la medida en que los procesos migratorios nos traen a las puertas de casa la brutal desigualdad social y sus consecuencias en términos de convivencia. Y están dando a luz a sociedades más mestizas, postnacionales, en las que aumentan las personas no nacionales, excluidas de los derechos políticos que en cambio son destinatarias de los miedos de los que sí votan.

La globalización sin gobernanza política está generando inseguridad y miedo en amplios sectores de nuestras sociedades

La homogeneización cultural que genera la globalización juega también su papel en el desconcierto y la inseguridad que sienten muchas personas y que les lleva a recluirse en lo conocido. Quizás sirva escuchar las razones que han llevado a estas personas a abrazar a Vox y recordar el papel jugado históricamente por la familia, la tribu, la religión y la nación en la construcción de espacios de “seguridad”. Los humanos buscamos refugio en ellas cuando nos sentimos perplejos e inseguros y queremos combatir todo aquello que erosiona nuestras certezas y convicciones ancestrales, nuestro entorno de seguridad.  

Entre las causas profundas de este incendio hay también factores propios de nuestro país. Los cambios producidos en el ámbito de los derechos civiles, en relación a la mujer y la diversidad sexual, han sido espectaculares por su intensidad y su rapidez y no toda la sociedad los está encajando de igual manera. En ocasiones se nos olvida o ignoramos que hasta hace 40 años en España el adulterio de la mujer era penado con la cárcel, no así el del marido, salvo que fuera amancebamiento en casa propia. O que el ejercicio de determinados derechos civiles de las mujeres estaban tutelados primero por el padre y luego por el marido. Y que durante años la homosexualidad estuvo incluida en el concepto de “peligrosidad social” penado legalmente hasta pocos días después de aprobarse la Constitución de 1978.  

Estas son a mi entender algunas de las causas profundas, lo que siguiendo con el símil de un incendio forestal sería tener el bosque descuidado, lleno de maleza o de restos dispuestos a actuar de combustible. Causas sobre las que debemos fijar nuestra atención si queremos reducir el riesgo de que se instalen entre nosotros y provoquen constantes recidivas. 

Entre los factores detonantes de este incendio político podemos identificar el hartazgo en relación a la corrupción o el cansancio por 38 años de gobierno del mismo partido. Aunque todo apunta a que el conflicto catalán ha jugado un lugar privilegiado como detonante. No creo que existan dudas de que los hechos producidos en los últimos tiempos en Catalunya, su enconamiento, la incapacidad de gestionarlos políticamente, también la manera en que han sido comunicados por un periodismo de trinchera –usando palabras de Antoni Puigverd– y vividos por la ciudadanía en el resto de España han sido el principal factor detonante de la aparición en estos momentos y con esta fuerza de Vox. El independentismo unilateralista ha actuado como elemento aglutinador de una reacción de nacional populismo patriótico en España. Negarlo, como algunos hacen en Catalunya, es tan ciego como negar que la mutación constitucional centralizadora auspiciada por Aznar y la agresiva actitud del PP han actuado durante estos años como detonante del crecimiento del independentismo.  

No descubro nada nuevo, los nacionalismos excluyentes tienen tendencia a retroalimentarse y propician una agenda política en la que los partidos y la sociedad se sitúan en los extremos y, dentro de cada extremo, en su esquina más escorada. Pero una cosa es que el independentismo unilateral haya actuado como factor detonante y otra muy distinta es adjudicarle el papel de causa única en el desembarco de Vox. No olvidemos que el crecimiento del nacional populismo de extrema derecha es un fenómeno mundial y que se produce en países en los que el riesgo de fractura territorial no existe.  

Además de las causas y los detonantes hay otros factores que han actuado como aceleradores del incendio y de su virulencia en términos políticos. El papel que en los incendios forestales juegan las altas temperaturas o los fuertes vientos, en las elecciones andaluzas lo han jugado unos aceleradores políticos y otros mediáticos.  

El papel de Aznar presentándose como la Santísima Trinidad de la derecha y legitimando a Vox puede haber jugado un papel clave

La actitud del PP y Ciudadanos, normalizando los discursos de Vox hasta el punto de incorporarlos a su oferta política ha sido determinante. Y el papel de Aznar, con su gran predicamento en estos sectores, presentándose como la Santísima Trinidad de la derecha y legitimando a Vox puede haber jugado un papel clave. Pero, si ha habido un efecto multiplicador, este ha sido el clima de crispación que reina en el país, que se ha convertido en el mejor caldo de cultivo para que la indignación se convierta en rabia e incluso en ira. Alimentar la crispación es la estrategia seguida en todo el mundo por el nacional-populismo de extrema derecha. Saben que este clima de tensión incentiva la hiper-participación de unos y la inhibición de muchos. 

La influencia de los medios de comunicación no ha sido menor como acelerador del crecimiento de Vox. La fuerte competencia empresarial entre los medios, en algunos casos por la supervivencia económica, la estructura de financiación de los medios digitales, la batalla constante por la audiencia, la tendencia cada vez mayor al espectáculo que requiere estar siempre prestando atención a la última novedad y a la moda más reciente, han suplido con creces la ausencia de Vox en los debates electorales, en los que además las otras fuerzas políticas se empeñaron en convertir en protagonista a un partido que no estaba presente.  

El papel de los medios de comunicación en la polarización de los debates y en la fractura de la sociedad es uno de los aspectos clave del momento que estamos viviendo y lo es también a escala global. Mucho más a partir de su interacción con las redes sociales, un espacio que estaba llamado a jugar un papel determinante en la democratización de la información y que, de momento, actúa como un acelerador de la crispación, de las burbujas comunicativas. Redes sociales en las que la inmediatez dificulta la reflexión e incentiva el simplismo, facilita la confrontación y desincentiva la búsqueda de espacios de encuentro. Medios y redes están jugando un papel determinante en la creación de burbujas mediáticas en Catalunya y también lo han sido en las elecciones andaluzas.  

No se trata de informar o no informar sobre Vox, se trata de ver cómo, desde algunos medios, se impone una determinada agenda que contribuye a la polarización y al tratamiento irracional de nuestros conflictos. Lo explicó el periodista Pedro Vallín en un lúcido hilo en twitter, poco después de la Asamblea de Vox en Vistalegre. Las informaciones alarmistas sobre las llegadas de inmigrantes a nuestras costas, la constante aparición de delitos en los programas informativos –sin explicar que España tiene uno de los índices de delitos graves más bajo del mundo–, las informaciones sobre la supuesta impunidad judicial de los delincuentes o el tratamiento informativo del conflicto catalán ofrecen unos relatos que son terreno abonado para el crecimiento de determinadas ideologías. Refuerzan las audiencias pero debilitan la democracia.    

El desconcierto en el diagnóstico se expande hacia el terreno aún más complejo de las respuestas. De entrada, deberíamos asumir –no significa resignarse– que estos comportamientos de la ciudadanía –insisto en su diversidad y complejidad– han venido para quedarse, porque tienen bases profundas y el viento de las tendencias globales sopla a su favor. Por eso deberíamos rehuir de las respuestas tácticas e intentar que las luces largas nos permitan ver a distancia. No hay formulas mágicas pero sí podemos identificar algunas estrategias que nos permitirían hacer de cortafuego o contrafuego y otras que solo conseguirían avivar el incendio. 

Lo más importante y urgente es reducir el nivel de crispación, de polarización social y política. En este clima, sobre todo si el conflicto se articula sobre factores identitarios, el nacional-populismo de extrema derecha lleva siempre las de ganar. 

Por eso me parece una irresponsabilidad la estrategia de radicalizar propuestas y acciones puesta en marcha por algunos sectores del independentismo. Expresan impotencia, son cada vez más minoritarias y residuales, pero tienen un impacto emocional muy fuerte, sobre todo por la manera en que son vividas, a través de los medios de comunicación y las redes sociales, en el resto de España. Y por la misma razón me parece necesario apoyar todas las iniciativas que pretendan reducir la polarización, buscando puntos de encuentro aunque sea desde posiciones de partida muy distantes. Soy consciente que, en unos momentos en que se ha demonizado el acuerdo y los consensos y la confrontación está sobrevalorada, este planteamiento puede ser tachado de ingenuo, pero en la política como en la vida ciertas dosis de ingenuidad controladas son imprescindibles.  

No solo es en el terreno del conflicto catalán en el que necesitamos rebajar el clima de crispación. Las propuestas de crear frentes antifascistas me parecen un regalo a Vox. Y ello no significa que no debamos ser muy contundentes en la respuesta a los retrocesos que en materia de derechos civiles y políticos propicia el nacional- populismo de extrema derecha. Pero nuestra respuesta no debería producirse en su terreno predilecto, que es el de la polarización y la crispación que actúa como un factor acelerador de su crecimiento. Combatir las propuestas de Vox no pasa por demonizar a sus votantes, a los que se les refuerza en su sentimiento de autodefensa –una de las claves de su éxito– y hace de este partido el lugar donde refugiarse de lo que consideran una agresión a ellos y sus valores y les refuerza su autoestima personal y colectiva. Los frentes sirven para dar satisfacción a los más activistas, pero difícilmente movilizan a la mayoría ni propician la participación de los abstencionistas.

Hace falta un proyecto para reconstruir el contrato social y democrático, taponando sus dos grandes vías de agua, el crecimiento brutal de las desigualdades y el agotamiento del modelo autonómico del 78

Si se quiere reducir el elevado abstencionismo entre el electorado de izquierdas, necesitamos impulsar políticas que reduzcan la desigualdad social y ofrecer un proyecto político de Estado que desde una cultura federal de cooperación sea una alternativa al conflicto entre nacionalismos excluyentes. No basta con alegatos genéricos al diálogo, a la convivencia y a la democracia. Hace falta un proyecto que apueste por reconstruir el contrato social y democrático de los últimos años, taponando sus dos grandes vías de agua, el crecimiento brutal de las desigualdades y el agotamiento del modelo autonómico de 1978. Las izquierdas necesitan ofrecer urgentemente un proyecto federal que no sea solo música y atreverse a defenderlo en toda España. Un proyecto que debe construirse de manera cooperadora, porque en escenarios políticos cada vez más troceados la clave para el avance de las izquierdas es optar por una actitud de competitividad cooperadora. 

Como esta carrera no es de distancias cortas, sino más bien de ultra-maratón, es importante también ofrecer horizontes de utopías realizables, aunque hoy nos resulten muy lejanas. Las necesitamos si queremos presentar alternativas a las únicas utopías disponibles, utilizando las palabras de Marina Subirats, que en muchas ocasiones son verdaderas distopias. Frente a los que para oponerse a una globalización que perciben como causante de sus males, nos proponen encerrarnos y competir entre nosotros, debemos poner en valor la cultura de la cooperación, con Europa como protagonista. Construir un demos europeo deviene ya urgente y este no vendrá de la mano de las identidades, un terreno en el que los valores nacionales son muy potentes e imbatibles, sino de los derechos. Imaginar una utopía cotidiana y accesible, como la creación de una Renta Garantizada de Ciudadanía debería formar parte de este horizonte.  

Reforzar la democracia frente a quienes quieren liquidarla como espacio de igualdad, de derechos y libertades comporta entender que las desigualdades actúan hoy como la gran termita del sistema democrático y que en su seno no pueden existir zonas oscuras. Por eso deberíamos abordar el gran reto de las sociedades post-nacionales. Los flujos migratorios están configurando sociedades en las que un número creciente de sus ciudadanos, mayoritariamente jóvenes, no disponen de derechos políticos y con ello crece el número de excluidos electoralmente, en este caso forzosos. Consolidar guetos de personas que forman parte de la sociedad en todos sus ámbitos, pero que no disponen de derechos políticos y en cambio son receptoras de los miedos de quienes sí votan, puede tener consecuencias dramáticas. Transitar de sociedades en las que se accede a los derechos por la condición de nacionalidad a otra en la que lo determinante sea la ciudadanía deviene una urgencia social y democrática, que debiera ser uno de los objetivos de una política común de la Unión Europea. 

Reforzar la democracia también pasa por encontrar un equilibrio entre la crítica y la deslegitimación. La constante impugnación de las instituciones democráticas incentiva la abstención social y política. Tiene lógica que esta estrategia se auspicie desde determinadas ideologías, incluso desde el poder y las élites económicas –el caso de Trump es muy ilustrativo– pero es contraproducente si se alimenta consciente o inconscientemente desde los que precisamos que las personas que más necesitan de la política no se desentienda de ella. 

Por supuesto para que estas estrategias tengan la más mínima viabilidad es vital invertir la tendencia de los medios de comunicación y de las redes sociales. No es fácil, porque las fuerzas, intereses y dinámicas que propician la actual situación son muy fuertes y están muy instaladas, pero es imprescindible. En todo caso, aceptar la complejidad de todo lo que estamos viviendo y huir de respuestas fáciles y simples, creo que es la mejor manera de comenzar a construir las respuestas. 

-----------------

Joan Coscubiela es sindicalista y político.

 

CTXT es un medio pequeño pero sus luchas son grandes. Necesitamos tu ayuda para seguir avanzando. Puedes suscribirte en agora.ctxt.es o hacer una donación aquí:

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Joan Coscubiela

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

5 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. zyxwvut

    La especialidad del señor Coscubiela es hacerse el tonto para ocultar su responsabilidad, y la de muchas y muchos como él, en la deriva autoritaria del secesionismo en Cataluña, y la parte de responsabilidad que éste tiene en el auge del neofascismo de VOX. Un ejemplo UNA RESOLUCIÓ PARLAMENTÀRIA COM A SIMPTOMA. http://www.joancoscubiela.cat/2018/12/una-resolucio-parlamentaria-com-simptoma.html?m=1 , usar traductor automático.

    Hace 5 años 10 meses

  2. Laureano

    Votar socialdemocracia es votar neoliberalismo a día de hoy. Mejor quedarse en casa viendo la tele, al menos no se es cómplice del crimen.

    Hace 5 años 11 meses

  3. cayetano

    Como dice Coscubiela el mundo globalizado esta dislocado, y ese mar de fondo, tectónica de placas que llamamos así, es la dislocación que existe entre medios y modos de producción con el intercambio, distribución o relación social. Leíamos en Público dentro de un artículo sobre la detención de la directora financiera de Huawei, el cambio del relieve humano que se aproxima con el 5G y 6G. Implementaciones estas que son para 2.020, año y pico, y que nos traerá la revolución de los automataciclos, la robotización, el internet de las cosas inteligentes que elevarán la eficiencia no sólo económica. Venía a decir Iñaki Gabilondo días pasados en la Sexta Noche, que al asustarnos por las proyecciones en 30 años sobre los coches electricos, poco menos que eramos unos desnortados. Y efectivamente somos unos desnortados conscientes, en 30 años los vehículos no tendrán nada que ver con lo que conocemos hoy y otras muchas realidades no cabran en lo que conocemos y definimos con los conceptos actuales. Pero las gentes conscientemente no se percatan, aunque inconscientemente si se percatan, intuyen lo por venir, que vamos a un tiempo de transición y resistencia de las instituciones de relación, intercambio y distribución, se resistirán a cambiar el concepto de trabajo y su valor de mediación-definición social. Resistencia a cambiar dicho concepto de trabajo y su valor de mediación y definición social, cuando la realidad de los medios y modos de producción lo han sobrepasado por la vía de los hechos. La percepción intuitiva de esa resistencia de las instituciones organizadas sean corporativas financieras o no, gobiernos y Estados, junto a la impotencia de plantar alternativa a la misma es la base de la lucha contra los más débiles, que primero serán judios, después anarquistas, más tarde comunistas y socialistas, gays y lesbianas, in continuum hasta que lleguen a un@, por su condición de salud, edad, trabajo... Por ello, propuestas como la RBU o el TSG son tan importantes en el transito de esta civilización, una vez más la mayor angustia y ansiedad es sobre el sustento material de hoy y mañana. Además estos cambios en las comunicaciones, así como los medios y modos de producción junto a los roles laborales desempeñados por las mujeres, y las más innovadoras infraestructuras, portan una nueva cultura que choca con la socialización de l@s viej@s. Chapo en el análisis que sobre Cataluña realiza Coscubiela. Chapo, chapo, cuando plantea que no hemos de dirigirnos contra Vox, sino contra los mensajes que calan en esa base social que esta sufriendo esta desnortación ante una Tierra que se mueve bajo sus pies y cambia el relieve humano, las infraestructuras, formas de distribuir, intercambiar, relacionarse, la cultura y comportamientos, lo que esta bien social y moralmente y no. Empezar por dirigirnos a esa angustia social por el sustento ante un presente que no responde a los esquemas del pasado y que no lo hará a Futuro, planteando alternativas y explicándolas en su contexto histórico es justo y es la respuesta internacional (además del control de Fakenew organizadas e institucionales en todo tipo de redes, para poder responderlas). En España en lo inmediato y mediato, ya ha explicado muy bien Coscubiela Qué hacer. Un cordial saludo.

    Hace 5 años 11 meses

  4. c

    la gente que se abstiene deberia votar para que la derecha no pueda evitar esas medidas para mejorar su bienestar social pero toman tanta azucar y alcohol que viven en otra realidad...se han rendido como cobardes

    Hace 5 años 11 meses

  5. José Lázaro

    Un gran ejemplo para entender lo q ha pasado.. Una lectura teórica y para nada auto-critica de los últimos 40 años y un recordatorio al pueblo q mejor malo conocido...

    Hace 5 años 11 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí