2018 fue un buen año para el empleo. Al menos, en la estadística gruesa: el número de contratos que se firmaron en el país batió un nuevo récord, 22,29 millones, dos millones por encima de los que se consiguió en el ejercicio anterior. El paro, por su parte, se situó por debajo del 15% por primera vez en una década. La contratación indefinida también está de enhorabuena: ningún año dejó una cifra mejor, con 2,28 millones de altas. Un tercio de ellas, eso sí, fueron jornadas reducidas, a tiempo parcial. Así se desprende de los datos que ha publicado recientemente el Servicio Público de Empleo.

De esta forma, y según el organismo, cerca de 680.000 contratos indefinidos firmados durante el año pasado fueron parciales. Por su parte, las jornadas completas supusieron apenas el 60% de la contratación fija, mientras que el 11,3% restante correspondió a empleados fijos discontinuos.

En comparación con 2017, la cifra de contratación en la modalidad indefinida durante 2018 experimentó un crecimiento cercano al 18,5%. Pese a ello, la aplastante mayoría de los contratos registrados en los últimos meses siguen concretándose bajo la fórmula de la temporalidad, una tendencia que se viene repitiendo desde que el empleo tocara fondo en 2013. De los 22,29 millones de contratos registrados por el SEPE en 2018, 20 millones tenían caducidad. Es decir, cerca del 90%. 

La escasa duración de los nuevos puestos de trabajo es otra de las tendencias enquistadas en el mercado laboral. De los 20 millones de contratos temporales acumulados el año pasado, cerca del 40% tuvieron una duración de un mes o menos. Solo los inferiores a una semana fueron cerca de 6 millones.

Por sectores, la gran mayoría de los contratos fue a parar al sector servicios, donde se concentraron el 70% de los mismos. Tras estos, los sectores de la agricultura y la pesca fueron los segundos con más contratación, con el 13,4%.

En las últimas semanas, los sindicados mayoritarios del país han vuelto a señalar la enorme presencia de la rotación y la estacionalidad dentro del mercado de trabajo español, exigiendo al Gobierno cambios en la legislación. Una realidad laboral relacionada en la inmensa mayoría de los casos con situaciones de precariedad y que tiende a aumentar la desigualdad. Recientemente, Oxfam Intermón también ha hecho hincapié en cómo estas situaciones se extienden a gran parte de la población: la mitad de la fuerza laboral del país sufre parcialidad, temporalidad, o ambas a la vez.

En el caso de las jornadas reducidas, la ONG señala que en su mayoría responde a situaciones no deseadas: el 58% de las personas con contratos parciales se encuentra bajo está modalidad de forma no deseada. En este grupo, además, 7 de cada 10 son mujeres. Ellas sufren también en mayor medida los bajos salarios: cerca del 20% de las trabajadoras ganan menos de 6,6 euros a la hora.