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Es de sobra conocido que los tiburones no se alimentan de carne humana. De hecho los anecdóticos ataques de tiburones que sufrimos los humanos ocurren porque, de una forma u otra, ellos se sienten hostigados. Y esta realidad es muy parecida a la que sufrimos la juventud trabajadora hoy en día. Se llevan riendo de nosotras y nosotros día tras día desde que estalló la crisis, llevamos años sintiéndonos en continua amenaza, así que es normal que al final tengamos ganas de morder a los culpables.

Felipe VI es uno de esos culpables. La monarquía lleva 41 años haciendo de cúpula protectora de los privilegios de una minoría. La Corona designada por Franco lleva cuatro décadas siendo el lubricante de los engranajes con los que opera el sistema político y económico en España. Felipe VI no es el único, pero sí una de las cabezas visibles que hacen que este país siga llevándose por delante el futuro de millones de jóvenes que sólo tienen el sudor de su frente para seguir viviendo. 

No podemos negar las evidencias. El salario medio de las y los jóvenes de entre 16 y 24 años ha bajado el 8,6% entre 2011 y 2016; en el último año, el 82,68% de la contratación juvenil se suscribió bajo las modalidades de “eventual por circunstancias de la producción’’ y ‘“obra y servicio’’, y más del 55% de los contratos temporales fue inferior a 3 meses (se desconoce el tiempo de casi el 34%). Además sólo una de cada cinco jóvenes menores de 29 años ha podido emanciparse. A ello hay que sumarle que en el curso 2011/2012, menos del 10% del estudiantado universitario era hijo o hija de un trabajador manual. Por no decir que en 2017 se encausaron a un 48% más de adolescentes por denuncias de violencias machistas. El Régimen del 78 nos está condenando a un futuro de miseria, a un futuro de mierda. 

Ante este panorama lo que planteamos es una ruptura total. Lejos de acomodarnos o de normalizar la precarización de nuestras vidas, queremos alternativas reales, un sistema político y económico que anteponga las necesidades de la juventud trabajadora, la de quienes sostenemos verdaderamente esta sociedad con nuestro trabajo. Queremos traer la Tercera República a España, una República democrática, plurinacional y antiimperialista.

Una República con la que tengamos derecho a unas condiciones laborales adecuadas sin distinción por razón de raza, género, edad y orientación sexual. Y por derechos laborales nos referimos no sólo a cumplir con el salario o la jornada, sino también con los derechos democrático-laborales, los servicios públicos y las percepciones de ingresos durante los momentos de paro, incapacidad laboral o jubilación.

Queremos una República que apruebe un plan integral contra la violencia machista, que fomente la corresponsabilidad de las tareas de cuidados, que reconozca desde el aborto libre, gratuito, seguro y universal en la Sanidad Pública hasta la gratuidad de los diferentes métodos anticonceptivos. Que desarrolle la protección pública de las víctimas de violencia machista y LGTBIfobia. 

Una República que universalice el acceso a la Educación, mediante la gratuidad de sus etapas, con una gestión de los centros 100% pública. Y que establezca un parque de viviendas públicas a través de la expropiación de viviendas a inmobiliarias o entidades bancarias inutilizadas, acompañado de un programa estatal de alquileres asequibles.

Sabemos que frente a nuestra propuesta republicana hay toda una serie de medios que piensan atacar, desprestigiar y criminalizar. Sabemos que tienen a su alcance toda una serie de instrumentos represivos que se ponen en funcionamiento para callarnos: multas, porras, insultos, mentiras, amenazas, cárcel… Pero venimos a decirles alto y claro que no tenemos miedo. Frente a sus ataques se encontrarán con nuestra solidaridad, nuestra tenacidad y nuestra propuesta en firme de tirar por la borda al rey y al Régimen, para que no sean los tiburones los que deciden.

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Guillermo Úcar es Secretario General de la Juventud Comunista (UJCE).