España perderá casi 8.000 puestos de trabajo al año en 2030 por el cambio climático
Nuestro país encabeza, con mucha diferencia, la lista de países de Europa del Sur donde más afectarán las altas temperaturas derivadas del calentamiento global al empleo
ctxt 2/07/2019
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Sequías prolongadas, migraciones masivas y forzadas o graves efectos sobre la salud de la población. La contaminación y el cambio climático ya están teniendo numerosas consecuencias, muchas de ellas catastróficas, sobre nuestras sociedades. Y entre las aristas sociales y económicas de este reto, el más importante que enfrenta el mundo en los próximos años, también se encuentra uno de los motores del bienestar, el mercado laboral. Así lo asegura un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo, que señala que dentro de una década España perderá cerca de 7.700 puestos de trabajo anualmente debido al calor y al estrés térmico.
De esta forma, nuestro país se sitúa de forma destacada a la cabeza de los países del sur de Europa donde más afectará este fenómeno relacionado con el cambio climático y el aumento de las temperaturas medias: en 2030, solo España concentrará la mitad de la destrucción de empleo derivada de estas situaciones en esta región, la más afectada del continente. En segunda posición se sitúa Italia, que perderá 3.600 puestos anuales.
Según la organización internacional, este retroceso laboral se concentrará además principalmente en los sectores de la construcción y la agricultura. Y todo ello teniendo en cuenta que las estimaciones de la OIT se han elaborado usando el modelo más conservador; el que contempla un incremento de la temperatura media del planeta de 1,5 grados para final del milenio.
El informe de la OIT recoge también cómo los efectos destructivos del estrés térmico sobre el trabajo ya llevan lustros afectando al modelo productivo de nuestro país. En 1995, España perdía alrededor de 2.700 puestos de trabajo a tiempo completo por los efectos del calor. Para dentro de una década las proyecciones de la organización internacional señalan que las cifras ya se habrán triplicado.
Por su parte, cerca de un 2,7% de los accidentes y las lesiones laborales registradas entre 1994 y 2013 ya estaban atribuidos a unas malas condiciones en las temperaturas ambientales.
En total, el organismo internacional calcula que, para 2030, el estrés térmico provocará una pérdida anual de 80 millones de empleos a nivel mundial, con un impacto de 2,6 billones de dólares en la economía del planeta. La mayoría de ellos, eso sí, concentrados en los Estados menos desarrollados y en las regiones con climas más extremos.
En el caso concreto de España, el organismo advierte que, si bien no existe un impacto de estos fenómenos tan grande como en estos países, la falta de ambición en la mitigación del cambio climático “también resultará en la pérdida de horas de trabajo para los trabajadores en todos los sectores”.
En España, tres cuartas partes del territorio nacional se encuentran en riesgo de desertización, y hasta un 18% de la superficie del país está en riesgo muy alto. Recientemente, un informe del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea cargó con dureza contra el resto de instituciones continentales ante la falta de un plan de políticas públicas coherente y eficaz en la lucha contra este fenómeno.
Precisamente, y para paliar la destrucción de empleo derivada del calentamiento global, la Organización Internacional del Trabajo reclama la puesta en marcha de medidas nacionales encaminadas a mejorar las infraestructuras laborales, así como una actualización de las normas internacionales de seguridad y salud en el trabajo.