1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

Ningún imperio lleva hacia Dios

Algunas reflexiones a la luz de la lectura de ‘Imperiofobia’ e ‘Imperiofilia’

José Antonio Pérez Tapias 3/07/2019

<p>La conquista de Tenochtitlán. Óleo del siglo XVII. Autor desconocido.</p>

La conquista de Tenochtitlán. Óleo del siglo XVII. Autor desconocido.

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT se financia en un 40% con aportaciones de sus suscriptoras y suscriptores. Esas contribuciones nos permiten no depender de la publicidad, y blindar nuestra independencia. Y así, la gente que no puede pagar puede leer la revista en abierto. Si puedes permitirte aportar 50 euros anuales, pincha en agora.ctxt.es. Gracias.

Reconozco que cualquiera puede considerar extemporáneo el título que encabeza este artículo. ¿A qué viene? Si hago recordar aquel lema de tanta difusión en el franquismo, sobre el que se concentraba el relato histórico en el que la dictadura trataba de enmarcarse y con el que pretendía apoyar su supuesta legitimidad, se podrá entender mejor el porqué de tal encabezamiento: “Por el Imperio hacia Dios” era la fórmula en cuestión. Todavía puede preguntarse alguien por qué empeñarse en contradecir tan falsa declaración, cargada de retórica nacional-católica, con la que el franquismo adobó una ideología fascista que, por su parte, tampoco daba para hablar de algo parecido al Tercer Reich de los nazis. La respuesta comienza señalando cómo los fascistas españoles coetáneos tratan de ganar espacio en la actual batalla ideológica introduciendo en el orden del día una reelaboración de la historia de España que retome ese hilo narrativo. Así, Vox, para apoyar los presupuestos de la Junta de Andalucía en el Parlamento autonómico, ha obligado al Partido Popular y a Ciudadanos a aceptar ciertos recortes en el sector público. Junto a las exigencias ya conocidas en relación a transmutar la violencia de género en la confusa y antifeminista “violencia intrafamiliar” y las relativas a la liquidación de todo lo que afecte a la memoria histórica –el gobierno andaluz parece querer salvar lo relativo a la exhumación de fosas–, Vox demanda poner en marcha la creación del Proyecto 1492: un nuevo mundo. Precisando más, se trata de “la puesta en valor de la herencia histórica que conllevó el descubrimiento de América y otras gestas posteriores como la circunnavegación de la Tierra”. 

Oportunismo de la distorsión historicista de la ultraderecha

Es importante llamar la atención sobre el punto señalado, que hasta ahora ha quedado en la penumbra mediática, pero al que no le falta sentido de la oportunidad ya que en este 2019 estamos en el año llamado a celebrar el V Centenario de la salida desde Sanlúcar de Barrameda de la expedición de Magallanes y Elcano. Habrá que estar, pues, atentos a los discursos que nos vienen, pues mucho es de temer que tras los acentos puestos en don Pelayo y Covadonga pasemos al énfasis más desmedido en la conquista de América, máxime si recordamos no sólo palabras del adalid ultraderechista Santiago Abascal, sino también del mismísimo Pablo Casado, presidente del extremadamente derechista PP actual, cuando, inflamado de espíritu patriótico capaz de exageraciones históricas sin empacho, dijo que “ninguna nación ha hecho tanto por la historia de la humanidad” como España con el descubrimiento de América.  

A nadie se le escapa que sacar a relucir ahora la conquista de América como gran gesta patria, con sus correspondientes fabulaciones históricas, no es sólo por atender a la cita de la celebración de la vuelta al mundo de la expedición hispano-portuguesa que, tras dificultosos avatares, la culminó. A todas luces se deja ver que Vox moviliza uno de los vectores que han provocado su entrada en la escena política española tal como ha ocurrido. Es decir, frente a una visión de España como Estado ocupante de Cataluña desde siglos atrás, se pretende una recreación de la historia de una España unida como nación que en el descubrimiento y conquista de América tuvo el momento de esplendor. Ese punto le otorga un lugar único y destacado en la historia, bendecido además por esa Iglesia que echó agua bendita a la alianza de espada y cruz en una colonización presidida por la cristianización de los pueblos amerindios, continuación de la cruzada contra los infieles musulmanes que culminó con la conquista del Reino nazarí de Granada y que encontraría después prolongación en la “cruzada” encabezada por el golpista general Franco contra la II República, esta vez contra el rojerío enemigo de España. “De Isabel y Fernando el espíritu impera…”, cantaban las juventudes falangistas dispuestas a “morir besando la sagrada bandera de la España gloriosa que nunca dejó de vencer”. Sí, “por el Imperio hacia Dios”, lema nacional-católico tan antievangélico como antidemocrático.

Hoy echamos de menos un Vázquez Montalbán que además de criticar al nuncio del Vaticano que, como hemos podido ver, se despide con palabras legitimadoras de la dictadura al hilo del asunto de la postergada exhumación de los restos del dictador del Valle de los Caídos, pusiera negro sobre blanco, como hizo en su día al hilo del debate sobre la OTAN, lo que suponen esas nostalgias imperiales. Porque un relato histórico no se pretende reconstruir sólo para una determinada explicación del pasado, sino para desde esa lectura, escribir el presente. Ya el recordado Vázquez Montalbán hacía notar cómo era también un déficit de la transición de la dictadura a la democracia no haber puesto colectivamente manos a la obra para un relato crítico de la historia de España, más allá de los muy valiosos pero puntuales trabajos académicos de historiadores críticos y de prestigio, que por fortuna no faltan. 

España y América desde la herencia colonial en el imaginario colectivo

Habiéndose percatado del vacío de conciencia histórica sobre el que nos movemos –hecho paradójico toda vez que hemos tratado de realzar el valor de la memoria histórica como memoria democrática–, Vox pretende llenarlo, pero el factor perverso que acompaña al intento es que lo quiere cubrir en falso. Lo grave, con todo, es que se echan en falta recursos intelectuales –y éticos, diría también– para hacer frente políticamente y de forma eficaz a tal pretensión de una ultraderecha que también en ese terreno tira de las otras derechas y hasta provoca que se deslice hacia esa zona de historia mitificada una izquierda desarbolada de armazón teórico-crítico suficiente. Resultó preocupante ver cómo desde derecha e izquierda, incluidos destacados miembros del Gobierno de Pedro Sánchez, se lanzaron a responder de la forma en que lo hicieron a la famosa carta de López Obrador pidiendo reconocimiento de los excesos de la conquista, por más que el presidente mexicano hubiera podido ser más atinado en sus fórmulas. Las declaraciones de marras rezumaban una visión colonial de la relación de España con las repúblicas americanas que desprende una concepción de la historia no alejada de la visión dominante instalada en el imaginario colectivo, aunque se desconozca mucho de la historia real durante siglos. Ni por asomo se dejó ver sensibilidad alguna hacia ese componente de la conquista que fue el expolio colonial y el genocidio cultural, cuando no físico, de pueblos originarios, el cual fue ingrediente insoslayable de la empresa americana de la monarquía hispánica. Cabe decir, ciertamente, que dicha empresa tuvo otros innegables componentes de civilización, pero ello no mengua la valoración negativa de esa “cara oscura”, como dice Walter Mignolo desde el pensamiento decolonial, que no dejaba de ser bien visible en aquel imperio protomoderno que reconfiguró América y a su vez lo que sería España desde su arranque renacentista. 

Si de nuevo, una y otra vez, hay que traer a colación a Walter Benjamin subrayando que “no hay documento de cultura que no sea a la vez documento de barbarie”, lo cual es aplicable a todos los imperios que en la historia ha habido por más que ellos mismos hayan sido claves para generar lo que el historiador Toynbee llamó “áreas civilizatorias” –concepto del que luego ha abusado Samuel Huntington con su “choque de civilizaciones–, es el momento de reparar en cómo la discusión al respecto se ha desplegado entre nosotros. No es casualidad que sea ahora. 

De la España imperial a la pluralidad de España

En estos días somos testigos de la polémica generada en torno al libro de la escritora María Elvira Roca Barea, publicado hace unos años bajo el título Imperiofobia y leyenda negra (Siruela, 2016, 23 ediciones). En el mismo, tras exponer que todos los imperios dan lugar a alguna especie de “leyenda negra”, insiste en cómo esa denominación quedó consagrada para el Imperio español, para subrayar que fue interesadamente difundida por enemigos del mismo, especialmente del lado de la reforma luterana. La autora de Imperiofobia, como otros que le precedieron, trata de vencer el sesgo de esa visión negativa, especialmente en lo referente a la colonización española de América, queriendo convencer de la tarea civilizatoria que ésta supuso. Su crítica a quienes incuban fobia al Imperio español implica una especie de terapia historicista para superarla, terminando su recorrido con una denuncia a los países del centro y del norte de Europa que en tiempos recientes incluyeron a España entre aquellos a los que se aplicó el acrónimo PIGS, considerando que ello supone un lastre de la Leyenda Negra. En verdad, más que achacable a tal secuela de la historia, lo que con ello se evidencia es la situación de una Unión Europea en la que se reeditan relaciones neocoloniales en términos de centro y periferia, algo que España no afronta como debiera, para lo cual haría falta otro diagnóstico que el proporcionado desde la tesis de la Imperiofobia. No cabe duda de que el esfuerzo de Roca Barea se dirige a nutrir una conciencia colectiva endeble en términos de memoria, lo cual es hándicap notable para una identidad nacional que se pretenda suficientemente cohesionada. 

A Imperiofobia le ha respondido críticamente el filósofo José Luis Villacañas con su Imperiofilia (Lengua de Trapo, 2019, tres ediciones), con la consiguiente controversia incluso mediática, con el populismo nacional-católico, destacando que una lectura acrítica de la historia de España que venga a exaltar un Imperio cuyo expolio colonial se vio legitimado por el discurso de la Contrarreforma católica no puede ser sostén de una identidad colectiva que pueda en verdad cohesionar la sociedad española a estas alturas. Con tales argumentos, el profesor Villacañas ha venido a responder no sólo a la obra de Roca Barea –como ha destacado el historiador Carlos Martínez Shaw–, sino que ha puesto el dedo en la llaga que supone la pretensión ultraderechista de reconstruir el relato histórico de España volviendo a mitificaciones insostenibles. 

El caso es que necesitamos relato histórico. El quid de la cuestión es cómo elaborarlo y cómo compartirlo para que en verdad pueda cubrir el clamoroso hueco que existe en la sociedad española a ese respecto. Es importante que para ello no se renuncie en ningún caso a la mirada crítica, la cual ha de mantenerse también frente a historiadores que, aun siendo críticos en su investigación historiográfica, no dejan luego de apelar a la necesidad de determinados mitos como algo irrenunciable para la identidad colectiva. Cuando algunos añaden a ello el suscribir determinados discursos patrios, muy escorados a interpretaciones sesgadas –por ejemplo, edulcorando lo que significó la Guerra Civil y la dictadura franquista–, aduciendo la necesidad de arropar con ellos el exagerado exhibir banderas de España que hemos visto en nuestras ciudades, podemos decir que se está perdiendo la batalla de la necesaria memoria para alentar un futuro común sin falsas mitificaciones. No se trata ni mucho menos de caer en una concepción masoquista cuando se reivindica una memoria que tenga su clave de bóveda en las víctimas masacradas, perseguidas o excluidas en los procesos históricos que nos han traído al punto en que estamos. Haciendo valer ese criterio, igualmente ha de ponerse a su lado una reconstrucción de la historia que tenga en cuenta lo que Ernest Lluch decía cuando afirmaba que la historia es, en muchos casos, el pasado que pesa. Confrontándonos con ese pasado, sin eludirlo, es como se puede recuperar una visión de la historia en plural, cuestión en la que insiste con suma lucidez el historiador catalán Joaquim Albareda, pues si no es desde una historia de las Españas –las Españas de las naciones, de la diversidad cultural, de las tradiciones republicana y federalista…–  no podremos encontrar un hilo común susceptible de ser compartido. 

La solución no es pensar la historia de España como si el Imperio español, con sus efectos fuera y dentro de la península Ibérica, no hubiera existido; tampoco es cuestión de abordarlo como si fuera la encarnación del mal sobre la tierra. Mirando la historia desde nuestro horizonte, nuestro problema es cómo accedemos al futuro desde una memoria que de verdad lo abra. Sin memoria no hay futuro. Y la memoria sabe que ningún imperio lleva hacia Dios. Por eso la conciencia histórica, desde una acendrada moral democrática, señala bien los caminos por donde políticamente se puede desembocar en otros infiernos, para no dejarnos ir por ellos.

CTXT se financia en un 40% con aportaciones de sus suscriptoras y suscriptores. Esas contribuciones nos permiten no depender de la publicidad, y blindar nuestra independencia. Y así, la gente que no puede pagar...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

José Antonio Pérez Tapias

Es catedrático en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Granada. Es autor de 'Invitación al federalismo. España y las razones para un Estado plurinacional'(Madrid, Trotta, 2013).

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

5 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Adela Nuez

    Es muy probable que sea una ignorante,(demoslo por seguro) pero me da la impresión que unificar la apropiación que el franquismo y sus secuelas (llámeseles como se quiera) han hecho de la parte de la historia que les ha combenido, con la hitoría del imperio español, es de un reducsionismo simplista. en cuanto al espolio de america según los estudios de la Dra. Regina Grafe (European University Institute) La economía política del imperio español en América en el siglo XVIII fue bástate distributiva y aunque el estado económico era variable en toda la america hispana existía un alto nivel económico en la época. en cuanto al genocidio cultural, digo yo que la historía debería verse en su contexto de forma comparada con las diferentes colonizaciones de las mismas épocas, cualquier civilización en la que pongamos el foco desde la óptica actual nos parecerian unos barbaros y probablemente dentro de 200 años nosotros mismos les pareceremos unos barbaros a nuestros desedentes, de esta manera, de forma comparativa veremos que el genocidio cultural de la america hispana fue comparativamente menor que en cualquiera otra parte, en definitiva cualquier tiempo pasado fue peor pero hay que ponerlo en su contesto, delamisma forma que lo que ocurrió en España (incloyo los territorios ultramarino) debemos velos de forma comparada con lo que ocurría en el resto del mundo y veremos que nuestro pasado no fue el horror mas horroroso de la historia como se empeñan muchos.

    Hace 4 años 4 meses

  2. Payaso

    En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja. Eduardo Galeano, Los hijos de los días

    Hace 4 años 8 meses

  3. Cayetano

    Por Dios, por la Patría y el Rey, murieron nuestros padres..., rezaba la canción fascista; el discurso fascista y/o protofascista es tan simple que muestra a las claras que sus pretensiones no son historiográficas, sino como bien repite el artículo, son constructor de un relato o discurso. Y toda comunidad se construye sobre relatos o discursos, que incluso pueden ser místicos, religiosos o mágicos, sin perder por ello su efectividad como constructor de una comunidad. Está bien responder a la sandeces de éstos elementos, pero no tiene mucho sentido si no analizamos con detenimiento que persiguen y en base a que contradicciones construyen dichos relatos. Su discurso no se funda en la verdad histórica, sino en la necesidad de ofrecer una respuesta a dichas contradicciones con un objetivo. Y más allá de atender a las distancias científicas e históricas con dichos elementos, debieramos ocuparnos de estas contradicciones para darles una más efectiva respuesta. Indudablemente ni Dios, ni la Patria, ni este Rey, son patrimonio de la ultraderecha, y debieramos comenzar por explicar que el humanismo cristiano es antítesis del fascismo (con independencia del devenir histórico de las jerarquías eclesiales); que en España la ultraderecha no se ha distinguido por su patriotismo sino por ser vendepatrias; y que en España el franquismo ningúneo a la monarquía, aunque para asegurar su supervivencia se maridara con ella. Pero todo ésto sigue siendo historia, para dar respuesta al protofascismo deberemos ver como respondemos a las crisis de sentido común abiertas en las clases medias y trabajadoras por la desigualdad, la menguación de las clases medias, la inseguridad en la reproducción de su estatus social... y las claves de su futuro. Dar respuesta a estas cuestiones es encontrar un discurso alternativo a las condiciones que alimentan al protofascismo, que elabora discursos o relatos paroxistas y pseudomágicos, que sirven para satisfacer desde la barbarie sus inquietudes. Y ello ante la incapacidad propia de quienes aceptan y dan satisfacción así a su malestar, y del conjunto de la sociedad que no es capaz de encontrar otra respuesta más efectiva desde planteamientos de convivencia y comunidad. No debemos olvidar que el fascismo fundamentalmente no es una elaboración teórica, que también, sino una respuesta histórica en una fase de desarrollo, una respuesta a sus contradicciones. Hay es donde debemos dedicar los esfuerzos prioritariamente. Un cordial saludo.

    Hace 4 años 8 meses

  4. cambo

    Blas de Lezo , al final renego d españa por como le trato desp d lo qe hizo y dio... como el tal alatriste de la novela d Pperez-reverde, qe cada vez que quire vender un libre o hacer campaña por el PP defiende a ls animales...

    Hace 4 años 8 meses

  5. c

    ls obispos actuan cn la misma estrategia publicitaria y d manipulacion sicologica de ls partidos d derechas como Vx pp cs y pasoe : echar mas leña, confundir , provocar, mentir, tapar algo cn otra mivida de mas ruido, etc

    Hace 4 años 8 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí