PACTÁNDOSE ENCIMA SPECIAL EDITION PLIS-PLAS (21:00)
¿Quién quiere coaligarse con mi hijo?
Guillem Martínez Madrid , 22/07/2019
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1. Empiezan los turnos de los líderes de la oposición. Sinopsis: hay reuniones de la AMPA en las que, cuando alguien se levanta y toma la palabra para explicar, durante tres cuartos de hora, que su hijo tiene alergia a los guisantes, se observan, por lo general, cosmovisiones más amplias y elaboradas. Bueno. Al lío.
2. Empieza Casado. Aspecto de capitán del equipo de lacrosse de su universidad, que no ha pisado. Quizás, precisamente, por eso mismo. Casado ofrece cierto aggiornamento en su discurso. Si bien sigue centrado en la cosa territorial, ofrece diálogo en otros temas que no impliquen necesariamente la ruptura de Esp. No sé. El lince. Sánchez le ofrece, en ese sentido, un trato especial. Es derecha que pacta con la ultra-derecha pero, a diferencia de C’s, con responsabilidad de Estado, viene a afirmar. Lo que, socorro, orienta hasta qué punto han llegado los conceptos responsabilidad y Estado. Sánchez, a su vez, no es muy claro con el tema Cat. Se diría que ha optado por la sugerencia que Wittgenstein aportaba en el último aforismo de su Tractatus: “De lo que no se puede hablar, es mejor callarse”. Se parece un güevo a otro aforismo que emitió en su día y en privado un dirigente del PSC: “lo de Cat no tiene solución en 20 años, por lo que mejor no hablar de ello en 20 años”. Me parece que estamos, por tanto, en modo Wittgenstein/PSC. Importante: Sánchez reclama la abstención a Casado. Es decir, si bien aparentemente está negociando con UP, pide la abstención al PP. Lo que es un indicio de dónde estamos. No estamos en un debate de investidura. Importante bis: en este preciso instante, Sánchez explica, como quien no quiere la cosa, la cosa. La cosa es lo siguiente: quiere estabilidad, algo que no es necesariamente coalición con UP. De no haberla, quiere elecciones. A esta incapacidad para el diálogo y el acuerdo, para reconocer el fin del bipartidismo, se le llama ajedrez por aquí abajo. Que te atropelle una apisonadora, por aquí abajo acabará llamándose sonata-de-Mozart.
3. Momento Rivera. Viene tan crispado que parece que venga del trabajo. El hombre que en la anterior legislatura se presentó en términos chachis, como el novio de Esp, hoy comparece como un novio de la muerte al uso. Tema/marco territorial. Victimización de las derechas. Establecimiento de un constitucionalismo tan limitado que no cabe nadie en él, salvo C’s, PP, Vox y el rey. En consecuencia, Sánchez se sitúa en el campo del golpismo y el terrorismo. Un campo descomunal, en el que cabe la mayoría de la sociedad, me temo. Rivera se explaya con conceptos recauchutados en otras ediciones de este evento, como Gobierno Frankenstein –tiene guasa utilizarlo tras su colaboración en Gobiernos Fachastein–. Algunos datos vertidos son, por otra parte, fakes. Como la exigencia, pero ya, de una tarjeta sanitaria única en el Estado. Esa cosa que ya existe. En general, el tono es de señor de pueblo con carajillo vertebrando Esp en el bareto, mientras los chicos y chicas sexis se van a la disco. Se trata de un discurso tóxico, imposible de acceder al diálogo y cercano a la extrema derecha. Lo dramático es que vaya y lo llame liberalismo. Ese hecho confirma, es, la excepcionalidad esp, me temo. O desaparece, que no sé cómo, o la excepcionalidad será eterna. Sánchez se pela a Rivera en un plis-plas, y le pide la abstención. Rivera no se la da, escupe por el colmillo y le habla de marcos no muy efectivos, diría. El discurso de marcos de C’s, tras lo de Colón, es una construcción cargada de futuro, pero con un presente chungo. Es antiguo, poco elaborado, huele a calcetines a cuadros y a anís. Los únicos éxitos en el discurso del ulterior Rivera aluden a su vida privada. Como el hecho de que nadie sepa el precio del alquiler que paga en La Finca, urbanización I+D de Madrid, inasumible, a temperatura y presión normales, para un político. La evolución de este discurso ultraderechista y enclenque puede suponer que este sea el último debate de investidura de Rivera, único político al que se le van los cuadros a lo bestia desde UCD. O, glups, no.
4. Momento Iglesias. UP divide el discurso inicial entre sus starrings. Un meritorio homenaje a la diversidad, pero que en ocasiones da al compendio aspecto de festival final de curso en el cole. Iglesias no se emplea mucho. Afea lo de la reforma constitucional del 99, se queja de que negocie con ellos y, a la vez, pida el voto a PP y C’s, y reclama una coalición para políticas que enumera brevemente. Para no romper la baraja, supongo, en este discurso contenido no se desmarca mucho de lo apuntado por Sánchez en la matinée. Reclama una coalición con chicha. “No podemos aceptar lo contrario”. Asens, Comuns, habla de Cat, en términos integradores y sensibles de discusión. Vamos, que habla de aplazar el tema a través del diálogo, diría. Garzón, IU, ofrece el discurso más vertebrador. Describe una “Esp menendezpelayiana”, de la oportunidad de elegir otra vía, de la necesidad de entender a contrarios, y de valores democráticos y republicanos. Yolanda Díaz, Galicia en Común, habla de feminismo y de urgencias sociales tras 10 años de crisis y ruptura social. Sánchez responde con desidia. Que todo eso ya lo ha dicho él. Emplea mucho tramo en defender lo del 99, y en establecer diferencias entre el PSOE y UP. Muchas. Demasiadas como para sospechar que estén negociando algo en serio. Respecto a lo de Cat, viene a decir que entre procesismo y Vox/PP/C’s sólo hay una cosa: autonomismo. Es decir, lo que hay. Una Esp irreformable/3-O. Explica las negociaciones con UP según su punto de vista. Explica que bueno, si no hay acuerdo de coalición, puede haberlo de investidura. Y si no hay una cosa u otra, UP tendrá que votar con Vox contra el PSOE.
5. El partidazo de ajedrez es, por tanto, esto. O me votas, o votas con los fachas. Era, vamos, el catalonian Chicken Game de toda la vida. No es necesario ser un genio para jugar a eso. Es más, es necesario no serlo. Es la indigencia política. La política sometida al marco. Es el procesismo o el constitucionalismoZzzzzzzz. Es la crispación o la desaparición.
6. Posteriormente se inicia una escalada dialéctica entre Sánchez e Iglesias. Iglesias plantea otra descripción de lo de Cat que, sin reivindicar la política –de marcos, yuyu– de los políticos cat encarcelados, reivindica el uso de la política en su solución. Sánchez que sí. Pero no. Sánchez informa que el PSOE le ha ofrecido un potosí de ministerios para la cosa coalición. Iglesias, aún comedido, explica parcialmente lo ofrecido en las negociaciones. Nada. Símbolos. Finaliza con un “no será presidente” si sigue en esa tesitura. La sensación es que a Sánchez le da un tanto igual.
7. La política, en este momento de crisis absoluta, puede asumirlo todo. Puede asumir, por ejemplo, el diálogo agrio entre Iglesias y Sánchez, de manera que, en efecto, todo esto puede acabar en coalición. Pero si esto no fuera un debate de investidura, sino otro programa televisivo –no sé, Sálvame Deluxe–, cuando dos personas se hablan así, es que se están separando.
8- Abascal. Vox. Discurso parecido al de Rivera, pero con una prosodia similar a la de los clásicos, años 30. Y con una crispación más lejana y contenida, propia de esos días en los que, con las prisas, te pones la ropa interior de tu hijo de 4 años. Difieren en detalles y énfasis, como en lo de los vientres de alquiler. Vox solo quiere vientres a secas, diría. Por lo demás, me doy el gusto de pirarme. Vox no es de este mundo. Su obra se fragua fuera de este mundo. Es decir, fuera de este hemiciclo.
Con genialidades comunicativas como las vistas en los últimos ochenta y pico días en el PSOE, y más aún en el día de hoy –prefieren, al parecer, una reforma de la consti que evite las negociaciones, antes que negociar algo común en Europa, una coalición al uso, para la cual UP ya ha renunciado a lo más gordo–, Vox puede llegar a ser determinante, en efecto, en este hemiciclo y en otro Gobierno. Socorro.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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