No pussy, sí ‘riot’
Ninguna propuesta de referéndum será aceptada en la sociedad Cat si pertenece y satisface a un bloque. De lo que se deduce que quieren el bloque, no el referéndum
Guillem Martínez Barcelona , 26/10/2019
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1- Hola. Ya estoy en BCN. Frío moderado, incluso calor. Monturas de gafas meditadas, medias negras y, en general, esa manía de vestir de negro. En esa Selva Negra humana, los abuelos aportan una nota de color con sus lacitos amarillos. Bueno, vamos que nos vamos.
2- Conforme la sentencia se va asentando, se va asentando su percepción. Hemos hecho, en ese sentido, un par de debates, organizados por CTXT y CTXT.cat, en MAD y BCN, con prestigiosos juristas, periodistas y abogados. Ha aparecido una sentencia desmesurada, con alegres piruetas que niegan la rebelión y la sedición pero que, zas, cae en sedición. Con un gran aparato defensivo –vamos, la sentencia se defiende mucho a sí misma; utiliza para ello un espacio comparativamente desmesurado– y un curioso apartado, en el que se dan pistas para que los acusados salgan del trullo lo antes posible, no sea que. No obstante, hay un detalle, incluso marginal, que es el que me impresiona más y que, tal vez, explica la magnitud de la tragedia. Su redactado. Su estilo. Es, en ese sentido, una sentencia redactada con el XXXX, con errores, con saltos, con desaparición de testimonios, intercambio de sus nombres, hasta de sus cargos y hechos. Un texto, vamos, impropio de un TS. Puede ser consecuencia del hecho de que ha querido ser una sentencia coral –que no; que con un redactado final se lijan los niños del coro y ya tal–. O quizás es fruto de la desidia. La sentencia, vamos, castiga por todo lo alto algo inconcreto, que el TS considera muy gordo, antes que algo concreto, que es lo que toca en esos casos. Se castiga, vamos, una actitud, no unos hechos. Una actitud –cobarde, deshonesta, trilera– que, en mi opinión, debería haber recibido una penalización política de la sociedad cat y no una condena a galeras por parte del Estado.
3- Ese es el drama. Griego, pero mangui. Alguien le dice a Edipo ¿a que no hay güevos de matar a tu padre? Y Edipo contesta: ¿qué te juegas? Momento en el que le detienen los 300, y lo envían a galeras trirreme, que eran las más chungas.
4- Pero, por el mismo precio, tenemos otro drama. Colectivo.
5- Esa sentencia, que penaliza la tesitura moral del político medio esp, pero solo en Cat, es metafórica. Carece –ya se cuidaron de ello con la acusación de rebelión– de segunda instancia. Irá al TC, donde igual se rebaja algo. Y luego al TEDH, que no es la panacea. Es un cementerio de elefantes. Recordemos, hermanos, que el presi del TC, que colaboró en montar esta juerga de manera ilegal –era presi del TC y militante del PP, algo penalizado hasta en el Trivial–, fue el candidato esp a ingresar en el TEDH. No pasó la nota de corte porque, en un gesto que le honra, fue pillado mintiendo como un poseso sobre su competencia idiomática. Bueno, ahora que releo esto, no le honra nada. Pues bien, ese pollo, pero en políglota, es el percal del TEDH. Lo que indica que hay poco que hacer en el TEDH, incluso con esta perita en dulce de sentencia. Y ese es el drama. Esta sentencia, sus casillas anteriores y posteriores, indican que no hay nada que hacer. Lo que nos lleva, de cabeza, al punto 6.
6- El Régimen, esta mañana a primera hora, consiste en una Consti sin título territorial ni tramos de bienestar, y un código penal abultado en los tramos terrorismo y protesta. Tan abultados que se tocan, como los michelines en alguien en verdad abultado. Y ante ello –ello: casi nada; un cambio de sistema, una reformulación de la democracia– no hay nada que hacer. Sirve de poco votar, protestar, participar, no participar. Incluso puedes ir al trullo por no hacer nada de eso. Por trilear. Lo que es un indicio de que esto es inamovible. Irreformable. Lo que, a su vez, nos lleva al inquietante punto 7.
7- En momentos de involución, de imposibilidad de participación, de cambio, de democracia real, salen los riots. Sí, ahora no los hay en BCN. Pero supongo que volverán. Volverán, y lo harán en más ciudades, porque es imposible ningún cambio en ningún frente. Volverán porque, en toda esta confusión, es una forma de expresar la confusión. No aportarán ningún cambio. Lo que no les diferencia, en ese sentido, de cualquier otra opción. Quizá rebajarán las posibilidades de la protesta. O aumentarán la crispación social. Pero, de todas formas, ya estamos en ello.
8- Y volverán, supongo, porque hay dos gobiernos implicados que no aportan ninguna solución. Sí, discuten –a gritos, sin capacidad de acuerdo, sin ganas; en modo trile– por el tema nacional, la anécdota que igual envía a paseo al R'78, pero no su obra. No discuten, así, de la obra del R'78. Su incapacidad para defender a la ciudadanía de la involución democrática. Si vuelven, cuando vuelvan, serán la consecuencia de un Govern trilero, y de un Gobierno inamovible. Es decir, de la ausencia de movimientos.
9- Los puntos 7 y 8 no sólo son graves. Son yuyu. Y explican lo que pasa debajo de lo que pasa bajo la aparente calma.
10- La AN está investigando los riots –caóticos, como su nombre indica– de la semana pasada. Ha descubierto en su laboratorio que estaban organizados a tutiplén. Un segundo más de organización y, en vez de riots, hubieran hechos apartamentos en régimen de multipropiedad. Es decir, que no eran riots. Lo que es la peor manera de encarar un riot. Pero si al trile le llamaron rebelión, al riot le pueden llamar OMS.
11- Sánchez ha apelado al PP y a C’s para que no bloqueen la próxima investidura, porfa, ante la “discrepancia abismal” con UP sobre la cosa Cat. Vamos, que la próxima emisión de inmovilidad tendrá a la inmovilidad cat como motor. Es decir, otro nacionalismo. Yupi.
12- Sobre la inmovilidad cat. Prosiguen los actos autorreferenciales, en sustitución de los riots, e intentado evitarlos. Mi favorito: un grupo de patriotas se fue al consulado chino a cantar canciones de Hong Kong en chino. El resultado fue un chino cabreado –igual era un melómano; en todo caso, sabía karate, o lo que sea que sepan los chinos–, que le pegó un viaje a una manifestante. Por lo demás, cada día hay manis y cortes de número variable de personas. Los medios públicos y concertados no los cuantifican, por primera vez en la historia.
13- Òmnium y ANC están recogiendo autoinculpaciones. La idea es colapsar los juzgados. Al inicio del juicio, un grupo de 30 antiguos insumisos, escritores y escritoras y periodistas de MAD o en MAD, nos autoinculpamos por el juicio a dos asociaciones, en nada de nuestro gusto, pensando que podía limitar el derecho de asociación y manifestación. El día de autos me llamaron varios patriotas y miembros de asociaciones diciendo que muy bien, que lo estaban valorando. Por lo visto lo han acabado de valorar ahora. Demasiado tarde, diría, cuando ilustra más inmovilidad que movimiento.
14- Algunos partidos nacionalistas del Estado han firmado una declaración en BCN. Contra la sentencia, por la autodeterminación. Puede sonar a algo importante. Pero a) no están los grandes fuera de Cat: PNV y Compromís. Y, b), la política, en este final de época, parece poder asumirlo todo sin que salga nada de ella.
15- Un poco eso –la política como agujero negro, en el que entran cosas importantes, y no sale nada– es la resolución que el Parlament ha aprobado que aprobará después de elecciones. Les decía el otro día que era más procesismo/construir un objeto con el que negociar. Hoy creo que es otra cosa más. Miedo a los riots. Ver cómo va la cosa hasta noviembre. Utilizarla como emblema, si procede, para que los políticos cat no sean riotizados, superados estéticamente por personas que dicen lo mismo que ellos en las calles, pero que igual se lo creen.
16- Como en octubre de 2017, hay vías de diálogo precario entre Govern y Gobierno. Por lo visto entre Aragonès/ERC y Carmen Calvo –una mujer que no para de hablar y que, en ese ínterin, no crea diálogo–. No es la traición que esperábamos –un gran pacto entre dos frikis que traicionan a sus bandos–, sino una primera emisión de la traición esperable –dos mandados que acabarán, en el tiempo, pactando en las alturas algo predecible–. Como siempre que el procesismo –esa cosa que explicitó sus demandas: reconocimiento de nación, mejoras en financiación, nuevo Estatut– quiere pactar lo que sea, Aragonès ha dicho que la autodeterminación es innegociable. La inmovilidad, sea como sea, será, en ambas trincheras, aún mayor de lo habitual hasta elecciones.
17- Comuns ha movido ficha. Ha sacado una propuesta que pide blindaje de la autonomía, liberación de presos –no vía milagro, sino vía indulto–, y discusión y negociación de un nuevo pacto. No creo que esta propuesta funcione –ningún gobierno quiere terceros, y aquí tenemos dos gobiernos–. Por lo mismo, creo que es de uso interno. Un comunicado que se hace Comuns a sí mismo, sin los palabros monopolizados por el procesismo, que sólo son autorreferenciales y propagandísticos –amnistía, poble...– para distanciarse, por fin, del procesismo, ese oso que abraza y que solo quiere inmovilidad. No utilizar el lenguaje del oso es un paso de gigante.
18- En el Ajuntament, por cierto, se ha votado una condena a la sentencia. Colau, que ha votado afirmativamente, ha venido a decir que vale, no problem, pero que para estas cosas ‘currároslo y hablar en el Parlament, donde no lo habéis ni intentado ni conseguido’. El procesismo ha respondido con un tono crispado, combativo. En sus respuestas han salido dos cosas que deben señalarse: a) el aludido tono y b) el palabro equidistante.
19- Sobre el tono. Es una novedad. Derechas nítidas –caso JxC–, e izquierdas abrazadas por el oso –caso ERC–, lo utilizan en la sala. Pero también se utiliza en el Parlament, en la ruedas de prensa del Govern, en las tertulias, en la radio, en la tele. Es el tono COPE, cuando los glory days. El tono en-verdad-os-digo, sobre el que se van insertando coletillas y frases hechas. Es el sentido común, el menos común de los sentidos, modulado por un Govern. Lo llamativo, lo importante es que ese tono ha accedido a muchos lugares en los que nunca había existido ese u otro tono. En una ciudad en la que nadie habla en voz alta, lo escuchas en el metro, en grupos que quieren que les escuches. O en el restaurante, en una mesa larga en la que al final paga el abuelo, que tiene la pensión y la otra. Ese tono, su escucha, es algo inaudito. Sobre él se insertan, por lo que oigo, defensa de las manis de nuestros fills –que, lo dicho, no se han vuelto a producir, por lo que esas frases son indicios de que se volverán a producir–. Los fills, además, han cambiado de nombre. Ahora son el nostre jovent/nuestra juventud. A diferencia de cualquier otro manifestante, pegarles a estos va contra los derechos humanos, por lo que escucho. Me alegro sinceramente. Como ven, un riot viene de lejos. Si participa un govern, aumentando contradicciones, de menos lejos. Participa creando léxico. Recién llegado a BCN, por ejemplo, escuché las noticias de TV3. Se habla de criminalització dels manifestants/criminalización de los manifestantes –por primera vez en su historia. Pero para hablar de actos vandálicos en locales del PSC no se dice local-saqueado, sino el PSC ha denunciat una agressió. Vamos, una cosa es el punto de vista de todos y otra, el punto de vista de los que no forman parte de ese punto de vista.
20- El palabro equidistante es el gran insulto desde hace tres años. Con él se penaliza la disidencia y, como decía Joan Grau, en un fantástico artículo en CTXT hace un par de días, la ecuanimidad. Se utiliza contra periodistas, pero incluso contra el gato. Los equidistantes se alejan del poble y abrazan el españolismo y los valores gubernamentales del otro gobierno, del que suelen cobrar un sueldo. Como cualquier valoración intelectual en una CT, se alude a ese comportamiento en términos de enfermedad mental o patología moral. El uso de la palabra, ahora utilizada por cargos del govern u otras instituciones, explica lo que hace el Govern desde hace años. Marcos. Y, con ellos, bloques. Ninguna propuesta de referéndum será aceptada en la sociedad Cat si pertenece y satisface a un bloque. De lo que se deduce que quieren el bloque, no el referéndum. Cat va un par de años por delante del resto. Prepárense para recibir de la bandera allá donde vivan. No tardará mucho. Permite la inmovilidad. Y aún da gustirrinín.
21- En cierta manera, ellos son el riot. Hacen política riot/no sé lo que quiero/estoy cabreado/nada cambia/no quiero más cambios que los míos, que para eso la he liado.
22- Paralelamente a ellos, estudiantes con las tasas más altas del Estado, personal sanitario o profesores con los recortes mayores del Estado, se manifiestan contra la inmovilidad y, a la vez, a favor de sus mártires y su govern inmóviles, este último, como mínimo, anclado también en el léxico del riot.
23- Hoy, mani procesista. Gansa, supongo. Por lo visto, Tsunami abrirá la boca de la cara, que no lo hace desde hace dos lunes. Tsunami, por cierto, ha anunciado actos durante la campaña. Uno, en la jornada de reflexión. Todo un decálogo si resulta que es una organización gubernamental. Mañana, mani ultra-constitucionalista. Gansa, pero menos. Y, en medio, la equidistancia. O nos cortaríamos la venas. Ya les explicaré las manis. La equidistancia, llevo años.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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