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Que viene el fascismo. La frase –tienen razón quienes la critican– cansa por repetitiva. Ha perdido valor. Ya no funciona. Además, hemos comprobado que Vox no es la amenaza que imaginábamos hace unos meses. En abril pensábamos que la llegada de la ultraderecha a las instituciones haría inmediatamente de España un lugar peor, menos libre, más injusto y reaccionario. Nos equivocábamos. No ha sido así. Vox, como sabemos ahora por los grandes medios que le dan cobertura, por Trancas, por Barrancas y hasta por futbolistas de élite, es un partido democrático más. Una opción como otra cualquiera a la que hay que respetar y dejar estar. Después de unos meses como fuerza institucional, el partido de extrema derecha es ya parte del paisaje del país y no ha pasado nada. Demasiado alarmismo por una gente cuyo único delito es amar a su país de una forma, digamos, peculiar.
Los menores inmigrantes que vinieron a España sin sus padres ya lo pasaban mal antes de que Vox tuviera una pequeña cuota de poder y los insultara desde la tribuna de los parlamentos. Así que casi no han notado la diferencia cuando ahora se les criminaliza un poco más de lo habitual o se les acosa y agrede delante del centro de menores donde viven. En fin, esta gente siempre tuvo una vida complicada que no es culpa de Vox. Los homosexuales tampoco han notado gran cambio. Siguen pudiendo casarse y adoptar niños. Exactamente igual que las parejas heterosexuales. Simplemente ahora, tal vez, tendrán que acostumbrarse y aceptar con deportividad que cargos públicos a los que les pagan el sueldo expliquen en prime time televisivo que sólo deberían adoptar si otras parejas heterosexuales no quieren a ese niño. Las mujeres tampoco han notado gran cosa. De toda la vida las mujeres han sufrido la incomprensión de quienes no entienden cuántas agresiones de todo tipo sufre una mujer a lo largo del día. Ahora, simplemente, algunas tienen que cargar con un pequeño peso más: la sospecha de algunos vecinos si sacan fuerzas para denunciar un maltrato. Nada excesivamente grave comparado con las hostias en casa.
En las comunidades autónomas en las que Vox tiene poder, los escolares tampoco han notado gran cambio por la llegada de la ultraderecha. Que la defensa de la caza se convierta en asignatura para los niños no debería suponer un gran trauma. Todos hemos visto morir a la madre de Bambi y aquí estamos. Tampoco es tan traumático que los educadores de estos niños se sientan algo observados si tocan materias que la extrema derecha considera inadecuadas. Que tu nombre aparezca en una lista negra a la que tienen acceso los cargos públicos de Vox es algo que va ya con el sueldo. Más de lo mismo para los españoles que lo son con su cultura e idiomas distintos. Un militante o simpatizante de partidos vascos o catalanes ya sabía que no estaba bien vista su forma de pensar entre la España uniforme. La única diferencia ahora es que hay un partido constitucional que amenaza con expulsar esas ideas de la Constitución, con ilegalizar ese voto. No nos pongamos nerviosos, ya se debatirá eso llegado el caso. Tampoco es nuevo ver al PSOE o al PP, grandes partidos de gobierno, escorarse un poco. Sabemos que la política funciona así y no debemos llevarnos las manos a la cabeza por ver a Casado comprarles a los ultras sus argumentos o a Sánchez convertirse en ultra por un día para saltarse la separación de poderes y prometer cazar y juzgar a políticos catalanes. Son cosas que se dicen en una campaña electoral. Hay que entenderlo así. Son calentones. No hay que asustarse por eso. Todos sabemos que la Fiscalía es totalmente independiente y que, si Vox tocara más poder, así seguiría siendo.
En resumen: vamos a relajarnos. Voten ustedes con tranquilidad, o incluso quédense en casa este domingo porque la historia nos demuestra que, al final, nunca pasa nada grave. Déjense ya de “que viene el fascismo”, porque no es para tanto. Lo importante es que respetemos y permitamos todas las opciones, también la de la extrema derecha. Eso nos hace libres.
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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