El bajo nivel de digitalización del sector empresarial en España no solo está afectando a la productividad y la competitividad nacional, sino que también se está generando un impacto negativo en el sistema de bienestar y el propio devenir del mercado laboral. Así lo asegura el sindicato UGT en su último informe sobre este ámbito, donde se recogen numerosos datos sobre el panorama tecnológico que afronta el tejido empresarial del país. Entre los más preocupantes, el que nos sitúa en el puesto 22 de 28 de la UE en el indicador de intensidad digital.

Según el documento, estos malos resultados guardan relación con el bajo nivel de inversión que las compañías del país han realizado en tecnologías de la información durante los últimos cursos. Solo en 2019, el gasto del sector privado ha descendido en cerca de 1.100 millones, y ya se sitúa por debajo de los niveles de 2016. 

Algo incomprensible para el sindicato, que considera que los cambios que está planteando la trasformación tecnológica están siendo ignorados y menospreciados desde el ámbito empresarial: hasta un 57% de las empresas del país cuenta con un nivel bajo de intensidad digital, lo que nos coloca como el quinto peor país de la Unión Europea en este campo.  

El informe de UGT considera que todas estas cifras dibujan un panorama muy preocupante para el desarrollo y la riqueza del país. La falta de inversión en tecnologías debe considerarse un lastre para el crecimiento económico y, por extensión, para el propio sistema de bienestar. Todo ello, apunta el documento, sin olvidar que la adaptación tecnológica también plantea serios retos en torno a la empleabilidad  y los propios derechos laborales. 

Sin embargo, todavía se puede apreciar el importante desinterés que muchas de las empresas del país tienen para ofrecer formación digital y tecnológica para sus trabajadores. Tanto es así que cerca de 10,7 millones de personas empleadas en el país todavía no se han formado nunca en estas competencias tecnológicas, y apenas un 60% de la fuerza laboral tiene disponible un ordenador conectado a internet en el desempeño de sus tareas.

Por si esto fuera poco, el mercado laboral para los trabajadores formados en tecnologías de la información se encuentra en uno de sus peores momentos, con solo un 17,5% de las empresas del país dando trabajo a este tipo de perfiles cualificados. Aquí, UGT también insiste en denunciar la mitificación que muchas veces se crea en torno a las oportunidades laborales del sector: solo un 3,3% de las empresas ha tenido algún problema para cubrir vacantes de este estilo, mientras que el número de titulados en estos campos supera la media europea. 

Otros problemas relacionados y recogidos en el estudio sobre la digitalización empresarial tienen que ver con las dificultades que atraviesan las empresas pequeñas para asumir los procesos tecnológicos, lo que demuestra las desigualdades y desequilibrios que existen dentro del tejido de compañías. Ejemplo de ello es la brecha sobre el uso del comercio electrónico, que llega al 85% si se comparan distintos sectores. 

En términos generales, España ha tenido que esperar a 2018 para recuperar los niveles de inversión en I+D que existían al comienzo de la crisis, según los datos que el Instituto Nacional de Estadística ha actualizado recientemente. Pese a esto, el documento de UGT alerta del tremendo déficit que todavía se arrastra de esta década pérdida. Hoy, apenas hay 10.000 personas más trabajando en el sector que en 2008. Además, el número de empresas que realizan actividades relacionadas con la investigación y el desarrollo se ha reducido en cerca de 5.000.