Muy lejos de la media de aportaciones que se realizan a nivel global y todavía más lejos de los fondos que destinan a cooperación el resto de países europeos. La  Ayuda Oficial al Desarrollo española sigue descendiendo y se sitúa a la cola en los rankings de cooperación internacional, tal y como ha denunciado Médicos del Mundo en un informe publicado en los últimos días. Según el documento, durante el año pasado el desembolso bruto que realizó nuestro país en este ámbito descendió casi un 3% hasta los 2.483 millones de euros.

Estas cifras nos colocan, por aportación, como el país número 23 de los 29 que conforman el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), con un presupuesto destinado a cooperación que apenas llega al 0,2% de la renta nacional bruta. Comparado con la contribución media del resto de Estados donantes, del 0,31%, el porcentaje se antoja absolutamente insuficiente.

La situación es aún peor si se tiene en cuenta solo a los países del entorno europeo, donde la aportación media respeto de la renta nacional bruta llega al 0,47%. Es decir, más del doble de lo que destina nuestro país y una cifra parecida a la que tenía España en 2008, cuando se asignaron más de 4.800 millones de euros a la partida de AOD.

Cuatro años después de la aprobación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las cifras globales de cooperación internacional tampoco viven su mejor momento: en 2018, y al igual que ha ocurrido en España, los fondos totales de los países donantes cayeron un 2,7%.

Una situación que no hace más que alejar el objetivo que estableció Naciones Unidas en el marco de la Ayuda Oficial al Desarrollo y que sitúa las aportaciones mínimas en un 0,7% de la renta nacional bruta de los países. Sin embargo, apenas cinco miembros del CAD, todos ellos europeos, destinan a día de hoy ese porcentaje a cooperación: los nórdicos Suecia, Dinamarca y Noruega, junto con Reino Unido y Luxemburgo.

Ante esto, Médicos del Mundo advierte que uno de los grandes déficits de la cooperación internacional se concentra en los presupuestos orientados al ámbito de la salud. En el caso concreto de nuestro país, además, con un volumen presupuestario especialmente bajo comparado con los estándares del resto de donantes: en 2018, España destinó 68 millones de euros a la partida sanitaria, lo que apenas representa un 2,5% del aporte bruto total que España presupuesta en cooperación. Mientras, el porcentaje medio que los miembros del CAD ascendió al 14%.

Según la ONG, la falta de acceso universal y la inequidad siguen siendo dos de los principales problemas que afronta la salud mundial, con un gran número de países en los que todavía no está asegurado el acceso universal a este derecho. Junto a esto también han surgido nuevos factores de riesgo que están comprometiendo todavía más las metas de sostenibilidad del planeta, como el cambio climático o los movimientos antivacunas asociados a los nuevos métodos de desinformación.

En este sentido, el informe destaca que los fondos de desarrollo destinados a la ayuda internacional humanitaria apenas cubrieron en 2018 un 60% de las necesidades que se generaron en este ámbito a nivel mundial. Una situación que puede ir en aumento durante los próximos años por la influencia y consecuencias de estos factores.