Carta al suscriptor CTXT
Que cinco años son muchos, y pocos, según desde dónde se mire
Magda Mora 14/01/2020
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Amigas, amigos, lectores de CTXT. es:
El trío fundador –Miguel, Mónica, Vanessa– me pide que escriba unas quinientas palabras para recordar –homenajear, pienso yo– los cinco años de vida de CTXT –sigla indescifrable para el gran José Luis Cuerda–, alias de Contexto, término “secuestrado” en toda la Europa digital, como ya se contó en su día.
Los tres son periodistas; yo, no. Yo sólo he llevado durante diez años el día a día de la Revista de Occidente, cuando su directora era Soledad Ortega Spottorno, hija del filósofo, a la cual –sabia, como era ella– siempre le gustó más trabajar con mujeres (entre ellas estuvo, en su momento, Carmen Díez de Rivera, musa inolvidada de la Transición).
Bueno, volvamos a lo de las quinientas palabras. La verdad es que yo nunca he contado palabras sino páginas: más de mil en la edición de lo que constituyó mi tesis doctoral para el Ph. D. estadounidense, y 21 como máximo para los artículos de R. de Occ. Por eso, al recibir este encargo, no he sabido cómo arreglármelas para cumplir con ellas y con él.
Al principio se me ha ocurrido hablar de lo que ahora llaman alegremente la intrahistoria (de cualquier cosa), que no coincide exactamente con lo que Unamuno, “tan complejo” y ahora tan de regreso, pensaba sobre ella.
No sé cuántas palabras llevaré ya. De momento, escribo a mano, como era mi costumbre, es decir, en borrador, lujo que ningún periodista se habrá podido permitir. Yo, sí. Todos mis escritos fueron hechos así. (Alguno habrá en la Red, porque un amigo, una noche, por tierras del Monóvar azoriniano, me comentó que había encontrado uno firmado por mí sobre Enzensberger (sí, apareció hace años en la revista Intramuros, fundada por la argentina Sheila Cremaschi, hoy directora del Hay Festival de Segovia).
Ya ven que no les oculto nada sobre la cofundadora de CTXT.es. Ni siquiera otro artículo menos coyuntural, dedicado a “La mujer y las mujeres en la Revista de Occidente: 1923-1936” (julio-agosto, 1987). Acerca de éste, un día, en la Residencia de Estudiantes, donde llegaba un poco tarde a comer, una de las mujeres que estaban allí reunidas, cuando nos presentaron, casi se abalanzó sobre mí diciendo: “Ay, pero no me digas que tú eres la autora de ese artículo SEMINAL para el feminismo español”. Mi estupefacción no tuvo límites. Era como si me hubieran dicho casi que yo era la Simone de Beauvoir y Sartre española. (Sin casi, en otra ocasión, me lo dijeron, aunque en otro contexto, que ahora no viene al caso). (Entre paréntesis, esto de los paréntesis ya no se usa tanto como en el ensayo del siglo XX. Será para ahorrar pulsaciones de ordenador, al igual que ocurre con los acentos, los signos de puntuación, etc., etc.).
Sigo. Creo que llevo ya más de seiscientas palabras. Ya las contarán y suprimirán ellos. Desde luego, pueden decir ustedes (el tuteo se me da mal), y con razón, parafraseando a alguien cuyo nombre no me viene ahora a la memoria: “Pero ¿qué broma es esta?”. Aquí, por mi cuenta y riesgo, sin que nadie me lo pida, esbozo una especie de autorretrato y les transcribo mi cv, sin omitir esos títulos y méritos que ahora hay que ocultar cuidadosamente cuando alguien intenta encontrar un trabajo, por más que sea precario. Así de emborronada salgo en la foto: narcisista, egocéntrica, dispersa, presuntuosilla, pero no me negarán que de “lectura fácil” (gracias, Cristina Morales, por tu desparpajo y por tu enorme talento para hablar con el habla de la calle. Pienso, quizá herética y desafortunadamente, en algún precedente tuyo en el siglo XX, pero me lo callaré para que no me insulten como a ti).
Esto era un poco como la entradilla a lo que la minirredacción de Contexto me pedía. Pero como me he pasado tanto hasta llegar aquí, lo único que me queda es hacer un breve resumen de lo que a día de hoy pienso –y, a veces, temo– de Contexto, en formato listado sintético que no aforístico:
1. Su gran capital: el equipo, con sus fundadores y todos los magníficos y generosos colaboradores que nos han ido acompañando paulatinamente a lo largo de este quinquenio. Imposible citarlos a todos y todas, ellos y ellas, pero, como Don Quijote y, sobre todo, Cervantes, saben quién son en mi agradecimiento y admiración.
2. Un cuasi imposible: la supervivencia, y no hablo sólo de dinero. Hay cada día más y otros riesgos.
3. Un elogio: en modo adjetivo, insobornable. Término que alguien puede juzgar exagerado, sobre todo porque esta palabra apenas se lee y se escucha por estos lares. Pero qué bien suena.
4. Su modelo estético y literario: The New Yorker. Aunque sin pretensiones, con sabor a jamón, parecería ya.
5. De mi cosecha: The New York Review of Books, top top todavía en pensamiento crítico, y, como aspiración, que llegase a ser una mini Granta de aquí hoy, como aportación literaria.
6. Una inspiración: nuestro presidente de Honor, el ilustrísimo y estimado (ahora, en catalán) lingüista Noam Chomsky, quien afirmó aquí mismo que su trabajo en esa área fue muy pero que muy ardua, y que aceptaba la presidencia de nuestro CTXT a condición de que fuese, digamos, exclusivamente pro bono.
7. Secciones y Autores. Resumo mucho. Cataluña: Inevitablemente. Con el incansable Guillem Martínez al frente, posiblemente el mejor intérprete, en clave siempre irónicamente simpatética, del conflicto de allí. Y, junto a él, una pléyade, sí, una pléyade –no hay que avergonzarse de la verdad–, una pléyade de juristas lucidísimos que vienen analizando en cada momento las decisiones de los ahora impuestos e inevitables Tribunales de Justicia y, principalmente, del Supremo. (Qué miedo da esto a estas alturas). Democráticas por supuesto: querido Miguel Pasquau, en ti agradezco su lectura a todos los colegas que han participado en esta brillantísima e influyente sección. Junto a los politólogos como Pacho Sánchez-Cuenca, tan generosos como valientes y divertidos.
8. Y, como contrapeso, para airearnos, y desde Catalunya, de nuevo, que es desde donde se hace, El Ministerio, dedicado clásica y modernamente a Artes y Letras y, muy en particular, a creación literaria, análisis de obras y autores, escritura autobiográfica, poesía, aportación cada vez mayor de mujeres, y todo ello con la originalidad y el sello que le imprimen sus codirectores Ignacio Echevarría y Gonzalo Torné.
9. Un valladar frente al pesimismo: la BROMA, como expresión alegre y no solemne del sentido del humor y de la ironía como sal de la vida y del pensamiento.
10. Una pelea continua y sin fin: lo diré en francés para evitar el sonrojo: chercher l´…argent.
11. Un ejercicio irrenunciable: el de la libertad y la verdad. Como camino y como meta.
12. Una ausencia tal vez para algunos imperdonable. Para mí, no. Miren no, no me/les voy a hacer la autocrítica. Al contrario: felicito y doy miles de gracias a todos los que han pensado, escrito, dibujado, difundido en y para Contexto, chicas, chicos, artistas, PERIODISTAS todos al fin por su ejercicio, desde la Galicia de Maestro Pereiro a los carnavales y gentes del Cádiz de Vanessa, Mónica y Miguel. Y las M. Andrade, sus Adriana y Elisa.
Bueno, esta es la versión corregida del borrador, digital y a ordenador (de aquella manera). Si me cortan, sabrán hacerlo y tendrán, espero, razón.
Otra ausencia, pero no olvido. No he mencionado nada de ACCIÓN. He escrito sólo sobre lo mío, sobre la letra. Creo que a ella pertenecen dos asuntos prioritarios y clave en la miniempresa CONTEXTO Y ACCIÓN. Se trata de dos apuestas fundamentales, hoy más que nunca: ecologismo y feminismo a partes iguales. Y de los que estoy segura escribirán aquí personas que verdaderamente saben de ellos y participan activamente en su estudio y con su activismo.
Un deseo final para un futuro quién sabe cuán lejano: que CONTEXTO Y ACCIÓN me sobreviva, superándose cada día.
¡Muchas gracias!
Magda Mora
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El trío fundador –Miguel, Mónica, Vanessa– me pide que escriba unas quinientas palabras para recordar –homenajear, pienso yo– los cinco años de vida de CTXT –sigla indescifrable para el gran José Luis Cuerda–, alias de Contexto, término “secuestrado” en toda la Europa...
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