BATALLAS Y FRONTERAS
La muerte del coronel Babu
Las difíciles relaciones entre India y China hicieron inútiles los esfuerzos de Xi Jinping y Narendra Modi por evitar esa baja, la primera en enfrentamientos de los ejércitos de ambos países en 45 años
Juan Carlos Martínez Coll 29/06/2020
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El coronel Bikumalla Santosh Babu murió el 15 de junio de 2020 en el río Galwan, en una región montañosa desértica a 4.300 metros de altitud, en la cordillera Karakórum del Himalaya. Era el primer miembro del ejército de India en cuarenta y cinco años que moría en enfrentamientos con el ejército de China. Su mujer y sus dos hijos, niña y niño, de diez y cuatro años, han llorado su muerte. Muchos otros también la han lamentado. Desde que el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, y el primer ministro de India, Narendra Modi, asumieron sus cargos, en 2013 y 2014 respectivamente, se habían reunido en muchas ocasiones, habían debatido y habían acordado medidas para impedir que el coronel Babu muriera. No lo consiguieron.
No había disparos de bala en su cuerpo. Fue una pelea a puñetazos, a pedradas, a palos. Murió golpeado por varas metálicas, posiblemente bastones de esquí alpino. Al atardecer, acompañado por una patrulla de soldados de su batallón, se había encontrado con una patrulla de soldados del Ejército de Liberación Popular de China. Quizás empezaron con gestos agresivos, con insultos, con amenazas, antes de pasar a las manos. Alguien consiguió detener la refriega y cada cual volvió a su campamento, llevando sus heridos. No era la primera vez que ocurría, pero esta vez las heridas eran demasiado graves. El coronel Babu y otros dos jawars de su patrulla habían muerto. Indignados, docenas de soldados de su batallón volvieron al lugar de la pelea buscando venganza, pero los chinos también habían pedido refuerzos. La batalla duró varias horas en la penumbra de la noche, a la luz de las estrellas y de la luna menguante, desperdigados entre las heladas montañas. Veinte soldados indios y un número indeterminado de soldados chinos murieron en esas horas, apaleados, despeñados por los barrancos, congelados en las aguas del río. No hubo disparos de armas de fuego. Xi y Modi les tenían prohibido que portaran armas en sus patrullas.
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China e India son los dos países más poblados del planeta con más de mil trescientos millones de habitantes cada uno, ambos potencias nucleares. Pandit Nehru proclamó la independencia de la India en 1947 y Mao Zedong proclamó la República Popular China en 1949. Eran tiempos difíciles para dos países muy poblados y muy pobres. El mundo se estaba dividiendo en dos grandes bloques enfrentados. Para salvaguardar su independencia Nehru declaró a la India país no alineado. Tras la muerte de Stalin, en 1953, las relaciones de China con la Unión Soviética se fueron distanciando hasta llegar a la ruptura declarada en 1961. Ambos quisieron mantenerse al margen de la guerra fría.
Al principio las relaciones entre India y China fueron amistosas pero a lo largo de la década de 1950 se fueron deteriorando por diferencias en diversos temas, especialmente sobre la cuestión del Tíbet. Las fronteras entre ambos países no estaban delimitadas con claridad. India reclamaba las líneas fronterizas diseñadas por los británicos que China no reconocía. En 1962 se enfrentaron en una guerra que causó unas 10.000 bajas, cinco mil más, cinco mil menos, no se sabe de cierto: los analistas e historiadores discrepan en esos márgenes. Los combates más cruentos se localizaron en Arunachal Pradesh, en la zona más oriental de la frontera común, entre Bután y Myanmar. La zona más occidental de la frontera, la región semidesértica de Aksai Chin, en la Cachemira vecina a Pakistán, fue ocupada por el ejército chino sin encontrar resistencia. La falta de preparación y los errores estratégicos del ejército indio concedieron una victoria aplastante a China. Arunachal Pradesh quedó ocupada por China, India la reclama como propia.
En las conversaciones que siguieron al conflicto armado se establecieron normas para evitar otra guerra. La Línea de Control Actual (LCA) que separa el territorio ocupado entre ambos países no es una frontera reconocida, pero las tropas en el terreno tienen instrucciones de no sobrepasarla. Al oeste de Aksai Chin, la LCA corta el cauce del río Galwan. Cada uno de los países acusa a las tropas del otro de haber sobrepasado algunos metros la LCA en el río Galwan el 15 de junio de 2020. Fue ahí, en ese punto de la LCA, donde ese día murió el coronel Babu.
En los cincuenta y ocho años transcurridos desde la guerra sino-india ha habido frecuentes enfrentamientos menores: en septiembre de 1967 en Nathu La y Cho La; en octubre de 1975 en Tulung La. “La” significa “puerto de montaña”: esos lugares, caminos milenarios que permiten cruzar de un valle a otro, son especialmente conflictivos. En Tulung La murieron cuatro soldados indios. Desde entonces se dejaron de usar armas de fuego en las patrullas de ambos países por la LCA. Desde entonces no había vuelto a haber disparos ni víctimas mortales. Hubo muchas conversaciones pero los encontronazos continuaron, los más recientes en septiembre 2014, septiembre 2015, junio 2017…
En 2017 hubo mucha tensión. China estaba construyendo una carretera entre Sinche La y Doka La, en el altiplano de Doklam, un territorio controlado por el país que reclama Bután. India mantiene un tratado de defensa con Bután por lo que tuvo que impedirlo. Se confrontaron un gran número de unidades de ambos ejércitos pero no llegó a haber disparos ni víctimas. La tensión provocó algunos choques entre tropas fronterizas en el lago Pangong, en la LCA entre Aksai Chin y Ladakh. Se difundieron vídeos de peleas a puñetazos y pedradas entre soldados en la orilla norte del lago.
En las conversaciones mantenidas en los últimos años entre Xi Jinping y Narendra Modi se establecieron unos Puntos de Encuentro Fronterizos (PEF) con el fin de que los oficiales al mando de las tropas que patrullan las fronteras entre ambos países se reúnan para intercambiar información y coordinar sus actividades. Los coroneles utilizan también los PEF para invitarse mutuamente con ocasión de las fiestas nacionales de ambos países. Los generales responsables del área los utilizan para negociar la resolución de disputas. A lo largo de la frontera hay siete PEF, cinco en territorio de India y dos en territorio de China.
Intereses económicos y geo-estratégicos
Ladakh es un país fronterizo con el Tíbet con solo 275.000 habitantes que viven dispersos en valles casi inaccesibles en las montañas del Himalaya. Su población es de etnia tibetana y religión lamaísta. Los británicos lo separaron del Tíbet y lo incorporaron administrativamente a su antigua Cachemira. Según los acuerdos previos a su independencia, los estados de la India británica de mayoría musulmana pasarían a formar parte de Pakistán y los de mayoría hindú conformarían la India. Por una serie de circunstancias no ocurrió así con el estado de Cachemira, de mayoría musulmana, pero que se asignó a la India aunque con un estatuto de autonomía especial. Es por eso que Pakistán reclama como propio todo el antiguo territorio de Cachemira incluyendo Ladakh. En las fronteras entre India y Pakistán sí se utilizan armas de fuego. Todos los años hay muertos por disparos de bala. En agosto de 2019 Narendra Modi introdujo una reforma constitucional por la que el antiguo territorio de Cachemira perdía su autonomía y Ladakh fue segregado pasando a ser un estado en dependencia directa de Nueva Delhi. Pakistán lo sigue reclamando como propio. China ha manifestado en algún momento que debería ser parte del Tíbet.
China es el mejor amigo de Pakistán, el archienemigo de India
Por una parte, China es el mejor amigo de Pakistán, el archienemigo de India. Pakistán es el país que ha recibido más inversiones y más préstamos en el marco de la Franja y La Ruta, la nueva Ruta de la Seda imaginada por Xi Jinping para el siglo XXI. China ha construido carreteras y ferrocarriles que recorren Pakistán desde el Paso de Khunjerab en el norte hasta el puerto de Gwadar en el sur con inversiones milmillonarias. El Paso de Khunjerab, a 4.693 msnm, entre las cumbres del Karakórum, es la única vía posible de comunicación terrestre entre China y Pakistán. O, mejor dicho, entre China y la Cachemira ocupada por Pakistán y que India reclama como propia.
Pero, por la otra parte, China es el principal socio comercial de India. En 2018 las importaciones de India procedentes de China fueron por valor de 90.400 millones de dólares, mientras que de su segundo proveedor, los Estados Unidos, solo importó por valor de 38.900 millones. India es el mayor receptor de préstamos (más de tres mil millones de dólares) del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés), el banco de desarrollo propuesto por China como apoyo financiero a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. India forma parte de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), el acuerdo de libre comercio e inversión propuesto por China como alternativa al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) abandonado por los Estados Unidos. En 2017 India (y Pakistán) se unió como miembro de pleno Derecho a la Organización de Cooperación de Shanghái, un organismo de cooperación en materia de seguridad y defensa que incluye a Rusia y que los observadores consideran el embrión de una OTAN asiática.
Y en el otro flanco abierto, la guerra comercial que Donald Trump ha lanzado contra China, India se siente muy presionada a tomar partido a favor de los Estados Unidos. Los Estados Unidos son el primer cliente de India; en 2018, las compras fueron de 51.629 millones de dólares, mientras que las exportaciones a China ese año fueron solo de 13.366 millones. En otras palabras, el balance comercial de la India con China es muy deficitario mientras que con los Estados Unidos mantiene un importante superávit. India querría, una vez más, mantenerse no alineado. En la medida de lo posible.
Fervor nacionalista
El colonialismo y las guerras han dejado en el sur y este de Asia un gran número de fronteras debatibles y heridas sentimentales que siguen sangrando. Los pueblos de India y China son muy nacionalistas y celosos de su integridad territorial. El fervor patriótico es estimulado por los gobiernos de ambos países. Los soldados que patrullan las fronteras sienten un intenso odio hacia las figuras uniformadas que perciben frente a ellos. La prohibición de usar armas de fuego parece interpretarse como una autorización a utilizar palos y piedras. Esas peleas “a garrotazos” son grabadas en teléfonos móviles y divulgadas por los soldados en las redes sociales, lo que excita el fervor patriótico de los ciudadanos.
El 5 de mayo de 2020 hubo enfrentamientos en el río Galwan y en la orilla norte del lago Pangong. En las redes sociales chinas se divulgaron fotos de los resultados: en el suelo, soldados indios, algunos con ataduras, otros con heridas visibles y manchas de sangre; los soldados de pie visten el uniforme del ELP de China; algunos llevan en la mano varas blancas; usan mascarillas de protección frente a la pandemia de la covid. Los soldados indios respondieron publicando en sus redes imágenes de cómo ellos también maltrataban a un soldado y destrozaban un vehículo militar chino. Atizando el odio. Es muy probable que el coronel Babu hubiera visto esas imágenes como otros millones de personas.
Una ola de indignación y furia ha incendiado la India. Se han quemado banderas de China e imágenes de Xi Jinping. Ciudadanos chinos, vietnamitas o coreanos han sido acosados por las calles. Las tiendas y los productos chinos están siendo boicoteados. Los partidos de la oposición culpan al gobierno. Rahul Gandhi ha acusado a Narendra Modi de “enviar a nuestras tropas desarmadas a defender las fronteras”. Hay sed de venganza. En India se dice que murieron 43 soldados chinos. China no ha hecho público el número de bajas que tuvieron en su lado. Mejor así, mejor que los esforzados soldados indios hayan ganado la pelea y no sea necesaria la revancha. En la guerra de 1962 los ejércitos de India y China estaban muy igualados y pasó lo que pasó, pero actualmente el presupuesto de defensa chino multiplica por siete al de India.
El 18 de junio, con honores militares y de Estado, tuvo lugar la ceremonia de cremación en su aldea natal de Kesaram, en el distrito de Suryapet, en el estado de Telangana. Decenas de miles de personas, incluyendo generales y ministros del Gobierno, acudieron a despedir al coronel Babu, el héroe, el mártir.
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Juan Carlos Martínez Coll es profesor (jubilado) de Economía y Finanzas del Asia Oriental en la Universidad de Málaga.
Bibliografía complementaria
CALVIN, James Barnard (1984): The China-India Border War 1962, Marine Corps Command and Staff College.
Ministerio de Asuntos Exteriores de India:
Brief onIndia-China Bilateral Relations (2019)
Brief on Shanghai Cooperation Organization (2020)
Yang Sheng and Liu Xuanzun: India knows ‘it can’t have a war with China’. Global Times (21/6/2020)
El coronel Bikumalla Santosh Babu murió el 15 de junio de 2020 en el río Galwan, en una región montañosa desértica a 4.300 metros de altitud, en la cordillera Karakórum del Himalaya. Era el primer miembro del ejército de India en cuarenta y cinco años que moría en enfrentamientos con el ejército de China. Su...
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