DECAMERÓN LVI
Jornada potorrocientos: sé lo que hicisteis en la última crisis
Un ministro de economía no es un mamífero popular. Es el que, en cualquier gobierno, vela para que no haya juerga. Tanta negación de juerga, desde 1982, es ya, no obstante, una cosmovisión. Es, incluso, la aportación del PSOE a la política esp
Guillem Martínez 27/06/2020
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1- Lo mío con la Mujer Venida del Futuro va a tutiplén. Tanto que hemos viajado al futuro para conocer a sus padres. Para viajar en el tiempo, contrariamente a lo que suponía Einstein, sólo es necesario un par de botes de danone y un sedal de pesca. Los padres de La Mujer Venida del etc. son encantadores. El padre, doña Reme, es de Vox, que en el año 2034, por lo que entiendo, pasó a ser una asociación gay de bailes regionales. La madre, Montserrat, es procesista. Nació en Vallecas, reivindicada por el procesismo bajo el nombre de los Sudetes Cat. En el futuro, la mitad de Europa que no reclama Hungría, la reclama la Gene, parece. La Mujer Venida del etc. es, a su vez, de una ONG que se llama La Résistance, y que pone bombas en las vías de los trenes que se llevan El Prado a Berlín. Por lo visto es legal, siempre que no aludas a ello en un rap. Anoche, de hecho, me llevó con sus amigas a poner bombas para entorpecer el traslado de Las Meninas al afamado Herr Doktors Felipe González Museum, de Berlín. Tras la explosión, la vi corriendo, y pensé que veía a alguien correr por primera vez. Es el amor. Ahora me pillan comiendo con los padres de La Mujer Venida del etc. Hemos empezado tarde porque tenían que rellenar los enojosos e inacabables impresos para el Impuesto a las Grandes Fortunas. Se trata, como su nombre indica, de un impuesto anual que los pobres pagan a las Grandes Fortunas. En el preciso momento en el que me dispongo a largar un brindis, pedir en matrimonio a La Mujer Venida del etc., y hacerle solemne entrega de un collar de macarrones –este mes voy corto para un anillazo–, va y me llama –piticlín-piticlín– Casandra –que también son huevos–, por lo que me voy pitando, como si no hubiese un mañana, al punto insonorizado más próximo. El frigorífico.
2- “¿Te pillo bien?” “Requetebien, en el futuro, y en un frigorífico Zïërzø Bïrüjï, marca blanca de Ikea. Funcionales. Y, brrrr, gélidos”. “No voy a hacer ningún comentario al respecto, Guillem”. Yo también intento no hacérmelos. “Te llamo para contarte la última. Investigadores de la UB han descubierto, en registros congelados del alcantarillado de BCN, rastros de la covid-19 que se remontan a marzo de 2019. Es, por ahora, el vestigio más antiguo del virus. En marzo de 2019 en BCN, además, se celebró el Mobile, festival que atrajo a la ciudad a miles de donantes de heces de todo el mundo, lo que puede indicar cierta expansión del virus en todo el mundo y en aquel momento. De confirmarse el estudio de la UB, esto lo cambia todo. La OMS debería parar máquinas, es un decir, e investigar ese hecho”. “¿Qué cambia?”. Casandra me responde, otra vez, que todo. “Se nos dijo que lo sabíamos todo del SARS-1. De manera exacta. Y que había desaparecido. Eso no es cierto. Hay muchas dudas sobre su origen. Se sabe que, como en el SARS-COV-2, hay un murciélago por medio. Pero que nos falta otro eslabón, otro huésped”. Me habla de un artículo, escrito por médicos chinos, aparecido en abril de este año, en la revista Modern Patologies. “Se realizaron pocas autopsias en Wuhan y en la fase inicial. Por problemas técnicos se optó por biopsias, en las que se establece que la covid-19 plantea patologías superpuestas con la SARS-1. El equipo de José Palacios Calvo, del hospital Ramón y Cajal, de MAD, pionero y el que más autopsias ha realizado hasta la fecha, ¿sabes lo que ha dicho? Te lo entrecomillo: ‘Hemos hallado similitud con las patologías de otros virus parecidos, como el SARS-1’”. “¿Y todo esto qué nos dice?” “Nos dice eso, mientras, en ese preciso momento, se nos decía desde China y, ojo, desde la OMS, que la covid-19 era un virus muy nuevo, del que no se sabía nada. Perfect. Se nos ha mentido mucho. Mucho”. “Dime algo bonito, Casandra”. “Covadonga. Dime tú algo del futuro”. “Hace mucho frío, y las neveras, por un decreto-ley hecho en la pandemia de 2124, no se pueden abrir desde dentro”.
3- Parece que se confirma que la mentira es el sello de esta época, como en la anterior lo fue la minifalda. Esta época empieza en los 70. Con el neolib. Momento en el que el lenguaje empezó a suplir la realidad. Es decir, un lenguaje eléctrico, revolucionario, de libertad, tupido, empezó a entorpecer ver la realidad en la política. Incluso, en tu propia cabeza.
El sello de la baja temporal por enfermedad del lenguaje ha sido –en Esp, el Estado europeo más sustentado en el uso del lenguaje–, la reactivación del poder político
4- La covid-19 –o lo que sea, o cómo se llame; una enfermedad desparramada, en todo caso– ha invertido esa dinámica durante unos días, semanas, meses. El lenguaje no puede invertir una pandemia –caso húngaro, o USA; dramáticos–. El sello de la baja temporal por enfermedad del lenguaje ha sido –en Esp, el Estado europeo más sustentado en el uso del lenguaje–, la reactivación del poder político. Su carácter efectivo. Casi irreal. De manera exótica, con una forma de la que no se tenía memoria, el Ejecutivo ha ejecutado políticas económicas y sociales –ERTEs, autónomos, IMV–, imposibles en la selva del lenguaje nacionalista, reaccionario, neolib –esos marcos–, anteriores a la covid-19.
5- Bien. Pues parece que eso se acaba. Al menos momentáneamente. Nadie sabe nada del futuro –ese sitio incalculable, en el que en el interior de una nevera, por ejemplo, tu nariz empieza a ponerse negra–. Vuelve el poder efectivo y informal. Esa cosa oculta, tras el lenguaje más polarizado del continente. Les paso dos vías de investigación. Esp y Europa.
6- En Esp esta semana se ha mezclado cierto relajo y armonía, propia de la ausencia del lenguaje como política, con todo lo contrario. Los primeros indicios de que el Ejecutivo Real vuelve a chulear al Ejecutivo Virtual, ese que está de paso, el que se vota.
7- Relajo & Armonía. Por una parte, se ha ampliado la cosa ERTE hasta septiembre. Empresariado y sindicatos pedían diciembre. Ya veremos. Esta emisión de ERTE es menos chachi, incluso piruli, que la anterior. Ofrece cierta seguridad a trabajadores y empresas, pero también vislumbra que se está llegando a un límite del gasto y de la deuda –en breve, del 115%–, y que no está clara aún la salida que dará Europa al marrón. Marrón: Esp, según el FMI, ese cenizo que apunta y deja que dispare otro, será el pupas de esta crisis que empezó con mentiras sanitarias planetarias. A partir de septiembre se podrá ver, o no, el carácter brutal de esta crisis en el país del contrato mangui y el turismo. Por otra parte, se ha votado la nueva normalidad en el Congreso. En una sesión tranqui y en la que, por cierto, se aplaudió la gestión del ministro Illa, un tipo que a) ha realizado una gestión razonable, y no sustentada en el lenguaje –como en CAM y Gene–, y del que b) se empieza a hablar como nuevo candidato del PSC en las autonómicas, que serán cuando c) el Sant Crist de Balaguer se le aparezca a Torra o, más probablemente, cuando d) se lo diga Puigde. La Nueva Normalidad votada es inconcreta. Es decir, democrática. Una mezcla de autoresponsabilidad, fases y clusters –en este momento, más de 40 en el Estado; pueden llegar a ser docenas y docenas; lo que no tiene por qué ser preocupante con un sistema de rastreo y de fases que pite; la Gene, yupi, parece ser la única C.A. que pasará de esa táctica, al disponer de una mente más evolucionada y del Monastir de Montserrat, por si falla la mente evolucionada–. Por otra parte, y aquí empieza el marrón propiamente, se está cerrando lo de la Comisión de la Reconstrucción, que culminará la próxima semana.
8- Como sucede con los trajes de novia, a) sólo conoceremos los detalles al completo el día de la ceremonia, pero es posible suponer que b) apretará la pechuga y c) será para todo la vida. La cosa se divide en cuatro puntos. Unión Europea, Sanidad y Salud Pública, Políticas Sociales, y Reactivación Económica. Los dos últimos puntos son el conflicto. Esta semana lo cerraron, por la parte gubernamental, Sánchez e Iglesias. Desapareció, en segundos –no se pierdan el punto 9–, la cosa Impuesto sobre las Grandes Fortunas. Tras cerrar flecos en modo Lastra-Echenique, la vicepresi Calvo cogió el borrador, del que, como su nombre indica, borró algunos puntos –nada, las reivindicaciones de los colectivos sociales que fueron a la comisión a abrir la boca de la cara–, y remitió el texto a los grupos.
Esta emisión de ERTE es menos chachi que la anterior. Ofrece cierta seguridad a trabajadores y empresas, pero también vislumbra que se está llegando a un límite del gasto
9- El impuesto a las grandes fortunas no es la milk. Tiene precedentes. Fue utilizado por algunos Estados en la anterior postguerra. En este contexto y época es un detalle, un sello, de justicia social, que habla de una injusticia social más amplia: el carácter anecdótico –para redistribuir la riqueza, o incluso para pillar pasta– del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades. Es una propuesta compartida por el sector UP y por un sector de PSOE. Oficialmente, se lo ha pelado Calviño. Pero tal vez sería más acertado señalar que se lo ha pelado lo Calviño, o la calviñidad. Es decir, la apuesta, sostenida por el PSOE en el tiempo, desde Boyer y Solchaga, por el neolib, a través de sus ministros de economía. Un ministro de economía –recuerden a Necker, el primer ministro de economía europeo al que identificamos y pillamos manía– no es un mamífero popular. Es el que, en cualquier gobierno mundial, vela para que no haya juerga. Tanta negación de juerga, desde 1982, es ya, no obstante, una cosmovisión. Es, incluso, la aportación del PSOE a la política esp, su razón, su rol. Su identidad. Cabe suponer, por todo ello, que el impuesto no cayó en el despacho de Calviño. Si no en el despacho en el que se aprobó o aplazó todo en este inter-regno de Ejecutivo Cachas. El de Sánchez. Ese hombre que sabe lo que es el PSOE, y lo ha llevado a su límite estético. Su límite estético está –por ahora, o por siempre– a varias casillas de un impuesto a las grandes fortunas. A varias casillas de la redistribución. A varias casillas de dejar de ser la sombra de la mano, la sombra del perro, de la Comisión Europea.
10- MAD es un país repleto de leyendas urbanas que explican la política. Quizás, en la selva del lenguaje MAD, son lo más real. Les cuento dos. En una, Felipe González acude al Gran Consejo de Ancianos de Prisa y explica que el Impuesto sobre Grandes Riquezas es un límite infranqueable, y que por acercarse a ese límite Iglesias debe ser destruido. En otra, que no niega la existencia de la anterior, el Gobierno Sánchez hace una pirueta para entrar, con tres personas, en el Gran Consejo de Ancianos de Prisa. Y se lo come con patatas. Ambas leyendas urbanas son verosímiles. En todo caso, hablan de otra cosa. Hablan de que el poder real vuelve a estar en otra parte, lejos del Ejecutivo. No creo que sea un Consejo de Ancianos de nada. Está, en fin, donde estaba. Detrás del lenguaje que consume y erosiona al todo MAD.
11- En todo caso, un impuesto sobre las Grandes etc. no resulta estéticamente edificante en un momento en el que Necker/Calviño se postula a presidir el Eurogrupo. Tampoco responde a la correlación de fuerzas de UP en el Gobierno. UP apostará por ello. Tiene un par de añitos, que es el tiempo que se calcula para que, a presión y temperatura normales, el Estado las vea canutas para pagar la deuda. Será difícil. El momento era ahora, cuando tras el voto del IMV, había mayoría política y social, y ausencia de lenguaje chungo, para hacerlo. La política, en fin, no es el arte de lo posible, sino de lo improbable.
El PP está dejando de dar la brasa en la UE con los Frugales. Al parecer, se contenta con que, tras el yuyu, no desaparezca la reforma laboral que hicieron
12- En Europa se observan perturbaciones en el Lado Oscuro. El PP está dejando de dar la brasa con los Frugales. Al parecer, se contenta con que, tras el yuyu, no desaparezca la reforma laboral que hicieron. Pero sigue con la comparación Orban/Sánchez a tutiplén. Es decir, la apuesta por el lenguaje. Se da la curiosidad de que PP votó en contra, en el Parlamento Europeo, de excluir del GP a Orban. C’s, que en esa votación también votó lo mismo, emite ahora, no obstante, diferente. Está ecuménico, liberal –en el sentido no esp del término– y buen rollo. Lo que ilustra, me dicen, nuevas asociaciones en Esp. Se habla de una moción de censura en MAD, que daría la presidencia a C’s, sin tener que desaparecer, como un ninja, del Gobierno de Andalucía. Es un cambio de rol en C’s que lo aproxima a lo que Europa hace años que quiere, y a lo que la tradición de ministros de economía PSOE dibuja a través del tiempo. No gobernar con UP, sino con objetos más próximos.
13- En la anterior crisis, entre Estado y sociedad se eligió Estado. Es decir, no cualquier Estado, sino el que había. Uno que diera satisfacción a las dinámicas histórico-majaras del pasado en Esp, al reglaje austericida europeo, y a una tradición democrática reciente, informal, en la que la empresa tiene un acceso descomunal al Estado, a través del IBEX, ese cacharro saturado de empresas reguladas. Al inicio de esta crisis, en la que el IBEX no emitió, y la UE estaba en modo simpático, la cosa no fue así. No tiene por qué continuar siendo así mucho tiempo. O todo el tiempo.
14- Creo que mi prolongada estancia en la nevera ha enfriado mi relación con la Mujer Venida del Futuro.
1- Lo mío con la Mujer Venida del Futuro va a tutiplén. Tanto que hemos viajado al futuro para conocer a sus padres. Para viajar en el tiempo, contrariamente a lo que suponía Einstein, sólo es necesario un par de botes de danone y un sedal de pesca. Los padres de La Mujer Venida del...
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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