(1) Apu Fernandito Túpac Amaru de Lavapiés, que naciste en los Andes de tus padres rebeldes Micaela Bastidas y Túpac Amaru II, que fuiste obligado por los colonos españoles a ver la muerte de tu padres por enfrentarse al orden colonial, que fuiste encerrado desde tus 13 años y condenado al destierro en África pero finalmente trasladado a España por el temor del colono a tu espíritu insurgente. Viviste la violencia del poder colonial encerrado en la mazmorra de San Sebastián y Santa Catalina en Cádiz y que finalmente fuiste trasladado a Madrid y en el barrio de Lavapiés fue donde la muerte te vino a encontrar. Apu Fernandito ampáranos, protégenos y guíanos en el camino de la rebelión antirracista y contra el poder colonial. Por la rebelión, por la justicia y por la reparación.  

(2) Apu Fernandito Túpac Amaru de Lavapiés que tu espíritu anticolonial nos de fuerza para tumbar el monumento a Cristóbal Colón y usarlo de ariete para tumbar la puerta del Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche y liberar a los compañeros internos y con ellos iniciar el incendio y derrocamiento del racismo institucional teniendo como primer territorio liberado de racismo el barrio migrante de Lavapiés, tu barrio. Rebelión.

(3) Apu Fernandito Túpac Amaru del barrio de Lavapiés castiga con tus llamas anticoloniales a aquellos que causan dolor en nuestras comunidades quitando custodias por motivos racistas, clasistas y machistas, encerrando a niñxs migrantes y racializadxs y sometiendolos a violentos protocolos que les arrancan la libertad, la infancia y la vida como te la arrancaron a ti. Que la justicia sea servida mientras sonríes con Illias Tahiri y Jesús Ander al ver a las familias otra vez juntas. Justicia.  

(4) Apu Fernandito Túpac Amaru de Lavapiés que tus restos sean retornados y enterrados en la tierra andina que te vio nacer para que la semilla anticolonial que sembraron tus padres Micaela Bastidas y Túpac Amaru II finalmente pueda florecer y sus frutos alimentar a quienes recibirán la reparación anticolonial y finalmente puedas descansar. Reparación. 

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El 18 de mayo de 1781, en acto público en la Plaza de Armas de Cuzco, se cumplió la ejecución de Micaela Bastidas, Túpac Amaru II, sus familiares así como quienes fueron parte de su alzamiento anticolonial. La sentencia no solo los condenaba a una muerte cruel mediante el desmembramiento sino que repartía las partes de sus cuerpos en los distintos territorios para desaparecerlos y amedrentar a la población de los pueblos quechua y aymara para evitar otro alzamiento anticolonial. 

Bajo un discurso caritativo y paternalista, pero en un acto de prolongar la violencia ejercida contra la familia Túpac Amaru, las autoridades españolas deciden no asesinar a Fernando, el hijo de 8 años de Micaela Bastidas y Túpac Amaru, pero sentenciarlo a ser desterrado a un territorio africano colonizado. En el proceso de traslado desde Cusco a Lima las autoridades españolas toman la decisión de cambiar la condena de Fernandito Túpac Amaru por el temor a que durante su destierra en África creará alianzas con la población africana para combatir a los colonizadores Europeos. Es así que luego de pasar 2 años encerrado en una prisión en el Callao es trasladado a España y encerrado en las mazmorras de Santa Catalina y San Sebastián en Cádiz durante casi 10 años. A la edad de 17 años Fernando Túpac Amaru logra obtener un grado de semilibertad pero sin derecho a trabajar ni volver al territorio andino. Posteriormente logra trasladarse al barrio de Lavapiés en donde sobrevive algunos años en una situación de empobrecimiento debido a su situación legal y al continuo control por ser el único descendiente de Túpac Amaru. El 19 de agosto de 1798 y a los 29 años de edad muere Fernando Túpac Amaru Bastidas por una “melancolía aguda” además de distintas enfermedades producto de los largos años de encierro. El espíritu de Fernando Túpac Amaru recorre los barrios de Lavapiés encendiendo la llama anticolonial mientras el reclamo por la devolución de los restos del cuerpo se erige desde el sur.