Un total de 2.524 habitantes del distrito madrileño de Puente de Vallecas, uno de cada cien, fueron diagnosticados de covid-19 entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre. Con una incidencia acumulada en 14 días (IA) de 1043,4 casos por cada 100.000 habitantes, el distrito vallecano registra la incidencia más alta de la capital. Usera (964,1), Villaverde (918,5) y Carabanchel (779,5) no se quedan muy lejos; no obstante, la IA es muy alta en toda la Comunidad de Madrid. 528,6 casos / 100.000 habitantes, la IA más alta de España. Dado que la tasa de positividad en la Comunidad de Madrid entre el 1 y el 7 de septiembre fue mucho más alta que en el conjunto de España, un 19,7% frente a un 11,8%, respectivamente, no puede hacerse una comparación directa con la IA de otras comunidades autónomas.

Las autoridades de la Comunidad de Madrid podrían haber desarrollado estrategias específicas en cada una de las zonas de alta transmisión a lo largo del mes de agosto, del mismo modo que lo han ido haciendo otros territorios. Estas medidas localizadas en lugares concretos han hecho posible, por ejemplo, que en Aragón se aplane la curva de hospitalizaciones, que permanece estable por debajo de los 40 hospitalizados por cada 100.000 habitantes.

A nivel nacional, las cifras de hospitalizados han sufrido un incremento del 39% en dos semanas, al pasar de los 12,7 a los 17,7 hospitalizados por cada 100.000 habitantes. El mayor incremento porcentual se ha registrado en Castilla-La Mancha, un 126% más (de 9,9 a 26,3). Por su parte, la Comunidad de Madrid registra un total de 2.563 hospitalizados a fecha de 11 de septiembre. Representa un incremento del 42% en dos semanas, de 26,7 a 37,8 por cada 100.000 habitantes: el registro por habitante más alto de todo el país. Destaca también el incremento de La Rioja (+74% en dos semanas). Baleares (+31%) y País Vasco (+25%) también registran más hospitalizaciones de la media, aunque con crecimientos más moderados. El resto de comunidades autónomas se sitúa por debajo de la media española.

A nivel de la Comunidad de Madrid, el hospital Gregorio Marañón (que da servicio, entre otras zonas, a Vallecas) es el que registra la mayor ocupación de pacientes de covid-19 a fecha de 11 de septiembre (247 personas) y el que registra el segundo mayor incremento de pacientes UCI en dos semanas (al pasar de 16 a 29). La alta incidencia registrada en los barrios del sur también tiene un reflejo en otros hospitales como el Doce de Octubre (242 pacientes covid-19), que da servicio a Carabanchel, a Usera y a Villaverde; el Infanta Leonor (181), que también da servicio a Vallecas y el Clínico San Carlos (165), que, entre otras zonas, también da servicio a Carabanchel.

El Ramón y Cajal (173) y La Paz (155) también se encuentran entre los hospitales con más ingresados con covid-19. Ambos han registrado importantes incrementos en ingresos UCI. En el caso del primero, se trata del incremento más importante, al pasar de 6 a 23 pacientes en 14 días. En total, a fecha de 11 de septiembre, hay un total de 322 pacientes ingresados en UCI en la Comunidad de Madrid, un 61% más que dos semanas antes.

La tendencia de los datos de finales de julio de la Comunidad de Madrid ya era lo suficientemente indicativa de la necesidad de haber empezado entonces a implementar medidas muy localizadas, con las que se podría haber llegado a septiembre en unas condiciones epidemiológicas sensiblemente mejores. A este respecto, lo más lejos que llegó el Partido Popular, que gobierna la Comunidad, fue a la formulación de una declaración de intenciones, el 27 de agosto, en boca del alcalde de Madrid, en la que se ofrecía la colaboración institucional del ayuntamiento “en el caso de que se acordaran determinadas medidas sobre ciertos distritos de la ciudad de Madrid por parte de la autoridad sanitaria”. No solo los gobiernos de Ayuso y Sánchez no correspondieron a ese ofrecimiento con actuaciones concretas, sino que, una semana después, el propio Martínez-Almeida prefirió matizarse a sí mismo y dar un paso atrás con una inoperante corrección, para decir que "no podemos estigmatizar a determinados distritos porque tengan un mayor número de contagios" y que “[Madrid] no es una ciudad que se pueda compartimentar ni segmentar".

Cada día que pasa es una nueva oportunidad perdida en la toma de acciones políticas concretas que salven vidas. ¿Por qué no se actúa? Quizá los partidos que forman parte o sostienen al gobierno Ayuso hayan valorado que no tienen demasiados incentivos electorales para actuar en Puente de Vallecas, Usera y Villaverde en particular. Al fin y al cabo, estos tres distritos, que son los de mayor incidencia, son, al mismo tiempo, los de menor renta per cápita y menor porcentaje de voto de C’s, PP y vox.

Por otro lado, el Gobierno central parece estar encantado con estas “tablas” en esta partida de ajedrez. Mientras sea la Comunidad de Madrid la peor parada, el Ejecutivo de Sánchez parece pensar que es mejor que declarar un estado de alarma acotado en ciertas zonas o intentar una moción de censura. Da la impresión de que le compensa políticamente esperar a que el gobierno regional asuma el coste político de la situación epidemiológica madrileña. Mientras la clase política hace sus cálculos y se juega “el relato”, son las clases más vulnerables las que ponen los muertos.

Por poner un ejemplo, con las cifras actuales, es cuatro veces más probable que una clase o un colegio que deba cerrarse esté situado en Puente de Vallecas que en Chamberí (este distrito tiene una IA de 259,0 casos / 100.000 habitantes, frente a los más de 1.000 del primero). No cabe duda de que la generalizada dejación de funciones veraniega va a ahondar en las desigualdades sociales. El sur de Madrid no aguanta un cálculo político más.

Aunque se antoje difícil que se repitan las cifras de fallecimientos de marzo y abril  a nivel estatal, los actuales datos de contagios de los mencionados barrios de Madrid y la inacción política pueden hacer que el balance de fallecimientos prematuros en estos distritos acabe siendo dentro de unos meses, en términos comparativos, muchísimo peor que el que registren los distritos de mayor renta.

Los informes de monitorización de la mortalidad del Centro Nacional de Epidemiología (ISCIII) si bien muestran un exceso de la mortalidad del 12,2% registrado en España entre el 27 de julio y el 15 de agosto, con respecto a la media de los 10 años anteriores, este exceso puede explicarse en mayor o menor medida por las altas temperaturas que se dieron en tales fechas. El termómetro también podría explicar, al menos parcialmente, el exceso del 15,2% registrado en Cataluña del 8 al 23 de agosto y el registrado en la Comunitat Valenciana del 26 al 30 de agosto (exceso del 12,7%).

Sin embargo, los excesos de mortalidad registrados en Castilla y León del 26 al 29 de agosto (24,3%), en la Región de Murcia del 31 de agosto al 4 de septiembre (31,7%) y en la Comunidad de Madrid no pueden explicarse por altas temperaturas. En este último caso, el exceso, del 27,3%, es el que más se prolonga en el tiempo, desde el 27 de agosto hasta el 6 de septiembre (víspera de publicación del informe de monitorización de la mortalidad, MoMo). De confirmarse en el tiempo, este exceso de la mortalidad, además de recoger el recuento de personas con covid-19, podría reflejar también los efectos del colapso del sistema sanitario madrileño, que no estaría llegando a tratar otras enfermedades como es necesario. Fenómeno, que ya se dio durante el estado de alarma, cuando se redujo un 40% el tratamiento de los infartos a nivel de toda España.