Análisis
La vuelta al cole segura es imposible en Madrid
La incidencia es al menos 15 veces mayor a la recomendada
Martín Alonso Orgaz 27/08/2020
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A pocos días de que dé comienzo el curso escolar, los datos que recoge el informe del Ministerio de Sanidad del 26 de agosto plantean serias dudas sobre su conveniencia, al menos en algunas zonas. En la Comunidad de Madrid la incidencia acumulada en 14 días (IA) ha aumentado un 44,17% hasta alcanzar los 386,72 casos por 100.000 habitantes. El crecimiento semanal registrado el miércoles anterior fue del 85,54%. Sin embargo, esta aparente ralentización, lejos de implicar una mejora de la situación, viene a constatar el sistemático empeoramiento de la capacidad diagnóstica en la región madrileña. La transmisión del virus ha aumentado en mayor medida de lo que muestran los datos oficiales y solo podremos hacernos una idea de la velocidad real de estos días consultando las estadísticas relativas a los ingresos hospitalarios dentro de un par de semanas.
Aunque llegasen a materializarse las propuestas más ambiciosas en materia educativa, como las que incluyen reducir la ratio de alumnos por clase a 15, los niveles de contagio actuales hacen imposible una “vuelta al cole” segura, ni siquiera en una modalidad semipresencial. Los expertos –entre ellos el exdirector de situaciones de crisis de la OMS, Daniel López Acuña– indican que para iniciar las clases con seguridad, la incidencia debe ser inferior a los 25 casos por cada 100.000 habitantes y según los informes oficiales, la Comunidad de Madrid ya multiplica esa cantidad por 15.
La línea negra representa la incidencia acumulada en 14 días que tendría lugar
la siguiente semana si se mantuviese el mismo ritmo de contagio y de capacidad diagnóstica.
IA en la Comunidad de Madrid = 386,72 casos / 100.000 habitantes
IA en el resto de España = 141,47 casos / 100.000 habitantes (sin los datos del 26 de agosto de la Comunidad Valenciana).
La semana del 14 al 20 de agosto se realizaron 78.871 pruebas PCR en la Comunidad de Madrid. El 13 de agosto se notificaron 10.818 nuevos casos diagnosticados en los 14 días previos, con lo que podemos concluir que esa semana se llevaron a cabo 7,29 pruebas por cada caso diagnosticado las dos semanas anteriores. La capacidad diagnóstica ha empeorado un 32,80% de una semana para otra: la semana del 7 al 13 de agosto este indicador se situó en las 10,85 pruebas. Se trata de la cuarta semana consecutiva en la que la Comunidad de Madrid reduce de manera importante su capacidad diagnóstica. Esta tendencia no tiene visos de mejorar: está comenzando a haber escasez en los reactivos que determinan si una PCR es positiva o negativa, lo que está provocando retrasos en la comunicación de los resultados de las pruebas.
Cociente de los casos diagnosticados en los 14 días precedentes a cada fecha
entre las pruebas PCR realizadas la semana siguiente. Ejemplos:
7-ago - 13-ago: 1/10,85 pruebas PCR = 0,0922
14-ago - 20-ago: 1/7,29 pruebas PCR = 0,1372
La IA en el resto de España ha aumentado un 24,18% en una semana, hasta llegar a los 141,47 casos / 100.000 habitantes (sin los datos de la Comunidad Valenciana relativos al 26 de agosto). La semana del 14 al 20 de agosto se hicieron 10,82 pruebas PCR por cada caso diagnosticado las dos semanas previas, frente a las 10,51 de la semana anterior, lo que supone un empeoramiento de un 2,93%. Esta aparente estabilización en la capacidad diagnóstica, en promedio, en el resto de España, nos permite pensar que la velocidad real de transmisión no va a estar muy lejos del porcentaje que se infiere de los datos oficiales. No obstante, bajo este promedio está enmascarado algún dato preocupante, que pasamos a relatar.
En Castilla y León, donde la escasez de reactivos también está empezando a provocar retrasos en la notificación de los resultados, se constata, por segunda semana consecutiva, un importante descenso de la capacidad diagnóstica, hasta las 13,06 pruebas PCR por cada caso diagnosticado las dos semanas previas. En el País Vasco, tras una puntual estabilización de la capacidad diagnóstica la semana anterior, esta ha vuelto a empeorar la semana del 14 al 20 de agosto, al caer las pruebas PCR realizadas por cada caso diagnosticado los 14 días previos hasta las 11,48.
Cociente de los casos diagnosticados en los 14 días precedentes a cada fecha
entre las pruebas PCRs realizadas la semana siguiente,
en Castilla y León, el País Vasco, Cataluña y la Comunidad de Madrid
Mientras tanto, en Cataluña, el control de la transmisión del virus parece estar mejorando. Su IA, de 164,23 casos por 100.000 habitantes pasa a estar por debajo de la media española, que se sitúa en los 176,22 casos (sin los datos de la Comunidad Valenciana relativos al 26 de agosto). Además, observamos cómo, tras seis semanas de empeoramiento de su capacidad diagnóstica, en la semana del 14 al 20 de agosto parece haber logrado revertir la tendencia, hasta situar el indicador en las 7,50 pruebas PCR por cada caso diagnosticado las dos semanas previas (la semana del 7 al 13 se situó en las 5,07 pruebas).
Si esas pruebas PCR se están haciendo a las personas adecuadas (en base a un rastreo de contactos adecuado) y esta tendencia en el aumento de pruebas diagnósticas realizadas se mantuviese en el tiempo, la cantidad de casos asintomáticos o con síntomas más leves aumentará en Cataluña en las próximas semanas. No obstante, para controlar la pandemia sin medidas drásticas, no basta que la capacidad diagnóstica mejore, también es crucial que el confinamiento selectivo de los positivos y sus contactos estrechos sea una realidad.
Hemos visto que los datos de la Comunidad de Madrid nos siguen mostrando que el diagnóstico precoz es cada vez más difícil de llevar a cabo. En estas circunstancias, la única opción para el control de la transmisión son las fuertes restricciones de movilidad. Es necesario reducir el nivel de contagio hasta que se pueda demostrar un aumento en la capacidad diagnóstica, algo que podrá comprobarse a posteriori si el porcentaje de las personas asintomáticas en cada una de las zonas problemáticas es alto. Las restricciones de la movilidad deben implementarse con carácter urgente en todos aquellos municipios y zonas básicas de salud que tengan una alta incidencia, hasta que en todos esos lugares pueda hacerse un buen diagnóstico precoz y se logre doblegar la curva de nuevo. En la gran mayoría de los casos se trata de zonas de rentas bajas, de modo que estas restricciones deberán ir asociadas a ingresos mínimos incondicionales.
Sin dilación, el Gobierno central debe tomar cartas en el asunto y declarar, por iniciativa propia, un estado de alarma circunscrito a todos aquellos municipios o áreas sanitarias de la Comunidad de Madrid que sobrepasen cierto umbral epidemiológico. En Alemania se está recomendando el confinamiento “a partir de 50 infectados acumulados por cada 100.000 habitantes en dos semanas”, según indica el doctor José Antonio López Guerrero, director del departamento de Neurovirología de la Universidad Autónoma.
Según el último informe epidemiológico semanal, publicado el 25 de agosto, todos los distritos de la capital, así como todos y cada uno de los municipios de más de 50.000 habitantes de la Comunidad de Madrid, sin excepción alguna, superan ya esta IA de 100 casos / 100.000 habitantes. Las peores incidencias notificadas se han dado en los distritos de Usera (IA = 797,8 casos / 100.000 habitantes), Puente de Vallecas (761,5), Villaverde (670,3) y Carabanchel (564,4) y en los municipios de Alcobendas (566,5) y Parla (529,5). La lista de los lugares con alta incidencia es interminable. Pero es que ni siquiera están publicando cuántas pruebas PCR se están realizando en cada zona, de modo que tampoco podemos conocer la tasa de positividad a nivel local o de barrio. Esta información es crucial para conocer la gravedad de la propagación y para que, a la hora de tomar decisiones drásticas, estas afecten a la menor cantidad de barrios posible. Imponer medidas restrictivas por zonas es posible, como ya se vio en junio en Lisboa.
En el contexto actual, sería deseable que el inicio del curso escolar en la Comunidad de Madrid se retrasara hasta que se consiga frenar la nueva curva, o comenzara de manera totalmente telemática. El Gobierno central y el de la Comunidad de Madrid parecen dos coches dirigiéndose hacia un precipicio esperando que sea el otro vehículo el que frene primero. Parece que han emprendido una huida hacia adelante cuando declaran, con pasmosa convicción, que la vuelta al cole presencial o semipresencial va a producirse sin ninguna duda. Sin embargo, en un área metropolitana tan grande como Madrid y con las circunstancias epidemiológicas citadas, la seguridad, a día de hoy, es imposible de garantizar. La experiencia de lo que ha pasado en otros lugares debería llevar a replantearse cómo y cuándo se vuelve al cole.
A pocos días de que dé comienzo el curso escolar, los datos que recoge el informe del Ministerio de Sanidad del 26 de agosto plantean serias dudas sobre su conveniencia, al menos en algunas zonas. En la Comunidad de Madrid la incidencia acumulada en 14 días (IA) ha aumentado un 44,17% hasta alcanzar los 386,72...
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Martín Alonso Orgaz
Es matemático y activista democratista.
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