Alma colchonera
Sí lo pueden entender
La trayectoria del Atleti en Liga está siendo tan maravillosa que cuestionarla es tan efectivo como flagelar las aguas del río Manzanares
Ennio Sotanaz 16/01/2021
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En plenas guerras médicas, cuando el emperador persa se disponía a cruzar el estrecho de Dardanelos a través de un ingenioso puente que habían construido con embarcaciones, apareció una inesperada tempestad que hizo que el mar se tragara aquella costosa obra de ingeniería. Jerjes I el Grande, dolido por una derrota que no había podido controlar y henchido por esa aura de divinidad que creía tener, decidió castigar al máximo responsable de aquella afrenta. Al mar. Para que supiese con quién se la estaban jugando, el hijo de Darío I ordenó azotar con más de trescientos latigazos a las aguas de esa parte al final del mar Egeo que los griegos llamaban Helesponto.
Esta es la anécdota que me ha venido a la cabeza esta mañana, cuando he acercado la vista y el odio al epicentro del debate deportivo generado tras una nueva victoria del Atlético de Madrid. Ahí es donde me ha llevado mi mente después de sentir a ciertos arietes de la opinión profesional, emperadores contemporáneos, azotando con furia las aguas de la opinión rojiblanca.
Pero no quiero hablar de lo que ven los demás sino de lo que veo yo. Comencemos por lo obvio. A falta de una jornada para que termine la primera vuelta, el equipo rojiblanco encabeza la clasificación en solitario, saca cuatro puntos al segundo, tiene dos partidos jugados menos que él y tres partidos jugados menos que la mayoría del resto de sus rivales. ¿Hay motivos para actualizar la colección de peros? Yo creo que no. En la vida existen cosas que no son matizables, ni necesitan ser matizadas. Esta es una de ellas. La trayectoria del Atleti en Liga está siendo tan maravillosa que cuestionársela sería tan efectivo como flagelar las aguas del río Manzanares.
Lo que no es tan obvio es cómo se ha llegado hasta aquí. El año pasado, por enésima vez en lo que va de década, asistíamos a lo que ciertos gurúes calificaban como el fin del ciclo de la era Simeone. Griezmann se había ido a triunfar, las promesas también se habían largado (Rodri, Lucas…), las viejas glorias ya no estaban (Godín, Filipe, Juanfran…) y los nuevos fichajes apenas jugaban, lo que en el Atleti es siempre sinónimo de “rotundo” fracaso de su entrenador (Hermoso, Llorente, Herrera, João…). En invierno, como única incorporación, la dirección deportiva se trajo a un futbolista que ellos mismos habían enviado a la Liga China (Carrasco). Los que tenían que marcar la diferencia no la marcaban (Costa, Lemar, Vitolo…). El equipo jugaba mal y los partidos se sostenían a duras penas con Oblak y canteranos (Saúl, Koke, Thomas…). En el momento más bajo de la temporada, Simeone dijo que lo que tenía entre manos era un equipo en transición. Nadie le creyó. Y es curioso, porque después de diez años haciendo milagros en este club, parece que cada domingo el argentino tuviese que justificar su valía delante del tribunal de la Santa Inquisición.
Nadie le creyó, pero tenía razón. Para variar. El Atleti de la época covid-19 es otro. Uno muy interesante que convence, que ilusiona y que entretiene. Sí, han leído bien: entretiene. En lo que llevamos de temporada, el equipo ha jugado generalmente bien o muy bien. También mal, claro, porque esto es fútbol y no el Festival de Cine de San Sebastián. En cualquier caso, lo que vemos es significativamente diferente de lo que veníamos viendo. Y no voy a entrar en detalles de lo que significa eso de jugar bien porque me parece un debate exclusivo de aquello que necesitan desviar la atención. Este Atleti no sólo juega bien, sino que juega a varias cosas, que es más interesante. Sabe tener el balón y sabe cederlo. Sabe sufrir y sabe disfrutar. Ha mejorado mucho en las áreas. Defiende mejor y ataca mejor. Lo gracioso del asunto es que prácticamente es el mismo equipo que hace diez meses (exceptuando esa bendición que es Luis Suárez). Las estrellas de hoy eran los objetivos de la yihad histérica de hace apenas unos días: Lemar, Carrasco, Koke, Trippier, Llorente, Correa… ¿Se acuerdan?
Efectivamente, parece que estamos asistiendo a un nuevo milagro.
Y ahora, favoritos para la Liga, ¿no?
No, por Dios. Eso sería no haber entendido nada.
En plenas guerras médicas, cuando el emperador persa se disponía a cruzar el estrecho de Dardanelos a través de un ingenioso puente que habían construido con embarcaciones, apareció una inesperada tempestad que hizo que el mar se tragara aquella costosa obra de ingeniería. Jerjes I el Grande, dolido por una...
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