Tecetipos
Almudena Grandes y la guerra contra la convivencia
Mientras el veto de un solo grupo parlamentario haga callar la voz de toda la Cámara, la ultraderecha aprovechará esa norma pensada para tiempos de convivencia y el Congreso seguirá guardando silencio ante asuntos sobre los que callar te hace cómplice
Gerardo Tecé 2/12/2021
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Vida parlamentaria y ultraderecha casan como los primos hermanos: mal. En lo que es un día más en la oficina, el Congreso de los Diputados no ha podido emitir un mensaje institucional de primero de humanidad. El mensaje de apoyo a las personas enfermas de SIDA ha sido vetado por Vox, que huye de cualquier cosa que huela a decencia del mismo modo que Abascal huye de trabajar. Desde la ultraderecha no llegan a dar una explicación del motivo de un veto en principio tan absurdo, pero para eso estamos quienes escribimos: en los ambientes ultras, el SIDA sigue siendo un castigo de Dios contra yonkis y maricones. No es la primera vez que Vox veta este tipo de declaraciones institucionales. En anteriores ejercicios de democracia, la ultraderecha impidió que el Congreso, esa casa de todos los españoles, mostrase su solidaridad con mujeres asesinadas. También vetó declaraciones de condena contra agresiones homófobas o racistas. A Vox, que por supuesto no es un partido machista, ni homófobo, ni racista, aquello le partía la tarde.
Si formalmente las sociedades hablan mediante sus instituciones, nuestra sociedad tiene una venda en la boca desde la llegada de la ultraderecha. Es la paradoja de la tolerancia funcionando a todo trapo: cuando se tolera a los intolerantes acabas con la institución que debería representarnos callando ante la intolerancia. La sociedad española, solidaria y diversa, queda así des-representada. Enhorabuena a los premiados.
Que el Parlamento no pueda emitir declaraciones institucionales de primero de derechos humanos no es un drama en sí. Es solo el síntoma de un drama que va más allá del parlamento. El síndrome del miserable es contagioso y se extiende. Pudimos verlo hace unos días en el funeral de Almudena Grandes. Al entierro de una de las mejores cronistas de la historia de Madrid no sólo no acudió el alcalde de la ciudad, ocupado esa tarde saltando sobre las piedras del lago de un parque, sino que los tres partidos de derechas que sostienen el gobierno del Ayuntamiento se apresuraron, aún con el cuerpo caliente, a descartar la candidatura de Almudena como hija predilecta. Antes que gran escritora y cronista de la Villa de Madrid era una roja. No lo dijeron, pero tampoco hace falta.
Ante enfermedades como el síndrome del miserable hay que poner remedio. Aunque sea de manera simbólica, atacar el foco de la infección antes de que se siga extendiendo no estaría mal. Si la ultraderecha puede vetar declaraciones institucionales como la de apoyo a enfermos de SIDA, mujeres maltratadas u homosexuales perseguidos es porque el reglamento de la Cámara lo permite. Mientras el veto de un solo grupo parlamentario haga callar la voz de toda la Cámara, la ultraderecha se aprovechará de esta norma pensada para tiempos de convivencia y el Congreso seguirá guardando silencio ante asuntos sobre los que callar te hace cómplice. Esta norma que exige poner de acuerdo a todos los grupos dejó de tener sentido en el momento en el que quienes quieren asesinar la convivencia pusieron sus pies en la institución. Arreglarlo es muy sencillo. Una mayoría absoluta de diputados –176–, cifra al alcance de la mano según vemos en la negociación de los presupuestos, bastaría para modificar el reglamento del Congreso y aislar a los intolerantes. Sólo falta voluntad para hacerlo. Que el próximo titular sea “El Congreso aprueba una declaración institucional con el único voto en contra de Vox” es urgente. Por muy simbólico que sea. ¿Cuánto tiempo más pasará hasta que una parte de la izquierda entienda que hay una guerra contra la convivencia y que para defenderla no vale actuar como en tiempos de paz?
Vida parlamentaria y ultraderecha casan como los primos hermanos: mal. En lo que es un día más en la oficina, el Congreso de los Diputados no ha podido emitir un mensaje institucional de primero de humanidad. El mensaje de apoyo a las personas enfermas de SIDA ha sido vetado por Vox, que huye de cualquier cosa...
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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