La brecha de género sigue siendo uno de los mayores problemas en la sociedad española, y europea. A pesar de las políticas implementadas para paliar las desigualdades entre hombres y mujeres, las diferencias en los patrones de empleo, en la proyección laboral y en los sueldos siguen siendo abismales. Por citar un único dato, en España la tasa de empleo de las mujeres se situaba en 2020 en el 55,7%, más de diez puntos por debajo de la de los hombres (66,1%), y casi seis de la media europea (62,5%). 

Este apenas es un dato de los muchos que incorpora el estudio ‘La vida de mujeres y hombres en Europa’, realizado por Eurostat en colaboración con los Institutos Nacionales de Estadística de los Estados miembros de la UE y los países miembros del Acuerdo Europeo de Libre Comercio (AELC). Una publicación interactiva que centra su investigación en las grandes diferencias entre mujeres y hombres en su vida diaria, aunque tampoco olvida que “hay similitudes”, lo cual debería ser lo normal y no algo reseñable.

Según el informe, la tasa de españoles de 25 a 64 años con graduado escolar es del 40,2% en el caso de los hombres y del 34,1% en el de las mujeres. Cifras que casi duplican a las europeas (21,6% y 20,3% respectivamente), y que sitúan a España como el cuarto país con la tasa más alta de ciudadanos con el nivel educativo más bajo de la UE, sólo por detrás de Portugal, Malta e Italia. 

Además de las diferencias entre países, también es reseñable la brecha de género: en la “educación terciaria”, que corresponde a todos los estudios superiores posteriores a secundaria, en el caso español son las mujeres quienes presentan un mejor porcentaje (42,7%), frente al 36,7% de los hombres. Una mayor preparación que, sin embargo, no se ve representada en el mundo laboral. 

En promedio, la tasa de empleo de los hombres siempre es más alta que la de las mujeres. Una situación que empeora con el número de hijos. En España el año pasado, la tasa de empleo de las mujeres sin hijos era del 59,3%, mientras que la de los hombres era del 67,7%. Para las personas con un hijo, la tasa fue del 64,2% para las mujeres y del 77,5% para los hombres. Para quienes tienen dos hijos, la tasa creció hasta el 68,3% en las mujeres y el 87% en los hombres. Y para aquellos con tres o más hijos, esta cifra de empleo descendió hasta el 49,8% para las mujeres y el 75,3% para los hombres. A pesar de que hasta el segmento de dos hijos la tendencia en el empleo es ascendente en ambos géneros, el patrón demuestra que la brecha se hace más evidente cuantos más hijos se tienen, pasando de una diferencia de algo más de ocho puntos a una de más de 25.

Entre las causas se encuentran los cuidados de los hijos y del hogar. Según datos de 2016, en España el 95% de las mujeres de 25 a 49 años (con hijos menores de 18 años) se hacían cargo de ellos a diario, mientras que en el caso de los hombres esta tasa descendía hasta el 68%. Una disparidad que es aún más notable en el caso de las tareas del hogar: el 84% de las mujeres se ocupó a diario de las tareas domésticas o de cocinar, frente a un 42% de los hombres.

A pesar de que podría parecer únicamente un problema de cuidados, la brecha de género implica una discriminación sistémica hacia las mujeres en el mercado laboral con muchas ramificaciones entre las que también se encuentra la brecha salarial. En la UE en 2019, las mujeres ganaban de media del 14,1% menos que los hombres; en el caso español esta tasa presentaba una leve “mejoría”, con el 11,9%. Al comparar los ingresos por hora, de los nueve grupos de profesiones enumerados por Eurostat, las mujeres ganaron menos que los hombres en todos. El segmento profesional con mayor diferencia fue el de los directivos, con una ocupación femenina del 35% en España y una diferencia salarial por hora de más de cuatro euros. Las diferencias más pequeñas se observaron en los trabajadores del sector servicios, ventas y administrativos, profesiones con los salarios más bajos y con una diferencia media de más de un euro por hora. Una cuantía que en el caso de un contrato a jornada completa de 40 horas representaría una media de 160 euros mensuales menos en los segmentos más bajos.