“Hoy hablaremos de una cosa que nos apasiona a todos: la verdad”. Así arrancaba la periodista Mònica Terribas el acto de presentación de Medios y cloacas, el libro de Pablo Iglesias editado por Escritos Contextatarios, en La Virreina Centre de l’Imatge, del Ayuntamiento de Barcelona, el viernes 7 de octubre. Iglesias habló de las mentiras de los grandes medios, de su impacto en el proyecto de Podemos, de cómo imagina una prensa más democrática, de las cloacas del Estado y del futuro de Europa.

Ferreras y la mentira

En primer lugar, Terribas le planteó a Iglesias si acaso la sociedad se estaba volviendo más permeable a la mentira. El exvicepresidente del Gobierno fue claro: “La mentira es lo que más funciona en política”. “No sirve para informar ni para demostrar nada”, explicó, “sino para confirmar una serie de intuiciones ideológicas que ya operan en la sociedad”. Debido a ello, recursos como las agencias de verificación “no pueden contrarrestar la eficacia ideológica de las mentiras”.

En este marco, habló de los efectos que habían tenido las mentiras contra Podemos. Se refirió en concreto al bulo de la financiación venezolana del partido a través de una cuenta en Granadinas, que fue difundido en La Sexta de Antonio García Ferreras en 2016, pese a que el propio periodista, como se ha sabido después gracias a un audio filtrado en el que dialogaba con el corrupto comisario Villarejo, lo consideraba “muy burdo”.

“Ferreras es un tipo muy inteligente”, afirmó Iglesias, “un visionario de la comunicación que entiende el paradigma Fox News”. Esto es, la normalización de la mentira, de los “hechos alternativos”.

Iglesias apunta que las mentiras lanzadas desde los medios tienen efectos políticos, crean una nueva realidad. “La mayor parte de los ciudadanos del Estado español piensan que a Podemos lo financió Venezuela”, decía. “¿Qué es lo real, lo que piensa la mayoría de la ciudadanía, o la modesta verdad de que todas las denuncias fueron archivadas?”, se preguntaba.

Iglesias apunta que las mentiras lanzadas desde los medios tienen efectos políticos, crean una nueva realidad

Para Iglesias, Ferreras ha sido un pionero en la “progresía mediática” al recurrir a estas tácticas creadas por la derecha. Pero, precisamente por ello, opina que el descubrimiento de su mentira deliberada le pasará factura. Su público no es el mismo de la derecha, a la que no se le tienen en cuenta estas cosas. “Ha perdido su prestigio, hay un antes y un después del Ferrerasgate para el periodismo de izquierdas”, opinó.

“Democratizar” los medios de comunicación

Terribas señaló que las mentiras lanzadas por los medios contra determinados grupos políticos han sido frecuentes en diversos países. Se trataría de una cuestión sistemática, que revela los límites de la democracia en el capitalismo.

Iglesias se mostró de acuerdo y comentó que para él la propiedad de los medios de comunicación es “una cuestión de democracia”. Para explicarlo, definió la democracia como “un movimiento histórico expropiatorio”. Según esta visión, los privilegios de las minorías se expropian para convertirlos en derechos de las mayorías. El sufragio era un privilegio de hombres con propiedades, saber leer y escribir era el privilegio de una minoría, etcétera.

Siguiendo esta lógica, sería normal plantear una democratización de los medios de comunicación, que ejercen como “mediadores del comportamiento político” y son propiedad de unos pocos. “Cuando lo propones, te dicen que eres un estalinista, que quieres amordazar a los periodistas”, se indignaba Iglesias. “Pero lo que amordaza a los periodistas, en todo caso, es que los medios sean propiedad de Blackrock o de Berlusconi”.

Iglesias propone un sistema de tres tercios: un tercio de los medios continuarían siendo de propiedad privada, otro tercio serían medios públicos, “donde los representantes de la soberanía popular puedan establecer cuotas, que para algo les han votado”, y un último tercio serían medios comunitarios. “Si la Iglesia tiene derecho a tener una televisión, ¿por qué no los sindicatos, las asociaciones de vecinos, las organizaciones de la sociedad civil?”

La degradación de los medios públicos

En ese momento, Terribas planteó que los medios privados han logrado crear una imagen negativa de los medios públicos, que se consideran muy vulnerables a la influencia política, “como si los medios privados no tuvieran influencias políticas”.

Iglesias respondió que “la clave para que a cualquier actor privado le vaya bien es destrozar lo público”, y señaló los ejemplos de la sanidad y de la educación. Dijo que en los medios de comunicación había pasado lo mismo.

Afirmó que sin la degradación de Televisión Española no habría sido posible el éxito de La Sexta y calificó como “traición” la decisión del Gobierno de Zapatero de eliminar la publicidad del ente público.

Internet y la pérdida de influencia de los grandes medios

Terribas se preguntó si la influencia de los grandes medios señalada por Iglesias no podría estar disminuyendo, ya que los jóvenes cada vez prestan menos atención a estos y recurren a otras fuentes de información en internet.

Iglesias se mostró escéptico. “Ahora hay más elementos para disputar la hegemonía de los medios grandes”, concedió, pero recordó que hace 20 años “pensábamos que internet era una promesa democrática y ahora tenemos Twitter, que es un infierno tóxico, sabemos que hay dinámicas de sesgo, y las campañas segmentadas han sido muy importantes para la extrema derecha”.

“Que cualquiera pueda hacer un podcast no significa que sea tan fácil”, advirtió. Y por último, consideró que “en las redes sociales en realidad se comenta lo que sale en la televisión”.

El ascenso de Podemos y la televisión

“Podemos funcionó porque yo salía en muchas teles” admitió Iglesias. “El 15-M cambió la estructura ideológica del país y las teles se dieron cuenta de que llevarme a mí suponía audiencia, pero nada más. Montamos un partido, crecimos muy rápido, y a partir de ahí comenzó una guerra de desgaste contra nosotros que no podíamos ganar”.

“Quien tiene radios y teles lo tiene casi todo”, resumió Iglesias, “aunque puedan ocurrir cosas no previstas porque hay mucho sufrimiento social”.

Las series y películas crean imaginarios

Iglesias insistía en que la televisión “enseña a pensar” y dialogó con Terribas sobre la importancia de la ficción a la hora de configurar los relatos que nos contamos y nuestra comprensión del mundo.

“Cuando estudiaba Derecho”, contó Iglesias, “muchos profesores decían: ‘Todo lo que hace la policía en las películas estadounidenses es ilegal’. Pero lo normalizamos, igual que los relatos de la conciencia nacional o los de la monarquía. Juan Carlos era un relato: el rey que nos ha salvado de un golpe de estado, campechano, cercano y progresista. Ahora se está construyendo otro relato, el del vicioso, el degenerado sexual, con el objetivo de salvar al hijo, para dar a entender que el problema no era la monarquía, sino la persona”.

Más policías y jueces de izquierdas

Recordó Mònica Terribas que el comisario Villarejo reivindica el papel de las cloacas del Estado, pues como toda cloaca, son, según él, necesarias para que la superficie se mantenga limpia. Pablo Iglesias añadió que Felipe González había hecho unas declaraciones similares y concluyó que quien dice algo así reconoce que “el liberalismo es mentira, que no existe un contrato social, que la ley no está por encima de todo”.

Ojalá hubiera más gente de izquierdas que se metiera en la Policía, en la Guardia Civil, en el Ejército, en los Mossos y en el poder judicial

“Yo se lo compro” continuó Iglesias, “pero si esto es así, si todo es, en realidad, una lucha por el poder, la izquierda deberá disputar todos los espacios donde resida ese poder”. “Ojalá hubiera más gente de izquierdas que se metiera en la Policía, en la Guardia Civil, en el Ejército, en los Mossos y en el poder judicial. Esto de que la gente de izquierdas estudie Derecho para llevar pleitos de pobres o Trabajo Social o Políticas como yo está muy bien, pero hace falta gente que asuma que cada espacio de poder es un espacio de combate. Solo así evitaremos que conviertan estos espacios en sus cortijos. Si quieres hacer política, tienes que tener a tu gente preparada para todo, como hace la Iglesia católica, tienes que tener alianzas con empresarios que tengan medios de comunicación, ya que estamos en una economía de mercado”.

¿Qué pasa si no es así? “Los funcionarios no son robots que se pongan a las órdenes del ministro que llegue. Yo he estado en un gobierno y he sentido las resistencias de todos los aparatos del Estado, y los medios de comunicación lo normalizaban”, contaba Iglesias.

Lo que no quiso hacer Pedro Sánchez

Terribas mencionó la Transición y el franquismo como origen de las cloacas, citando el prólogo a Medios y cloacas de Miguel Mora. El propio Villarejo fue un policía franquista. Preguntó a Iglesias si había hablado de una reforma institucional con miembros del PSOE.

“Claro que he tenido esa conversación con Pedro Sánchez. Yo pensaba que él podía jugar un rol diferente al de los líderes históricos del PSOE. Él tuvo durante un tiempo los mismos enemigos que nosotros, Ferreras le reventó, el Grupo Prisa también. Le hablé de construir un grupo mediático a la izquierda de Prisa, de renovar el Consejo General del Poder Judicial sin contar con el PP, de una reforma de Estado sin la derecha, con las izquierdas independentistas, pero él no comparte este proyecto político. Poco a poco se ha ido reconciliando con todos los que le expulsaron”.

Un momento terrible en Europa

Iglesias auguró tiempos oscuros: “Todas las encuestas dicen que PP y Vox podrían formar parte del Consejo de Ministros. El empeoramiento de las condiciones de vida de los europeos va a ser una realidad si la guerra se prolonga. Con la izquierda desaparecida y el fascismo en auge en gran parte de Europa, vamos a tener que mirar hacia América Latina para encontrar otras formas de hacer políticas públicas”.

La intervención de los medios en los procesos internos de los partidos

Iglesias afirmó que uno de los grandes éxitos de los sistemas mediáticos era la domesticación de las fuerzas políticas

Preguntó Terribas si los medios podían coartar la capacidad crítica de la izquierda.

Iglesias afirmó que uno de los grandes éxitos de los sistemas mediáticos era la “domesticación de las fuerzas políticas” y que la “progresía mediática” siempre escogía, en los procesos internos de los partidos de izquierdas, quiénes eran los buenos y quiénes los malos, y daba atención a los primeros. Señaló que esto tenía muchas repercusiones en el funcionamiento de los propios partidos: “Hay que asumir que algunas figuras se van a desgastar muy rápido y otras, en cambio, hay que protegerlas porque necesitas presentarte a las elecciones con figuras menos golpeadas”.

¿Volver a la política?

“Yo no volvería a hacer política institucional como la hice porque tengo tres hijos. No volvería a someterles a ese nivel de presión sin instrumentos para defenderme. Esto es un reconocimiento de que la mafia funciona”, lamentó Iglesias. “Pero tengo compañeros que lo pueden hacer muy bien, y yo donde estoy soy útil, alguien lo tenía que hacer”.

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Aquí el vídeo íntegro del acto de presentación: