1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

GOLPE A GOLPE

Este sistema es una mierda: organizar la rabia y optimismo del futuro

No se trata de esperar un acontecimiento milagroso, ni de encontrar puntos de fuga para unos pocos en los márgenes del sistema, sino de trazar el camino hacia una sociedad alternativa

Josefina L. Martínez 7/11/2022

<p>Consumo emocional</p>

Consumo emocional

LA BOCA DEL LOGO

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

“¿Cómo no vamos a tener ansiedad si este sistema es una mierda?” gritaba una joven de 17 años frente a una concentración de cientos de estudiantes hace unos días en Madrid. En los carteles, algunos escritos a mano, podía leerse: “Stop suicidios”, “Si no hay salud mental, habrá revolución”, “Huelga por la salud mental”. Puede llamar la atención que se organice una movilización estudiantil por este tema. Sin embargo, tiene especial relevancia cuando el suicidio se ha convertido en una de las causas más importantes de muerte entre los jóvenes en el Estado español. 

Si hay algo que los números nos indican, cuando vemos el incremento del malestar emocional, es que se trata de un problema social, estructural. Así como el movimiento feminista señaló en su momento aquello de que “no es un caso aislado, se llama patriarcado”, lo mismo podríamos decir del dolor, la depresión o la ansiedad que afectan a miles de jóvenes. Si no son casos aislados, ¿cómo lo llamamos? Incertidumbre, precariedad de la vida, múltiples violencias, machismo, racismo, competencia feroz, bullying, individualismo y meritocracia, explotación, y mucho más… se dice capitalismo. 

En su libro Sedados. Cómo el capitalismo moderno creó la crisis de la salud mental (Capitán Swing, 2022), James Davies señala que desde los gobiernos y la industria farmacéutica se promueve una visión individualista de la enfermedad mental. Una despolitización e individuación del sufrimiento, al que se despoja de sus múltiples condicionantes sociales, para reducirlo a una serie de disfunciones internas de las personas. La respuesta suele ser la “intervención medicalizada”. “Preferimos recurrir a la medicalización, que apuntala las condiciones existentes con intervenciones e interpretaciones despolitizadas”, señala Davies. 

La patologización de los problemas emocionales transforma a estos muchas veces en un estigma para niñes y adultos, aumentando la ansiedad general

También apunta que la patologización de los problemas emocionales transforma a estos muchas veces en un estigma para niñes y adultos, aumentando la ansiedad general. Al mismo tiempo, este tipo de aproximaciones al sufrimiento tiende a normalizar las duras condiciones sociales que actúan “detrás de escena” alimentando el malestar. En un mundo de precariedad, ansias consumistas frustradas y exigencias al autorrendimiento productivo, donde nunca hay tiempo para nada, el sufrimiento emocional no es algo extraño, pero debería politizarse mucho más.

En este sentido, Davies menciona estudios sobre el aumento de la depresión entre los campesinos de la India, mientras otras investigaciones han puesto el foco en el caso de los trabajadores y trabajadoras de las fábricas de IPhone en China y Taiwán. Varios trabajos académicos indican una correlación entre estas tendencias y el aumento del desempleo en diferentes países y períodos. Sin negar, por supuesto, la singularidad propia de cada historia de vida, nos encontramos ante fenómenos de gran calado social. 

¿Y qué papel juega la educación pública en este sentido? “Actualmente estamos aprendiendo en un sistema educativo que no se preocupa por nuestro bienestar, ni por nuestra salud mental. Que lejos de querer que nos formemos para tener espíritu crítico ante la realidad, nos está formando para ser máquinas que no nos cuestionemos las cosas y que le sirvamos al capitalista de turno que nos quiera explotar. No nos preparan para el fracaso, nos preparan para ser ultraproductivos, haciendo que cuando algo nos sale mal, no sepamos qué hacer con nuestra vida”. Así lo explicaba Leonor, estudiante de bachillerato, en un video de TikTok que se ha viralizado estos días. 

No se trata solo de comprender que el capitalismo deprime y angustia, se trata de oponerle batalla y responder golpe a golpe

¿Estamos ante un modo de sentir extendido en la juventud? Hay que preguntarse entonces cuáles son las condiciones de posibilidad de esa subjetividad y cuáles las vías para transformarla. Hace unos días leía una carta de Nuria Alabao a los lectores de CTXT, quien plantea que que la salida pasa irremediablemente por la lucha. Me adhiero por completo. Lo peor que podríamos hacer es naturalizar ese tipo de tristeza social en miles de jóvenes y adultos, sin hacerle frente. Porque no se trata solo de comprender que el capitalismo deprime y angustia, se trata de oponerle batalla y responder golpe a golpe. Solo así podrá emerger una nueva subjetividad creativa.

Politizar el malestar, organizar la rabia

En 1846, el joven Marx escribió un artículo titulado Acerca del suicidio. Marx reformula allí un texto del archivista Jacques Peuchet sobre el tema, introduciendo frases propias, en una suerte de intervención textual. El texto parte del estudio de varios casos de suicidios en la sociedad francesa de la Restauración. Marx se detiene en las historias de dolor que llevan a varias personas a quitarse la vida, con especial atención a las mujeres, que soportan situaciones de gran opresión en la vida familiar y social. De acuerdo con el autor original, destaca que se trata de una cuestión social. Marx establece una crítica aguda a las relaciones familiares patriarcales y al matrimonio como propiedad, tan característicos de la sociedad capitalista naciente. 

“¿Qué clase de sociedad es ésta, en la que se encuentra, en el seno de varios millones de almas, la más profunda soledad; en la que uno puede tener el deseo inexorable de matarse sin que ninguno de nosotros pueda presentirlo? Esta sociedad no es una sociedad; como dice Rousseau, es un desierto, poblado por fieras salvajes.” Marx, retomando a Peuchet, pone el foco en esa interacción entre lo individual y lo social, apuntando que, en ese terreno, “fuera de una reforma total del orden social actual, todos los intentos de cambio serán inútiles”. 

Con una gran sensibilidad por las desigualdades y oprobios que genera el capitalismo en la vida cotidiana, su pregunta resuena en la actualidad. ¿Qué clase de sociedad es ésta que transforma lo que deberían ser fuentes de placer y alegrías en dolores y angustias? ¿Qué clase de sociedad es ésta que convierte las potencias del trabajo humano en fuerzas destructivas de la humanidad y de la naturaleza? ¿Qué clase de sociedad pone la ganancia de unos pocos por encima de la vida de millones?

La percepción sobre la catástrofe social y la crisis climática puede ser un disparador para transformar la tristeza en indignación, la rabia en organización

Imaginar otro futuro

La idea de que el capitalismo nos lleva hacia catástrofes globales también está cada vez más extendida en la juventud. Aún más después de la pandemia, va tomando forma en variadas geografías. Cada cuatro segundos, una persona muere de hambre en el mundo. ¡Cuatro segundos! Debería bastar para que arda todo. Esta percepción sobre la catástrofe social y la crisis climática puede ser un disparador para transformar la tristeza en indignación, la rabia en organización. 

Si la fórmula trágica de Jameson señalaba que es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo, se trata de invertir la fórmula. Ya que no ansiamos el fin de la humanidad y del planeta, urge despertar la imaginación acerca de un “más allá” del capital. Solo así, despertando el deseo por otra sociedad, puede tomar forma un nuevo optimismo del futuro. 

Pero, ¿cómo imaginar otra sociedad? Por empezar, desnaturalizando todo lo existente. Que las relaciones sociales no están grabadas sobre piedra. La irracionalidad de este sistema se mostró en estado puro cuando la vida de millones quedó expuesta ante la especulación de las grandes farmacéuticas y las clínicas privadas. Las mismas multinacionales que hacen fortunas medicalizando el sufrimiento individual y las consecuencias psíquicas de las desigualdades. 

El hecho de que en EE.UU. crezcan las simpatías de la juventud por el socialismo, es un dato auspicioso de cambios subjetivos profundos

En situaciones extraordinarias, adquieren contornos visibles los talleres del capital. De un lado, las esenciales: trabajadoras y trabajadores sin los cuales no se mueve el mundo. Allí se encuentran las fuerzas, junto a las mujeres, las migrantes y la juventud, para dar vuelta todo. El hecho de que en Estados Unidos, cuna del neoliberalismo más extremo, crezcan las simpatías de la juventud por el socialismo, es un dato auspicioso de cambios subjetivos profundos. Claro que también las fuerzas conservadoras y la extrema derecha quieren explotar las pasiones tristes aumentadas por la desigualdad para transformarlas en odio y resentimiento hacia los “otros”. Por eso, nada está asegurado. Hace falta la lucha.

No se trata de esperar un acontecimiento milagroso, ni de encontrar puntos de fuga para unos pocos en los márgenes del sistema, sino de trazar el camino hacia una sociedad alternativa. Desde mi punto de vista, se llama socialismo. Una perspectiva que no tiene nada que ver con la monstruosa experiencia estalinista, sino que se funda en la cooperación social, autoorganizada y democrática desde abajo. Eso sí, antes debemos ser capaces de dinamitar las ataduras de la propiedad privada y la acumulación capitalista.

En estos días, cuando la conversación política gira en torno a la extrema derecha, la crisis energética, la guerra, la inflación y el papel cada vez más adaptado de la izquierda institucional, también es importante rechazar las trampas de un nuevo “mal menor”. Porque ese conformismo con el estado de cosas solo puede consolidar la desmoralización como estado de ánimo general. Por el contrario, como asegura el filósofo francés Frederic Lordon en un libro que leí estos días: “Solo un increíble despliegue de energía política logrará evitar que el capitalismo lleve a la humanidad al límite del límite, un despliegue que suele llevar el nombre de revolución”.

“¿Cómo no vamos a tener ansiedad si este sistema es una mierda?” gritaba una joven de 17 años frente a una concentración de cientos de estudiantes hace unos días en Madrid. En los carteles, algunos escritos a mano, podía leerse: “Stop suicidios”, “Si no hay salud mental, habrá revolución”, “Huelga por la salud...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Josefina L. Martínez

Periodista. Autora de 'No somos esclavas' (2021)

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. pabtomor

    Josefina, muchas gracias por tu texto, en estos tiempos es difícil encontrarnos con artículos que traten el régimen que vivimos con la claridad que lo haces tú y con las alternativas tan lúcidas como las que propones. Yo por mi edad no iré con la antorcha en la mano, pero podré soplar.

    Hace 1 año 5 meses

  2. danher569

    "Desde mi punto de vista, se llama socialismo. Una perspectiva que no tiene nada que ver con la monstruosa experiencia estalinista, sino que se funda en la cooperación social, autoorganizada y democrática desde abajo. Eso sí, antes debemos ser capaces de dinamitar las ataduras de la propiedad privada y la acumulación capitalista." Bien haríamos en preguntarnos por qué este dinamitar no ha tenido lugar, por qué ese estado de cooperación desde abajo sigue siendo marginal. Los objetivos, los sabemos. Los medios y el pragmatismo necesario para impulsarnos hacia ellos, ahí estamos más perdidos que un pulpo en un garaje parece. Lo mismo en el caso del cambio climático. El problema lo conocemos. La solución, no. Porque la solución no es dejar de emitir gases a la atmosfera. Ese es el final de la solución. El principio es adivinar y gestionar los cambios sociales, delicados, hipercomplejos y contingentes, que pueden conducir a dicha disminución. En ese punto, el punto clave, estamos en pelotas. Poco o nada va a conseguir eso que llamamos izquierda (pese a los gritos desesperados contra todo lo que no nos gusta) hasta que no nos quitemos de encima esa visión tunel que nos hace centrarnos tanto en el final de la solución que ignoramos el principio de la misma.

    Hace 1 año 5 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí