1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.340 Conseguido 91% Faltan 16.270€

África Occidental

Estados Unidos y Francia amenazan con intervenir en Níger

Las potencias imperiales no quieren perder el control de un país que produce uranio para las centrales nucleares francesas y alberga bases estratégicas estadounidenses

Ben Norton (Sinpermiso) 9/08/2023

<p>Manifestación de apoyo a los golpistas y contra la injerencia extranjera en Niamey (Níger) el 3 de agosto. / <strong>France 24 (Youtube)</strong></p>

Manifestación de apoyo a los golpistas y contra la injerencia extranjera en Niamey (Níger) el 3 de agosto. / France 24 (Youtube)

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Tras el reciente golpe de Estado anticolonial en Níger, Estados Unidos y Francia han amenazado con una intervención extranjera para reinstalar un régimen prooccidental en el país africano [a través de algunos países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), como Nigeria, Senegal y Costa de Marfil.]

Níger [cuyo nuevo gobierno ha anunciado la suspensión de todos los acuerdos de cooperación militar con Francia] es un importante productor de oro y uranio, este último necesario para la energía nuclear europea. El país cuenta con importantes reservas de petróleo a las que las empresas extranjeras han querido acceder. También alberga grandes bases de drones estadounidenses.

Las amenazas occidentales se producen en un contexto en el que el golpe de Estado de Níger se suma a otros protagonizados por militares nacionalistas y anticolonialistas en los vecinos Burkina Faso [mayo de 2021] y Mali [septiembre de 2022], cuyos gobiernos han advertido de que considerarían una intervención en Níger como un acto de guerra que podría desencadenar un conflicto regional.

África Occidental es rica en recursos naturales. También es muy estratégica para Estados Unidos y Francia. Casi toda África Occidental fue colonizada por Francia, que cometió brutales atrocidades en la región. Todavía hoy, mantiene políticas neocoloniales, controlando de hecho las economías de África Occidental al obligarlas a utilizar el franco CFA como moneda nacional.

Níger es, por su situación geográfica, importante para la estrategia del Pentágono en África

El economista del desarrollo senegalés Ndongo Samba Sylla describió el franco CFA como “una moneda colonial, nacida de la necesidad de Francia de fomentar la integración económica entre las colonias bajo su administración, y controlar así sus recursos, estructuras económicas y sistemas políticos”. París dicta las políticas monetarias e incluso posee gran parte de las reservas de divisas de numerosas naciones de África Occidental, entre ellas Níger, Burkina Faso y Malí. El franco CFA es una “barrera para la industrialización y la transformación estructural” en estos países, explicó Sylla, que lo caracterizó como un “dispositivo neocolonial que sigue destruyendo cualquier perspectiva de desarrollo económico en las naciones usuarias”.

Estados Unidos tiene una de sus mayores y más importantes bases de aviones no tripulados en Níger: la Base Aérea 201, cuya construcción costó 110 millones de dólares y cuyo mantenimiento cuesta entre 20 y 30 millones más al año, en uno de los países más pobres de la Tierra. Níger es, por su situación geográfica, importante para la estrategia del Pentágono en África. Está situado en medio del Sahel, una región con mucha actividad militar estadounidense y francesa, donde miles de tropas están estacionadas regularmente. Washington utiliza sus bases de aviones no tripulados en Níger, en el corazón del Sahel, para tratar de ejercer su dominio militar en África septentrional y occidental, en coordinación con las fuerzas que el Mando de África estadounidense, o AFRICOM, tiene desplegadas por todo el continente. Si Washington pierde a su aliado en Níger, el nuevo gobierno militar nacionalista podría intentar cerrar las bases militares extranjeras y echar a los cerca de 1.000 soldados estadounidenses que hay en el país.

La relación de subordinación histórica de Níger con las potencias occidentales no ha aportado prosperidad al pueblo nigerino. El país es un gran productor de oro, pero más del 40% de los nigerinos viven en la pobreza extrema. Níger es también uno de los mayores productores mundiales de uranio. Este material radiactivo es crucial para la energía nuclear en Europa, especialmente en Francia, donde aproximadamente un tercio de la electricidad procede de las centrales nucleares. Menos conocido es que Níger también posee importantes reservas de petróleo.

El país africano es un gran productor de oro, pero más del 40% de los nigerinos viven en la pobreza extrema

La empresa de inteligencia de mercado S&P Global Commodity Insights advirtió de que el golpe de julio en Níger “podría poner en peligro los planes del país africano de convertirse en un importante productor y exportador de petróleo”. Describió a Níger como un “aliado clave de Occidente y socio en materia de seguridad, y uno de los mayores productores de uranio del mundo”, añadiendo que “se cree que el país cuenta con mil millones de barriles de reservas de crudo, según la Organización Africana de Productores de Petróleo”. S&P Global Commodity Insights señaló que Níger ha estado construyendo un oleoducto con su vecino del sur, Benín, para transportar las exportaciones de crudo hacia el Golfo de Guinea y el océano Atlántico. El país “está al borde de un aumento de la producción largamente esperado”, y un ejecutivo de la industria petrolera describió la puesta en marcha del oleoducto como un “punto de inflexión”.

Un antiguo funcionario del Departamento de Estado se quejó a la empresa de inteligencia de mercado de que, tras los golpes encabezados por militares nacionalistas en Malí y Burkina Faso, “los gobiernos nacionalizaron abruptamente las minas de oro, expulsando a los gigantes industriales”. Poco después del golpe en Níger, hubo informes similares de que el gobierno militar nacionalista decidió bloquear las exportaciones de uranio y oro a Occidente.

La perspectiva de una intervención militar extranjera en Níger y potencialmente en otras naciones de África Occidental está realmente sobre la mesa. No se trata en absoluto de una amenaza vacía. Se trata de una región en la que ha habido ejemplos muy recientes de intervenciones occidentales. En 2013 y 2014, Francia lanzó una intervención militar en Mali, vecino de Níger. En una guerra de cambio de régimen en 2011, la OTAN –dirigida por Estados Unidos, con el apoyo de Francia, otras naciones europeas y Canadá– destruyó el Estado de Libia, matando al líder revolucionario de la nación norteafricana, Muamar Gadafi. Todavía hoy, una década después, Libia carece de un gobierno central unificado. El país se ha sumido en una guerra civil destructiva. Ahora existe la posibilidad real de que las potencias occidentales que desestabilizaron y devastaron Libia extiendan este violento caos al oeste y al sur, a la región del Sahel.

Mapa político de África Occidental en inglés. / Wikimedia Commons

Los nacionalistas anticoloniales ascienden al poder en África Occidental

Algunos de los líderes militares nacionalistas que han tomado el poder en África Occidental invocan el legado histórico de los movimientos anticoloniales. En Burkina Faso, vecino de Níger, el nuevo presidente, Ibrahim Traoré, ha prometido luchar contra el imperialismo, citando al Che Guevara y aliándose con los gobiernos de izquierda de Nicaragua, Venezuela y Cuba. Traoré se inspira en el antiguo líder marxista de Burkina Faso, Thomas Sankara, un militar panafricanista que lanzó una revolución popular en la década de 1980. Traoré incluso nombró como primer ministro a un antiguo aliado cercano de Sankara, Apollinaire Joachim Kyélem de Tambèla, que según él supervisará una “refundación de la nación”.

Al mismo tiempo, sin embargo, estos gobiernos son muy inestables y han llegado al poder no sólo tras uno, sino tras una serie de golpes de Estado en los últimos años. Algunos de estos golpes fueron dirigidos por oficiales entrenados por los ejércitos estadounidense o francés. Algunos de los golpes han instalado gobiernos militares prooccidentales. Pero otros han sido lanzados por oficiales militares nacionalistas que se oponen al neocolonialismo francés y al imperialismo estadounidense y han afirmado políticas más soberanas e independientes.

Amenazas de intervención en África Occidental

Los dirigentes del nuevo gobierno de Níger advirtieron públicamente de que Francia está tramando una intervención militar. París está buscando “formas y medios para intervenir militarmente en Níger”, afirmaron las autoridades. Declararon que funcionarios franceses se reunieron con el jefe del estado mayor de la guardia nacional de Níger “para obtener la autorización política y militar necesaria”, según informó The Guardian. El periódico británico describió al derrocado presidente de Níger, Bazoum, como “un aliado de las potencias occidentales”.

Junto con París, el Departamento de Estado estadounidense está coordinándose activamente con Bazoum y conspirando para devolver a su aliado al poder.

Para dar una supuesta cobertura “multilateral” a sus planes de intervención, Estados Unidos y Francia han estado trabajando estrechamente con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). Reuters informó de que la CEDEAO y “los jefes de defensa de África Occidental han elaborado un plan de acción militar si no se revoca el golpe de Níger”. “Dadas sus riquezas en uranio y petróleo y su papel fundamental en la guerra contra los rebeldes islamistas en la región del Sahel, Níger tiene una importancia estratégica para Estados Unidos, China, Europa y Rusia”, subrayó el medio británico.

Níger recibía aproximadamente el 70% de su electricidad de Nigeria. Pero el gobierno nigeriano, estrechamente aliado con Occidente, le ha cortado el suministro

La CEDEAO impuso sanciones a Níger, y Nigeria, vecino meridional del país, ha comenzado a establecer un bloqueo de facto. Anteriormente, Níger recibía aproximadamente el 70% de su electricidad de Nigeria. Pero el gobierno nigeriano, estrechamente aliado con Occidente, le ha cortado el suministro.

Sin embargo, la intervención militar puede ser más fácil de decir que de hacer, porque los vecinos de Níger han salido en su defensa. Los gobiernos de Burkina Faso y Mali hicieron pública una declaración conjunta en la que afirmaban que “cualquier intervención militar contra Níger equivaldría a una declaración de guerra contra Burkina Faso y Mali”. Las naciones de África Occidental advirtieron de que las “desastrosas consecuencias de una intervención militar en Níger... podrían desestabilizar toda la región”, informó France 24. Burkina Faso y Mali también condenaron las “sanciones ilegales, ilegítimas e inhumanas” que los gobiernos occidentales han impuesto “contra el pueblo y las autoridades de Níger”.

Estados Unidos y Francia descubren un golpe de Estado en África que no les gusta

A finales de julio de 2023, cuando el presidente de Níger, Mohamed Bazoum, fue depuesto, Estados Unidos y Francia entraron inmediatamente en acción, condenando su derrocamiento y exigiendo la restitución del líder prooccidental. Muchos activistas africanos destacaron la abrumadora hipocresía de esta respuesta y de la retórica occidental sobre la promoción de la “democracia”. En el último siglo, Estados Unidos y las potencias europeas han legitimado, apoyado e incluso organizado docenas de golpes de Estado en todo el Sur Global, con el fin de promover sus intereses económicos y geopolíticos.

Muchos activistas africanos destacaron la abrumadora hipocresía de la respuesta de Estados Unidos y Francia al golpe de Níger

Existen innumerables ejemplos de gobiernos elegidos democráticamente por líderes anticoloniales que fueron derrocados y, en algunos casos, asesinados por las potencias occidentales. Uno de los episodios históricos más conocidos fue el de Patrice Lumumba, fundador de la República Democrática del Congo. El Congo había sido una colonia belga. Bajo el brutal mandato del rey Leopoldo II, Bélgica cometió allí un genocidio que acabó con la mitad de la población congoleña. Lumumba ayudó a liderar un movimiento independentista contra el colonialismo europeo y fue elegido democráticamente primer ministro de la RDC en 1960. El presidente estadounidense Dwight Eisenhower ordenó a la CIA que asesinara a Lumumba. Con ayuda de la agencia de espionaje, Bélgica patrocinó un golpe de estado para derrocarlo. El líder congoleño elegido democráticamente fue secuestrado y asesinado. Su cuerpo fue posteriormente disuelto en ácido. Sólo quedaron unos pocos dientes.

Así trataron los gobiernos occidentales a los líderes anticoloniales durante la primera Guerra Fría. Patrocinaron golpes de estado para destituirlos y posteriormente instalaron y apuntalaron dictaduras derechistas y proimperialistas que gobernaron durante décadas con mano de hierro.

La respuesta occidental al golpe de julio de 2023 en Níger fue completamente distinta. Inmediatamente, el gobierno francés denunció al nuevo gobierno nacionalista dirigido por los militares. La oficina de Emmanuel Macron prometió una respuesta firme y rápida, escribiendo: “El presidente no tolerará ningún ataque contra Francia y sus intereses”, haciendo hincapié específicamente en sus intereses comerciales en Níger.

Mientras patrocina regímenes golpistas no elegidos en Pakistán y Perú, el Departamento de Estado de Estados Unidos también emitió rápidamente una declaración condenando al nuevo gobierno militar en Níger. “Estados Unidos acoge con satisfacción y elogia el firme liderazgo de los Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) para defender el orden constitucional en Níger”, escribió. En referencia al derrocado líder prooccidental de Níger, Washington pidió “la liberación inmediata del presidente Mohamed Bazoum y su familia y el restablecimiento de todas las funciones del Estado”.

Estados Unidos añadió que “acoge con satisfacción el envío del representante especial del presidente de la CEDEAO a Níger” y que “seguirá colaborando activamente con los líderes de la CEDEAO y de África Occidental en las próximas medidas para preservar la democracia de Níger, que tanto ha costado conseguir”. Al instrumentalizar a la CEDEAO para dar cobertura “multilateral” a una intervención en Níger, Estados Unidos y Francia están volviendo a la estrategia que emplearon cuando utilizaron a la OTAN para librar la guerra contra Libia en 2011.

Níger es uno de los principales productores de uranio, necesario para los planes europeos de energía nuclear

Uno de los principales intereses económicos que las potencias occidentales tienen en Níger es su uranio. La organización contra la pobreza Oxfam publicó en 2013 un informe en el que detallaba cómo Francia se estaba forrando a costa del uranio de Níger, que es uno de los países más pobres del mundo. El pueblo de Níger, conocido como nigerinos (no confundir con los nigerianos de Nigeria), no ha visto casi ningún beneficio de esta extracción de uranio. Oxfam citó a un activista nigerino que señaló: “En Francia, una de cada tres bombillas se enciende gracias al uranio nigerino. En Níger, cerca del 90% de la población no tiene acceso a la electricidad. Esta situación no puede continuar”. “Es incomprensible que Níger, cuarto productor mundial de uranio y proveedor estratégico de Francia, no aproveche los ingresos de esta extracción y siga siendo uno de los países más pobres del planeta”, añadió un investigador de Oxfam.

Níger es el séptimo productor mundial de uranio. Muchos medios han señalado su importancia para la estabilidad energética europea

Las estadísticas han cambiado ligeramente en la década transcurrida desde la publicación de aquel informe. En 2023, Níger será el séptimo productor mundial de uranio. Pero muchos medios de comunicación occidentales han señalado con temor la importancia de Níger para la estabilidad energética europea. “El golpe de Níger desata la preocupación por la dependencia del uranio de Francia y la UE”, advirtió Politico. “Níger suministra el 15 por ciento de las necesidades de uranio de Francia y representa una quinta parte de las importaciones totales de uranio de la UE”, informaba el medio. “En 2021, Níger era el principal proveedor de uranio de la UE, seguido de Kazajstán y Rusia”. Politico añadió que “el golpe en Níger podría ser un desafío para las necesidades de uranio de Europa a largo plazo, justo cuando el continente está tratando de eliminar gradualmente la dependencia de Rusia, otro de los principales proveedores de uranio utilizado en las centrales nucleares europeas”.

La energía nuclear es relativamente importante en Europa. En 2022, representaba en torno al 10% del consumo energético de la UE, cifra ligeramente inferior al máximo de casi el 14% alcanzado en 2002. En Francia, la energía nuclear es aún más importante. Desde los años 80, la nuclear se ha convertido en una de sus principales fuentes de energía. En la década de 2000, la energía nuclear francesa superó el uso del petróleo, alcanzando un máximo de casi el 40% en 2005. La energía nuclear seguía siendo fuerte en 2021, con un 36,5% del consumo total de energía (frente al 31% del petróleo).

Evolución del consumo de energía por fuentes en Francia. En verde, la nuclear. / Fuente: Our World in Data

Desde el golpe de Estado en Níger, tanto Francia como los dirigentes de la UE han insistido en que no se verán afectados, afirmando que tienen suficiente uranio en sus reservas para unos cuantos años. Pero si el gobierno nacionalista sigue en el poder en Níger y cumple su supuesta promesa de cortar las exportaciones de uranio, Europa podría sufrir consecuencias económicas.

Esto llega además en un momento complicado para Europa, que se ha comprometido a boicotear las exportaciones de petróleo ruso y a reducir las importaciones de gas ruso. Rusia es uno de los principales productores mundiales de petróleo y gas. Antes de la invasión rusa de Ucrania en 2022 y la imposición de duras sanciones occidentales, Rusia era el mayor socio energético de la UE y el primer proveedor de petróleo y gas de muchos Estados miembros. Algunos funcionarios de la UE habían propuesto aumentar la producción de energía nuclear para acabar con la dependencia energética de la región respecto a Rusia.

Pero ahora uno de los principales proveedores del uranio que necesita la UE para esa energía nuclear ha sufrido un golpe dirigido por nacionalistas contrarios a las políticas neocoloniales de Europa. Esto ocurre también en un momento en que varios países europeos están entrando en recesión. Alemania, la superpotencia manufacturera en el corazón de la UE, se está desindustrializando a una velocidad vertiginosa, en gran parte porque ha perdido importantes fuentes de la energía barata que necesita su industria pesada.

Níger alberga bases militares estratégicas estadounidenses

Además de los designios económicos extranjeros sobre África Occidental, el ejército estadounidense tiene una huella masiva en la región, particularmente en Níger, donde opera en múltiples bases. Un informe de 2019 en PBS señaló una creciente presencia militar estadounidense en África, revelando que el Pentágono tenía casi 800 efectivos estacionados en Níger. (Esa cifra aumentó más tarde a aproximadamente 1000). El general Thomas Waldhauser, comandante de las fuerzas militares estadounidenses en África, describió al gobierno prooccidental de Níger como “un buen socio en un vecindario muy, muy malo”.

PBS indicó que el ejército estadounidense estaba creando una base en Agadez, Níger, que “será la mayor instalación que el personal de la Fuerza Aérea haya construido nunca”. “Estados Unidos ha estado operando misiones de aviones no tripulados desde otra base en la capital de Níger desde 2013”, escribió el medio, y añadió: “También se cree que la CIA está utilizando otra base de aviones no tripulados en el noreste de Níger”. El periodista de investigación Nick Turse, informando en 2023, describió esta instalación estadounidense en Níger, la Base Aérea 201, como “el eje del archipiélago de bases del ejército estadounidense en el norte y oeste de África y una parte clave de los amplios esfuerzos de inteligencia, vigilancia y seguridad de Estados Unidos en la región”. Turse escribió en The Intercept:

 “Construida con un coste de 110 millones de dólares y con un mantenimiento anual de entre 20 y 30 millones de dólares, la Base Aérea 201 es un centro de vigilancia en el Sahel que alberga personal de la Fuerza Espacial dedicado a las comunicaciones por satélite de alta tecnología, instalaciones del Destacamento Aéreo de Operaciones Especiales Conjuntas y una flota de aviones no tripulados –incluidos los MQ–9 Reapers armados– que rastrean la región día y noche en busca de actividad terrorista. La Base Aérea 201, un refugio de alta seguridad, se encuentra dentro de una ‘zona de seguridad de la base’ de 25 kilómetros y está protegida por vallas, barreras, torres de vigilancia mejoradas y climatizadas con troneras de tiro hechas a medida y perros de trabajo militares”.

Llama la atención el simbolismo neocolonial de que Estados Unidos mantenga estas instalaciones militares de alta tecnología valoradas en cientos de millones de dólares en Níger, uno de los países más pobres de la Tierra, donde la mayoría de la población ni siquiera tiene acceso a la electricidad. Antes del golpe de julio de 2023, Washington veía al gobierno nigerino como un aliado clave en su intento de aislar a China y Rusia.

Antony Blinken realizó un viaje histórico a Níger en marzo, en la primera visita de un secretario de Estado estadounidense. Democracy Now señaló que este viaje formaba “parte de la creciente competencia de la administración Biden con China y Rusia”. “Níger es uno de los últimos bastiones de las alianzas de seguridad de Estados Unidos en la región”, declaró al medio Stephanie Savell, investigadora de la Universidad Brown. La visita de Blinken se produjo pocos meses después de la Cumbre de Líderes EE.UU.–África celebrada por el Departamento de Estado en diciembre de 2022, que reunió a jefes de Estado africanos en Washington DC para entrevistarse con Biden. El Departamento de Estado escribió que la cumbre estaba “arraigada en este reconocimiento de que África es un actor geopolítico clave”; en otras palabras, Washington ve al continente como altamente estratégico en su nueva guerra fría contra China y Rusia.

Golpes de Estado frente a revoluciones

Uno de los principales puntos débiles de los nuevos gobiernos nacionalistas de África Occidental es que llegaron al poder mediante golpes de Estado y no mediante revoluciones populares. Esto significa que son menos estables y, si la historia sirve de indicador, podrían ser derrocados en golpes posteriores.

Aunque la mayoría de los golpes de Estado de la historia moderna han desembocado en la instauración de regímenes represivos de derechas, casi siempre aliados con los intereses imperiales occidentales, existe un precedente histórico de algunos líderes de izquierdas que llegaron al poder mediante golpes de Estado.: Nasser en 1952 en Egipto; Gadhafi en 1969 en Libia;

Así que existe un precedente histórico en el continente africano de líderes de izquierdas que ascienden al poder mediante golpes militares. Pero si no consolidan la autoridad y la legitimidad del gobierno mediante una revolución popular, la posibilidad de que sean derrocados en otro golpe o por una intervención militar extranjera es muy real. Muchos líderes anticoloniales de izquierdas fueron derrocados en golpes de derecha patrocinados por Estados Unidos, desde Patrice Lumumba, de la República Democrática del Congo, en 1961, hasta Kwame Nkrumah, de Ghana, en 1966, y Thomas Sankara, de Burkina Faso, en 1987. En América Latina también ha habido ejemplos de ello.

La lección de muchos de estos episodios históricos es que, si no hay una revolución popular, como ocurrió en China en 1949, en Cuba en 1959, o en Nicaragua en 1979; si simplemente hay un golpe militar dirigido por un líder revolucionario progresista o incluso socialista, entonces el gobierno tiende a ser mucho menos estable, y es significativamente más fácil que sean derrocados.

De hecho, en el caso de Burkina Faso, ésta es precisamente la historia. Thomas Sankara llegó al poder en 1983 mediante un golpe militar. Uno de sus aliados más cercanos en el proceso revolucionario, Blaise Compaoré, dirigió después otro golpe contra Sankara en 1987. Compaoré mató a su viejo amigo Sankara y gobernó esencialmente como dictador desde 1987 hasta 2014. Compaoré abandonó las políticas antiimperialistas y socialistas de Sankara, adoptando una política de derechas y una economía neoliberal, gobernando mediante una serie de elecciones amañadas, en estrecha alianza con Estados Unidos y el antiguo colonizador Francia.

Éste es uno de los peligros de la situación actual en África Occidental. Hay gobiernos nacionalistas que buscan la verdadera independencia y soberanía, pero como llegaron al poder mediante golpes de Estado, se estableció un precedente que un militar de derechas puede utilizar para derrocar al militar de izquierdas e imponer un régimen conservador prooccidental.

Además, estos líderes militares de derechas a menudo pueden gobernar durante décadas, porque cuentan con el apoyo de gobiernos y corporaciones occidentales.Esto es precisamente lo que ocurrió durante la primera guerra fría. Hubo una serie de dictaduras derechistas y prooccidentales en todo el continente africano, que derrocaron a gobiernos anticoloniales e impusieron sus propios regímenes reaccionarios.

Los gobiernos nacionalistas de Níger, Burkina Faso y Malí son muy inestables, y la amenaza de una intervención militar patrocinada por Occidente podría desestabilizar los países, alimentar más golpes de Estado y desencadenar potencialmente una guerra regional. El objetivo transparente de Estados Unidos y Francia es reimponer el control político sobre la región, para explotar sus abundantes recursos naturales y su situación geoestratégica.

Lo que está ocurriendo en África Occidental forma parte de un movimiento internacional más amplio, en el que países anteriormente colonizados de todo el Sur Global –también en regiones de América Latina y Asia– buscan la descolonización completa, afirmando el control nacional sobre sus recursos, mano de obra y políticas económicas y de seguridad, en busca de un verdadero desarrollo, independencia y soberanía.

Pero las potencias imperiales no se rendirán sin luchar.

------------------------------------------------

Este artículo se publicó originalmente en la newsletter del autor. Obtenido en castellano en Sinpermiso.info.

Tras el reciente golpe de Estado anticolonial en Níger, Estados Unidos y Francia han amenazado con una intervención extranjera para reinstalar un régimen prooccidental en el país africano [a través de algunos países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), como Nigeria, Senegal y Costa...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Ben Norton (Sinpermiso)

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí