No lo tenían fácil después de todas las situaciones extradeportivas que les ha tocado afrontar en las últimas semanas. Cualquier colectivo tendría una justificación en un caso así de haberse visto afectado su rendimiento laboral. Pese a ello, las jugadoras de la selección española han demostrado estos días en los dos compromisos que han disputado de la Liga de Naciones que, además de ser un ejemplo fuera del césped, luchando por mejorar sus condiciones de trabajo y mostrando tolerancia cero ante situaciones de acoso, también responden en el terreno de juego. A la meritoria victoria lograda el pasado viernes en Suecia, hay que sumar el triunfo ante Suiza por un rotundo 5-0 el día en el que las internacionales estrenaban en nuestro país la camiseta con la estrella que las reconoce como campeonas del mundo.

En un ambiente festivo en el Arcángel de Córdoba, con 14.194 personas en las gradas, lo que supone la asistencia más alta registrada en nuestro país en un partido de la selección femenina, Montse Tomé apostó por un once con solo dos novedades respecto a la última formación, entrando Oihane y Eva Navarro en lugar de Ona Batlle y Athenea del Castillo. España quiso marcar territorio cuanto antes y empezó con un ritmo alto, buscando las bandas para penetrar en la tupida defensa helvética y con una Alexia que se colocaba cerca de la frontal para aclarar las jugadas en esa zona donde escasean los espacios.

Montse Tomé apostó por un once con solo dos novedades respecto a la última formación

Lucía protagonizó los dos primeros remates, detenidos por la portera. Las suizas apostaban por salir con el balón jugado desde atrás y enseguida se vio que ahí había una opción que aprovechar. Con una presión alta, las nuestras empezaron a poner en peligro a las rivales. Eva Navarro estuvo a punto de marcar tras una intercepción. No fue a la primera, pero sí a la segunda. Mariona cortó un mal pase de la portera y, tras un intento de regate a la guardameta, el balón quedó franco para que Lucía lo empujara a la red haciendo el primero en el minuto 14.

Las suizas apenas inquietaron en ataque. Las bajas de algunas de sus jugadoras más destacadas hicieron mella en su potencial. Probaron suerte con algún disparo lejano y en un par de jugadas a balón parado que pillaron un poco despistadas a las españolas. Las líneas adelantadas en defensa hicieron caer además a las centroeuropeas varias veces en fuera de juego. En el otro lado del campo, Aitana comandaba el juego ofensivo. Solo la falta de puntería o de precisión en los pases definitivos retrasaron lo que parecía inevitable: que llegaran más goles de las españolas. Mariona tuvo el segundo tras otro robo cerca del área rival, pero no fue hasta apenas un minuto antes del descanso cuando España combinó a la perfección, Olga metió un centro al área grande y Aitana conectó una volea que se convirtió en el 2-0 que daba tranquilidad para irse al vestuario.

Para la segunda parte se quedaron fuera Eva y Lucía, entrando Athenea e Inma Gabarro. Si las suizas mantenían alguna esperanza de poder reaccionar, enseguida se dieron cuenta de que no iba a ser posible. Alexia cedió en el área grande para que Aitana conectara un fuerte disparo con su pierna izquierda que suponía el 3-0. Está claro que a la centrocampista del Barcelona y previsible futura balón de oro se le da bien jugar ante Suiza. Entre el pasado Mundial y este partido les ha hecho cuatro goles.

Para entonces en las gradas ya se vivía un jolgorio absoluto. Se hacía la ola y se cantaba el “somos campeonas del mundo”. Las que acababan de salir al campo también querían su protagonismo, y entre ellas dos fabricaron el cuarto gol. Fuerte disparo de Athenea que no pudo atrapar la portera e Inma Gabarro se adelanta a su defensora para hacer el cuarto en el minuto 56.

Tomé empezó a dar descanso a más jugadoras, retirando a Mariona y Tere Abelleira y dando entrada a Amaiur y Maite Oroz. A estas alturas, las suizas estaban entregadas. Aun así tuvieron su oportunidad para haber inaugurado su cuenta, pero Cata Coll demostró que la apuesta por su titularidad en la portería es segura, rechazando un mano a mano de la helvética Pilgrim. El partido estaba decidido y aun así España no bajaba el ritmo, buscando una mayor diferencia en el marcador. Alexia se gustaba y animaba a la afición mostrando su repertorio: túneles, regates, espuelas, dejaditas…

La concentración que empezó envuelta en una grave crisis acaba con protagonismo de lo deportivo y con las aguas más calmadas

Inma tuvo un par de oportunidades, pero la guinda a una nueva demostración de juego de las españolas iba a llegar con el quinto tanto, el mejor de la noche. Maite Oroz recogió un rechace de la defensa tras el saque de un córner y, desde fuera del área, conectó un tremendo disparo que entró en la portería por la escuadra. Un golazo espectacular que tendrían que verlo todos aquellos que dicen que el fútbol femenino no es atractivo. Lo vivió desde el banquillo Aitana, que había sido sustituida poco antes por Rosa Márquez.

La concentración que empezó envuelta en una grave crisis, con las jugadoras acudiendo por obligación ante la amenaza de sanciones y con el presidente del CSD teniendo que mediar entre las partes para enfriar la situación, acaba con protagonismo de lo deportivo y con las aguas más calmadas, incluso, parece, en la relación de las jugadoras con la nueva seleccionadora, Montse Tomé, que empezó su etapa en el filo de la navaja por su proceder a la hora de formar la lista y darla a conocer. Lo cierto es que con seis puntos sumados de seis posibles, España lidera su grupo en la Liga de Naciones, una competición que da acceso para los próximos Juegos Olímpicos de París. Para conseguirlo hay que quedar entre las dos primeras o ser terceras si Francia es una de las dos finalistas. Dentro de un mes, a finales de octubre, llegarán los dos próximos compromisos.

De todo lo vivido en estos últimos tiempos nos queda la conclusión de que estamos ante un grupo de jugadoras de excepción. Referentes tanto dentro como fuera del campo. Que además de demostrar que son las mejores en su profesión, están decididas a dejar un legado positivo para las que vienen detrás. Jugadoras que lucen estrella profesional y que tienen estrella personal. Todo lo que no sea apoyarlas y disfrutar de ellas sería un error imperdonable. Una pancarta puesta por aficionados en el estadio era concluyente: “No pudieron ser solo futbolistas. Ahora son leyendas”.