GUILLERMO GARCÍA LÓPEZ / DIRECTOR DE CINE
“Los personajes de ‘Aunque es de noche’, sus conflictos, salen de lo que he visto en la Cañada Real”
Jesús Cuéllar Menezo 21/12/2023
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El 2 de octubre de 2020, la compañía Unión Fenosa cortó el suministro eléctrico a los sectores 5 y 6 de la Cañada Real Galiana, una antigua vía pecuaria madrileña que desde los años 60 del pasado siglo comenzó a ser ocupada, primero por huertos y después por viviendas, todo ello irregular, y en la que en 2020 habitaban, sólo en esos dos sectores, unas 4.000 personas, de ellas casi 2.000 niños. La compañía adujo que el corte obedecía a la sobrecarga que se detectaba en la zona por enganches ilegales destinados a generar energía para cultivar marihuana.
Desde entonces, las negociaciones a varias bandas entre la Comunidad de Madrid, los ayuntamientos de Madrid y Rivas, y el Gobierno central no han logrado ni devolver la electricidad a los habitantes de la Cañada ni ofrecerles una solución habitacional digna. Según Paco Pascual, exprofesor de Filosofía en secundaria y voluntario durante más de 12 años en la parroquia de Santo Domingo de la Calzada de la Cañada, “para facilitar el regreso del suministro eléctrico a la zona bastaría que el Ayuntamiento de Madrid concediera cédula de habitabilidad a las casas de las familias que, con hijos escolarizados, sufren día a día las consecuencias de no tener ese suministro”. Sin embargo, algunas entidades sociales que allí trabajan consideran que al consistorio capitalino y a otras administraciones tampoco les interesa acabar del todo con la situación de marginalidad en la Cañada, porque así el mercado de la droga instalado en la primera mitad del sector 6, que dificulta la solución de muchos de los problemas que sufre la zona, no se desplaza a otras áreas de la ciudad. Se diría que las autoridades no tienen muy claro qué hacer con la Cañada.
Antes de que se produjera este corte del suministro eléctrico en el degradado y complejo contexto de la Cañada Real, el cineasta madrileño Guillermo García López, director de Aunque es de noche, filme que acaba de ser nominado al mejor corto de ficción en los 38 Premios Goya, se planteó “establecer una relación con una comunidad a través del cine”. En 2015, cuando estaba rodando Frágil equilibrio (mejor documental en los Goya 2016), entró en contacto con familias de la Cañada que estaban siendo utilizadas por fondos buitre para ocupar casas de protección oficial, antes habitadas por personas desahuciadas por esos mismos fondos. La Cañada sólo la conocía este director madrileño “de oídas y por los medios de comunicación”, y allí encontró “un lugar extremadamente desplazado, un mundo absolutamente al margen de todo, que estaba a tan solo 15 minutos del centro de Madrid. Pero también vi muchísimas familias humildes, de clase trabajadora, que luchan por ser consideradas, por ser vistas”. Hasta 2019 no se puso a trabajar de manera constante en esa zona, donde poco después comenzó a realizar talleres de cine para niños y adolescentes. “Siempre dejé claro que tenía la idea de hacer una película, pero no saqué una cámara hasta pasados dos años”.
Aunque siempre tuvo claro que el producto final sería de ficción, García López estaba seguro de que debían interpretarlo quienes habitan ese espacio
Comenzó a filmar a partir del corte de suministro eléctrico del 2020 y, aunque siempre tuvo claro que el producto final sería de ficción, estaba seguro de que debían interpretarlo quienes habitan ese espacio. En 2021 comenzó la fase de preproducción y talleres de interpretación con Carlos Fagua, coach de actores en películas como Monos, de Alejandro Landes, o Libertad de Clara Roquet. García López pretendía que “la experiencia de hacer cine fuera algo cotidiano”, que se hiciera “desde la comunidad, no sobre la comunidad”, porque, según señala, “aparte del suministro eléctrico, [se les ha privado de] actividades culturales que se hacían en Cañada Real antes de que se decidiera que tienen que ser desalojados”.
La amenaza del desalojo, y del realojo posterior en otras zonas de la capital, sobrevuela las posibles “soluciones” a la situación de la Cañada, y es algo criticado o directamente rechazado por este director de cine, por asociaciones de vecinos del barrio o por voluntarios en la zona como Paco Pascual. El desalojo y la dispersión rompen la idea de comunidad, muy presente en quienes se acercan sin prejuicios a la realidad de la Cañada, y bastante arraigada en casi todos los colectivos que la habitan (entre ellos magrebíes, romaníes españoles y, hasta el desmantelamiento definitivo, en 2018, del poblado chabolista llamado Gallinero, también romaníes rumanos). Sin embargo, el propio Pascual considera que el realojo acabará siendo la solución definitiva, dada la insalubridad que supone habitar una zona tan cercana al vertedero principal de Madrid y a su incineradora.
La historia de Toni y Nasser, los amigos adolescentes, uno gitano y otro magrebí, que protagonizan Aunque es de noche, es fruto de la colaboración entre el director y la cineasta israelí Inbar Horesh, y se basa en personas reales de la Cañada. “Los conflictos que atraviesan a los personajes, sus emociones, su forma de expresarse, los acontecimientos de la historia, la leyenda que cuenta la abuela de Toni… Son cosas que he visto y escuchado allí”. Son cosas, afirma García López, que, aunque los guionistas se han tomado libertades, “han pasado o podrían pasar”. El director madrileño confiesa que “el concepto de verdad me genera sospecha, pero dentro de una película se puede conseguir una ilusión de realidad muy fuerte”.
Acostumbramos a ver imágenes de Cañada que supuestamente nos muestran ‘la realidad’ en ese barrio, y resulta que la gente que vive allí [la del sector 6] no lo siente así
Muchos hemos visto en los medios, sobre todo si vivimos en Madrid, imágenes de la Cañada caracterizadas por la pobreza, el abandono o las violentas redadas de la policía en chabolas de traficantes bunquerizadas. Por eso García López recalca: “Acostumbramos a ver imágenes de Cañada que supuestamente nos muestran ‘la realidad’ en ese barrio, y resulta que la gente que vive allí [la del sector 6] no lo siente así”. Como demuestra Aunque es de noche, la realidad va mucho más allá, por eso “el guion debía ser interpretado por la gente que vive allí. Esa sería la prueba de que existen en una película, como diría Bresson”.
Las personas que intervienen en el corto no tenían nada que ver con el cine y en algunos casos viven en situaciones difíciles, que les exigen muchas horas de trabajo físico diario para buscarse la vida. Esas dificultades se aprecian en esta íntima historia de amistad entre adolescentes, junto a la cohabitación no siempre fácil entre comunidades (“¿Qué haces con ese moro?”, le pregunta un tipo con pinta de traficante a Toni, señalando a su amigo Nasser), o esos fuegos perpetuos, que sirven para calentarse, para iluminar la noche oscura, para reunirse y contar historias y también, como reconoce Paco Pascual, para arrojar la droga cuando irrumpe la policía en el poblado.
Durante el trabajo de dirección de actores, afirma el cineasta, “nadie leyó ninguna línea del guion. Lo bonito es que al final quedó todo muy cerca de lo que estaba escrito previamente”. La película se filmó a la vieja usanza, en celuloide, sin ánimo de utilizar multitud de tomas o cortes. También hay partes de la historia, como las imágenes con las que se inicia el corto, que se hicieron con teléfono móvil. “Ahí el rodaje fue distinto y muy lúdico: Toni, Nasser y yo solos pasando días juntos por la Cañada, creando escenas e incluso reescribiendo el guion mientras se montaba la película”. Trabajar con esos chicos y con los demás participantes en la película fue un auténtico aprendizaje para el cineasta.
Los personajes del corto viven a oscuras, sí, pero en esa noche constante la vida sigue
Los niños, las nuevas generaciones, son el centro del filme y la esperanza de esta comunidad para salir en algún momento de la marginalidad y el abandono. Por eso su director recalca que “es la mirada de un niño la que conduce el corto. De alguna forma el asombro, y la capacidad de maravilla, es lo que la película, y yo con ella, hemos querido conservar”.
García López prepara ya un nuevo largo, que también se desarrollará en la Cañada Real, fruto de la relación con la comunidad que ha ido forjando durante la filmación de Aunque es de noche. Por último, el director habla del componente simbólico que tiene el título de su corto, un verso recurrente del poema Cantar del alma que se huelga de conocer a Dios por fe, que San Juan de la Cruz escribió en prisión en 1578. Con ese texto Enrique Morente compuso un tango flamenco, Aunque es de noche, del que Rosalía hizo una versión que el director considera muy emocionante. “Esta canción, este poema”, señala, “también me han acompañado mucho”. Durante su trabajo, aunque ha estado rodeado por la gente de la Cañada que ha ido conociendo, García López reconoce que también ha sentido una “profunda soledad. San Juan de la Cruz compuso el poema durante su encierro en la cárcel, en la soledad más absoluta”. Y en condiciones terribles, habría que añadir. “Los personajes del corto viven a oscuras, sí, pero en esa noche constante la vida sigue. Uno de los impulsos que me llevaron de manera intuitiva a saber que iba hacer una película en la Cañada, nada más poner un pie allí, fue esa energía que late en mucha gente que he conocido allí y que lucha por salir adelante. Me interesa la luz, pero no la que deslumbra, sino la que se cuela entre las sombras. Debe haber un motivo por el que seguir, una esperanza. Casi fe, visto lo visto. Y no solo a nivel externo, a nivel interno también nos toca lidiar con nuestra propia oscuridad y encontrar una luz para salir de ella”.
Podría decirse que el director de Frágil equilibrio se sirve de la penumbra de la Cañada para acercarse a algo inefable, como el propio relato cinematográfico. No en vano cita entre sus influencias a cineastas deudores en cierto modo “trascendentales” como Bresson, Kiarostami o Pasolini. El cine, según García López, puede ser “como un grito en la noche, que pide ser escuchado en esa ciudad iluminada que mira hacia otro lado. Quizá es el grito de un niño que reclama su infancia al ver cómo esta se escapa volando”.
El 2 de octubre de 2020, la compañía Unión Fenosa cortó el suministro eléctrico a los sectores 5 y 6 de la Cañada Real Galiana, una antigua vía pecuaria madrileña que...
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