A pesar de estar en mitad de la temporada, no se ha dejado de hablar sobre lo que va a pasar con el futuro de João Félix, el jugador portugués cedido por el Atleti al FC Barcelona. Entre otras cosas porque el presidente del club culé, Joan Laporta, y el director deportivo, Deco, repiten en cada entrevista su deseo de quedarse en propiedad con el atacante de 24 años. El máximo dirigente azulgrana ha llegado a confesar en los últimos días que quieren cerrar el tema cuanto antes. No parece, sin embargo, que eso vaya a ser así, porque la tesorería culé y las normas financieras de La Liga impiden llegar en estos momentos a la cifra que quiere el conjunto rojiblanco para aceptar su traspaso. La lógica invita a pensar que estamos ante una negociación larga en la que cada parte intentará jugar sus cartas. Y ahora mismo no está muy claro quién tendrá la mejor mano el próximo verano.

¿Por qué tiene tanta prisa el Barcelona en cerrar la contratación del jugador? ¿Es normal tanto interés por un futbolista que apenas lleva tres goles en Liga a estas alturas, y que no pasa de seis entre todas las competiciones? En la entidad barcelonesa, especialmente Laporta, que es su gran valedor, confían en que el “Menino de Ouro” (apodo por el que se conoce a João Félix) acabe por demostrar su potencial y que la apuesta que han hecho por él sea la correcta. Pero también temen que si João termina de romper y alcanza unos números destacados de goles y asistencias, pueda despertar el interés de otros importantes clubes europeos con mayor poder económico, que dejarían al Barça en una posición complicada en la lucha por hacerse con sus servicios.

Laporta confía en que João Félix acabe por demostrar su potencial

Sabedores de que el jugador no quiere volver al Atlético y de que la hinchada colchonera no le recibiría de muy buen agrado, tras su actitud y sus manifestaciones poco cariñosas en los últimos tiempos hacia el club al que aún pertenece, Laporta quiere forzar a Gil Marín, máximo accionista del club rojiblanco, a aceptar una cantidad muy a la baja, que algunos medios deportivos cifran en 25 millones de euros, con la posibilidad de incluir algún jugador culé en la operación, una oferta que no sería aceptada en el Metropolitano. ¿Cuál sería el plan B? Proponer un segundo año de cesión y pactar un traspaso para el siguiente. En el trasfondo de este asunto hay otro aspecto a tener en cuenta. En el Barcelona no se olvidan de cómo salieron perdiendo en la negociación con el Atlético por Griezmann y les gustaría devolver la jugada con João Félix.

También es cierto que el Barcelona no podía asumir en su momento la ficha del francés y eso provocó que lo vendiera en condiciones menos ventajosas. El Atleti sí podría asumir la ficha del luso, rebajada tras ampliar su contrato hasta 2029 antes de irse el pasado verano. Otra cosa es que le interese tener en la plantilla a un jugador que no quiere vestir de rojiblanco, especialmente por su falta de sintonía con Simeone, y que se ha ganado la animadversión de los aficionados rojiblancos. ¿Por qué adoptó el futbolista esa postura de hacer de menos al club que apostó por él en 2019, pagando 127 millones por su fichaje? Es evidente que algún asesor le debió recomendar quemar puentes para crear un ambiente que haga imposible su vuelta, forzando al Atlético a venderle.

Por esa vía se entienden declaraciones como la del pasado verano, mientras militaba en el equipo rojiblanco, cuando dijo “me encantaría jugar en el Barcelona, siempre ha sido mi primera opción. Si sucede sería un sueño hecho realidad”; o la última, de hace solo unos días, en la que expresó que “todos los jugadores prefieren el estilo del Barcelona al del Atleti. También a los del Atleti les gustaría jugar más al ataque, si no responden eso están mintiendo”. Una postura que puede que le salga bien, pero que también tiene sus riesgos. ¿Qué pasaría si la temporada de João en el Barça termina siendo decepcionante y el conjunto catalán se lo piensa mejor y decide no emplear en él sus limitados recursos económicos?

João se fue a Barcelona convencido de que el estilo de juego de Xavi Hernández le favorecía mucho más que el de Simeone para demostrar sus cualidades. Curiosamente, ya manifestó lo mismo cuando se fue cedido al Chelsea la segunda parte de la temporada pasada, y la apuesta no le funcionó. Lo cierto es que hasta ahora no ha sido mejor jugador que el que se vio en el Atleti, ni tiene mejores números. A pesar de su inquina hacia Simeone, es el técnico –conviene recordarlo, porque nadie lo hace– con el que fue designado dos veces mejor jugador del mes en la Liga, mejor jugador del equipo en numerosas ocasiones a juicio de los propios seguidores colchoneros, y con el que ganó la Liga de 2021, su único título hasta ahora.

Lo cierto es que hasta ahora João no ha sido mejor jugador que el que se vio en el Atleti

A João habría que preguntarle: ¿en todos esos momentos positivos el estilo de Simeone no era el mismo que ahora desprecia y dice que no le beneficia? Varias veces vimos que se enfadaba si Simeone le cambiaba antes de que finalizara el partido. ¿Saben cuántos partidos completos ha jugado con Xavi en el Barcelona? Tres en todo lo que llevamos de temporada entre todas las competiciones. En la Ciudad Condal ya hay analistas que critican al jugador por la falta de esfuerzo en el trabajo defensivo y de presión al rival. Curiosamente, algunos le pasaban factura al Cholo por reclamarle esos aspectos del juego.

Y queda saber la postura del Atleti. Después de una pretemporada en la que la presencia de João en la concentración del equipo en Segovia y en la posterior gira fue un foco de tensión continuo por la nula predisposición del luso a seguir en el equipo, Gil Marín se vio forzado a dejarle salir a un rival directo como el Barcelona, el único destino que quería João, sin recibir, además, ninguna contraprestación económica, una operación criticada por numerosos seguidores rojiblancos. Eso sí, a cambio consiguió que alargara su contrato hasta 2029 para que bajara la amortización anual del coste de su fichaje, que en total es de unos 54 millones. La ampliación hace que esa partida de amortización le cueste ahora cada año al Atleti unos nueve millones, cuando antes eran 13,5.

A estas alturas, el consejero delegado colchonero ya sabe que es imposible que algún equipo pague una cifra cercana a los 127 millones que abonaron por él hace cuatro años y medio, una cantidad que le puso el cartel de estrella antes de habérselo ganado en el campo. Claro que una cosa es no ganar dinero y otra regalarlo. Todo lo que sea venderlo por menos de los 54 millones citados será una pérdida. El valor del jugador no ha parado de bajar en los últimos años. La página digital especializada Transfermarkt lo cifra en 50 millones actualmente, la mitad de su valor más alto, que fue en septiembre de 2019. A menos que su rendimiento aumente de forma notoria en los próximos meses, parece difícil que alguien pague los 70-80 millones que pretende Gil Marín. Si algún club llegara a una cantidad entre los 50 y los 55 millones, es posible que cediera. La pregunta es si habrá una oferta por ese dinero. La posibilidad de un segundo año de cesión de la que hablan en Barcelona sería contemplada si viniera acompañada del compromiso de compra obligatoria un año después.

La paradoja es que al Atleti le interesa que João lo haga lo mejor posible en el Barcelona aunque sus actuaciones puedan perjudicar sus propios objetivos deportivos, como pasó en el reciente encuentro de Liga, cuando marcó el gol del triunfo ante los rojiblancos. En esta partida de cartas, el Barça cree que tiene la mejor mano por contar con la voluntad del jugador de seguir vistiendo de azulgrana, pero en su contra juega su poco músculo económico; João piensa que el Barcelona luchará por él, pero su apuesta a una única carta es comprometida; y el Atleti es el que tiene la última palabra al ser el propietario del pase, pero se arriesga a tenerlo de vuelta el próximo verano, una puerta que parece cerrada. El rendimiento del jugador hasta final de temporada será lo que decante la balanza de la negociación hacia un lado u otro.