JAVIER TOBÍAS / Colectivo Harinera
“El Ayuntamiento PP-Vox de Zaragoza sustituye el trabajo cultural de los colectivos por macroeventos”
Diego Delgado 27/03/2024
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El pasado 26 de marzo se hizo pública la intención del Gobierno de PP y Vox en Zaragoza de suprimir la gestión comunitaria de Harinera, un espacio cultural de referencia que, desde su apertura en 2016, organiza actividades de todo tipo, con especial atención en aquellos colectivos más vulnerabilizados.
Javier Tobías forma parte de su estructura, dentro del colectivo Llámalo H, desde 2014 y destaca el elemento de participación que ofrece Harinera, lugar en el que cualquier persona puede proponer actividades e incluso participar de la gestión cultural del espacio. Una inclusión total que difiere del enfoque propuesto por el Ayuntamiento, sobre el que Tobías habla con CTXT.
¿Qué es Harinera?
Harinera es un espacio que se abre en marzo de 2016, pero que realmente se empezó a cocinar en septiembre de 2014, cuando un antiguo espacio industrial abandonado se reivindica desde la asociación vecinal y el Ayuntamiento accede a iniciar un proceso participativo para que sea un lugar de creación cultural que aúne la pata cultural y la pata vecinal.
Desde septiembre de 2014 a marzo de 2016 se van haciendo asambleas para definir qué usos va a tener ese espacio, cómo se va a organizar… Todo esto de manera puramente activista, es un trabajo que hace la asociación vecinal, artistas, agentes culturales y sociales… En 2016 se abre oficialmente Harinera. En ese momento contábamos con una partida presupuestaria que nos dotaban desde Zaragoza Cultural, de 150.000€ al año, para programar actividades culturales.
Durante ese periodo la convivencia fue bastante pacífica. Íbamos trabajando en un convenio para darle mayor legitimidad a ese modelo de cogestión. Un documento en el que el Ayuntamiento y los agentes culturales nos comprometiésemos a esa gestión colectiva. Ese documento se acaba firmando en 2019.
En mayo de 2019 cambia el Ayuntamiento, entra un gobierno de PP y Ciudadanos apoyado externamente por Vox y, ya ese primer año, se nos recorta la partida presupuestaria a 120.000€. Ese dinero se utilizaba exclusivamente para organizar actividades; todo el trabajo de redes sociales, gestión de programación, etc. ha sido siempre activista, no hemos cobrado nada por esa gestión.
En mayo de 2019 cambia el Ayuntamiento y se nos recorta la partida presupuestaria
Vuestra pelea contra los ataques de la Administración, por lo tanto, no es nueva. ¿Cuál ha sido el proceso de destrucción paulatina de este espacio de gestión comunitaria y cómo ha culminado ahora?
Todo arranca en 2019. Nosotras habíamos presentado, junto al Ayuntamiento, el proyecto de Harinera para un premio europeo. Se nos concedió el premio a la participación. Como colectivo solicitamos ir a esta entrega de premios y se nos negó. Esto puede parecer algo menor, pero sí anuncia unas intenciones. Además de que en ese año se había recortado también el presupuesto de 150.000€ a 120.000€.
Luego, en 2020, durante la pandemia, Harinera cerró solo en el confinamiento estricto. Quisimos abrir cuanto antes porque había muchos espacios del barrio que permanecían cerrados y muchos colectivos y entidades del barrio necesitaban un sitio. Es decir, excepto en el confinamiento puro y duro, nuestra actividad no se vio reducida en lo más mínimo. Sin embargo, en ese 2020 se nos redujo más aún la partida presupuestaria, hasta 95.000€.
En 2021 se nos anunció que, debido a la saturación del centro de servicios sociales del barrio de San José, en parte por las modificaciones de aforo que impuso la covid-19, se iba a trasladar a la mitad de sus trabajadores y trabajadoras a la tercera planta de Harinera, ocupando la mitad de esa planta. Ya no es solo que se nos quitase un espacio que era necesario para Harinera, sino que se hizo en unas condiciones nefastas. La planta tercera de Harinera no tiene un techo recto, así que para meter los espacios en los que se atendía a la gente que acudía a servicios sociales hicieron una especie de peceras que ni siquiera estaban cubiertas por arriba. Entonces tú podías estar atendiendo a una persona que había sido víctima de violencia de género y toda la planta se podía estar enterando de la conversación. De hecho, esta situación sigue así tres años después.
En mayo de 2023 caducaba el convenio. Nosotras informamos de esa situación y fuimos solicitando reuniones con Zaragoza Cultural; tuvimos una en octubre de 2022 y otra en enero de 2023, porque tenían algunas reticencias respecto al planteamiento actual. Volvimos a escribirles en mayo, antes de las elecciones, y nos dijeron que en campaña electoral les parecía mal firmar ese convenio. Desde mayo hasta octubre/noviembre de 2023 seguimos llevando a cabo nuestras funciones como lo habíamos hecho siempre, pero sin una figura que nos albergara. En noviembre firmamos una prolongación del convenio durante un año, hasta mayo de 2024.
Seguimos reuniéndonos con Zaragoza Cultural para intentar resolver sus dudas y mantener la actividad del espacio. Había un visto bueno por parte de gerencia, cuya persona encargada cambió a principios de 2024. En enero solicitamos formalmente una reunión y la prórroga del convenio durante un año más para tener tiempo, esta vez ya sí, de poder trabajar la solicitud conjuntamente.
Esto se tramitó y, supuestamente, se estaba revisando, pero nunca se nos ha dado respuesta. Después de más de dos meses, se nos convocó el día 26 de marzo y se informó a las compañeras del colectivo que se iba a dejar de lado la cogestión del espacio, que pasaría a ser un espacio de gestión puramente municipal. Y que el modelo de residencia quería cambiarse para atender única y exclusivamente a entidades vinculadas con la inclusión social. Realmente algunos ya son colectivos con los que se trabaja desde Harinera, como por ejemplo DFA.
La nota de prensa de PP-Vox habla de convertir Harinera “en un centro dedicado a la inclusión, la accesibilidad y la innovación cultural y artística”. ¿Qué hay detrás de esa afirmación?
Se trata de un ataque a la participación de un espacio que ya era inclusivo
Creemos principalmente que se quiere eliminar la parte participativa del proyecto, y que esa apuesta de plantearlo como un proceso de aumento de la inclusividad del espacio es simplemente una manera de vender esta modificación. Se trata de un ataque a la participación de un espacio que ya era inclusivo y en el que muchísimos colectivos de personas en riesgo de exclusión social o personas con diversidad física o psíquica llevaban trabajando años. Por ejemplo, el colectivo de madres y padres de jóvenes con trastorno del espectro autista (TEAdir Aragón) lleva trabajando en Harinera desde que abrió sus puertas, allí hacen talleres cada semana.
Se está planteando como un espacio de inclusión cuando lo que vemos es que realmente es un paso atrás hacia un espacio de integración. La diferencia en política social es que con la integración tú dejas un espacio a un colectivo, pero limitado a ese colectivo, mientras que Harinera siempre ha sido un espacio inclusivo en el que esos colectivos y esas personas vinculadas a ellos participaban como una más. No había una segregación. Gente de toda diversidad participaba en las actividades, en la programación o en la gestión en algunos casos.
Al perder el elemento de cogestión, que permitía poder participar más activamente aún de Harinera, también se está produciendo un desempoderamiento de la población en general y de esos colectivos en particular, porque es más difícil que su voz se oiga si lo único que pueden hacer es participar en actividades ya programadas desde fuera, en vez de participar, programar y decidir.
¿Cuál es el futuro de los colectivos que participaban en Harinera?
Nosotras hemos contactado con algunas de las asociaciones anunciadas en la nota de prensa del Ayuntamiento y no nos consta que hayan recibido información aún de si iban a estar incluidas en la nueva gestión de Harinera. Otras, como TEAdir Aragón, puede que queden fuera por no estar bajo el paraguas utilizado para negociar desde la Administración.
A muchos colectivos que trabajan con población en riesgo de exclusión social no sabemos cómo les va a afectar. Las compañeras que realizan las actividades de teatro comunitario, que son gratuitas y en muchos casos dirigidas a población en riesgo de exclusión social, no sabemos si van a entrar en la nueva gestión. Lo mismo con las compañeras de Orquesta Escuela, que hacen algo parecido desde lo musical. Hay muchos colectivos que trabajan lo comunitario de manera transversal y que, en el momento en que empiezas a levantar paredes, los estás excluyendo y, con ellos, a la población que engloban.
En Zaragoza ya hay experiencias previas de este tipo, con la persecución y el cierre de proyectos similares. La iniciativa Etopia dejó de existir para dar paso a un programa de emprendimiento para niños y niñas de primaria. ¿Cuál es el objetivo del Ayuntamiento de PP-Vox?
Nosotras vemos que se está tendiendo a una eliminación de la cultura local en beneficio de modelos de mucha mayor escala. Se está sustituyendo el trabajo diario de hormiguita que hacemos un montón de colectivos, de ir programando y haciendo actividades para generar interés hacia lo cultural, por macroeventos como el Vive Latino, que ocupan 3-4 días al año y que no tienen impacto alguno en el tejido local.
La principal afectada de todo esto es la participación de colectivos y sociedad en la gestión de lo municipal. Es un ataque a la cultura local en favor de organizaciones de mucho mayor tamaño, con las que parece que el Ayuntamiento está mucho más cómodo negociando.
El pasado 26 de marzo se hizo pública la intención del Gobierno de PP y Vox en Zaragoza de suprimir la gestión comunitaria de Harinera, un espacio cultural de referencia que, desde su apertura en 2016, organiza actividades de todo tipo, con especial atención en aquellos colectivos más vulnerabilizados.
Autor >
Diego Delgado
Entre Guadalajara y un pueblito de la Cuenca vaciada. Estudió Periodismo y Antropología, forma parte de la redacción de CTXT y lee fantasía y ciencia ficción para entender mejor la realidad.
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