1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

CÉSAR RENDUELES / FILÓSOFO, SOCIÓLOGO, ENSAYISTA

“Los proyectos comunales vuelven a poner en el centro de la disputa política la cuestión de la propiedad”

Hugo de Camps Mora 12/04/2024

<p>El ensayista, filósofo y profesor de sociología César Rendueles. / <strong>Tania González</strong></p>

El ensayista, filósofo y profesor de sociología César Rendueles. / Tania González

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

En las últimas décadas, el concepto de los comunes ha ganado cada vez más relevancia. Sin ningún género de duda, se ha convertido en uno de los términos clave en cualquier discusión política y teórica acerca de las posibilidades de transformación ecosocial. En este contexto, el filósofo y sociólogo César Rendueles (Girona, 1975) acaba de publicar Comuntopía: comunes, postcapitalismo y transición ecosocial(Akal), un libro que estudia el papel que potencialmente podrían desempeñar los comunes en la construcción de un futuro postcapitalista.

A lo largo del ensayo, se adopta una perspectiva amplia sobre el concepto de economía. Concretamente, el investigador considera que no toda la gestión de recursos sociales –sean bienes o servicios– ha estado, ni tiene que estar, guiada por los principios de optimización propios del capitalismo. Basándose en esta premisa, y a pesar de que entiende las limitaciones derivadas de la gestión comunal, se plantea una propuesta particularmente ambiciosa: no piensa en los comunes como pequeñas estructuras de organización social paraestatales; por el contrario, aborda la difícil pregunta de cómo integrar los comunes a gran escala en los Estados de bienestar modernos. Solo así, explica, podremos potenciar una transición ecológica justa.

Comuntopía se publicó a principios del 2024. Manteniendo el rigor necesario que requiere abordar una cuestión de este tipo, Rendueles ha escrito un libro accesible, que interesará a cualquiera que crea en la necesidad de una transición ecosocial antagonista. Recientemente tuve la oportunidad de plantearle algunas preguntas sobre su obra, y sobre cómo los conceptos que aborda pueden ayudarnos a vislumbrar una salida a una crisis ecosocial que ya hace tiempo que no podemos ignorar.

En su libro, usa la idea de los comunes para pensar en una transición ecosocial hacia un futuro poscapitalista. ¿A qué hace referencia el concepto de comunes? 

En su sentido más restringido, los comunes son instituciones sociales colaborativas que regulan recursos materiales o inmateriales de propiedad colectiva. Pueden ser pastos, bosques, el agua, bancos de pesca, caza, tareas relacionadas con el mantenimiento de los caminos, la siega, la alfarería… Se han dado en lugares muy diferentes del mundo a lo largo de muchísimo tiempo y han recibido toda clase de nombres: commons, tequio, procomún, minga, andecha, auzolan… Existe un largo debate académico sobre cómo caracterizar los comunes y qué tipo de bienes, servicios y relaciones sociales caen bajo esa categoría. Los economistas tienden a centrarse en aspectos relacionados con la propiedad mientras que los antropólogos suelen prestar atención al tipo de vínculos sociales que sustentan los comunes. Otros autores creen que lo esencial de los comunes no es su dimensión institucional sino su capacidad para evocar una constelación de conceptos relacionados con la solidaridad, la igualdad o la autocontención… 

Explica que una de las características más representativas del capitalismo es la de naturalizar tanto su propia existencia como sistema social, como el tipo de subjetividad que genera. Teniendo en cuenta que partimos de un escenario capitalista, donde las subjetividades están mayoritariamente asumidas, ¿cómo podemos conseguir que no se observen los comunes desde una perspectiva extractivista?

Estamos atrapados en relaciones sociales que hacen que determinadas elecciones colectivas resulten muy costosas

A veces las teorías de la ideología pueden llegar a ser un poco paralizantes. Pueden dar a entender que estamos completamente atrapados en una especie de telaraña cultural –una ontología, como a veces se dice– que modela completamente nuestra subjetividad. Creo que las cosas no son así. Seguramente los miembros de las sociedades precapitalistas eran perfectamente capaces de ver ocasionalmente la naturaleza como una amenaza externa y como un objeto potencial de explotación, del mismo modo que nosotros somos capaces de entender que la especie humana forma parte de ecosistemas amplios y que el paradigma de crecimiento económico ilimitado es un sinsentido. Creo que la cuestión no es tanto la mentalidad o la cultura como que estamos atrapados en relaciones sociales que hacen que determinadas elecciones colectivas resulten muy costosas. Es un problema práctico muy clásico, en realidad. Marx, por ejemplo, atribuía al proletariado un papel universal porque consideraba que era un colectivo que, por su situación económica, política y cultural, podía impulsar cambios que eran del interés general pero que ningún otro grupo social estaba en condiciones pragmáticas de promover. Creía que el resto de clases y subclases sociales estaban atrapadas en intereses cortoplacistas. El problema es que no está nada claro cuál es el equivalente del proletariado marxista de las políticas ecocomunales. Qué colectivos pueden tener la fuerza política suficiente para impulsar la transición ecosocial, desarrollando alianzas transversales con grupos con otra identidad social.

Dado el carácter tan complejo de nuestras sociedades contemporáneas, muy pocas propuestas plantean una simple vuelta a los comunes tradicionales. Por el contrario, la gran mayoría de estas asumen la existencia de instituciones como el Estado. ¿Cómo podemos integrar los comunes en los estados de bienestar modernos? 

Creo que pensar los comunes como una alternativa a la intervención pública estatal es un error que condena a ese tipo de instituciones a desempeñar un papel marginal en cualquier sociedad contemporánea. Es verdad que muchos proyectos comunales surgen de una desconfianza hacia el papel del Estado que tiene una doble raíz. Por un lado, la complicidad del Estado en el proceso de mercantilización global que comenzó a finales de los años setenta del siglo pasado. En cierto sentido, el neoliberalismo ha sido, por encima de todo, una teoría y una práctica en torno al Estado y no tanto una doctrina económica. Esta denuncia del papel del Estado en el austericidio se solapa, por otro lado, con el rechazo de las dimensiones autoritarias de las intervenciones públicas. Creo que ambas críticas tienen parte de razón, pero al mismo tiempo me parece que en sociedades de masas, complejas y diversas, la intervención del Estado es insustituible. En primer lugar, por cuestiones de eficacia y rapidez, algo particularmente importante en un contexto de crisis ecológica que requiere intervenciones a gran escala inaplazables. Pero también por razones éticas. Las estructuras burocráticas pueden ser una fuente de autoritarismo, pero tienen una capacidad para garantizar la universalidad y la igualdad de trato, muy difícil de desarrollar en ámbitos puramente comunitarios. Además, no es cierto que el Estado y, más en general, las grandes estructuras burocráticas sean completamente impermeables al tipo de participación y autogestión características de los comunes. Hay muchas experiencias de intervención colectiva en la gestión pública, desde la participación de representantes de los trabajadores en la administración de las grandes empresas alemanas al consejismo yugoslavo de los años setenta. Todas ellas son experiencias muy ambiguas, con aspectos positivos y negativos, y sería absurdo idealizarlas. Pero creo que sí nos enseñan que no deberíamos ver la relación entre lo común y lo público como una oposición sino como un continuo. Del mismo modo que los liberales ven la relación entre el mercado y el Estado como una amalgama.

Explica cómo, en los últimos años, la tradición marxista ha prestado más atención al capítulo XXVI del Capital, que sitúa los orígenes del capitalismo en los cercamientos de la tierra que ocurrieron en la Inglaterra rural del siglo XVII. Señala que, partiendo de esta idea, autoras como Luxemburg, Federicci, o Harvey han argumentado que estas privatizaciones son inherentes al funcionamiento del sistema –y no solo propios de una fase inicial–. ¿Por qué es tan importante insistir en que el capitalismo necesita de procesos de intervención política violenta en sus orígenes y para su reproducción?

La gran fortaleza ideológica del capitalismo es que se presenta como un conjunto de acuerdos comerciales voluntarios y, por tanto, como compatible con la libertad política

Al menos por dos motivos. El primero es muy evidente, la gran fortaleza ideológica del capitalismo es que se presenta como un conjunto de acuerdos comerciales voluntarios y, por tanto, como extremadamente compatible con la libertad política. Todos entendemos que cuando firmamos un contrato laboral estamos condicionados por nuestras circunstancias económicas y familiares, pero también es verdad que no es un contrato de servidumbre. La historia de la destrucción de los comunes nos explica que ese régimen peculiar de libertad de mercado se construyó a través de la violencia y la coerción y nunca ha dejado de ser así, en mayor o menor medida. El segundo es que nos ayuda a normalizar la propiedad colectiva. Los proyectos comunales vuelven a poner en el centro de la disputa política la cuestión de la propiedad como un elemento central de la capacidad de control democrático. No ya sólo de la propiedad de los medios de producción sino también de los medios de vida en un sentido más amplio. La propiedad colectiva tiene una historia muy rica y diversa que no se limita a la propiedad público-estatal tal y como la conocemos hoy. Tenía que ver, por ejemplo, con distintas restricciones a la propiedad privada, que no se entendía como un dominio absoluto de la cosa poseída –la tierra, por ejemplo –por parte del propietario. Los debates sobre la acumulación originaria nos recuerdan que la limitación de nuestro menú colectivista se produjo a través de una violenta dieta expropiadora.

Le escuché decir que el capitalismo no le resulta un sistema social particularmente eficiente. ¿A qué se refiere?

Es una argumentación clásica del marxismo. Realmente el capitalismo es un sistema incapaz de aprovechar socialmente las inmensas fuerzas productivas que pone en marcha. El aumento de la productividad debería permitirnos relajarnos, descansar y dejar que las máquinas trabajen por nosotros. En vez de eso, los ciclos capitalistas de reproducción ampliada nos condenan al paro, las crisis de acumulación y la destrucción ecológica. Dicho esto, y para ser honrado, esta argumentación suena bien pero tiene truco. Que el capitalismo sea incapaz de aprovechar sus propias fuerzas productivas no significa necesariamente que exista otro más eficaz, capaz de hacerlo mejor.

Renunciar a la burocracia o incluso al poder coercitivo del Estado es un suicidio ecosocial

Dedica una sección entera del libro a la cuestión de la burocracia. ¿Por qué es tan importante a la hora de pensar en la relación entre los comunes y la transición ecosocial?

Burocracia es un término tan cargado de connotaciones negativas que seguramente deberíamos pensar en otra palabra. En sociología usamos el término para designar la racionalización de la gestión de una gran organización, ya sea pública o privada. Los comunes a menudo se reivindican como una solución a las irracionalidades y defectos de ese tipo de organización burocrática. Ahí yo creo que se da un patrón que a veces pasa desapercibido. Muchas de las reivindicaciones de los comunes más ambiciosas proceden de lugares con políticas de bienestar públicas muy deficientes, en los que el Estado mantiene una relación de absoluta complicidad con las clases altas y las grandes empresas. Para alguien que viva en un país con servicios sociales públicos relativamente avanzados y en los que incluso se ha dado algunos pasos en la democratización de las instituciones burocráticas, seguramente no está tan claro el beneficio de optar por modelos comunales paraestatales. En territorios con una institucionalidad pública sólida, los comunes tradicionales pueden ser vistos como un paso atrás, en la medida en que en una sociedad de masas cualquier iniciativa comunal universalista inevitablemente acabará necesitando de algún tipo de organización formal y parece más sensato tratar de democratizar comunalmente las organizaciones públicas ya constituidas que empezar de cero. Esta dialéctica es muy evidente en los retos de la transición ecosocial. Uno de los motivos por los que las propuestas comunales son populares en el campo del ecologismo es que las políticas estatales han sido no sólo cómplices sino protagonistas de la crisis medioambiental. Pero al mismo tiempo, la racionalidad burocrática permite impulsar cambios coordinados de enorme envergadura y a una velocidad asombrosa. Algo que en el contexto de la crisis ecológica es crucial. El mejor ejemplo de esta contradicción seguramente sea China. Por un lado, es el país del mundo que más CO2 emite. Por otro lado, está impulsando la descarbonización a un ritmo que hoy es sencillamente impensable para cualquier otro país sin esa capacidad de intervención gubernamental. En la transición ecológica necesitamos eficacia y rapidez. Políticas públicas de una magnitud enorme que cambien el mundo. Renunciar a la burocracia o incluso al poder coercitivo del Estado es un suicidio ecosocial. Pero al mismo tiempo necesitamos cambiar el sentido común compartido. Aunque sólo sea para que esas políticas de asalto no generen un rechazo popular sino que sean asumidas, impulsadas y defendidas por la ciudadanía. La lógica comunal –la participación, el autogobierno…– es muy eficaz a la hora de integrar en la vida cotidiana esos cambios normativos que, no nos engañemos, implican sacrificios.

Entonces, ¿es posible una transición ecológica justa? 

Sí, siempre que no pensemos que justo significa angélico. La crisis ecológica tiene una característica a la que las fuerzas políticas de izquierdas están poco acostumbradas: la urgencia. En general, tendemos a pensar que el ciclo largo, la larga duración histórica, juega a favor de las opciones progresistas. Con la crisis medioambiental es evidente que no es así. A veces se dice que la paciencia política es para quien se la puede permitir. En este caso nadie se la puede permitir. Y tenemos que asumir esa tarea inaplazable en una situación de inmensa debilidad política: con una mala mano de póker con la que tratar de ganar una partida de ajedrez. Las élites económicas y políticas están maniobrando para que la transición preserve o incremente su poder, y yo diría que les va muy bien. Pero incluso si no se diera esa situación de debilidad, la transición ecológica estaría llena de contradicciones y resultados insatisfactorios. Una transición justa es un proceso de cambio en el que los costes y sacrificios se distribuyen atendiendo a las distintas necesidades. Y algo así implica inmensas dificultades colectivas, algunas tan básicas como que nuestras evaluaciones son comparativas: por ejemplo, la gente que tiene poco dinero compara su situación con la vida de privilegio que llevan los españoles ricos, no con los nigerianos pobres. Es un sesgo inevitable que todos tenemos y que produce sensaciones de agravio que dificultan mucho las políticas medioambientales. Pelear en serio por una transición justa es asumir el carácter conflictivo y limitado de los arreglos a los que podemos llegar.

En las últimas décadas, el concepto de los comunes ha ganado cada vez más relevancia. Sin ningún género de duda, se ha convertido en uno de los términos clave en cualquier discusión política y teórica acerca de las posibilidades de transformación ecosocial. En este contexto, el filósofo y sociólogo César...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Hugo de Camps Mora

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí