1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

LA COLMENA DE CRISTAL

¡Que vienen los rusos!

Notas sobre lo importante, lo trascendente y otras pamplinas

Ignacio Echevarría 21/06/2024

<p>Pedro Sánchez recibe a Volodimir Zelenski a su llegada al Palacio de la Moncloa, el 27 de mayo de 2024. / <strong>Borja Puig de la Bellacasa (La Moncloa)</strong></p>

Pedro Sánchez recibe a Volodimir Zelenski a su llegada al Palacio de la Moncloa, el 27 de mayo de 2024. / Borja Puig de la Bellacasa (La Moncloa)

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

02.05.24

Impresionante este vídeo de Isabel Díaz Ayuso presidiendo la parada militar del 2 de mayo en Madrid. Imposible glosar con palabras su compostura, esa gestualidad aniñada, la expresión tímidamente retadora, como de niña traviesa haciendo la Primera Comunión. Increíble la ceremonia entera, propia de una ópera bufa, o de una adaptación moderna de Ubú rey. Pero más increíble aún es que el Ministerio de Defensa de un Gobierno que se declara de izquierdas haya autorizado, como número estelar del guiñol ayusista, una exhibición de la Patrulla Águila del Ejército y del Espacio que con sus cazas dibujó en el cielo madrileño la bandera de España. Se trata de una gentileza, al parecer, de la siempre inspiradísima y marcialísima ministra Robles, la gran perla de este Gobierno. Por lo visto, nunca antes se había consentido algo así para actos relativos a festejos de ámbito autonómico. ¿Y cuánto habrá costado el regalito? Empezamos bien el mes.

04.05.24

Gran escandalera a propósito de la decisión del ministro Urtasun de suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia. En el fuego cruzado de apologías y agravios, cómo no recordar los posicionamientos respecto a las corridas de Rafael Sánchez Ferlosio, que en su día fue muy aficionado a “la fiesta”, hasta el extremo de emplearse como cronista taurino. Corría el año 1980 y desde las páginas de Diario 16, en plena Feria de San Isidro, escribía cosas como ésta: “Confesaré que a mí, personalmente, me gusta ver corridas, pero me tiene sin cuidado el porvenir de semejante institución cultural. No me parece motivo suficiente para conservarla el hecho de que pertenezca a las esencias de la españolez, porque antes habría que justificar que esas esencias deban ser conservadas o averiguar si los españoles deben seguir pareciéndose a sí mismos”. En una de sus crónicas, Ferlosio salía al paso de una polémica suscitada por el efímero ministro de Cultura Ricardo de la Cierva cuando declaró confusamente que los toros eran “anticultura”. La crónica en cuestión se titulaba “Los toros como Antiespaña” y no tiene desperdicio, mucho menos leída al calor de la reciente actualidad. Los escritos de Ferlosio a propósito de los toros constituyen, en su conjunto, una lectura fascinante, con su mezcla de atracción y rechazos, ya desde las agudísimas consideraciones volcadas en Las semanas del jardín (1974). Están todos recogidos en la edición de los Ensayos completos de la que me ocupé en su día (Debate), y El Paseo Editorial tuvo la buena iniciativa de reunirlos monográficamente en un volumen titulado Interludio taurino y otros textos sobre los toros (2022). Pero en los cuadernos de notas de Ferlosio se conservan un montón de apuntes inéditos que algún día habrá que exhumar oportunamente. Con algunos de ellos armó una de sus últimas tribunas, “Patrimonio de la Humanidad”, que dio ocasión a una réplica airada de Mario Vargas Llosa, valedor entonces de Esperanza Aguirre, a la que Ferlosio clavaba una banderilla en su artículo. Éste terminaba con las siguientes palabras: “La corrida de toros revela la inclinación gestual del alma de los españoles, tantas veces gesteros en el café, gesticulantes en la plaza. Mi ferviente deseo de que los toros desaparezcan de una vez no es por compasión de los animales, sino por vergüenza de los hombres”.

06.05.22

Los escritos de Ferlosio a propósito de los toros constituyen, en su conjunto, una lectura fascinante

Aunque este mes de mayo no está siendo particularmente caluroso, el verano apunta, y como cada año las indumentarias se aligeran y exponen a la luz zonas de la piel que llevan meses tapadas. Por lo que toca a las mujeres, brazos y piernas y hombros y escotes y cinturas se sacan a relucir, y la piel aún no curtida por el sol acusa su propio desnudamiento. Hay algo de intimidad al descubierto en esta palidez de pronto exhibida, que enciende y escandaliza las miradas rijosas (“escándalos de nieve”, decía el padre Benito Jerónimo Feijoo para referirse a los pechos de las mujeres). La cosa guarda una remota semejanza con el efecto que produce una oveja recién esquilada. Con esta peregrina asociación latiéndome en la cabeza, llamó mi atención el siguiente pasaje de Viaje a la Alcarria, de Camilo José Cela: “Unos trasquiladores, muralla adentro, pelan ovejas en una cuadra que da a la calle. El vellón sale entero, como una camiseta, lleno de grasa, y las ovejas se quedan en cueros vivos, flacas, ventrudas, desgarbadas. Unos niños miran, viciosamente, mientras sonríen en silencio. El ver trasquilar ovejas, en una cuadra más que tibia, ardorosa, y llena de un olor acre, profundo, es sin duda un espectáculo adormecedor, una incitación ancestral que ayuda a poner los mocitos en sazón cuando, sin pararse a ver por qué,se mezclan la cachondería y la crueldad en un remoto, inconfesable hervor de la sangre”. Qué trazas se da siempre Cela para detectar los elementos más primitivos, más animales del sexo y cuanto lo rodea. El ingrediente de crueldad que Cela detecta en la escena me lleva, por cierto, de nuevo mediante una peregrina asociación, a recordar las terribles fotos de Robert Capa tomadas en la localidad francesa de Chartres en 1944. En ellas se ve a una multitud vejando a una muchacha a la que acaban de rapar la cabeza por haber mantenido relaciones con un soldado de las fuerzas de ocupación alemanas. La muchacha lleva un bebé en brazos, y sólo lo mira a él, sólo a él, tratando así de abstraerse de las risas y los escarnios de las mujeres que la escoltan y la increpan.

08.05.24

¿Por qué demonios se está extendiendo a toda prisa la costumbre de hablar por teléfono dando volumen a la voz del interlocutor? Trato educadamente de corregir este estúpido uso toda vez que –con frecuencia creciente– me incordia, y sólo cosecho perplejidades y enfados. Esto de hacer pedagogía social me va a costar cualquier día un disgusto.

14.05.24

Al menos una vez a la semana converso con Gonzalo Torné para ver cómo empujamos juntos el Ministerio de CTXT. Un pretexto como cualquier otro para intercambiar ideas y observaciones, y reírnos juntos de algunas cosas. Por ejemplo, de la alarmante proliferación, entre el establishment cultural, de actitudes y retóricas comparables a las que, hace nada menos que cuarenta años, Rafael Sánchez Ferlosio denunciaba y ridiculizaba en una tribuna justamente famosa. El caso es que, entre jerarcas culturales lo mismo que entre escritores y artistas de toda laya, se aprecia una cada vez más sonrojante ausencia de pudor, una frivolidad cada vez más desinhibida. Sirva este introito para encuadrar una de las primeras iniciativas del flamante director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade. Ni corto ni perezoso, se ha apresurado a suscribir un acuerdo con la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME) para renovar el vestuario de los vigilantes del museo. Con este propósito, la ACME convocó un concurso que ha ganado la firma barcelonesa Lola Casademunt by Maite, “habitual de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid”. Copio los datos de la noticia tal y como la transmite la agencia EFE. Lola Casademunt ganó el concurso  “con una propuesta de aires orientales, una colección de prendas sin género, que incluye un abrigo acolchado en color negro con un adorno en el cuello que simula una bufanda, una chaqueta con pliegues orgánicos como si de un origami se tratase, camiseta con el logo corporativo en blanco, pantalones de corte culotte y deportivas fabricadas con ecopiel. Una estética nipona que se acompaña con un pañuelo en un satén bicolor, unos uniformes ‘cómodos, versátiles y sofisticados’, según la creadora”. Por su parte, Manuel Segade ha valorado la capacidad del diseño de Casademunt para adaptarse a todo tipo de cuerpos, “generando al mismo tiempo un volumen interesante y una silueta singular que será muy bien percibida en las salas”. De los atuendos ideados por Casademunt le gusta a Segade, muy particularmente, el “toque asiático y acento urbano, muy adecuado para un museo de arte contemporáneo”. La diseñadora añade que sus propuestas son siempre “una simbiosis entre arte y moda, dos disciplinas que se combinan a la perfección a través de estas prendas en las que destaca la elegancia y la sobriedad”. La firma Lola Casademunt by Maite “es una empresa de moda y accesorios femenina que cuenta con más de 23 tiendas propias, y tiene también presencia en mercados internacionales como Europa con más de 550 puntos de venta”. Todo ideal, como puede verse. Y muy oportuno, en estos tiempos de abundancia. ¡Vayamos todos al Reina Sofía para ver los nuevos uniformes! Me imagino la cara de circunstancias de los pobres vigilantes obligados a disfrazarse de judocas o de camareros de restaurante japonés de postín, luciendo su “volumen interesante” y su “silueta singular”. Bien por Segade, aficionado él mismo a las indumentarias sofisticadas, sin género, de aires asimismo “orientales”, por decir algo. Qué gran y esperada iniciativa la suya, qué prometedora de los rumbos de su gestión. El exministro Iceta debe de estar contentísimo.

15.05.24

Tengo una pésima memoria, más aún en lo relativo a mi infancia, que discurrió rodeada por toda una tribu de hermanos. Mi memoria infantil es coral, me resulta muy difícil segregar mis propios recuerdos de los de mis hermanos, unos y otros amasados a través de los años en un mismo relato. A pesar de lo cual, juro solemnemente acordarme de los días del estreno en Barcelona –sería en 1967 o 1968, estimo– de la célebre comedia norteamericana ¡Que vienen los rusos! (1966), dirigida por Norman Jewison. Estaba yo en casa de mis abuelos paternos, y escuché a mis tíos comentar la película, cuyo título contribuía a agitar los fantasmas cultivados por mi imaginación a raíz de tantas tertulias de sobremesa en que unos y otros no se abstenían de echar una y otra vez leña al fuego del infierno que ardía en la Rusia soviética. ¡Que vienen los rusos! Por mucho que cueste creerlo, crecí atenazado por este miedo. Lo he recordado al leer hoy en La Vanguardia una entrevista con el pensador y expolítico canadiense Michael Ignatieff, último Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Su titular reza: “Si Putin gana en Ucrania no creo que en 25 años haya una Europa”. Otro de los viejos intelectuales liberales enrolado en la “cruzada” democrática contra Rusia, con soflamas que dejan cortas las que aterrorizaban mi infancia. “Estamos en guerra. Los europeos están muriendo. La cuestión es si la guerra se extenderá. Si no detenemos a Putin en Ucrania, no podemos estar seguros de la seguridad del resto de Europa. Hay que detenerlo aquí. Decirle que no se pueden cambiar las fronteras en este continente por la fuerza. Y si lo intentas, te detendremos. Si logra violar la soberanía de un Estado europeo y aplastar una democracia, a 50 millones de personas que quieren vivir en libertad como lo hacen los españoles, no creo que dentro de 25 años haya una Europa”. ¿No hay nadie que le sugiera a Ignatieff echar un vistazo al menos a los artículos que en esta revista publica Rafael Poch sobre la guerra de Ucrania? Le haría un favor. Quien hace tales declaraciones es el mismo que, poco antes, en relación a la creciente polarización de la política española, comenta: “Para algunos, es un retorno de la guerra civil reprimida, de las divisiones internas de la sociedad. No lo creo. España ha tenido 50 años de fantástico éxito desde el fin del régimen de Franco. Es una de las grandes historias de éxito europeas”. Un lince.

¿No hay nadie que le sugiera a Ignatieff echar un vistazo al menos a los artículos de Rafael Poch sobre la guerra de Ucrania?

Ya puesta a rodar la memoria, rescato otro recuerdo de infancia, este más bien de adolescencia. Sería por los primeros años setenta. Yo cursaba bachillerato en el colegio de la Salle Bonanova, en Barcelona. Ese año teníamos como tutor al hermano Busqued, de la vieja guardia. Un anciano pirado que nos imponía el rezo del rosario y que un día llegó a clase provisto –lo juro– de unos impresos que distribuyó entre todos nosotros y que debíamos cumplimentar y firmar. Se trataba de una campaña de recogida de firmas dedicada a pedir, no sé a qué tipo de instancia, la conversión de Rusia al cristianismo, invocando la intercesión de la Virgen María. Recuerdo como si fuera hoy el respeto y la admiración que sentí por el único compañero de clase –Olivé se apellidaba– que le dijo al hermano Busqued que él no pensaba firmar eso. A mí ni se me había pasado esa posibilidad.

17.05.24

Distraídos venceremos, tituló el poeta brasileño Paulo Leminski su libro quizá más conocido. Me lo recuerda una amiga justo cuando acabo de leer, citada en una entrevista a Bruno Latour, esta frase del historiador francés Paul Veyne: “Las grandes transformaciones son tan sencillas como el movimiento que hace alguien que duerme para darse la vuelta en la cama”. No sé bien si hacer una lectura optimista o pesimista de estos dos enunciados.

¡Paul Veyne! Hace más de treinta años había dejado yo mi trabajo en Tusquets Editores y me había lanzado a la intemperie en que subsiste el proletariado editorial realizando todo tipo de trabajos: informes de lectura, correcciones tipográficas, traducciones del francés… Estas últimas me las procuraba sobre todo Alberto Cardín, que tenía buenos contactos con la editorial Júcar. Uno de los primeros libros que Júcar me encargó traducir fue Le pain et le cirque (1976), de Paul Veyne, un monumental estudio sobre el evergetismo en la antigua Roma. Se conoce por evergetismo (de evergeta, ‘bienhechor’) el complejo y competitivo sistema de dádivas que las grandes fortunas de Roma distribuían entre la plebe a efectos de ganarse su favor y consolidar su prestigio. Podría contarles cosas asombrosas acerca de esta práctica, ya común en la Grecia clásica, y que sobrevive en cierto modo en la arraigada tradición estadounidense del mecenazgo y, más subliminalmente, en los mecanismos que rigen los grandes medios de comunicación de masas, el deporte y, en general, todas las herramientas indirectas de control social. El caso es que, cuando estaba a punto de finalizar la interminable traducción de Le pain et le cirque (¡ochocientas páginas!) se me fundió el ordenador –era el primero que tenía– y hube de repetirla palabra por palabra. Para más inri, la traducción nunca llegó a ver la luz (quiero pensar que no por culpa de mi labor) y ese libro extraordinario, supongo que debido a su extensión disuasoria, permanece aún hoy inédito en castellano. Muchos años después un amigo editor me propuso publicar mi vieja traducción, pero para entonces yo ya había perdido los archivos correspondientes. Nunca he sido bueno para los negocios.

18.05.24

“Dudé durante horas / antes de matar al bicho. / Al final, / era un bicho como yo, / con derechos, / con deberes. / Y, sobre todo, / incapaz de matar un bicho, / como yo” (Paulo Leminski).

22.05.24

Cansado de currar, me conecto un rato al debate parlamentario que se emite hoy en directo. Tengo suerte: acaba de hablar Errejón y sube al estrado Gabriel Rufián. Me gusta el estilo de Rufián. Agradezco que apenas eche un vistazo a sus papeles. Esa sensación de peligro que siempre genera. Esa forma tan suya de interpelar, de tocar las narices, de irritar sin acaloramiento ni violencia, siempre con tranquilidad, con sorna soterrada. Uno lo escucha pensando que allí puede pasar algo, por muy previsible que sea el marco de su discurso. Por cierto: para cuándo la prohibición de los móviles en el Congreso, mucho más urgente que en los colegios. Para cuándo la prohibición de leer lo que va a decirse, todo lo más llevar una carilla con notas. Si usted no sabe decir lo que se propone decir, oposite a funcionario o a cuadro de partido, pero no sea diputado.

25.05.24

Polémica en Barcelona a propósito del cierre del Park Güell durante dos días, para la presentación de la Colección Crucero 2025 de Louis Vuitton. El alcalde Collboni hace oídos sordos a las quejas de los vecinos y de un sector de la ciudadanía, dado que está previsto que el impacto económico del desfile en la ciudad ronde los 400 millones. Muy comprensivo, Pietro Beccari, director general de la marca, declara: “Por supuesto, si hay alguien en la ciudad que no quiere turistas, entiendo las críticas. Pero si no, creo que también pone en escena la importancia cultural de Barcelona en el mundo, habrá miles de búsquedas en Google sobre Gaudí, porque hay hermosas imágenes de los mosaicos y el parque”. Justo lo que nos hacía falta a todos. Preguntado acerca de qué puede hacer alguien tan influyente como Bernard Arnault, el dueño de Vuitton, por este mundo en crisis, Beccari responde: “Nadie necesita un bolso Louis Vuitton para vivir, nadie. Pero mucha gente necesita un bolso Louis Vuitton para ser más feliz, para estar más motivado, para inspirarse, así que creo que eso es lo que podemos hacer nosotros. Y tratamos de hacerlo lo mejor posible”. Algo así debe de ser lo que entiende Collboni por obra social.

27.05.24

“Lo más importante y trascendente es ayudar a Ucrania lo más rápido posible”, ha declarado Pedro Sánchez tras reunirse con Zelenski e informar de que España ayudará a Ucrania con más de mil millones en ayuda militar, solo en este año 2024. Porque sin duda ayudar a Ucrania es “lo más importante y trascendente”.

30.05.25

“Y entonces fui al ángel y le dije que me diera el librito. Y él me dijo: Tómalo y devóralo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel. Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré, y fue en mi boca dulce como la miel; y cuando lo comí, me amargó las entrañas” (Apocalipsis 10:9).

02.06.24

Otra vez la Feria del Libro de Madrid. Qué poco me gustan las ferias, de lo que sea. Tanto menos si, como las del libro, se rebozan de fraseología ecuménica y humanista. Por debajo de ella, los objetivos son, cómo no, vender, vender, vender. Y no sólo eso, también crecimiento, crecimiento, crecimiento. Batir récords de ventas, de visitantes. A costa de lo que sea. Las bocas, eso sí, llenas de la palabra CULTURA. Sin dejar por eso de estar atentos a si viene o no la reina a dar su tradicional paseíllo, escoltada por el alcalde Almeida, por el ministro Urtasun, por la delegada Marta Rivera de la Cruz, por la concejala Andrea Levy... La flor y nata. Cultura, cultura. “El año pasado llegamos a los once millones de facturación y al millón y medio de visitantes”, explica jactancioso Daniel Fernández, eficiente y siempre jovial presidente de la Federación del Gremio de Editores de España. Este año, a por más. ¡A por más! Cultura, cultura. Y para que quede claro de qué hablamos cuando hablamos de cultura, el tema vertebral de esta 83ª edición de la feria es el deporte. “El deporte ilumina la Feria”: tal es el estupendo eslogan que abanderan este año los organizadores. Crecen las ultraderechas en todo el mundo, se juega a la guerra nuclear en Ucrania, llueven bombas sobre Gaza, millones de personas se hallan al borde de la hambruna en Sudán, pero a la industria del libro no le corresponde ocuparse de estas cosas, adónde íbamos a parar. Lo suyo es la cultura, qué demonios. Por eso trae como invitado de honor al periodista y divulgador francés Pierre Assouline, que participa con Leila Guerriero y el exfutbolista Miguel Pardeza en una mesa redonda sobre “Lectura y deporte”. Y, ya que se pasea por Madrid, compiten por entrevistarlo unos y otros. De origen sefardí, Assouline aprovecha para decir que lo que está pasando en Gaza es “muy triste”, sí, muy triste... Pero, ¡ojo!: “Es consecuencia de otra guerra, que duró un día y que pasó el 7 de octubre. 1.200 judíos muertos. El equivalente en España hubieran sido decenas de miles de muertos”. ¡Imagínense! De ahí que el bueno de Assouline, muy contrariado, declare sentirse “muy triste” también “por la postura del Gobierno español con el conflicto de Gaza”. Y añada, tristísimo: “Yo voto a la izquierda, y voté a Pedro Sánchez [Assouline tiene la nacionalidad española]. Pero estoy muy decepcionado”. Se diría que Sánchez y Yolanda Díaz pretenden, como él dice, “la supresión de Israel”. Pero lo que a Assouline le preocupa más que nada es “el creciente antisemitismo desatado en Europa y en Estados Unidos”, que atribuye a dos “culpables”: “Por una parte, el activismo virulento de extrema izquierda, y luego el activismo de los Hermanos Musulmanes, que están muy bien organizados. Esa conjunción ha creado, por ejemplo, el boicot de la universidad occidental. Estoy muy inquieto con la situación”. Lo de Assouline es un no vivir, ya que, por si todo esto no fuera suficiente, le preocupa también, dice, “la muerte del espíritu crítico”. Y sobre todo un dato verdaderamente terrible (que su agudo espíritu crítico le mueve a destacar muy por encima de la masacre de 36.000 palestinos): “El antisionismo ha adoptado por completo la retórica del antisemitismo: el 7 de octubre ha liberado el antisemitismo en el mundo, que estaba agazapado”. Ya de paso, el mismo Assouline, siempre con infinita tristeza, se pronuncia contra la Ley de Amnistía.

Llueven bombas sobre Gaza, pero a la industria del libro no le corresponde ocuparse de estas cosas, adónde íbamos a parar

04.06.24

“La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes sólo se alimentan de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados. Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto. Entonces, todo el tema se reduce a esta pregunta: ¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?” (Paul Valéry).

05.07.24

Algo saturado de Kafka, con el que llevo ocupado demasiado tiempo, me zambullo en una gruesa biografía de Constantino Kavafis, al hilo de la cual releo toda su poesía. No he dejado de revisitarla ocasionalmente desde el deslumbramiento y la devoción que –a mí como a tantos– me despertó cuando era joven. Me preguntaba si ha envejecido o, sencillamente, ha caducado. De un buen puñado de poemas no cabe decir eso en modo alguno. De los demás, sí es cierto que a veces hay que atravesar capas y más capas superpuestas de malas imitaciones, de ecos estridentes, de amanerados pastiches para rescatar la nota original, genuina. Se diría que no cabe pensar en dos escritores más alejados entre sí que Kafka, el judío praguense de ideales ascéticos y conciencia atormentada, y Kavafis, el alejandrino refinado, cultivador de un helenismo recalcitrante y decadentista, erigido en paradigma del Eros gay. Pero, imbuido aún de Kafka, no puedo dejar de establecer conexiones entre él y Kavafis. La vida de éste abarca completa la de aquél. Nacido en 1863, Kavafis murió en 1933; mientras que Kafka, nacido en 1883, falleció en 1924. Fueron, pues, en un sentido íntegro, contemporáneos, por mucho que cueste visualizarlos como tales. Los dos trabajaron la mayor parte de su vida en un puesto funcionarial: Kafka, en el Instituto de Seguros de Accidentes de Trabajo de Praga; Kavafis, en una oficina gubernamental dependiente del Ministerio de Obras Públicas de Egipto. Los dos fueron escritores en una lengua culta y minoritaria en relación a su entorno: el alemán entre checos, en el caso de Kafka; el griego entre árabes, en el caso de Kavafis. Los dos, muy reservados a la obra de publicar, alcanzaron en vida una considerable pero restringida reputación, que se disparó después de su muerte. En cuanto a sus temas, obsesiones, motivos... cabe decir poco, siendo el uno narrador y el otro poeta, y habiéndose formado los dos en tradiciones completamente distintas, por no decir divergentes. Así y todo, conforme al mecanismo asociativo de lo que Dalí llamaba “método paranoico-crítico”, mi oído reconoce leves sintonías entre ambos escritores, obvias en algunos apólogos kafkianos que tiene por asunto los mitos clásicos; más sutiles en unos contados poemas de Kavafis, como éste de 1896, titulado “Murallas”:

Sin consideración, sin piedad, sin recato,

grandes y altas murallas en torno mío construyeron.

Y ahora estoy aquí y me desespero.

Otra cosa no pienso: mi espíritu devora este destino;

porque afuera muchas cosas tenía yo que hacer.

Ah, cuando los muros construían, cómo no estuve atento.

Pero nunca escuché ruido ni rumor de constructores.

Imperceptiblemente, fuera del mundo me encerraron.

07.06.24

“Sentir la pulsación vital de las luchas colectivas, reivindicaciones y manifestaciones genera una intensa emoción poética.” Lo dice Alba E. Nivas en una estupenda entrevista que le hace Esther Peñas y que se publica hoy en el Ministerio de CTXT. Se habla mucho, en estos últimos tiempos, de reinventar el imaginario de la izquierda, de proponer una alternativa al monopolio de la imaginación que detenta el capitalismo. Pero a la espera de que eso tenga lugar, me pregunto si no cabría explotar mejor esa “intensa emoción poética” de la que habla Nivas. Digo “mejor” porque sin duda se ha explotado, y se sigue explotando, a menudo incurriendo en el kitsch del buenismo. Pero todos hemos experimentado esa genuina emoción poética en libros, poemas, canciones, películas que han sabido pulsarla adecuadamente. La sentimos también, epifánicamente, en momentos muy concretos de nuestra vida ordinaria, o al leer según qué noticias en la prensa. Esa “intensa emoción poética” es una potente herramienta de concienciación, de movilización y de transformación que sospecho que la izquierda ha infravalorado e infrautilizado. La apresurada anatemización del realismo socialista (variante kitsch de un realismo crítico y social que, pese a la condescendencia de que suele ser objeto, sigue arrojando frutos espléndidos) parece haber disuadido para siempre a una inmensa mayoría de escritores y artistas temerosos de amagar siquiera una épica positiva de la resistencia, del combate. Si bien novelistas tan distintas y tan solventes como Belén Gopegui o Ali Smith no han dejado de experimentar atrevidamente vías por las que reformularla. Pero la cultura dominante parece haber impuesto una nota elegíaca, cuando no trágica, a todo amago de representación de “luchas colectivas, reivindicaciones y manifestaciones”. Se diría que sólo cabe hacerla desde la ética de la derrota y la estética del fracaso. Pero nada dice que tenga que ser así. Y entretanto, qué desperdicio.

08.06.24

“Somos mucha gente, Ana. Cambiaremos tu vida.”

(Mensaje dejado por sus alumnos a su maestra en un colegio público de Madrid.)

09.06.24

Leo que la Feria del Libro de Madrid sirvió de marco a una charla con el multipremiado escritor ruso Mijaíl Shishkin sobre su libro Mi Rusia (Impedimenta). En la entrevista que concedió poco antes a El País, y que se publicaba ayer, Shishkin lanza, también él, sus tronantes avisos sobre la amenaza rusa para Europa, señalando a Putin como la encarnación misma del diablo. Y advierte, desolado: “Hubo líderes blandos que quisieron apaciguar a Hitler y gracias a aquello llegaron otros fuertes capaces de frenarle. Hoy no veo esos líderes, ni siquiera Macron. Ni Biden ni Trump van a poder vencer en esta guerra para salvar la democracia”. ¡Y dale! Por lo demás, si los vencedores han de ser Macron o Biden o Trump, no sé si vale la pena ganar esa guerra.

10.06.24

Cuando todavía se comenta en las redes la ostentosa –y bochornosa– exhibición, por parte de los “Javis”, del casoplón que se han hecho construir en Madrid, llama mi atención la fotografía con la que ilustra Enric Juliana uno de sus análisis políticos para La Vanguardia. En ella se ve a un demacrado, casi espectral, Fabio Mcnamara, antigua estrella de la Movida madrileña, besando un rosario durante una de las ya tradicionales concentraciones de beatas, sacristanes e iluminados en la calle Ferraz. ¿De aquellos polvos estos lodos? Cualquiera lo pensaría, observando la deriva de fantoches como Alaska, Mario Vaquerizo, Nacho Cano y tantos otros. No es cuestión de generalizar, pero sí de preguntarse –como invita a hacer Jordi Basté en una de sus columnas, también para La Vanguardia– si existe algún tipo de malentendido en el concepto que muchos se hacen de qué cosa sea la izquierda, confundiendo los planos de la ética y de la moral. Ya las derivas reaccionarias o fascistoides en que incurrieron no pocos de los representantes de las vanguardias históricas debería servir de advertencia: la provocación, el descaro, el espíritu transgresor, las costumbres “licenciosas”, las “conductas impropias” sólo de forma muy tangencial tienen que ver en algo con la izquierda. Otra cosa es que la izquierda haya abanderado la lucha por el derecho al matrimonio homosexual, la defensa de la diversidad, del colectivo LGTBI+ y tantos otros frentes en los que, de un tiempo a esta parte, ha conseguido avances mucho más palpables que en las políticas más ampliamente sociales. Pero de eso no se desprende que quienes abrazan cualquiera de esas “causas” sean exponentes de la izquierda, tanto menos si han acabado integrándose y triunfando en el marco de la cultura pop. Lo mismo da que hayan bebido de las contraculturas del signo que sea. Ni la contracultura, ni la subcultura, ni la marginalidad son patrimonio de la izquierda. Ser de izquierdas implica, entre otras cosas, comprometerse o al menos manifestarse a favor de una mayor justicia social, de una redistribución de la riqueza, lo que implica cierto pudor a la hora de hacer pública ostentación de lujo y de privilegios. En este sentido, el vídeo en que los Javis muestran su casa millonaria es toda una declaración de principios. O de finales. La repelente fraseología empleada por ellos mismos en tantas entrevistas, como en sus discursos cuando la recogida de los premios Goya, nada tiene que ver con la izquierda y sí con la más rancia ideología de la “superación”. A propósito de la Veneno decían en una vieja entrevista: “Ser visible es un acto político”. Y sin duda lo es, también cuando lo que se hace visible es una casa como la que ellos enseñan tan contentos.

11.06.24

“Nos negamos a escuchar a un orador vestido de camuflaje. El mandato de Zelenski ha expirado. Ahora solo ocupa el cargo como presidente de guerra y de mendicidad. Pero Ucrania no necesita ahora un presidente de guerra; necesita un presidente de paz que esté dispuesto a negociar para que cesen las muertes y el país tenga un futuro”. Son palabras del comunicado emitido por Alice Weidel y Tino Chrupalla, copresidentes de la formación ultraconservadora AfD, Alternativa para Alemania, para justificar el que sus diputados abandonaran el hemiciclo del Bundestag cuando Zelenski se disponía a intervenir, con su ya característico atuendo. También abandonaron el hemiciclo los diez parlamentarios del partido izquierdista Alianza Sahra Wagenknecht por la Razón y la Justicia (BSW), tras acusar a Zelenski de estar “contribuyendo actualmente a promover una espiral de escalada altamente peligrosa”, advirtiendo que “al hacerlo, acepta el riesgo de un conflicto nuclear”. No me tranquiliza suscribir posicionamientos que comparte la extrema derecha, y por supuesto que desconfío de sus motivaciones también en este punto (que sin duda no son las mismas que las de Alianza Sahra Wagenknecht), pero ante la ceguera suicida de la Europa atlantista, cualquier pronunciamiento en favor de la paz me resulta bienvenido, y mil veces preferible a la abominable imagen de un sonriente Olaf Scholz fotografiándose al lado tanto de Zelenski como de Netanyahu.

12.06.24

¡Bingo! La Comunidad de Madrid ha sido distinguida con el Premio Especial a la Gestión Sanitaria que concede el suplemento ‘A tu Salud’ del diario La Razón. El premio lo ha recogido la presidenta Ayuso, que ha aprovechado para recordarnos a todos que “ningún esfuerzo merece más la pena que el cuidado de la salud”. A lo que ha añadido: “Todos los españoles saben que cuando tienen un verdadero problema de salud, pueden acudir a la sanidad en Madrid, donde se les acoge con los brazos abiertos”. Como decía el excursionista aquel, colgado de un precipicio, en el chiste que contaba Eugenio: “Vale, sí, gracias, pero ¿hay alguien más?”.

13.06.24

Por otro lado, todos los españoles saben también que, si tienen un verdadero problema de vivienda, y la fortuna de disponer de 200.000 euros, pueden ir a Madrid y comprarse un coqueto ático con terraza como el que tan gentilmente nos invitan a visitar en este vídeo.

15.06.24

“La gloria de las mujeres consiste en carecer de ella” (Tucídides, II, 45, 2). Ya en la Antigüedad esta frase suscitó controversias (Plutarco polemizó con ella en Virtudes de las mujeres). Y es fácil imaginar las aprensiones a que da lugar en el marco de la lucha feminista. Pese a lo cual, cabe postular una interpretación positiva e incluso subversiva de estas palabras, así sea ignorando las intenciones de su autor. Surgiría de una suspicacia radical hacia el concepto mismo de gloria, al menos tal y como ha sido concebida fundamentalmente por mentalidades como la del mismo Tucídides. Su marco teórico podría ser el concepto de historia y de cultura acuñado por Walter Benjamin en sus famosas tesis de 1940. A las que bien podría servir de coda este “artefacto” de Nicanor Parra: “Primera condición de una obra maestra: pasar desapercibida”.

17.06.24

Harold Flender: La mayor parte de su obra trata sobre personas sin poder, sin país, sin nacionalidad, sin afiliación política y sin ni siquiera la posibilidad de elegir su ocupación; y, a pesar de ello, se comportan de acuerdo con un elevado sentido de la moral y muestran una fe muy intensa. ¿Insinúa con ello de alguna manera que los judíos salieron ganando al ser sometidos a restricciones y discriminación?

Isaac Bashevis Singer: Creo que no hay duda de que el poder es una gran tentación, y que aquellos que están en el poder acaban cometiendo injusticias tarde o temprano. Los judíos tuvieron la suerte de no tener ninguna forma de poder durante dos mil años. Aunque también abusaron del poquísimo poder que tuvieron durante ese tiempo, al igual que cualquiera en una situación de poder. Pero el caso es que, durante dos mil años, tuvimos la bendición de una falta casi absoluta de poder, por lo que nuestros pecados nunca fueron tan grandes como los de aquellos que tenían poder de verdad y podían decidir sobre la vida y la muerte de otros. (Entrevista de The Paris Review, 1968).

19.06.24

La noticia de hoy es que Noam Chomsky no ha muerto. Cada vez más, las buenas noticias terminan siendo ésta: que aquello que está por ocurrir, no ha ocurrido aún.

02.05.24

Impresionante este vídeo de Isabel Díaz Ayuso presidiendo la parada militar del 2 de mayo en Madrid. Imposible glosar con palabras su compostura, esa gestualidad aniñada, la expresión...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Ignacio Echevarría

Es editor, crítico literario y articulista.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

4 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Marcoafrika

    Magistral

    Hace 4 meses 29 días

  2. fguardo

    Excelente.

    Hace 4 meses 29 días

  3. juan-ab

    Como la sorpresa del roscón (en un roscón por momentos un tanto revenido), el diario de I.Echevarría siempre resulta muy gratificante.

    Hace 5 meses -1 horas 23 minutos

  4. gerardo

    Siempre es un placer leerte, Ignacio. No es adulación gratuita, es un hecho verificable. Que sigas bien. Un saludo.

    Hace 5 meses 29 minutos

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí