CÓMPLICES
La otra invasión de Israel
La FIFA evita pronunciarse sobre la demanda de la Asociación Palestina de Fútbol para que suspenda a los equipos israelíes y a la selección del país, cosa que hizo con Rusia
Ricardo Uribarri 10/10/2024
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El fútbol no se ha quedado al margen del plan de Israel para establecerse en territorio palestino. Desde hace años, y con la inacción de la FIFA, hay varios equipos israelíes jugando competiciones nacionales de su país en asentamientos en Cisjordania que son ilegales, como ha manifestado el Derecho Internacional Humanitario. A eso hay que unir las conductas discriminatorias y el racismo que estos clubes aplican hacia el pueblo palestino, según han declarado expertos de Naciones Unidas, y por encima de todo el asesinato de jugadores palestinos, además de la destrucción de infraestructuras deportivas en Gaza tras la ocupación israelí. ¿Qué hace el máximo rector del fútbol mundial? Mirar hacia otro lado y dar largas.
La Asociación de Fútbol Palestina (AFP) lleva años denunciando esta situación. Hasta en cinco ocasiones lo ha hecho en el Congreso de la FIFA desde 2014 sin lograr una solución. Su última demanda tuvo lugar en el mes de mayo, cuando en el congreso celebrado en Bangkok solicitó la suspensión inmediata de los clubes de fútbol israelíes y de la selección del país de las competiciones internacionales por la complicidad de la Federación Israelí de Fútbol (IFA) con las violaciones de los derechos humanos en territorio palestino por parte del Estado de Israel. El órgano del fútbol palestino justificó su petición en tres aspectos concretos: la violación del derecho internacional por la ocupación de Gaza; el racismo y la discriminación contra deportistas palestinos en dos clubes israelíes; y la violación de los estatutos de la FIFA por la participación en la liga de varios clubes israelíes procedentes de asentamientos ilegales en territorio palestino. El presidente de la AFP, Jibril Rajoub, instó ese día a la FIFA “a ponerse en el lado bueno de la historia”.
Hay varios equipos israelíes jugando competiciones nacionales en asentamientos ilegales en Cisjordania
La petición iba a ser tratada el pasado 20 de julio en una reunión extraordinaria de la FIFA, pero finalmente se retrasó hasta el 31 de agosto, cuando ya habían acabado los Juegos Olímpicos con la participación de la selección de fútbol de Israel. Llegada esa fecha, el organismo volvió a retrasar la decisión hasta el 3 de octubre, cuando se reunía el Consejo de la FIFA. En vez de tomar una resolución definitiva, lo único que ha hecho, siguiendo la recomendación de un informe elaborado por dos expertos jurídicos “independientes” (un mediador de la FIFA y un profesor del programa universitario del organismo), ha sido abrir dos investigaciones: una, encargada a la Comisión de Disciplina, sobre el presunto delito de discriminación planteado por la AFP, y otra, encomendada a la Comisión de Gobernanza, Auditoria y Conformidad, en relación con la presencia de equipos israelís en territorio palestino. Llama la atención que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, haya declarado que el Consejo del organismo “ha actuado con la debida diligencia en este asunto tan delicado”.
No es la primera vez que la FIFA tiene que abordar este asunto. En 2015 ya creó un comité especial para tratar la cuestión de los clubes israelíes que se asientan de forma ilegal en territorios palestinos, y dos años después, ya con el actual presidente del ente, ignoró el informe que sugería que la única opción que gozaba de legitimidad era la de expulsar a esos clubes. De esa forma desdeña sus propios estatutos, en cuyo artículo 4 se estipula que “cualquier discriminación contra un país o un grupo de personas puede ser castigada con la suspensión o expulsión”. O también el artículo 64.2, donde se lee que “las federaciones miembros y sus clubes no podrán disputar partidos en el territorio de otra federación miembro sin la aprobación de esta última”. Asimismo, en el artículo 65 se fija que “las federaciones, ligas o clubes afiliados a una federación miembro solo podrán unirse a otra federación miembro o participar en competiciones en el territorio de esa federación miembro en circunstancias excepcionales. En cada caso, ambas federaciones miembros, la confederación o confederaciones correspondientes y la FIFA deberán conceder la pertinente autorización”.
La FIFA también ha ignorado la recomendación del relator especial de la ONU sobre el Deporte, y la petición de 66 miembros del Parlamento Europeo, de miembros de los parlamentos suizo y danés; de miembros la Cámara de los Comunes del Reino Unido, de organizaciones de la sociedad civil, de aficionados y de organizaciones no gubernamentales como Human Rights Watch para que atienda la demanda palestina. El último requerimiento ha sido el de varios expertos de Naciones Unidas, que piden a FIFA que “exija a los clubes israelíes que respeten el derecho internacional”. Y en este sentido recuerda que la Corte Internacional de Justicia declaró en julio que la ocupación israelí de la Franja de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este es ilegal.
En este momento hay seis clubes israelíes jugando en asentamientos de Cisjordania, que Israel comenzó a ocupar en 1967, arrebatando las tierras de forma ilegal a los palestinos. Son Maccabi Ariel, Ironi Ariel, Beitar Givat Ze’ev, Beitar Ma’aleh Adumim, Hapoel Oranit y Hapoel Bik’at Hayarden. Además, hay otros dos que juegan en territorio de Israel pero que tienen registradas sus oficinas en los asentamientos: el Hapoel Yerushalayim y el Ironi Elitzur Yehuda. Todos ellos juegan en las tres categorías más bajas de las cinco que tiene la organización de fútbol israelí. En estos asentamientos no está permitida la entrada de ciudadanos palestinos, salvo aquellos que tengan un permiso especial de trabajo, por lo que a los estadios de estos equipos no se permite la entrada a ciudadanos palestinos, ni como espectadores ni como jugadores. Las facilidades que ofrecen estos clubes para disfrutar de servicios recreativos ayudan a que los asentamientos vayan creciendo con la llegada de más civiles israelíes a Cisjordania. Además, en las gradas de los equipos israelíes se han escuchado en numerosas ocasiones cánticos antiárabes.
En este momento hay seis clubes israelíes jugando en asentamientos de Cisjordania
La AFP también ha documentado la muerte de centenares de futbolistas palestinos (193 en el último año), la detención y tortura de muchos otros, la retirada forzosa de algunos tras ser disparados en las piernas, la denegación de permisos de circulación y la destrucción de varios estadios. Al mismo tiempo ha denunciado que varios jugadores de la selección de fútbol israelí son miembros de las fuerzas armadas y tiene documentados los casos de ocho futbolistas que apoyaron públicamente la invasión a Gaza en sus redes sociales. Uno de ellos incluso pidió “lanzar 200.000 toneladas de bombas y borrar Gaza de forma permanente”. Hace unos días, el secretario general de la AFP, Abu Hilal, fue detenido por unas horas por fuerzas militares israelíes mientras viajaba para unirse a la selección palestina en un partido de clasificación para la Copa del Mundo, un hecho que se ha repetido en otras ocasiones.
Llama la atención el modo de comportarse de la FIFA en este tema, demorando una decisión a la espera de un acuerdo de paz en la zona, cuando ha actuado de distinta manera en otras situaciones de características similares. Cuando Rusia invadió Ucrania, suspendió tanto a los clubes como a la selección rusa de todas las competiciones oficiales. Tampoco reconoce las asociaciones de fútbol de la República Turca del Norte de Chipre y de Crimea, por razones semejantes. ¿Qué provoca la demora en este caso? Infantino tendrá la respuesta, quizá relacionada con la intención de no incomodar al gran aliado de Israel, Estados Unidos, y su capacidad de financiar eventos futbolísticos. No debemos olvidar, como ha recordado estos días la jefa del departamento legal de la Asociación Palestina de Fútbol, Katarina Pijetlovic, que tras ser elegido en 2016 como presidente de la FIFA, la Asociación de Fútbol de Israel celebró su elección “porque es un amigo de Israel”. Y también manifestó que “mientras siga siendo presidente, será muy difícil sancionar a Israel”.
Estas declaraciones van en la línea de lo expresado por la jefa de comunicación de la Federación Israelí de Fútbol, Shlomi Barzell, tras la última decisión de la FIFA: “Quien fantaseaba con la suspensión del fútbol israelí del ámbito internacional o con sanciones mediante mentiras y acusaciones falsas, ha sufrido una derrota”. En estas circunstancias, a los responsables del fútbol palestino solo les queda elevar la voz para transmitir su desesperanza, como hace Pijetlovic: “La decisión de FIFA refleja una grave injusticia. ¿Tendremos que soportar otros dos años, similares a las experiencias de 2015-2017, solo para que se ignoren las recomendaciones? ¿Por qué disfrazarlo?”.
El fútbol no se ha quedado al margen del plan de Israel para establecerse en territorio palestino. Desde hace años, y con la inacción de la FIFA, hay varios equipos israelíes jugando competiciones nacionales de su país en asentamientos en Cisjordania que son ilegales, como ha manifestado el Derecho Internacional...
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Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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