CARTA A LA COMUNIDAD
Cambiamos de farola
Tras meses hablando de desafección informativa, en solo una semana en Bluesky hemos descubierto que no había una gran dimisión de lectores saturados por la actualidad, sino una gran manipulación en las tripas de la otra red social
Gerardo Tecé 25/11/2024
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Los ricos tienen agendas de contactos. Los pobres contactamos en farolas. Limpio casas. Cuido enfermos. Doy clases de Matemáticas. Suscríbase a este medio. Las farolas de CTXT y de tantos otros medios sin acceso a los teléfonos de políticos y empresarios que reparten el pastel mediático son las redes sociales. De eso vengo a hablarte en esta carta. Como sabrás, la red social que vio nacer este proyecto periodístico que está a punto de cumplir diez años fue Twitter. Allí nos conocimos, probablemente, allí interactuamos y allí decidiste que tal vez merecía la pena apoyar un medio pequeñito y libre como este. Una década después muchas cosas han cambiado en aquella gran farola que, con el tiempo, se fue llenando de carteles repletos de odio y mentiras hasta terminar enterrando cualquier otro mensaje. Twitter, ya lo sabemos, cayó en las manos de un multimillonario obsesionado con hacer de aquel lugar de encuentro un gigantesco altavoz de la ideología ultraderechista. En CTXT hemos debatido mucho sobre qué hacer con ese engendro ahora llamado X en el que el algoritmo es un poderoso militante en favor de la causa reaccionaria. Algunos, como yo, defendimos –y seguimos defendiendo– que si cuando los nazis entran a un lugar el resto abandona el sitio, ganan los nazis. Defendí durante meses mi postura de que no podíamos abandonar el engendro de Elon Musk porque los pobres necesitamos espacios, los que sean, en los que colgar nuestros carteles ofreciéndonos a limpiar, enseñar, cuidar o hacer periodismo. No podemos irnos, repetí internamente una y otra vez, porque no hay alternativa a esto que tenemos ahora y que no nos gusta. Pero en una semana eso ha cambiado. Todo indica que comienza a existir esa nueva farola.
Se llama Bluesky y no es perfecta. Sigue perteneciendo a fondos de inversión privados de los que poco se conoce, sigue sin ser una plaza pública sino un espacio que tiene dueños que el día de mañana podrían volver a ordenarle a ese perro de presa llamado algoritmo que muerda a quien resulte molesto para la línea ideológica de la propiedad. Lo sabemos, lo aceptamos y te anunciamos a ti, querido suscriptor, querida suscriptora, que desde este momento Bluesky será nuestra principal apuesta de comunicación en redes. Esa farola en la que pegaremos nuestros carteles saludándote, compartiendo nuestro trabajo, reflexionando sobre los asuntos de actualidad y desafíos a medio y largo plazo. En solo una semana ha comenzado lo que hace un mes parecía imposible: un gran éxodo en el que un millón de personas al día se abren cuenta en esta nueva red social huyendo del insoportable hedor a odio y bulos que en Twitter ha provocado la ultraderecha gracias a un algoritmo manipulado –lo confirman algunos estudios– y al uso de miles de bots dedicados a sembrar desinformación. Es decir, trumpismo puro.
Tras meses hablando de desafección informativa, en solo una semana en Bluesky hemos descubierto que no había una gran dimisión de lectores saturados por la actualidad, o que no solo era eso. Había también una gran manipulación en las tripas de esta red social que provocaba que nuestras piezas, contrarias a los postulados ultraderechistas, fueran escondidas a muchos usuarios. En esta semana muchos de vosotros nos habéis dicho en Bluesky que ahora volvemos a aparecer en vuestro muro informativo, cosa que en Twitter hacía tiempo que no os sucedía. En solo unos días hemos podido comprobar cómo las lecturas a nuestras piezas han aumentado gracias a la nueva red social, un indicio más de que el juego anterior estaba amañado. Un dato que os parecerá tan sorprendente como a nosotros es que, a nivel interacción a nuestras publicaciones, los poco más de 19.000 seguidores que CTXT tiene en Bluesky en el momento de escribir esta carta generan un impacto mayor que el de los más de 230.000 seguidores que tenemos en Twitter –me niego a llamarlo X–.
Cifras que nos hablan de una gran manipulación y que nos llevan a apostar por mudarnos a un lugar mejor, más sano, menos tramposo. Un sitio en el que el contexto, el análisis, el debate sosegado y los artículos en los que se trata al lector como un ser inteligente tengan el espacio necesario que se nos había robado en la farola anterior. No es que Bluesky sea una plataforma de izquierdas, ni mucho menos, es que simplemente no privilegia los bulos, los mensajes racistas, machistas u homófobos frente al resto de contenidos que quedan sepultados, que es lo que hace Twitter.
Después de un intenso debate interno, debate que abrimos a nuestros lectores hace algunos meses –mucho antes de que medios como The Guardian, en Reino Unido, o La Vanguardia, en España, decidieran salirse de Twitter porque cuando no necesitas farolas todo es más sencillo–, apostamos hoy por Bluesky como ese ecosistema en el que, ahora sí, comienza a haber una comunidad lo suficientemente grande y participativa como para que la mudanza sea posible. Pero una cosa no quita la otra y de momento no cerraremos la embajada en Mordor.
Sabemos que este debate sobre redes sociales, que para nosotras es hablar de nuestro pan, puede resultar elitista para algunas personas. Cuando la gente llega a casa por la noche reventada de trabajar, sentarse en el sofá y poner Antena 3 no es un acto necesariamente ideológico, sino una rutina de quien no tiene tiempo ni fuerza para plantearse mucho más. Para mucha gente, la manipulación mediática no es un problema prioritario cuando uno tiene asuntos más urgentes que resolver. Con Twitter pasa lo mismo, es ya casi una rutina para mucha gente, y esa red social sigue siendo nuestra tercera fuente de lecturas a pesar de las zancadillas algorítmicas. Es por esta gente –y esto es una opinión personal no consensuada con mis compañeros de CTXT– por quienes debemos seguir dando la batalla de algún modo en ese lodazal. No podemos permitir que quienes dejen caer su cuerpo y mente agotados en el sofá por la noche, al mirar el móvil queden únicamente expuestos a mensajes de odio y bulos sin mayor resistencia. Aunque el tablero esté inclinado, aunque las publicaciones de CTXT se oculten entre tanta desinformación, seguiremos estando en Twitter señalando y denunciando las trampas. Como digo, es sólo una opinión personal desde el sesgo de tener una comunidad tan grande en Twitter como poco cariño por las cifras y ganas de encontrar un sitio donde leernos merezca la pena.
Para terminar esto, que empieza a parecerse peligrosamente a un discurso en vez de una carta, quiero daros las gracias una vez más por seguir ahí y animaros, a quienes uséis las redes sociales, a seguirnos en Bluesky. Como andamos de mudanza y con todas las cajas apiladas, dejo por aquí una pequeña guía para que no nos perdamos de vista entre una farola y otra. Os dejo mi usuario en Bluesky (gerardotece.bsky.social) y abajo las cuentas de CTXT y de muchos de mis compañeros. Para que, un poco más acá o allá, nos sigamos teniendo cerca.
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Gerardo Tecé
Soy Gerardo Tecé. Modelo y actriz. Escribo cosas en sitios desde que tengo uso de Internet. Ahora en CTXT, observando eso que llaman actualidad e intentando dibujarle un contexto. Es autor de 'España, óleo sobre lienzo'(Escritos Contextatarios).
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