1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

  315. Número 315 · Diciembre 2024

  316. Número 316 · Enero 2025

  317. Número 317 · Febrero 2025

carta a la comunidad

Errejón y la tragedia

¿Y si esa transformación de la sociedad de la que hablaba ‘El País’ en su editorial, “que no tiene vuelta atrás”, esconde alguna involución?

Vanesa Jiménez 2/11/2024

<p>'Baco ebrio', escultura de Miguel Ángel en el Museo del Bargello en Florencia. / <strong>Rufus46 (CC BY-SA 3.0). Via Wikimedia Commons</strong></p>

'Baco ebrio', escultura de Miguel Ángel en el Museo del Bargello en Florencia. / Rufus46 (CC BY-SA 3.0). Via Wikimedia Commons

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Querida comunidad contextataria:

Os escribo esta carta porque necesito compartir algunas reflexiones con vosotras y vosotros, que considero importantes; tanto, que me han colonizado el cerebro hasta casi no dejar sitio para otra cosa. Pero hoy no os hablo como directora adjunta de CTXT; en esta ocasión no represento al medio en el que trabajo. Hoy soy solo Vanesa Jiménez, mujer, periodista, llena de dudas y contradicciones, y de preocupación y rabia.

El portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, dimitió el jueves 24 de octubre, 48 horas después de que se divulgara un testimonio anónimo de trato vejatorio y machista –“un político muy conocido”, un “psicópata”, un “monstruo”– en las redes sociales. CTXT no publicó una línea del asunto hasta el lunes 28. Seguramente, fuimos el único medio español que cuatro días después no había abordado el tema de forma pública. Y no por hacer gala de nuestro lema: “Orgullosas de llegar tarde a las últimas noticias”. La razón es que, pese a los intensos debates internos, que fueron constantes en los primeros días, fundamentalmente en nuestro consejo editorial, todas y todos asumimos que, sin tiempo para pensar y en medio del ruido atronador que gritaba en la misma dirección, era muy difícil enfrentarse a las aristas de un asunto tan complejo. El borrador con un editorial, reescrito ya mil veces, sigue en la carpeta ‘A editar’.

Yo decidí salvarme de la avalancha que lo arrastraba todo mirando las esquinas del hecho, más que al hecho en sí, donde se acumulaban las presuntas certezas. Informativamente, me parecía fundamental analizar el contexto –qué voy a decirles yo– y también pensar sobre el estado real del feminismo, y por tanto de las mujeres –también, o sobre todo, de las menos privilegiadas– más allá de supuestas victorias, siempre efímeras.

Sobre esto último, si atendía a los medios de comunicación o a las redes, la conclusión ya estaba en todos los titulares, y era clamorosa e indiscutible: el avance del feminismo es imparable. El editorial de El País del 26 de octubre es, posiblemente, el mejor ejemplo de este triunfalismo generalizado: “Errejón dimite, el feminismo avanza. La convulsión por el comportamiento sexual del portavoz de Sumar evidencia una transformación de la sociedad que no tiene vuelta atrás”. En las redes, la cosa iba a la par y las etiquetas del ‘MeToo’ y el ‘SeAcabó’ volvían a inundar las publicaciones.

No era fácil salirse de ese carril único en el que debíamos colocarnos si queríamos estar en el lado bueno/correcto de la historia

No era fácil salirse de ese carril único en el que debíamos colocarnos si queríamos estar en el lado bueno/correcto de la historia. Las sentencias ya estaban dictadas. Pero los caminos rectos no permiten reflexionar y los linchamientos son extraordinariamente violentos, qué contradicción, y como poco conducen a la melancolía. Porque eso fue lo que ocurrió, desde el principio. Y nosotras decidimos no sumarnos.

Los medios, en su mayoría, adoptaron el modo carrusel-partido-de-fútbol, que consiste en acumular últimas horas sin tino ni mesura. En esta ocasión, en vez de faltas, tarjetas o goles nos llegaba un testimonio, otro, otro más; una declaración, un tuit, más tuits, un vídeo, un comunicado… Todo rebosante de morbo, y también de olor a sacristía. La gran paradoja de esta pésima cobertura informativa es que los ataques más furibundos contra Errejón no han venido de los medios de la derecha. Han sido los periódicos, digitales, radios y televisiones que más apoyaron al exfundador de Podemos y Más Madrid los que han blandido la espada más afilada. Será por eso de la culpa, y porque en la lucha por ser los y las más feministas se pierde el raciocinio. De culpa deben ir sobradas también la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, y la ministra de Sanidad y líder de Más Madrid, Mónica García. En el camino a la salvación personal –como si alguien pudiera ya salvarse– lo han perdido todo, hasta la vergüenza y la humanidad.

Percibirse como víctima de violencia machista no admite para mí debate. Eres una víctima. Así asumí el primer relato anónimo que leí en la red social del amigo de Trump el día antes de que todo detonara. Y todos los que vinieron después en un muro de Instagram, un entorno tan seguro que pertenece a Mark Zuckerberg, que también es dueño de WhatsApp y de Facebook. Las víctimas son víctimas y sus relatos no se cuestionan, se creen. Y se protegen y se acompañan. Pero ante el riesgo de banalizar la violencia de género, ante el terrible axioma que sostiene que el patriarcado hace que todo hombre lleve dentro un maltratador y que por tanto todas somos víctimas potenciales, estamos obligadas a hacernos muchas preguntas. Yo me las hice al principio y me las sigo planteando ahora, porque para muchas no tengo respuesta.

Ante el terrible axioma que sostiene que el patriarcado hace que todo hombre lleve dentro un maltratador, estamos obligadas a hacernos muchas preguntas

¿Debemos celebrar como victoria las denuncias anónimas cuando no las aceptaríamos en otro asunto? ¿Los relatos que hemos leído en IG son denuncias de violencia machista/delito? ¿De qué tipo? ¿Hemos perdido herramientas básicas para combatir el machismo en sus primeras fases? ¿Estamos realmente más empoderadas? ¿Hay consentimiento en los relatos que hemos visto en las redes? ¿Y si estamos inmersas en una gran contradicción, en la que ponemos el consentimiento en el centro pero la realidad nos desempodera para poder consentir? ¿Y si el sexo romántico se ha convertido en un ideal? ¿Y si follar sin empatía ya no vale? ¿Y si hemos vuelto a ser sujetos pasivos…? Y de fondo, y por encima de todo, ¿y si esa transformación de la sociedad de la que hablaba El País en su editorial “que no tiene vuelta atrás” esconde alguna involución? ¿Y si el feminismo que se iguala a la lucha contra la violencia machista es pequeño y poco emancipatorio?

Hace más de dos años, publiqué una columna en CTXT sobre los pinchazos a mujeres en bares y discotecas que llevaba por título “Deja de ser puta”. En ella, alertaba de los continuos ataques a nuestra libertad sexual, que servían y siguen sirviendo para que nuestro placer pugne constantemente con el peligro que conlleva el disfrute. Cuatro años antes, en 2018, había tenido que escribirles una carta como esta –“Hablemos de follar”– ante las críticas feroces que habíamos recibido tras abrir un debate sobre si la empatía era necesaria en el sexo (no) y los riesgos de caer en el puritanismo (sí).

Hoy siento que aquellos debates han vuelto, o quizá nunca se superaron. Porque en medio de la locura por la última hora, y por no quedarse fuera de este escrutinio multitudinario en el que si no te pronuncias será por algo, se ha ido entreverando la mojigatería y el cuestionamiento de algunas prácticas sexuales, con el riesgo de que se asienten aún en más cabezas. En el sexo, lo bueno y lo malo, el bien y el mal, no son baremos para medir nada. No es mejor el misionero a que te empotren contra una pared de gotelé a los cinco minutos de conocerte si todas las partes, las que sean, son libres para elegirlo. Como tampoco es censurable que te esnifen en el culo si, de nuevo, todas las partes están de acuerdo y tu culo lo soporta. Entre las muchas barbaridades que he oído y leído estos días está la de la necesidad de un “sexo feminsta”, que no sé muy bien qué es, aunque lo intuyo.

Otro de los riesgos de involución está, creo, en la equiparación del feminismo a la lucha contra la violencia de género. Entre la gran marea morada que llenó las calles en 2018 y el feminismo que se instaló en los medios más convencionales y en los platós de televisión había una línea muy corta. Al final, el debate se concentraba en los techos de cristal y en las violencias machistas. Y así se ha ido imponiendo con el paso del tiempo. No me imagino a Susanna Griso cuestionando el capitalismo en sus tertulias mañaneras, ni abordando el acoso sexual, los incumplimientos laborales, las vejaciones o la falta de apoyo institucional que denuncian las jornaleras de Huelva, pero sí la he visto sumarse al circo mientras una periodista leía en directo los detalles de la denuncia por presunta agresión sexual de una mujer contra el exportavoz de Sumar. El feminismo, así me lo han enseñado estos años las que más pelean por esta causa fundamental, es una enorme herramienta de impugnación y emancipación, de transformación. Estos días he pensado mucho en las mujeres –defensoras de la tierra, refugiadas de guerras, víctimas de dictaduras… representantes de las pobres del mundo– que conocí en el Congreso feminista que organizamos en Zaragoza. “Asumid que sois unas privilegiadas”, nos dijeron. ¿Qué pensarán ellas hoy?

Frente al grito del “se acabó la impunidad” y el “miedo ha cambiado de bando” yo me he sentido muy pequeña, lo confieso. Porque lo primero no es cierto, por más que un político machista que no debía estar en política haya tenido que dimitir. Y porque lo segundo es una trampa; mi aspiración es que los hombres no agredan a las mujeres por su aprendizaje, su socialización, y no por el miedo. Del fantasma de la guerra de sexos, del “a por ellos”, hablamos otro día.

Hasta ahora no he abordado la derivada política. No sé cuándo murió la llamada nueva política, ni siquiera si su violencia y su machismo estructural eran ya una herida de muerte que traían de fábrica. Quizás ya estaba muerta cuando se presentó Podemos en el Teatro del Barrio, en enero de 2014. O murió en una de las muchas guerras fratricidas. Ya no importa, solo podemos confirmar la defunción total.

Estos días, en las muchas conversaciones que he tenido con amigos y amigas, todos me transmitían un malestar hondo, hasta físico. Estos días también, mientras intentaba comprender, volvió a caer en mis manos, o quizá lo busqué yo, El nacimiento de la tragedia, de Nietzsche. Es un libro complicadísimo, que yo necesitaría leer cien veces. Pero entre su oscuridad, hay una tesis que se muestra transparente. “La existencia del mundo solo puede justificarse como un fenómeno estético”. “No existe nada que se oponga más a la interpretación y justificación puramente estética del mundo que la doctrina cristiana, que es y solo quiere ser moral”.

En su intento por examinar los orígenes de la tragedia griega, Nietzsche sostiene que “el griego conocía y sentía los estremecimientos y horrores de la existencia” y que “para poder vivir tuvo que colocar delante de él el brillante nacimiento onírico de los Olímpicos”. “¿De qué otra manera hubiera podido soportar la existencia ese pueblo de tan extrema sensibilidad, tan fogoso en el deseo, tan extrañamente dotado para sufrir, si esta existencia no se hubiera presentado nimbada de un aura superior en sus propios dioses?”.

Quizá nuestra desazón se deba a que, una vez más, hemos constatado que no contamos con dioses que nos distraigan de los horrores de la existencia.

En esta tristeza que he sentido por las víctimas, por todas nosotras/os, hay un hueco para la compasión. No hay forma de excusar o defender a Ínigo Errejón por su comportamiento machista y vejatorio, pero la pena de telediario ha llegado tan lejos que hemos cancelado su existencia. Soy periodista desde hace 27 años y el único linchamiento que consigo equiparar es el de Dolores Vázquez en el caso Wanninkhof.

Gracias a CTXT yo he podido ser la periodista que quiero ser, una que trata de reflexionar en libertad y revisar sus certidumbres. Me ha acompañado mi compañera Nuria Alabao, coordinadora del área de Feminismos de la revista, y una amiga cómplice y listísima con la que he hablado mucho. Y también nuestro consejo editorial, donde he encontrado un lugar seguro, importante y valiente para debatir.

Si he sido capaz de escribirles esta carta es porque creo que, aunque muchas y muchos de vosotros no estéis de acuerdo conmigo, siempre nos encontraremos en la reflexión y el debate. Es la única forma de avanzar. Nosotras hemos aprendido, de feminismo, y también de periodismo.

Gracias por ser una comunidad tan exigente.

Vanesa

Querida comunidad contextataria:

Os escribo esta carta porque necesito compartir algunas reflexiones con vosotras y vosotros, que considero importantes; tanto, que me han colonizado el cerebro hasta casi no dejar sitio para otra cosa. Pero hoy no os hablo como directora adjunta de CTXT; en esta ocasión no...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autora >

Vanesa Jiménez

Periodista desde hace casi 25 años, cinturón negro de Tan-Gue (arte marcial gaditano) y experta en bricolajes varios. Es directora adjunta de CTXT. Antes, en El Mundo, El País y lainformacion.com.

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

4 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Concha M.

    A mí en realidad lo que me asquea no son sus preferencias sexuales, por mí como si se lo hace con un cactus, siempre, claro, que el cactus esté de acuerdo. Lo que me revuelve el estómago es su forma de relacionarse con las mujeres, su tremendo narcisismo, su falta total de respeto y empatía, su uso de técnicas de manipulación y sometimiento ya muy cerca del psicópata, tal y como se hace en una secta cualquiera. No creo que este asunto tenga mucho recorrido judicial, pero un personaje de esta calaña no lo quiero ni cerca ni lejos, ni en un espacio político que se dice de izquierda.

    Hace 3 meses 16 días

  2. Victor L.

    Me llega ahora el comentario de bernardo-alba-cobo del que estoy totalmente de acuerdo. Gracias Bernardo. En este sentido bien vendría hacer un balance de todos los "Sánchez Cuenca" que desde tribunas de la izquierda colaboraron de forma imprudente a mi entender y con sabor revanchista a la construcción de la trituradora "Sumar". Era muy obvia la pinta a chiringuito de Yolanda Díaz desde el anuncio y las formas de la formación fucsia. Y también del resto de partidos que apuntándose a la fiesta miraron para otro lado. Ahora se quejan, con razón. Es hora de un frente popular que se haga desde abajo a arriba, quizá con nuevos círculos con primarias donde se vea quien de verdad convence y quien no... Creo que nos va mucho en ello.

    Hace 3 meses 17 días

  3. Victor L.

    Gracias por las preguntas que haces, algunas muy sugerentes. Sin embargo hay un punto que discrepo frontalmente y me sorprende encontrarlo: cuando dices "No sé cuándo murió la llamada nueva política, ni siquiera si su violencia y su machismo estructural eran ya una herida de muerte que traían de fábrica. Quizás ya estaba muerta cuando se presentó Podemos en el Teatro del Barrio, en enero de 2014. O murió en una de las muchas guerras fratricidas. Ya no importa, solo podemos confirmar la defunción total."¿De verdad tenemos que hacer ese favor a esa derecha rampante y apoyar desde un medio tan prestigioso como CTXT la narrativa de que la izquierda está muerta?¿Queremos de verdad volver al bipartidismo estéril? ¿qué pensarán los que hoy cumplen 18 años y buscan su identidad política si leen tu artículo? ¿Queremos echar por tierra todos los logros de Unidas Podemos y su esfuerzo presente contra viento y marea por cambiar las reglas del juego? Me sorprende lo poco que nos cuesta tirar la toalla cuando hay sobrados casos de corrupción o de machismo en otros partidos y nadie generaliza tanto como con la izquierda. Sólo falto leer que por fin "el souffle de la nueva izquierda se había desinflado" expresión que lleva 10 años paseándose por la caverna mediática... Por otro lado, nunca he entendido ese supuesto brillo intelectual de Errejón, siempre me pareció vacío, tan alejado de la realidad como su carta de despedida y sobre todo descaradamente egocéntrico e infantil, algo que debería ser incompatible con cualquier proyecto colectivo donde la fidelidad es clave. Del "Errejóngate"a proyectar su comportamiento a la izquierda ("todos son iguales")o ("todos los hombres son iguales") me parece echar gasolina a un akelarre que nos viene muy mal en estos momentos. En este sentido, bravo al colectivo Cantoneras por dar una visión enriquecedora... Para acabar, creo que frente al blanqueo del odio, la ultraderecha excitada, la violencia, la estupidez supina de las instituciones como la valenciana, la orgía de la industria de armas, y la flagrante (y criminal) desidia de occidente deberíamos cuidarnos más, mucho más y saber priorizar. Dejemos de dar carnaza tan fácilmente al adversario.

    Hace 3 meses 17 días

  4. Bernardo A.

    Sra Vanesa, no tengo redes. Veo muy poco la tele. Mis fuentes de información son ustedes ( hasta hace poco tenía problemas para participar que no me había preocupado en solucionar) e infolibre, del cual hace años soy socio. En la tele, he visto como se ha relacionado más a Errejón con Podemos que con las que eran sus actividades y militancias de los últimos años. Por lo que concluyo que se ha practicado la continuación del linchamiento a Podemos. En este medio y en infolibre he percibido un linchamiento a Cristina Fallarás sobretodo y a Podemos en segundo lugar. Nada de linchamiento a Errejón. Ni tan siquiera crítica, algo a lo que cualquier persona con exposición pública está sometida. Más aún si incurre en conductas cuyo calificativo dejo a su elección. Que la sra Alabao sea listísima no la exime del error o errores. "Hasta ahora no he abordado la derivada política. No sé cuándo murió la llamada nueva política, ni siquiera si su violencia y su machismo estructural eran ya una herida de muerte que traían de fábrica. Quizás ya estaba muerta cuando se presentó Podemos en el Teatro del Barrio, en enero de 2014. O murió en una de las muchas guerras fratricidas. Ya no importa, solo podemos confirmar la defunción total." Esta es una afirmación no reflexiva que no comparto. Como poco, Podemos no debe un euro a los bancos, ha salido airoso del linchamiento mediático, judicial, político y de buena parte de la progresía mediática y política. Además, consulta a sus bases y en su ejerccicio gestor ha sido todo lo fiel que le ha sido posible a sus principios y promesas electorales. ¿Errores? pues claro. ¿ Mejoras democráticas? sean bienvenidas. Pero muerto no está. Malherido sí. Anécdota: leí hace tiempo en este medio un artículo del sr Sánchez Cuenca que abundaba en la consigna antipodemita de la perdida de votos. De lo peor que he leído, las cifras no son lo suyo. Se ve que alguna corrigió, y aún así yo creo que persistía en el error ( mis disculpas si así no fuere). Su conclusión es que Podemos había perdido un 52% de electores, la mía (incluida la escisión errejonista) era de un 39%. Aprovecho para felicitarle por la inaudita calidad democrática desarrollada en Sumar ( tarea que según infolibre tenía encomendada). Un saludo cordial y gracias por existir.

    Hace 3 meses 18 días

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí