IU: la situación es desesperada, pero no grave
Treinta años después de su creación, la formación lucha por sobrevivir ante la fuerte irrupción de Podemos y su capacidad para atraer a un electorado similar al suyo.
Cristina Vallejo Madrid , 9/04/2015
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Izquierda Unida se desangra. No sólo en votos, como ha quedado claro en Andalucía, que puede marcar el que puede ser su techo electoral. También en cuadros, como muestra, sobre todo, Madrid, tanto a nivel municipal como autonómico. Casi treinta años después de su fundación, en abril de 1986, la coalición da síntomas de estar en vías de desaparición. No es la primera vez que se encuentra en esta situación. Allá por el año 2000, ya había quien daba por muerto el proyecto. Entonces, por ejemplo, en una agrupación del Partido Comunista de Madrid, la de Fuencarral-El Pardo, se decía que a IU sólo la sostenían los cargos políticos que seguía generando, es decir, los puestos de trabajo que aún proporcionaba a sus dirigentes. Eran muy pocos, lo han sido siempre, desde su nacimiento, pero los suficientes como para que la estructura aguantara. Desde el estallido de la crisis y hasta hace poco más de un año, a la coalición la sostenía, además, la esperanza en que las condiciones objetivas, el progresivo deterioro de la situación social ocasionado por la crisis y las políticas puestas en marcha para, en teoría, superarla, le dieran cada día más fuerza y vigencia a su mensaje.
Pero algo se interpuso en su camino. Modernos emprendedores políticos, los de Podemos pusieron en marcha un nuevo proyecto, muy cercano a IU, concebido, en parte, desde las mismas filas de IU, que ofrece un futuro mejor, incluso la promesa de alcanzar el Gobierno. O los gobiernos. No sólo el de la Moncloa, también el de los ayuntamientos y comunidades autónomas. Y, en todo caso, más puestos, más cargos, más asientos en las instituciones representativas de la ciudadanía. Ésta es la visión más cruda, menos idealista, más desapasionada, más utilitaria en el peor sentido, de la política. Aunque esta historia no va sólo de eso. Porque las potentes expectativas electorales de Podemos y las marcas blancas con las que concurre a las elecciones en muchos lugares de España se deben a la mágica conexión que ha logrado con "la gente".
Ése ha sido su gran mérito, su gran conquista y la razón del resentimiento que a veces se nota en las filas de IU.
Podemos se lleva entre un 30% y un 40% de sus votantes
El "culpable" de la debacle de IU es, siendo muy esquemáticos, Podemos. "Existe un nuevo competidor que está siendo capaz de atraer entre el 30% y el 40% de antiguos votantes de IU. Es decir, el problema electoral de IU es Podemos, un partido que si hubiera de sobrevivir sólo con el trasvase de voto desde IU tendría una supervivencia muy precaria, pero que atrae una proporción tal de su electorado que sitúa a IU cerca de sus mínimos históricos", comenta el politólogo Luis Ramiro, por e-mail, desde la Universidad de Leicester, en Reino Unido.
Pero, como aclara José Antonio García Rubio, secretario de Economía y Trabajo de Izquierda Unida, el trasvase del voto de IU a Podemos no se produce de forma tan sencilla. En el análisis que ha realizado de las elecciones andaluzas, ha observado que si bien es en Almería donde IU pierde más votos, es ahí también donde Podemos saca su peor resultado, mientras que en Córdoba, que ha sido donde menos votos ha perdido IU, Podemos ha obtenido muy buenos resultados. “Un estudio sobre la correlación de las pérdidas de IU y las ganancias de Podemos mostraría que ésta es muy baja”, afirma García Rubio.
Pero Podemos no sólo ha atraído a cierto votante tradicional de IU. También ha sido capaz de pescar en otros caladeros. Jorge San Miguel, politólogo, de Politikon, insiste en que la clave está en que Podemos se muestra como una organización más flexible que IU. "Podemos está menos preocupado por el purismo ideológico. Sus líderes sólo hablan de temas generales, no de los más comprometidos ideológicamente, y sin utilizar la retórica propia de la izquierda", explica San Miguel. Y Ramiro añade: "No es tanto un acierto de Podemos y un fallo de IU, sino más bien que Podemos es capaz de hacer algo para lo que IU no está capacitada. Podemos es un partido sin ataduras de ningún tipo, sus líderes apenas están limitados por ninguna estructura interna ni por sus simpatizantes, su autonomía es total. Pueden cambiar la línea de partido con mucha libertad, acentuando el nacionalismo español, el izquierdismo, la moderación o lo que crean oportuno en cada momento. Con esa autonomía y con un programa algo vago ideológicamente deciden maximizar el voto. Podemos es capaz de plantear una estrategia que IU nunca podría haber emulado".
Jorge García Castaño, exconcejal en el Ayuntamiento de Madrid por IU y ahora candidato en la lista de Ahora Madrid que lidera Manuela Carmena, tiene su propio diagnóstico de la formación que encabeza Pablo Iglesias: "En Podemos hay mucha gente y cada vez da un resultado diferente. Es un movimiento nacional popular. Está en disputa. Ya veremos lo que pasa finalmente". Quizás la volubilidad de Podemos responde al análisis que realiza García Castaño: "La izquierda en España está atrasada. La izquierda identitaria no es mayoritaria en nuestro país. Si hay posibilidades ahora es porque gente que antes votaba a otros partidos está dispuesta a dar su apoyo a Podemos. Existe la posibilidad de mover la centralidad del tablero, de convertir los intereses de la mayoría social en los intereses generales, aunque para ello hay que despojarse de muchas cosas". De todas ésas a las que no parece querer renunciar IU.
"No creo que sea adecuado esperar que IU sea capaz de atraer electores del mismo modo que lo hace Podemos. IU es una organización política de la izquierda radical, nunca lo ha escondido ni ha pretendido ser otra cosa. Y la izquierda radical en Europa occidental se ha enfrentado desde 1945 a una serie de condiciones ambientales que limitan su capacidad de atraer votantes. Y eso le pasa a IU y les pasa a todos los partidos como IU. Pocos han superado el 10% del voto en alguna ocasión desde finales de los ochenta", añade Ramiro.
IU nunca ha gozado del espacio en los medios que ha tenido Podemos. Quizás a eso se refiere Manuel González Orviz, coordinador general de IU en Asturias, cuando dice que los medios de comunicación han dejado de ser un contrapoder y son ya un poder. “El sistema es capaz de aguantar altos niveles de paro, pero no es capaz de soportar altos niveles de movilización. Ha surgido un movimiento que no es antisistema y se ha producido una colusión de intereses”, argumenta. Entre cierta militancia de IU ha calado la idea de que al poder le ha gustado que Podemos haya triunfado, lo ha aupado y ha silenciado a IU porque es la fuerza de verdad peligrosa.
Por todo esto, García Rubio plantea la siguiente propuesta: “IU y sus dirigentes deben hacer una crítica seria de Podemos, porque es una fuerza que no sólo tiene poco desarrollados sus planteamientos políticos, sino que además los va cambiando. Nadie sabe exactamente qué opinan sobre la República, sobre el laicismo, sobre Venezuela o sobre la lucha sindical”. “Alberto Garzón lo hace, pero poquito”, remata.
Alberto Garzón no se libra de las críticas. Está bajo sospecha. En las primarias organizadas para escoger al candidato a la presidencia del Gobierno no tuvo competencia. Según Sánchez Mato, si los llamazaristas no presentaron a ningún competidor fue porque sabían que iban a perder. “Ahora están socavando la autoridad de Garzón y el nombramiento de Luis García Montero como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid es un síntoma. Algo parecido a lo que ocurrió en el PSOE con Borrell y Almunia”, vaticina.
Cayo Lara, en cambio, ha recibido el respaldo de la militancia, el manifiesto #LaMilitanciaConCayo. El detonante fue la filtración a infoLibre de un audio de la intervención del coordinador general de IU en la reunión de la presidencia federal en la que se decidió no reconocer a la candidata a la alcaldía escogida por IUCM, Raquel López. Una filtración, se sospecha, malintencionada por parte de alguien de IUCM para poner en evidencia al dirigente. En esa grabación, Cayo da una seria reprimenda a sus dirigentes: “¿Pero creéis que podemos darnos de hostias y subir en votos?”, “nos estamos destruyendo, nos estamos matando”.
De la tenue ilusión a la gran frustración
La bronca va asociada a los malos tiempos. Pero hubo un momento en el que parecía que el futuro de IU iba a ser de color de rosa. Izquierda Unida ganaba, poco a poco, apoyo en las encuestas. Si en las elecciones generales de noviembre de 2011 obtuvo un 6,9% de los sufragios, a partir de ahí, fue subiendo lentamente en los sondeos, hasta superar el 15%. El más favorable para IU, el que publicó El Periódico de Catalunya en julio de 2013, le pronosticaba 50 diputados. Entonces IU empezó a soñar con superar al PSOE, como había ocurrido en Grecia, donde Syriza y Pasok habían intercambiado los papeles. Fue el único momento de verdadera ilusión, de verdadera ambición, que se recuerda en IU. Pero pronto comenzó a desinflarse. La alegría sólo duró medio año. Después, ya estaba empezando a calar el mensaje de Pablo Iglesias. Llegaron las elecciones europeas, y aunque Izquierda Unida mejoró su resultado, al conseguir llevar seis eurodiputados a Bruselas, el triple que cinco años antes, Podemos logró cinco de una tacada. Los eurodiputados de IU en Bruselas han tenido la suerte de recoger una especie de voto útil que probablemente, en las próximas elecciones, irá a parar a Podemos.
En las elecciones europeas hay que establecer uno de los hitos que golpearon a la organización. Quizás el definitivo. Según recuerda San Miguel, pudo haber acuerdo entre Podemos e IU para concurrir juntos. Diferencias en cuanto al método de elaboración de las listas (la formación de Pablo Iglesias es partidaria de las primarias abiertas, mientras que los líderes de IU son, en líneas generales, contrarios a este procedimiento de elección, sobre todo hace un año) lo hicieron imposible. “De haber integrado Podemos en las listas, IU hubiera registrado un repunte y se podría haber hecho con el control del proceso de convergencia”, comenta San Miguel. Podemos bien puede haber sido una creación de quienes se opusieron a confluir con Podemos. ¿Es Willy Meyer el padre de Podemos?
IU ha estado muy despistada durante todo este tiempo, desde enero de 2014, cuando Podemos saltó a la palestra pública. Carlos Sánchez Mato explica: “Había un gran caldo de cultivo que explotó en el 15-M, en las mareas, en las marchas de la dignidad, pero IU estaba apalancada en las instituciones. Parecía que no quería ganar. Estoy plenamente de acuerdo con ese diagnóstico de que a IU le ha faltado el deseo de querer ganar”.
Y, en parte, José Antonio García Rubio, secretario de Economía y Trabajo de IU, coincide con ese diagnóstico. “En el comportamiento electoral existe un fenómeno por el cual la gente tiende a votar a las formaciones que se postulan como ganadoras y nosotros nos presentamos siempre como una opción de segunda”.
La refundación perdida
Sí, García Castaño cree que IU podría haberse convertido en una Syriza, podía haber dado el sorpasso. Pero desaprovechó su gran oportunidad, la que ofrecía el proceso de refundación impulsado por ciertos sectores de la formación hace más de una década. Se refiere a lo que ocurrió en la VIII Asamblea Federal Extraordinaria de Izquierda Unida, celebrada en diciembre de 2004. La esperanza de los renovadores estaba depositada en el triunfo de la candidatura de Enrique Santiago a la coordinación general de la coalición. Pero ganó Gaspar Llamazares. Ahí se frenó la renovación de Izquierda Unida. Cuatro años después, en la IX Asamblea, Cayo Lara tomó el relevo. Suscitó ciertas esperanzas porque suponía una ruptura, hasta ideológica y estratégica, con Llamazares, demasiado afín al PSOE durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Fue en los primeros tiempos de mandato de Lara cuando pareció dar un salto adelante la refundación de la izquierda, con Enrique Santiago en una secretaría creada a tal efecto. En junio de 2010 tuvo lugar la primera Asamblea de la Refundación, con un interesante programa político, pero, en realidad, el proceso ha generado una gran frustración, por abortado. Porque aunque Cayo Lara parecía diferente, el balance que muchos realizan dentro de la organización es que ha sido más de lo mismo. En poco se diferencia Lara de Llamazares, según García Castaño.
La gran pregunta es si Izquierda Unida, de haber triunfado esa refundación, se habría convertido, al cabo de los años, en una fuerza irreconocible para sus fundadores, especialmente para el PCE. Algo parecido a lo que puede ocurrir con Syriza, según García Castaño, que cree que la formación griega será más un movimiento patriótico que un partido de izquierdas.
De acuerdo con García Rubio, la renovación de IU continúa: “Hay un gran proceso de refundación de Izquierda Unida”, asegura. “Planteamos una propuesta de confluencia, pero no hay fuerzas que quieran confluir más allá de las candidaturas, de lo puramente electoral”, añade.
El manifiesto de los militantes en apoyo de Cayo Lara habla de confluencia, de que está en el ADN de la organización: “Izquierda Unida es una muestra de convergencia, de pluralidad, de diversidad, pero con un objetivo común: conseguir un cambio profundo y real del sistema en que vivimos. Ese cambio vendrá cuando consigamos tejer redes sociales y aglutinar todas las sensibilidades rojas, violetas, verdes y arcoiris en torno a un programa de izquierdas”. No valen medias tintas ni la transversalidad de Podemos.
Quizás no ha habido refundación. Renovación sí ha habido. Al menos de caras. Alberto Garzón es, pese a todo, hoy por hoy, el hombre fuerte de IU. O el que se presume como tal. “Supone una mejora respecto a Cayo Lara por su nivel de formación, porque se le ve capaz de llevar a una transformación a Izquierda Unida y porque supone un relevo generacional”, reconoce San Miguel. Lo que está por ver es si todo esto se considera suficiente. La renovación en Andalucía con Antonio Maíllo lo fue, pero sólo para mantener el tipo conservando un grupo parlamentario propio. De todas maneras, Manuel González Orviz advierte: “Sería un gran error en la izquierda apostar por liderazgos individuales”. Y añade: “Un líder mediático no puede estar por encima de la organización”. Eso, por si hubiera alguna tentación de emular el liderazgo de Pablo Iglesias dentro de IU.
La estructura compleja y la pelea continua
Una de las grandes limitaciones de Izquierda Unida que señala Jorge San Miguel es la complejidad de su estructura, formada por gentes de procedencia muy diversas: "Cuando la organización crece, los problemas existentes entre las familias se aminoran, pero vuelven a estallar en los momentos bajos". Como ahora. García Rubio insiste en este asunto: “Izquierda Unida está cuestionándose a sí misma de manera permanente y, por eso, da la sensación de ser una fuerza muy dividida”.
Esas peleas han estallado recientemente con una crueldad especial en Madrid. Los ganadores de las primarias para las candidaturas municipal y autonómica, Mauricio Valiente y Tania Sánchez, respectivamente, están ya fuera de la organización. Primero fue Tania Sánchez, que se fue para emprender un movimiento, Convocatoria por Madrid, para luchar por la confluencia de las fuerzas de izquierda, algo que le resultó imposible en las filas de IU. Fue un camino largo y tumultuoso, con éxito final, aunque ella se ha quedado fuera de las listas, tanto del Ayuntamiento como de la Comunidad, aunque no así personas cercanas como García Castaño o Hugo Martínez Abarca. Circulan muchas versiones respecto a este desenlace, pero la oficial es que Sánchez no deseaba cargar mediáticamente los procesos electorales.
A continuación fue el turno de Mauricio Valiente, que, después de un monumental lío, con sendos refrendos, del aparato de IU y de Valiente, para decidir sobre la confluencia en Ahora Madrid formó su propia candidatura para participar en las primarias. En la consulta organizada por el aparato salió el “no” a la confluencia, mientras que en la convocada por Valiente salió el “sí”. Seguramente ninguna de las dos era válida ni legítima. Pero el caso es que, después de todo el proceso, Valiente es número cuatro en la lista de Ahora Madrid. En ella también se ha incorporado otra persona de su equipo, Carlos Sánchez Mato.
Sánchez Mato defiende el paso que dio Valiente en favor de la confluencia en Ahora Madrid para insertar un matiz de izquierdas a la candidatura que encabeza Manuela Carmena, aunque ello le haya supuesto la salida de IU, coyuntural, porque quiere seguir dando la batalla dentro de esa formación. Sánchez Mato se queja de que ella "no plantea una confrontación y hay que hacerlo; insiste mucho en la corrupción, pero el problema no es sólo la corrupción, sino la ideología. Podemos está devaluando el debate. No puedes despojarte de sus ideas para concurrir a las elecciones". Con esta estrategia, la lista A por ellos, que competía contra la oficialista, la aupada por el aparato de Podemos, y otras más, consiguió el apoyo público de destacadas figuras de IU. Y si se han colado en la lista definitiva que concurrirá a las elecciones ha sido por la movilización de militantes y simpatizantes madrileños, descontentos con la dirección de IUCM.
Con ellos se ha marchado de IUCM mucha más gente. ¿Qué ha pasado? El problema es de origen: "IUCM es una organización conflictiva desde los 90, en algunos momentos atomizada, con alianzas internas cambiantes, con rupturas y escisiones importantes y periódicas", comenta el profesor Ramiro. La gestión de la crisis la agravó. "Una vez estalló el conflicto más crudamente, en otoño de 2014, IUCM ha experimentado una situación de profecía autocumplida: la de que se iba a producir una escisión, que se iban a ir unos activistas a Podemos, y las actuaciones ante esa interpretación hacían cada vez más probable ese desenlace", continúa este experto. También influye el factor humano: "Algunos militantes han percibido que la salida de IU resulta ahora menos onerosa en términos costes-beneficios, han optado por marcharse en vez de (como algunos llevan haciendo años) pelear internamente por conquistar la mayoría de la organización. Ello tiene que ver, por un lado, con que hay una perspectiva alternativa a IU, que se pueden marchar de IU y que hay otro 'sitio' al que ir; y por otro lado, con que las perspectivas en IU no son muy halagüeñas".
Como señala San Miguel, desde los ámbitos municipal y autonómico es más fácil dar el salto a Podemos, porque el efecto queda más diluido. “Para los jóvenes, el paso natural es irse a Podemos”, asegura San Miguel. Quizás sea eso, un mero “paso natural”, y no la “opa hostil” de la que ha hablado el coordinador general de IU, Cayo Lara, o la sospecha que transmiten muchos militantes de que hay un plan para acabar con IU, incluso desde las propias filas de la formación.
Pero las críticas de quienes se han ido de IUCM son muy graves. García Castaño dice: “La estructura de IUCM no tiene nada que ver con la izquierda y en la dirección federal se imponen las posturas más reaccionarias, lo que ha producido un gran bloqueo. Para romperlo, no veíamos otra opción que no fuera la unión con otros”. García Castaño, además, ve una histórica confluencia de intereses entre IUCM y el PP en la que coincide Sánchez Mato, lo que se puso de manifiesto especialmente con el caso Bankia.
Para haber cortado de raíz la disputa, Sánchez Mato cree que Izquierda Unida debería haber desfederado IUCM para dar voz a la militancia. Y garantizar que esa voz se respetara. De esta manera, IU hubiera ido al proceso de convergencia con otras fuerzas, con Podemos, básicamente, con una posición más fuerte, y no por la puerta de atrás, como ha ocurrido. “Ha sido un proceso de convergencia con francotiradores”, afirma Sánchez Mato. ¿Una convergencia con alguien que quería matarte? En ese caso, estaría justificado el vehemente artículo escrito por la diputada en la Asamblea de Madrid Libertad Martínez el 29 de enero.
Ésta, de todas maneras, no ha sido la primera ruptura. Las ha habido a lo largo de toda la historia y muchas: las relacionadas con la creación y luego escisión del Partido Democrático de Cristina Almeida o Diego López Garrido, lo que, como recuerda Ramiro, debilitó a IU de manera drástica en algunas comunidades. También, más recientemente, las experimentadas en el País Vasco, Comunidad Valenciana o Baleares, por ejemplo. O la que a principios de la década pasada protagonizó Izquierda Anticapitalista, germen de Podemos y ahora corriente crítica en la formación de Iglesias. Por no hablar del lío extremeño, que tanto ha minado su credibilidad al permitir un Gobierno del PP, aunque en Andalucía el pacto con el PSOE no parece haberle ayudado demasiado.
IU, condenada a una reducida minoría
Hay razones más allá de las organizativas para explicar los siempre humildes resultados de IU. "Incluso en esta situación de crisis lo que ha ocurrido en Grecia con Syriza es excepcional y poco trasladable a contextos diferentes al griego. No lo hemos visto aún en otros países europeos igualmente castigados por la crisis. ¿Está IU determinada a tener el 5% o el 10% de los votos? Afirmar esto sería muy arriesgado, pero pensar que un partido como IU puede lograr, cambiando de estrategia o de candidatos, el 25% (o más, como vemos ahora en Grecia) es un poco temerario", asegura Ramiro.
Como continúa San Miguel, el electorado percibe a Podemos como un jugador de la nueva política, mientras que Izquierda Unida ha participado en los consejos de administración de las cajas de ahorro, ha formado parte del régimen del 78, ha estado en la política formal. En definitiva, como señala San Miguel, IU, a ojos del votante, no cuela como parte de "lo distinto". Por eso, muchos abtencionistas, incluso de la extrema izquierda que nunca, o muy pocas veces, se ha fiado de IU, se ha ido a Podemos.
Pero, ¿de verdad se está observando una preferencia del electorado por lo nuevo frente a lo viejo? El resultado de las elecciones andaluzas parece desmentirlo, con el triunfo del PSOE y el mantenimiento del PP como segunda fuerza. Jorge San Miguel apunta: “Por más que se quiera vender que el debate izquierda-derecha está superado, no es así, aún es clave. En cambio, la confrontación entre nuevo y viejo quizás no tenga tanta importancia como se había anticipado”. Y, en cualquier caso, como señala González Orviz, lo nuevo no garantiza cambio.O no sustancial.
¿Qué futuro para Izquierda Unida?
De ser así, sería una buena noticia para IU. Le daría una posibilidad de supervivencia. Veremos de qué tipo. Porque, como Jorge San Miguel recuerda, IU ya estaba inmersa en esta dinámica antes de la crisis y, sobre todo, antes de Podemos. “IU ha vivido situaciones electoralmente muy graves no hace tanto tiempo. La situación actual tiene rasgos de suma gravedad, pero similar a la que vivió en 2008, con un solo diputado por la circunscripción de Madrid y por debajo del 4% en voto”, explica Luis Ramiro. “Podemos ha acelerado este proceso porque la crisis le daba la oportunidad de ser relevante”, añade San Miguel. “En cierto sentido, la competición con Podemos en el espacio de la izquierda hace que IU vuelva a la posición de 2008, que pierda todo lo avanzado electoralmente desde entonces, que escapen los votantes que había atraído desde el inicio de la crisis.
El peligro está en que se deje de considerar útil el instrumento que ofrece IU. Ése es el gran temor. En primer lugar, por parte de los cuadros de la formación: es humano cansarse de pelear sin nunca ver resultados. En segundo lugar, por parte de los votantes, hartos de perder siempre y cada vez a un precio más alto. Aunque siempre hay quien se contenta con la pureza, con la conservación de las esencias y la identidad.
Pero Podemos puede no tenerlas todas consigo: “Todos los elementos que han favorecido el atractivo de Podemos en estos meses implican importantes retos y desafíos para su sostenimiento futuro. Sobre todo si, como sus líderes han insistido en remarcar, su proyecto pasa por ganar las elecciones. El hiperliderazgo, la vaguedad, la indefinición, la centralización son factores que han podido contribuir a su irrupción pero son problemáticos para sostener en el futuro un partido como Podemos con voluntad de ser mayoritario. Su electorado, su coalición electoral de apoyos, es suficientemente heterogéneo como para sufrir cuando se vea obligado a clarificar tanto algunas de sus políticas como sus estrategias”, explica Luis Ramiro.
Aparece otra vez Podemos para hablar de IU porque, como comenta Ramiro, el futuro de un partido menor o pequeño, como ha sido siempre IU, depende no sólo de lo que haga él, sino de lo que hagan sus competidores. Y lo que hagan éstos es para IU más importante que en el pasado porque hay un nuevo competidor directo. “Qué haga Podemos en el futuro, si gira a la izquierda, o no, si es capaz de ganar las elecciones, o no, cómo se comporte en parlamentos y ayuntamientos a partir de mayo afectará decisivamente a IU”, sigue Ramiro. IU tiene poco que hacer, según San Miguel. "Haga lo que haga, sólo puede perder", asegura. IU es ahora, más que nunca, un sujeto pasivo.
Es muy probable que IU se encuentre en el momento más difícil y amenazador de su historia. “La sostenibilidad de IU en el corto plazo, su representación parlamentaria, va a depender de que supere cierto umbral de votos. Variaciones muy pequeñas de éstos van a marcar la diferencia entre su supervivencia en el corto plazo y una crisis muy profunda y peor que las que ha vivido en el pasado. En ese marco en que variaciones de voto pequeñas pueden tener consecuencias muy importantes, su capacidad para acertar con su discurso, con sus mensajes, con sus estrategias, con sus candidatos, asume una nueva importancia”, añade Ramiro.
Todo esto es fundamental para evitar, como explica Jorge San Miguel, entrar en esa peligrosa espiral destructiva que comienza con la pérdida de grupo parlamentario propio, sigue con una posición extraparlamentaria y acaba con su desaparición. Si se sobrepone a ésta, habrá más oportunidades de ser relevante. “No es un ahora o nunca. Las condiciones objetivas, la crisis y la precariedad social van a seguir existiendo si no hay respuestas de izquierdas”, afirma Sánchez Mato. "Y la socialdemocracia no sirve, no es suficiente", añade.
¿Hay inquietud en IU por lo que pueda ocurrir en las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo? García Rubio responde: “No hay preocupación porque en la gran mayoría de los ayuntamientos no se presentan fuerzas nuevas. Podemos ver incluso una subida de IU”. Pero Sánchez Mato cree que va a haber malos resultados y que la batalla, la guerra en la que está inmersa IU puede castigar a quienes más merecen la pena dentro de la organización, como la gente de Valencia o la de Galicia. “Se les va a llevar por delante la actuación de otros”, asegura.
Manuel González Orviz se muestra esperanzado. Aunque sólo sea por el pasado que lleva IU a sus espaldas. O la gente que se unió para formar esta coalición, sobre todo la del PCE, que siempre fue, afirma, la que alzó la voz frente a la mayoría silenciosa. Incluso en la dictadura.
El triunfo del PSOE se llevó por delante al PCE en el 82. Hubo quien, casi desde el principio, consideró a los socialistas como un fraude para la "verdadera izquierda". Acuérdense del Cuervo ingenuo de Krahe. A González Orviz le recuerda mucho el actual Podemos al PSOE de 1982. Eso significa que IU siempre podría revivir al calor de las frustraciones que Podemos podría propinar a la "verdadera izquierda". Quien se agarra a esa esperanza se resiste a pensar que IU ha sido un proyecto fracasado, aunque el balance de una formación que buscaba aglutinar a la mayoría social no es muy brillante.
Izquierda Unida se desangra. No sólo en votos, como ha quedado claro en Andalucía, que puede marcar el que puede ser su techo electoral. También en cuadros, como muestra, sobre todo, Madrid, tanto a nivel municipal como autonómico. Casi treinta años después de su fundación, en abril de 1986, la...
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Cristina Vallejo
Cristina Vallejo, periodista especializada en finanzas y socióloga.
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