Dos grandes del hardcore y del rock alternativo de los noventa vuelven a la palestra tras casi dos décadas desde su disolución. Los suecos Refused serán los teloneros de los californianos Faith no more en algunas fechas de su gira de este verano. La historia del rock es caprichosa y ha resucitado a dos grupos que estaban destinados a no encontrarse jamás.

18 años después de su último disco, Sol invictus es la confirmación de que la identidad de Faith no more es compleja pero absolutamente reconocible.

El grupo de San Francisco publicó sus dos primeros discos con Chuck Mosley como vocalista, pero fue The real thing (1989), el primero con Mike Patton como cantante, el que contenía la llave a su reconocimiento masivo. En 1990 lanzaron el single Epic, que tras ser exhibido hasta la saciedad en la MTV, les proporcionó una nominación a los Grammy por la mejor interpretación de metal. Curiosamente, el videoclip es una parodia de los clichés musicales de la época, como los rayos típicos del heavy más ochentero cayendo sobre los instrumentos o unas poses forzadísimas a ritmo de rap.

Epic, The real thing (1989):

Mientras ellos se dejaban la piel en la gira mundial de The real thing, sus pósters cubrían las salas de Estados Unidos y los adolescentes de Europa y Australia lucían presumidos sus camisetas. La caja registradora sonaba sin parar pero sus bolsillos se llenaron más de alabanzas que de dinero.

Y ése fue su mayor impacto en la industria musical. Angel dust (1992) les hizo bajar escalones en las listas de éxitos para impulsarles como banda de culto. Su mezcla de rock, sintetizadores, coros de animadoras y melodías asiáticas acabó teniendo más seguidores fuera que dentro de Estados Unidos. King for day, fool for a lifetime (1995), quizá el más ecléctico de todos, añadía coros gospel, jazz, trajes de fiesta, bossa y, por supuesto, más metal.

Evidence, King for day, fool for a lifetime (1995)

El disco previo a su separación, Album of the year (1998) fue un digno sucesor. Siguió jugando al despiste saltando de los gritos cavernosos de Mike Patton a una balada de amor no correspondido con toques easy listening. De hecho, en sus directos nunca han faltado versiones de temas como Easy de The Commodores o This guy’s in love with you de Burt Bacharach, y tampoco lo hicieron en su gira de reunión de 2009.

Sol Invictus vuelve a demostrar su sonido inconfundible a pesar de tantos años y experiencias musicales por separado. Por supuesto, el abanico de opciones es enorme: desde el grindcore de Brujería con el bajista Bill Gould, la batería de Mick Bordin en los conciertos de Ozzy Osbourne, las armonías pop en los Imperial Teen del teclista Roddy Bottum o su ópera Sasquatch.

Sin embargo, quien se lleva la palma en cuanto a productividad es Mike Patton. Además de ceder su voz a villanos de videojuegos, de su labor en el sello discográfico Ipecac, y del sinfín de colaboraciones esporádicas con otros grupos, ha participado en varios proyectos con más prestigio que trascendencia comercial. Mr. Bungle, Tomahawk, Fantômas, Peeping Tom o Mondo Cane van desde el rock más experimental hasta la canción italiana de los años cincuenta.

Mike Patton. Il cielo in una stanza, Mondo Cane (2010):

Faith no more han invitado a Refused para que abran siete de sus conciertos en Estados Unidos, algo que hubiera sido inimaginable en 1998.  

En sus siete años de existencia, el grupo de Umeå grabó tres álbumes y numerosos EP y compilaciones. This just might be...the truth (1994) fue una presentación ajustada pero poco sobresaliente a los parámetros del punk y del hardcore. En Songs to fan the flames of discontent (1996) mantuvieron esa esencia pero con la voz de Dennis Lyxén más definida, y unos riffs y baterías más propios del metal. Sin embargo, la obra cumbre de los suecos llegó con The shape of punk to come (1998). Una producción compleja y cuidada, con tintes electrónicos, cambios de ritmo casi jazzísticos, y los gritos de Lyxén, siempre combatiendo el sistema.

New noise, The shape of Punk to come (1998)

Porque en Refused el mensaje importa y Freedom, que saldrá a la venta en junio, sigue poniendo el dedo en la llaga. Para decir exactamente lo que quiere, Lyxén hace justo lo contrario a lo que cualquier profesor de inglés recomendaría: escribe sus letras en sueco y después las traduce al inglés. Su discurso de extrema izquierda se ha mantenido a lo largo de estos años y lo sacan a pasear en todos sus conciertos, adaptándolo a las particularidades de cada país que los acoge. Lo tuvieron fácil en su gira de reunión de 2012 cuando pasaron por el Primavera Sound de Barcelona, y tampoco les faltarán las ideas en el Resurrection de Viveiro del próximo mes de julio.

Refused se disolvieron en 1998 en una gira por Estados Unidos que debía haberles hecho triunfar. El documental Refused are fucking dead (2006) muestra cómo todas sus ilusiones se desvanecieron delante de un público frío y desinteresado en salas medio vacías. Y nada mejor que separarse para que The shape of ... se convirtiera en disco de culto y Refused en banda mítica del hardcore. Paradojas de las tendencias musicales. Tras aquel último concierto delante de unas 45 personas en Harrisonburg, Virginia, el primer concierto que dieron fue en 2012, en el multitudinario Festival de Coachella. Allí comenzó su gira de reunión con todas las entradas vendidas.

En estos años de separación, sus miembros han seguido tocando en formaciones comunes y ajenas. Final exit, AC4, The (International) Noise Conspiracy, INVSN son algunas de ellas y se mueven entre el punk más clásico, el garage o el post punk. Menos conocida pero muy recomendable es la música experimental de TEXT.

Freedom y Sol invictus son el mejor regalo que podían recibir los seguidores de Refused y Faith no more en este 2015, aunque ya se oyen voces críticas que les tachan oportunistas sacacuartos. Es de agradecer que hayan asumido el riesgo de volver a la vida activa, a pesar de que hay quien prefiere seguir rindiendo culto al mito.

 Elektra, Freedom (2015):