Lo mejor del Carnaval de Cádiz 2025
La chirigota ‘reconcentrá’
El Selu ha desarrollado un ineludible corpus de caracteres y arquetipos que le permite desmenuzar la ciudad como pocos profesionales de la psicología o la sociología podrían hacer
Paco Cano 20/02/2025
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Tras el cuarteto, el coro y la comparsa, falta hablar de la chirigota, que es el nombre de modalidad que, fuera de Cádiz, da el genérico a cualquier agrupación. De Despeñaperros parriba todo es Alemania y todo son chirigotas. A pesar del chiste, es posible que el origen de las mismas sea de más allá de Despeñaperros. En concreto, italiano. Al igual que las otras modalidades, la chirigota ha tenido épocas mejores, con históricas agrupaciones destacadas desde sus inicios y con un momento disruptivo en el año 1982, marcado por Los Cruzados Mágicos, la cual puede ser considerada una de las mejores chirigotas de la historia y cuya autoría se debe –una vez más– al sempiterno Gómez y a los hermanos Paco y Emilio Rosado (abran de nuevo el listado de nombre míticos y apúntenlos). A partir de ahí, comenzó una década gloriosa para la modalidad que abrió nuevos lenguajes expresivos reivindicando el doble sentido, la ironía y el sarcasmo como esencias de la incuestionable gracia de Cádiz. Quizás esta última afirmación merezca, en otra entrada, una aclaración.
Superada la época marcada por esta chirigota de los Rosado y el Gómez, y como derivas de la misma, aparecieron otros modos y maneras para la modalidad, en los que la frescura juvenil, el chiste absurdo, ingenuista y surrealista fueron marcando un camino innovador. En la actualidad, época de decadencia, la chirigota se mueve, salvo excepciones, entre repertorios basados en lo que se llama metacarnaval –autorreferencias al propio mundillo carnavalesco–, repertorios gruesos –sin doble sentido y que acuden directamente a la ordinariez– o repertorios que hacen una defensa tradicionalista del soniquete clásico gaditano y, por lo tanto, derivan en un peligroso chovinismo y en cierta xenofobia hacia todo aquello que, cada vez con más frecuencia, llega de fuera de la capital. Para colmo de falso genetismo, ya no vale con sonar a Cádiz, “hay que sonar a La Viña”, barrio popular de la parte histórica de la ciudad, al que volveremos en un par de párrafos.
En medio de estos devenires de la chirigota y alrededor de 1990, surge una figura que rompe la baraja y que plantea otro enfoque a la creación chirigotera, José Luis García Cossio, El Selu. Sigan apuntando. Dotado de un privilegiado oído para las expresiones más gaditanas, de un ojo inteligente para los gestos y maneras y de una extraordinaria capacidad analítica para taxonomizar a sus conciudadanos, El Selu ha desarrollado un ineludible corpus de caracteres y arquetipos que le permite desmenuzar la ciudad como pocos profesionales de la psicología o la sociología podrían hacer. Su catálogo incluye personajes, expresiones y chistes que comienzan a perder autoría nominal para formar parte de lo anónimo popular. Los borrachos, los lacios, las marujas, los enteraos o los quemasangre son personajes que han pasado por sus manos para servir de espejo diseccionador de la sociedad gaditana.
Volvemos a La Viña. Mientras que unos reclaman la recuperación del esencialismo del sonido viñero, sumiéndose en inútiles batallas culturales que solo les valen para excluir a otros, el barrio va perdiendo identidad. Y no porque vaya desapareciendo la infravivienda, porque mejoren las condiciones de vida de sus habitantes de siempre o porque esa identidad vaya ampliando sus saberes y valores al contaminarse de otras influencias culturales –como debería pasarles a todas las identidades para seguir vivas–, sino porque la gentrificación va homogeneizando comercios, expulsando familias y vendiéndose a una falsa economía del turismo. Mucha lucha esencialista excluyente y poca defensa de lo material comunitario. ¿Les suena?
En este contexto, El Selu propone este año un nuevo personaje que a muchos no les costará reconocer: la Juani Wainjaus. Economía sumergida, poco respeto a lo público colectivo, sometimiento a la producción extractivista, defensa del individualismo buscavida y un listado de valores que poco tienen que ver con la convivencia en comunidad. Es decir, todo aquello que la inmediatez del capitalismo propone y que se acepta como si no hubiera alternativa y, lo que es peor, como si fuera elección propia. Porque yo lo valgo. En esta presentación, El Selu hace, en tres minutos, un resumen del daño que conlleva aceptar que nuestras ciudades están en venta y querer aprovecharse de ello. Y lo hace con gracia, con mucha gracia.
Nombre de la agrupación: Apartamentos turísticos Juani Wainjaus
Modalidad de agrupación: Chirigota
Autor: José Luis García Cossio, El Selu
Tipo de Copla: Presentación
Autor >
Paco Cano
Mis ciudades: Cádiz, Madrid, NY, Washington DC y, ahora, Barcelona. Mis territorios: las políticas culturales, la articulación ciudadana, los cuidados y el común.
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